Susana y Elvira. Consejos viscerales para casos reales

Por Maria Fernanda Moreno y Marcela Peláez

Hace unos años, con la aparición del exitoso blog de Susana y Elvira se abrió un espacio donde millones de mujeres latinoamericanas pudieron intercambiar vivencias que enfrentaban a diario: el trabajo, el amor, los estudios, el sexo, las relaciones, el amor de la vida, entre otras.
El tratamiento de estas temáticas han convertido a Susana y Elvira en líderes de opinión de un grupo de mujeres contemporáneas que cada vez conquistan más espacios.
El libro busca despejar muchas dudas que miles de mujeres padecen a la hora de convertirse en modelos de éxito. Fieles a su estilo directo e irreverente, este libro, con un poderoso sentido del humor, trata a fondo todos los aspectos de la liberación femenina que aún no han sido totalmente comprendidos.
Estamos seguros de que las lectoras (o posibles lectores) serán cautivados por la destrucción de mitos alrededor del feminismo. El uso constante de referencias a personajes de la cultura pop ayuda a aterrizar lo que pudo ser un tratado sociológico en un entretenido libro.

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Click Colombia
• Fecha de lanzamiento: 13 oct 2014
• ISBN: 9789584241955

Vista previa del libro

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INTRODUCCIÓN

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scribir un libro respondiendo los casos de nuestras usuarias parecía un siguiente paso apenas natural, pues todos los días recibimos mensajes de gente que nos pide consejos tipo ¿qué hago con fulanito que me echa los perros y me encanta, pero el tipo tiene novia? / Me gusta mucho pero no volvió a aparecer. ¿Qué hago? ¿Lo llamo? ¿Espero a que él me llame? / Este clavo salió más oxidado que Robocop en el Diluvio, ¿lo dejo? Así que abrimos una convocatoria para salirnos de la informalidad del correo electrónico y dejar una memoria impresa del padecimiento romántico en el que tantas nos encontramos o nos hemos encontrado. La titulamos Consejos viscerales para casos reales, el mismo título de este libro digital donde recopilamos algunas preguntas con su respectiva respuesta sacada de las entrañas y, en muchos casos, de la indignación que permite la distancia.

Era apenas obvio que si nos iban a pedir consejos sobre cualquier cosa, sería precisamente sobre despecho, soltería, de encontrar al one que está más perdido que la mamá del Chavo, porque de eso llevamos escribiendo años. Si quisieran consejos de cómo sacar la residencia australiana, nosotras no seríamos precisamente la mejor fuente.

A pesar de nuestro prestigio como las Stephen Hawkins del amor —pueblo ignorante y desdichado— siempre hemos sido honestas al aceptar que nuestro conocimiento carece de sustento teórico, pues es más bien empírico, obtenido en el austero y ruin laboratorio de la vida, tras años de estar ahí afuera en el ruedo. Pura observación directa y participativa, pero sobre todo sentido común. Nada de teorías más allá de los propios consejos que nos han dado nuestras amigas o nuestras mamás, que hemos sacado de algunas comedias románticas y de uno que otro libro sobre terrorismo. De una vez les advertimos que no citaremos a Coelho, ni a ninguno de esos que han hecho del desamor una pseudociencia arjoniana, aunque a ratos nos hayan poseído los espíritus de Cheech and Chong y a ratos el de Maharishi Mahesh Yogi.

Así, teniendo plena conciencia de lo que nos estaban confiando los usuarios que participaron en la convocatoria, sabíamos que no podíamos ser tan folclóricas y empezar a repartir consejos como si fueran tamales en una campaña política. Si lo íbamos a hacer, sería de manera responsable. Por eso decidimos asesorarnos. Invitamos a dos expertas en el tema que mucho han trabajado con mujeres que sufren de baja autoestima y problemas de pareja. Nos unimos entonces con Paola Celis y Adriana Peláez para trabajar en los casos que necesitaban desesperadamente un consejo visceral.

Cuando empezamos a recibir los casos —casi 200 en dos semanas— no esperamos encontrarnos con una tendencia que parecía convertirse en un leitmotiv: todas estas personas están viviendo prácticamente lo mismo, una enorme soledad, un vacío por no haber encontrado a su one o por creer que tienen que resignarse a un bastardo abusador al que consideraron ese ser único e irrepetible asignado por un cupido caprichoso y borrachín, y la confusión que queda al enfrentarse a un sexo opuesto con el que no se habla y se desbordan las expectativas. Como si en asuntos del corazón la realidad fuera un gran lugar común.

Todos los casos eran dignos de ser respondidos. Sin embargo, por temas de espacio no pudimos publicarlos en su totalidad, pero nos aseguramos de que todos estuviesen representados en los demás. Es decir, dado que muchos son similares, y al parecer hombres y mujeres enfrentamos casi las mismas situaciones cuando se trata del sexo opuesto, seguro cada quien encontrará un caso similar al suyo y por ende podrá hacer las extrapolaciones del caso. Por eso también dividimos los casos en categorías para darle un mayor sentido a la búsqueda y apropiación del consejo visceral.

En el post que escribimos en 2013, "La Bella y la Bestia esa", cerramos con un párrafo que nunca pensamos que podría ser vagamente premonitorio de lo que haríamos en este e-book: "Decidimos que Freud, Piaget y Jung no tenían idea de nada en cuanto a mujeres deprimidas e histéricas. Nosotras sabemos un poco más, y eso que poco de psicoanálisis, constructivismo o psicología analítica. Por eso vamos a abrir un consultorio para tratar mujeres entusadas y tendremos como atracción principal una terapia de choque: nuestras pacientes se tendrán que recluir un fin de semana entero a ver películas de Disney, chick flicks, novelas mexicanas, venezolanas y colombianas y no saldrán hasta que no expliquen y acepten, con sus propias palabras, cómo el arte popular arruinó sus vidas. Así, con argumentos inteligentes, trataremos de borrar años y años de lavado de cerebros".

Aún no hemos alquilado una bodega en Álamos para ejercer nuestras terapias de choque. Ni hemos conseguido a alguien que nos permita poner en práctica una terapia similar a la técnica de Ludovico que le aplica el doctor Brodsky a Alex DeLarge en La naranja mecánica. Pero con este libro nos pusimos la bata del Dr. Entrañas para ayudarlos en sus congojas de índole sexo-afectiva, visceral, o de constipación moral. Y este es el resultado.

Y dado que flipamos con la interacción, creemos que juntos es más fácil derrotar a los enemigos que atentan contra nuestra estabilidad sexo-afectiva, y queremos conocer las opiniones de todos los lectores. A este respecto, abrimos un espacio al final de cada caso para que nos envíen un regalo/mensaje a nuestro blog www.susanayelvira.com calificando cada congoja. Estas son las opciones que encontrarán al final de la respuesta a cada caso:

¿Qué más trae este libro? (Manual de uso, le llamarían algunos)

Hemos tratado de sacarle el mayor provecho a este libro digital para darles contenido adicional y una experiencia de interacción que valga la pena. Por eso estén atentos a los hipervínculos (en rosado) y a los globitos con información (en negrilla).

Hemos hecho una cuidadosa selección de canciones y de videos que están integrados al texto en forma de hipervínculos, curados por nosotras y pensados para cada uno de los casos. Sin duda enriquecerán y harán más divertida su experiencia de lectura.

También creamos el Grupo de Apoyo de Susana y Elvira en el que ustedes pueden:

Darle un regalo virtual a la víctima del consejo visceral haciendo clic en el ícono Apoye este caso desde el ebook. Pueden escoger entre un rayo castigador, un abrazo, un guante de Hooligan con un mensaje ochentero, una ramita de ortiga ya verá para qué, y un grito de apoyo. Así todos juntos participamos en el proceso de dignidad y resiliencia.

Complementar nuestra respuesta con un comentario en el que exprese cortésmente su opinión, también dando clic al ícono Apoye este caso desde el ebook.

En nuestra página encontrarán un fragmento de cada uno de los casos publicados y los comentarios de los usuarios sobre cada uno de ellos. En el ebook podrán leer los casos completos.

Más información enwww.susanayelvira.com/libros/consejosvisceralescasosreales/

Tengan en cuenta que al hacer clic en la información adicional, sus dispositivos móviles aterrizarán en nuestra hermosa página, así que para continuar con la lectura tendrán que volver, cada vez, a su ebook. Les prometemos que en la versión 3.0 tendremos este problema resuelto. Por ahora, ténganlo en cuenta para no perderse entre aplicaciones, videos, rayos castigadores y las respuestas a los casos.

Que la fuerza los acompañe.

Bienvenidos a nuestro consultorio.

ANTES DE COMENZAR:

CONCEPTOS BÁSICOS

¿QUÉ ES UN PATRÓN Y CÓMO ROMPERLO?

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omo Aquiles, nos estamos metiendo en la de Troya con este tema. Pero dado que para nosotras ha sido tan importante identificar nuestros patrones para acabarlos, patearlos y cambiar nuestra suerte romántica, queremos incluirlos como argumento para responder algunos de los casos. Gracias a Geraldine Scioville, psicóloga psicoanalista, por responder a nuestras preguntas y apoyarnos con el desarrollo conceptual de este tema.

Los patrones son definidos como modelos de relación que nacen de las identificaciones que hacemos con nuestros padres desde que somos pequeños. Se manifiestan en las relaciones interpersonales y en las relaciones de pareja, y son dañinos cuando el vínculo con los demás es conflictivo y/o produce sufrimiento. Así como los que salen de una novia y se meten con una idéntica sin entender por qué con tanta gente en el mundo terminan con la fotocopia de la ex; o los que dicen es que yo solo me levanto locas de manicomio; o las que sin entender de dónde diantres los sacan, tienen una larga lista de ex que bien habrían podido ser dobles en El Cuervo.

Hay una cosa que está clara. Si uno vive bregue que bregue para hacer de su Peter Parker todo un Marc Darcy de a de veras y con total consciencia del hecho, y lo peor, siempre ha tratado o, por lo menos anhelado sacar un remedo de Marc Darcy de todos sus ex, es claro que uno tiene un patrón. Porque se está negando a ver a su cucurrumín tal como es. Ahora, si nos vamos de psicoanalistas, el hecho de luchar constantemente por cambiar a alguien puede llegar a ser algo así como negar la relación dolorosa que tuvo con su padre, un padre ausente, tal como lo explica Scioville. O incluso, el caso del hombre que maltrata a su pareja para "no confrontar la relación de niño maltratado que tuvo en su infancia con alguno de