Disfraces Del Alma

Por Eric del Valle

En esta obra, aunque hay historias de amor y superacin personal, tambin trato temas polmicos como el suicidio, las drogas, las religiones, sexo y cierta dosis de poltica que podran incomodar a algunos lectores. Si no se considera una persona de mente tolerante, no le recomiendo su lectura. Aquellos que lo leyeron, gracias por dedicarme parte de su tiempo y los invito a leer mi siguiente obra, Sin tiempo.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 17 dic 2012
• ISBN: 9781463344863

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Copyright © 2012 por Eric del Valle.

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Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

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ÍNDICE

Introducción

Disfraces Del Alma

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

A mi madre, familia, y amigos,

con todo lo que un corazón lleno de amor

y agradecimiento puede dar;

este libro.

INTRODUCCIÓN

Tiene en sus manos un libro que ha sido escrito por un hombre, el cual su paso por esta vida le ha proporcionado una serie de experiencias que quiere compartir con usted.

Quiero invitar al lector a que le dé una oportunidad a este escrito, leyéndolo en su totalidad, pues he puesto todo mi esfuerzo en terminarlo a pesar de mi poco entrenamiento académico.

Me dediqué a escribir porque de esta forma no tengo que discutir con nadie mis puntos de vista y si alguien no está de acuerdo, solo tiene que cerrar, tirar o quemar el libro. Para mi esta, obra es una ventana a través de la cual se pueden observar otras vidas, otras almas.

Uno de los principales objetivos es dar a conocer una filosofía diferente de la vida o un tratado filosófico como he dado en llamarle, amén de legar a las postreras generaciones algo sobre la época en que nos tocó vivir y puedan así juzgar si todo tiempo pasado fue mejor.

DISFRACES DEL ALMA

Desde hace mucho tiempo, (yo diría que desde siempre), conozco a Carlos Arturo. Un sujeto con una visión muy particular de la vida. Es estudiante de comunicación social, pero al que le pregunta le dice que es actor. Después que me case, nos alejamos por algún tiempo, pues entre mi hogar y el trabajo para sostenerlo, se me iba la existencia. Cierto día le llamé y quedamos de reunirnos, para ponernos al tanto de lo que pasaba en nuestras vidas. Acordamos vernos en su apartamento, para el jueves siguiente.

El día señalado llegue al lugar que compartía con su padre y un hermano dos años mayor. Sus padres se habían separado cuando Carlos Arturo tenía 15 años.

Me impresiono mucho ver un lugar habitado solo por hombres y estar tan bien ordenado y así se lo exprese a mi amigo, quien me respondió que eso se debía al hermano que era muy estricto con el aseo y el orden.

Esa noche, su padre compartió un rato con nosotros. Era una persona muy educada y daba gusto escuchar sus anécdotas, así como sus comentarios sobre libros o acontecimientos actuales e históricos.

A la madrugada se apareció el hermano que trabajaba en un club nocturno como bar tender. Era un sujeto muy amable, más de lo que estaba acostumbrado. Se sentó a mi lado, y no desaprovechaba oportunidad para ponerme su mano en el muslo o ante cualquier comentario mío se reía y me echaba el brazo encima. Después del segundo trago (con nosotros porque parecía que el tipo había empezado antes) se partió por completo, dejando en evidencia su homosexualidad. Sutilmente le hice saber que aunque no tenía nada en contra de los gays, era casado, que tenía un hijo y no me veía de otra forma que de heterosexual. A partir de ese momento, se apuró su trago y se despidió, encerrándose en su cuarto.

Al final de la reunión, Carlos Arturo y yo, nos comprometimos a que le dedicaríamos los jueves a nuestra amistad. Decidimos que fuera en su casa, para evitar desavenencias con mi esposa, ya que ella le conocía desde mi época de soltería y sabía que cada vez que nos encontrábamos, no podían faltar los tragos. Ella pensaba que él era quien me incitaba a la bebida (pero la verdad no se sabía quién incitaba a quien) Además teníamos más privacidad para desahogarnos y expresar libremente nuestros pensamientos, lo que me permitió conocerle mejor. También me dio la oportunidad de poner a su consideración los cuentos que estaba escribiendo para mi libro y recibir sus sinceras críticas.

CAPÍTULO 1

–¿Cómo va el trabajo Carlos Arturo?

–Bueno en realidad no es un trabajo. Es otro papel que estoy representando en otro escenario.

–¿Qué personaje y que escenario es ese?-

–Mi personaje es el de dealer, y el escenario es un casino. Tengo un disfraz conformado de; una camisa blanca, con chaleco y corbatín rojo, pantalón y zapatos negros.

–¿Entonces actúas a quitarle el dinero a los apostadores?

–No, no hay necesidad. Los casinos como toda empresa, están hechos para ganar dinero y todas las reglas de los juegos de mesa, están basados en números, por ejemplo; en la ruleta mientras apuestas a 38 números (incluidos cero y doble cero) solo cobras 35 veces si aciertas a uno, esto les permite tener un margen de ganancia a favor de ellos de casi un 10%. Eso cuando la bola no cae en el número que menos apuestas tiene, en cuyo caso las ganancias se elevan. Las máquinas tragamonedas (a las cuales no pudieron ponerle un mejor nombre) están programadas, para que den un porcentaje de lo que se recauda. Como ves, los casinos no tienen necesidad de hacerle trampa a nadie. Por otro lado, primero tienes que recibir un entrenamiento por dos meses antes de salir a una mesa. Si yo hubiese detectado alguna trampa, ¿tú crees que habría aceptado ese empleo, teniendo en cuenta que a un casino va todo tipo de gente; desde, buenos padres de familia hasta delincuentes a quienes no les temblaría la mano para matarte si sospecharan que les estás haciendo trampa? Los empresarios de los casinos, se hacen ricos, gracias a la dependencia que este caro pasatiempo causa en quienes no tienen autocontrol.

–¿Cómo es el ambiente de un casino,