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Entre redes sociales: Prácticas y representaciones de la migración peruana
Entre redes sociales: Prácticas y representaciones de la migración peruana
Entre redes sociales: Prácticas y representaciones de la migración peruana
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Entre redes sociales: Prácticas y representaciones de la migración peruana

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Angélica pone este libro "en evidencia el uso de herramientas conceptuales que permiten detallar las estrategias migratorias de un grupo de mujeres peruanas en situación de pobreza, residentes −al momento del estudio− en un asentamiento de la ciudad de Córdoba, Argentina. El abordaje resulta interesante por las múltiples dimensiones que permiten la construcción del objeto y el análisis empírico. Así, por ejemplo, al tomar el nivel de las representaciones sociales, lo hace problematizando algunos de los significados que las mismas vehiculizan."
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 feb 2019
ISBN9789876994125
Entre redes sociales: Prácticas y representaciones de la migración peruana

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    Entre redes sociales - Angélica Alvites Baiadera

    10).

    CAPÍTULO I

    Propuesta teórico-metodológica

    En el siguiente capítulo, explicitaremos un corpus de conceptos que conjuga los elementos centrales de nuestra propuesta, es decir, pobreza, redes sociales y migración.

    La problemática sobre la pobreza. Aproximaciones teóricas

    Un factor decisivo, en nuestra investigación, es tomar a las representaciones y prácticas sociales asociadas a la resolución de problemas en condiciones de privación material, social y simbólica.

    La temática de la pobreza ha sido analizada desde distintas perspectivas en el campo académico, una de las líneas toma como eje a la  marginalidad. Dentro de la misma, el debate teórico gira en torno al contenido específico que se da de dicho término. Más allá de las aproximaciones particulares, la ambigüedad de la noción estar al margen reside en el hecho mismo de saber si lo que está en cuestión es un defecto de integración o el ocupar cierta posición en un sistema social dado; es decir, plantea una dualidad entre marginalidad e integración. La principal dificultad reside en que se consideran al margen de la sociedad a ciertos agentes que no lo están, sino que se encuentran en posiciones de subordinación a causa de una desigual distribución de recursos1.

    […] por considerar a los pobres ‘al margen’ de la sociedad o por no definir suficientemente la ‘manera de ser marginal’, es decir, la posición ocupada en el sistema social, según las diferentes distribuciones desiguales de los distintos recursos en juego, no puede hacerse una verdadera construcción relacional de la problemática2.

    Otro modo de analizar la pobreza se vincula con las necesidades básicas insatisfechas o nbi; este indicador nos permite describir ciertas características sobre la condición de clase, pero no podemos situar los casos en relación con otras posiciones y otras propiedades en un espacio social específico. De tal manera, no nos permite avanzar en la búsqueda de elementos explicativos y comprensivos sobre cómo los agentes en situación de pobreza estructuran un conjunto de prácticas que les permiten reproducirse socialmente, como tampoco nos habilita a reconocer los lazos estructurales que ligan a pobres y ricos de una sociedad3.

    Otros enfoques nos remiten a los conceptos de redes sociales y de estrategias sociales. Una de las referentes del primero es Larissa Lomnitz, quien define red social a partir de relaciones de intercambio recíproco de bienes y servicios entre vecinos y parientes, "como principal mecanismo de supervivencia ante la inminente falta de seguridad social y económica de los sectores marginados de la actividad económica industrial"4. Si bien, la autora recurre al término marginación, lo realiza en torno a las redes de intercambio recíproco, como recursos alternativos (información, asistencia laboral, préstamos, servicios, apoyo moral) para enfrentar las limitaciones derivadas de la situación de pobreza5.

    El segundo, surge entre las décadas de 1970 y 1980, poniendo énfasis en los mecanismos de reproducción de las unidades familiares, desarrollando categorías como estrategias de existencia, estrategias de sobrevivencia familiar, estrategias adaptativas o de supervivencia, estrategias familiares de vida, entre otras.

    Diferentes investigadores comienzan a preguntarse: "¿cómo a pesar de los condicionamientos estructurales, los agentes sociales posicionados en el lugar de las privaciones pueden reproducirse a través de los márgenes de libertad que las mismas restricciones posibilitan?"6.

    El nivel de las estrategias vincula lo micro y lo macro, lo estructural y la acción social de los agentes permitiendo construir referentes empíricos que respondan a dicha pregunta.

    Las estrategias de reproducción social en la pobreza

    Las estrategias de reproducción social (ers), las comprendemos como aquel "conjunto de prácticas fenomenalmente muy diferentes, por medio de las cuales los individuos y las familias tienden de manera consciente o no consciente a conservar su patrimonio, y correlativamente a mantener o mejorar su posición en la estructura de clase"7. Esta noción reserva un margen de acción a los agentes sociales, pues no están completa y totalmente acotadas por factores estructurales, pero tampoco son el mero resultado de la determinación individual.

    En este sentido, planteamos la problemática propuesta teniendo en cuenta los recursos simbólicos y materiales (capitales) que las unidades domésticas pobres poseen, y no sólo de sus "carencias"8. Pues, entendemos al término pobreza como una categoría descriptiva, comparativa y relacional. Descriptiva porque un agente en situación de pobreza "es aquel que en comparación con otros individuos de su sociedad alcanza, de una serie de rasgos tomados como categorizadores, los más bajos niveles"9. Comparativa, para advertir que en diferentes etapas históricas y espacios sociales la pobreza corresponde a realidades disímiles que requieren de definición y parámetros de acuerdo al contexto analizado. Y relacional para entender que la pobreza se define en tensión con la riqueza (y con los otros estratos de la sociedad).

    Las ers constituyen un sistema conformado por las siguientes dimensiones:

    El volumen y estructura de capital (y trayectoria) de los agentes analizados. La posición de los pobres y no pobres en la estructura del espacio social general depende del modo en que se conforman los diversos capitales puestos en juego. Volumen y estructura de capital (económico, cultural, social, simbólico) refiere a disponibilidad por parte de los agentes en cantidad y en tipos, respectivamente.

    Los instrumentos de reproducción son los que abren, en mayor o menor grado, posibilidades de acceso a ciertos recursos materiales o simbólicos: así el estado del mercado de trabajo, del mercado inmobiliario, las políticas públicas en relación al barrio, el acceso a bienes y servicios urbanos son algunos de los instrumentos que habilitan unas prácticas, representaciones, etc. más que otras.

    La relación de fuerzas entre las clases refiere a las posibilidades de intercambio entre aquellos que ocupan posiciones diferentes (de clases) en el espacio social general.

    Los habitus llevan a la comprensión de la razonabilidad de determinadas prácticas, "de lo posible y de lo imposible, de lo pensable y de lo impensable, de lo que es para nosotros y de lo que no es para nosotros"10.

    El habitus, como disposición, es adquirido en determinadas condiciones materiales y simbólicas, variando en función de la posición en el espacio social (habitus de clase). Es decir, es una serie de esquemas generadores de prácticas comunes que son producto de las mismas condiciones objetivas. Sin embargo, esto no excluye las diferencias entre los agentes con posiciones similares, ya que las trayectorias sociales no son uniformes.

    […] es una relación de homología, vale decir de diversidad en la homogeneidad que refleja la diversidad en la homogeneidad característica de sus condiciones sociales de producción, que une los habitus singulares de los diferentes miembros de una misma clase: cada sistema individual de disposiciones es una variante estructural de los otros, donde se expresa la singularidad de la posición en el interior de la clase y de la trayectoria11.

    El modo de reconversión de las diferentes especies de capitales es otro elemento que posibilita la diversificación de las estrategias. Se admite la capacidad de conversión de los capitales, es decir, la posibilidad de invertir un tipo de capital en otro. Esto no puede definirse a priori, sino que se vincula a las condiciones estructurales históricamente situadas.

    En suma, las estrategias sólo pueden ser explicadas desde el doble juego en que se producen (o desde los dos modos de existencia de lo social); esto es, en las cosas y en los cuerpos, en la historia hecha cosa como institución objetivada y en la historia hecha cuerpo como objetividad incorporada12.

    Lo social en los cuerpos

    El habitus, como estructura estructurante, se constituye en esquema generador y organizador no sólo de las prácticas de los agentes, sino también de sus representaciones13.

    Las representaciones son aquellas manifestaciones que los agentes sociales tienen de su propia posición y de la posición de otros en el espacio social. Es producto de un sistema de esquemas de percepción y apreciación, producto por un lado de los índices del juicio colectivo y por el otro, de los indicadores objetivos de la posición realmente ocupada en las distribuciones que ese juicio colectivo toma en cuenta. Así, el habitus es el principio activo, irreductible de las percepciones pasivas, de la unificación de las prácticas y de las representaciones.

    Para Bourdieu [1989:7], la hipótesis central acerca de […] las representaciones es que ‘existe una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructuras mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social −especialmente entre dominantes y dominados en los diferentes campos− y los principios de visión y de división que los agentes les

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