Te Presento a Jesucristo

Por Samuel MacAdam

Te Presento a Jesucristo contiene algunas de las vivencias que el Rev. Samuel MacAdam ha tenido con el Seor Jess durante gran parte de su carrera ministerial. Han sido escritas como una evidencia de la realidad de la vida cristiana y como un testimonio para aquellos que no conocen a Jesucristo. Pero tambin para compartir con el creyente de hoy aquellas otras facetas propias de Jess, que tal vez podran ser desconocidas para algunos de ellos. Cada una de ellas tiene su propia connotacin en la vida del autor, y es su testimonio acerca de la personalidad de JESUCRISTO no pretendiendo establecer un patrn de conducta evanglica como una forma personal.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 30 dic 2011
• ISBN: 9781463316617

Samuel MacAdam

El Reverendo Samuel MacAdam es un ministro de la Iglesia de Dios, profesor universitario y un reconocido comunicador a nivel nacional e internacional. Sus mensajes, seminarios y sus temas especializados han ayudado mucho en la comprensión de la Palabra de Dios y al crecimiento de creyentes en diferentes partes del mundo. Su calculado analice de lo que dice la Biblia y su metodología aplicada hace que sus conceptos estén sujetos a cualquier escrutinio. Por lo tanto, la lectura de este libro le ayudará a entender mejor la divina personalidad de Jesucristo.

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Contents

DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO

PREFACIO

UN LUGAR ESPECIAL EN LA TIERRA

FENOMENOS ALREDEDOR DE SU NACIMIENTO

¡QUE TIPO JESUS!

JESUS ME LLAMÓ AL MINISTERIO

JESUS Y SU MEDIO AMBIENTE

JESUS EL SOBRENATURAL

JESÚS EL HOMBRE

UN ALIADO SOBRENATURAL

CONCLUSION

DEDICATORIA

A mi amigo y Salvador: JESUCRISTO. Sin él no habría fe; religión, ni vida ni muerte, ni un mar ni una nueva playa. Sin él, yo sería nada más que un hombre que aunque caminara, estaría muerto. Pero él me encontró, me salvó y me dio vida.

A mi familia, quien me motiva a vivir y caminar con la frente en alto, como un testimonio a la verdad y la honestidad.

A los que buscan una nueva fe, una fe real. A los cansados de una religión vacía y sin futuro, y desean tener una experiencia personal y genuina. A los pensadores que saben que existe un nuevo concepto de la vida y de la muerte; a los soñadores que anhelan un nuevo mar con un nuevo horizonte donde encontrar una nueva playa para anclar sus barcos.

AGRADECIMIENTO

Expreso mi agradecimiento a los que confiaron en mi cuando les comuniqué mi deseo de escribir mis vivencias con Jesús. Algunos son ministros, otros profesionales, algunos alumnos y ex-alumnos y otros fieles seguidores en la fe. A mi familia, que son testigos de mucho de lo que aquí escribo.

A todos, mil gracias por su gran apoyo.

Con gratitud,

Samuel MacAdam

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PREFACIO

Este libro no es un texto de teología, por lo tanto no hay una fraseología complicada, ni una referencia bibliográfica. Solo me propongo ofrecer un testimonio simple y sencillo de mis vivencias con Jesús. Está orientado a dar una faceta de Jesús, tal vez desconocida, pero real desde mi punto de vista, es mi experiencia personal y real. Deseo que pueda disfrutarlo de manera confortable y edificante. Este libro es el recuento de algunas situaciones y vivencias espirituales, resultado de mi relación personal con Jesús durante mi ministerio evangelistico y de educación alrededor del mundo.

Según me experiencia, Jesús es el regalo más preciado que he encontrado en toda mi vida; y la persona más hermosa que jamás haya conocido; sobre todo cuando se trata de compadecerse de alguien en momentos de necesidad. Jesús no es un personaje teológico (aunque la teología halla en él toda su razón de ser), sino una persona real, accesible y capaz de convivir con el hombre. La Biblia muestra las muchas ocasiones cuando Jesús manifiesta su interés por la gente tal como ellos eran sin que le importara que fueran soldados, amas de casas, reyes, niños, enfermos, ricos, o pobres.

Es notorio que cada una de esas personas, después de un encuentro con Jesús, sufrió un cambio determinante. Mi experiencia es que, debido a que Jesús en su personalidad es así, he podido alcanzar un nivel de felicidad distinto al que el mundo regular ofrece; algo que nadie había, en toda mi vida, podido hacer y estoy seguro que nadie podrá. Su compañía estimula, y nos da una visión mas clara y real del mundo en que vivimos, de la vida diaria, de la gente y de todo aquello que tiene que ver con lo bueno, lo lindo y lo eterno.

Jesús tiene la gran disposición de desarrollar con las personas una relación, a través de la cual pueda compartir su vida y sus poderes; con el fin de ayudarle a vivir una vida en plenitud, exitosa, y con la oportunidad de ser feliz. Jesús quiere compartir con el hombre su mundo sobrenatural en el cual todo es posible y real (Juan 17:24).

Conocer a Jesús sin un matiz religioso, es una urgente necesidad, ya que mirarlo en otra forma podría ser peligroso, porque podría desfigurarse su naturaleza y personalidad.

¡Conocer a Jesús, provoca vivir para él!

UN LUGAR ESPECIAL EN LA TIERRA

Palestina es un territorio, geográficamente hablando, relativamente pequeño, esparcido en una porción de tierra de más o menos 10.000 millas cuadradas y tiene una longitud de aproximadamente 150 millas, y en su anchura tendrá unas 75 millas. Su parte norte es la más estrecha con relación al resto del territorio. Comparando Palestina con otros territorios similares se puede decir que es más pequeña que Switzerland, y no más grande que la mitad de Scotland en England. En Estados Unidos, podríamos compararlo con el tamaño del estado de Maryland; y de menos tamaño que Vermouth. Esta tierra es favorecida con un saludable clima y hermosos parajes naturales. Su tierra provee excelentes fertilizantes para la producción de frutas de diferentes climas desde el Norte nevado hasta el Sur tropical (aunque en el sur también hay nevadas).

En el 586 a.C., los muros de Jerusalén caen bajo la invasión armada de los ejércitos de Nabucodonosor, la ciudad quedó desbastada y la mayoría de los judíos fueron deportados a Babilonia. Medio siglo después, cuando el imperio babilónico fue depuesto por los Medos y persas, los judíos exilados regresaron a Judea la cual ahora estaba bajo el dominio Persa. Después que regresaron, comenzaron a reconstruir el templo, el cual estaba en completas ruinas. Bajo las exhortaciones continuas de los profetas Hageo y Zacarías, la construcción fue terminada. Tiempo más tarde los muros, también fueron reconstruidos bajo la supervisión de Nehemías.

En el año 334 a.C., Persia dejó de permanecer como imperio, ya que Alejandro el Grande de Macedonia, cruzó los umbrales territoriales y dramáticamente tomó el control. Alejandro, pasando sobre Siria entró con sus ejércitos en Jerusalén y de ahí enfiló sus ejércitos a Egipto donde fundó a la famosa Alejandría, la cual él quiso que fuera la capital de su imperio. De ahí regresó a Palestina y dispuso a Darío, monarca Persa.

Después de una vertiginosa carrera militar y de continuas victorias, la carrera de Alejandro se detiene. En su camino a Alejandría una fuerte fiebre le ataca y muere a la temprana edad de treinta y dos años. Después de esto, y por varios años, los judíos fueron gobernados por Sumos Sacerdotes y siempre bajo la mirada supervisora de Egipto, aunque nunca interfirieron con sus prácticas religiosas. En la mayoría de estos períodos tuvieron paz y seguridad. Esta paz de repente sufrió un gran revés, ya que Antíoco III, después de romper los lazos egipcios de los judíos los anexó a Siria.

De ahí en adelante la vida de los judíos se volvió diferente y más difícil. En este período se estableció la cultura helenista y se comenzó el uso del idioma y las costumbres griegas. Como resultado muchas de las costumbres judías empezaron a cambiar y el nuevo sistema se impuso. Como empezó a faltar el liderazgo judío, los Sumos Sacerdotes se convirtieron en oficiales e intermediarios del pueblo con los cuales el gobierno oficial tenía que negociar.

No cabe duda, muchos judíos nunca se acoplaron a este nuevo sistema y en diferentes formas manifestaron su oposición. Los judíos que llegaron a ser simplemente oficiales regulares, empezaron a ser vistos como traidores dando como resultado que la religión pasó de lo malo a lo peor. Antíoco Epífane llegó a ser un gobernante impío que luego reclamó un reconocimiento divino, basado en el término epifane, pidiendo que el pueblo lo reconociera como la manifestación de Dios.

En una de sus derrotas Antíoco se enfureció tanto, que culpó a la ciudad de Jerusalén de tal situación, dando como resultado una masacre pública, saqueo sistemático del templo e incendios públicos.

Fue tan grave esta situación que, Antíoco decidió, o convertir a todos al helenismo o exterminar a todo aquel que rehusara hacerlo basado en una observancia de la ley de Moisés. En esta época, la observación del sábado, la práctica de la circuncisión, la posesión de los libros de la ley, era un crimen digno de muerte. Después vino la rebelión de los Macabeos, los cuales se impusieron ante el tirano. Este periodo de paz duró por casi ochenta años, siendo éste el único período considerado de verdadera independencia.

Un tiempo más tarde nacen en el territorio nacional dos partidos políticamente conocidos: Saduceos y Fariseos. Durante los años restantes, las disensiones surgieron continuamente como una manipulación de estos dos partidos y Judea llegó a ser una presa fácil de los gobiernos extranjeros.

En el 63 a.C., el líder romano Pompeyo, con un gran ejército tomó a Jerusalén y Judea llegó a ser una parte sujeta a Roma. Bajo la dinastía herodiana un nuevo sistema empezó para los judíos, siendo su más grande expresión Herodes el Grande.

En este ambiente tormentoso nace el Ser más hermoso nunca nacido en ningún lugar del mundo, y que Herodes, con las demoníacas intenciones de eliminarlo, ordenó que todo niño menor de dos años fuera muerto (Mateo 2:16).

Sin embargo, la muerte, al no poder matar a Jesús, lo mató a él y murió sin lograr su cometido.

!Quién iba a pensar que aquel niño marcaría una línea divisoria entre el ayer y el hoy!

FENOMENOS ALREDEDOR DE SU NACIMIENTO

Su anunciación es sobrenatural, como todo lo de él: seres celestiales aparecen cantando y los pastores participan en esa anunciación universal. Personajes singulares como los magos, reyes de oriente que siguieron de manera sobrenatural una estrella que ellos llamaron Su estrella, aparecen en la escena (Mateo 1, 2). El fenómeno del profeta Zacarías, hecho que antecede al nacimiento de Jesús, pero que está íntimamente relacionado, porque con él se anuncia el nacimiento de otro grande, Juan el bautista lo cual provoca la mudes de Zacarías (Lucas 1:5-25).

Me imagino la expectación universal de astros, estrellas, seres angelicales en armoniosa unidad participando en tan semejante evento nunca visto en relación con ningún otro ser en cualquier rincón del universo. No sé si estará relacionado, pero en una ocasión el salmista dijo: un abismo llama a otro abismo a la voz de tus cascadas (Salmo 42:7), y aunque la teología de esta declaración está orientada en otro sentido, no es difícil pensar que en el nacimiento de Jesús estos abismos se convirtieron en portavoces del evento más grande nunca habido en el género de ellos. No sería exagerado pensar en que muchos otros fenómenos sucederían en la privacidad del tiempo desconocidos para nosotros. Y esto tendría mucha razón en ser así, ya que el Padre, estoy seguro, utilizaría todo su poder para hacer de aquel momento el más grande y significativo tanto en el ámbito de la tierra así como a nivel del cielo y los lugares celestiales.

Me imagino que aún los poderes adversos quedaron extasiados y en silencio contemplaron todo el elenco de participaciones que ante sus ojos enrojecidos marcaba algún suceso que para ellos temporalmente estaba velado. No fue sino hasta cierto tiempo después que estos seres adversos, a las órdenes de Satanás, entendieron que tal vez debieron intentar detener aquel nacimiento aquel momento, ya que más tarde sería para ellos la sentencia y el final de sus cursos como criaturas celestes.

Pero fuera de eso, sorprende la constelación de anuncios que antecedieron al nacimiento de este excelente hombre del cual Pablo pudo decir que en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Colosenses.2:9), ya que muchos años antes, hombres como David