Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La motivación no sirve sin disciplina
La motivación no sirve sin disciplina
La motivación no sirve sin disciplina
Libro electrónico213 páginas21 horas

La motivación no sirve sin disciplina

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Tener motivación cuando queremos alcanzar algo está muy bien, pero ¿qué hay de la disciplina? Muchos de nosotros llevamos años en piloto automático, en la zona de confort, en modo avión o como quieras llamarle. Por eso, para salir de allí, para alcanzar nuestras metas y sueños más anhelados, necesitamos algo más que motivación, necesitamos fortalecer nuestras mentes. ¿Y cómo hacemos eso? Con disciplina.

Ya sea que necesites un empujón para animarte a dejar atrás las excusas o encontrar algo que cambie radicalmente tu modo de ver la vida, en La motivación no tiene valor sin disciplina encontrarás la voz de la experiencia para acompañarte en ese tránsito.

Anímate a escuchar la melodía de tu alma y a dar el primer paso hacia tus metas. Te prometemos que no te arrepentirás.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 abr 2023
ISBN9788411448420
La motivación no sirve sin disciplina

Relacionado con La motivación no sirve sin disciplina

Libros electrónicos relacionados

Thrillers para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para La motivación no sirve sin disciplina

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La motivación no sirve sin disciplina - Ulices González Melendez

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Ulices González Melendez

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1144-842-0

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    «Sé fuerte y valiente».

    Josué 1:9

    .

    Seamos libres en nuestros pensamientos. Que el propósito de tu vida pueda echar raíces tan profundas que lleguen a tu alma, para que cuando venga la tormenta más fuerte no lo pueda derribar. El sonido de un alma que añora ese fuego que la inspira, escuchado por el corazón que palpita rápidamente y se percibe en la mente con ideas extraordinarias y se demuestra con una sonrisa plasmada en hechos.

    Prólogo

    Ulices J. González nos ofrece La motivación no tiene valor sin disciplina, un texto de suma utilidad para todas aquellas personas interesadas en alcanzar sus metas y sus propósitos vitales para cambiar radicalmente su vida.

    Como queda claro a lo largo del texto, las personas no siempre estamos en contacto con nuestras metas, propósitos y sueños. Muchos de nosotros vivimos en piloto automático (o modo avión, como sugiere el autor) hace años, a pesar de no estar conformes con ese estilo de vida. Esto que a simple vista podría no parecer problemático —después de todo, ¿quién quiere salir de la zona de confort?—, nos lleva a perder la motivación y el deseo por vivir la vida, a poner(nos) excusas constantes, a pelear de manera constante con el mundo, a creer y aspirar a un «éxito» ficticio, a sumergirnos cada vez más en el mundo irreal de las redes sociales y la TV.

    Que Ulices J. González haya escrito este libro es de por sí una clara señal de su interés genuino por las personas. Gracias a eso, La motivación no tiene valor sin disciplina es un libro que se lee con mucho interés. Bajo la premisa de que tener motivación está muy bien, pero de poco sirve sin disciplina, el autor avanza a lo largo de casi 200 páginas para enseñarnos todo lo que sabe acerca de las metas, los propósitos y los sueños. En este sentido, nos enseña que cuerpo y mente se deben entrenar a la par para poder funcionar como un sistema inteligente, define claramente cuál es rol de la disciplina en el camino que nos conduce hacia nuestras metas, aclara que debemos escoger unas metas y propósitos que sean únicos y personales, habla de la importancia de controlar nuestras emociones y de reconocer qué es el éxito para cada uno de nosotros.

    Entre el relato íntimo, el desarrollo personal y el fortalecimiento espiritual, espero de todo corazón que este libro sea el primer paso que des en el camino para alcanzar tu mejor vida. Como dice el autor: «Anda, cierra los ojos y escucha la melodía de tu alma, esa que inspira tu corazón y llena tu espíritu de amor. Déjate cautivar por su grandeza y disfruta de su plenitud».

    Seré tu cielo si tan solo despliegas

    tus alas y sales hacia él

    El miedo al amor, a la desilusión, a la deshonra, a fallar en la vida. ¿Cuál es el miedo que no te permite sacar lo mejor de ti y brillar como el Ángel que eres?

    Mira el cielo, ese es tu límite. Tu límite no está en el mundo, no dejes que se transforme en el muro que te impida alcanzar tus sueños. Dios te ha dado las armas correctas para que enfrentes la vida, transforma tu miedo en tu mayor virtud.

    Deja que las llamas destruyan ese pasado que te produce miedo, deja que el viento se lleve las cenizas en las que quedaron destruidos tus mayores miedos, esos que te impiden volver a creer.

    Escribe una nueva historia, una en la que el comienzo sea distinto a todo y el final nunca llegue, en la que la felicidad sea la fuerza que te impulsa y el amor cada día sea más grande. Una historia en la que tu corazón olvide que existe el mundo y tú seas feliz. Déjame ser tu mundo y seré el universo en donde nazca tu felicidad. La decisión está en ti: dejar el miedo y enfrentar la vida, ser feliz incluso si ella no te sonríe, ir detrás de tus sueños y gritar al mundo «soy feliz porque Dios así lo quiso».

    Crea lo que quieras. Crea la locura que te haga feliz, guardando el temor a Jehová: lánzate de un avión si es tu felicidad o recorre el mundo en globo si es tu sueño. Te quiero por tus sentimientos y no por tu belleza, la misma que dibuja una sonrisa cada vez que te miro.

    El sufrimiento lo creamos cuando no olvidamos y nos quedamos con todo eso, cuando volvemos nuestro corazón un cofre de recuerdos y momentos que marcaron nuestra vida. ¿Qué función le das tú al corazón, además de sus latidos? Tú tienes el corazón más lindo dado por Dios, no permitas que pierda el fuego que te impulsa en la vida. Eres especial porque eres creación de Dios y porque mis ojos y mi corazón lo gritan al mundo.

    Regala la rosa de tu vida a la felicidad y guarda mi corazón. El miedo a ser dañado está, pero la confianza la has ganado y el afecto se ha creado.

    El mundo te ignora, pero yo te quiero y Dios te ama. La salvación está en tu corazón, en el amor que lo mantiene de pie. ¿Cuánto amor hay en ti? ¿Cuánto miedo hay en ti?

    ¿Cuál de los dos domina tu vida? Decide ya. La vida se vive de momento en momento, y de momento en momento se nos va la vida.

    Rompe el lazo que el mundo ha atado sobre ti y crea uno nuevo en el que el progreso sea amor sin contar. La historia comienza cuando tú menos lo esperas. Ella marcará la diferencia y un nuevo comienzo, el pasado solo reflejará una gran enseñanza, el presente un nuevo amanecer y el futuro una gran felicidad.

    A partir de hoy la historia comienza con un «te quiero» y un abrazo, con una caricia que representa miles de sentimientos y un beso que expresa un «te amo», tú representando mi felicidad y Dios representando la felicidad de los dos.

    La vida comenzó, desde el principio de los tiempos, desde que Dios nos amó y nos dio la vida. Y mi felicidad comenzó cuando mis ojos te miraron y tus labios aceptaron ser los protagonistas de nuestra historia.

    Te quiero tanto que a veces me cuesta hasta creerlo. Como si me pareciera increíble que alguien consiguiera bajar todas mis defensas, todos los muros que construí hace tanto tiempo que ya formaban parte de mí.

    Te quiero tanto que a veces tengo miedo de perderte. No por el hecho de perderte en sí, sino porque sospecho que perderte me romperá en tantos pedazos que me costará media vida volver a ser lo que un día fui. Aun así, te juro que no hay duda alguna en mí, es precisamente por eso que te quiero de esta manera. He aprendido que, o se ama plenamente, o es mejor no hacerlo de ninguna otra forma. Y a ti te lo doy todo cada día, para que nunca sientas que te falta amor, para que no haya duda alguna acerca de todo esto que me haces sentir.

    Te quiero tanto que espero que entiendas que, por mucho que la vida se nos ponga en contra, aquí estaré para ti hoy, mañana y siempre... Y que este «para siempre» sea el único que por una vez se cumpla, pues no quiero amar si no es a ti.

    Te lo digo aquí, lejos de tus complejos, donde ni siquiera tus dudas llegan y donde esa batalla diaria que sientes por dentro guarda silencio por una vez. Te lo digo aquí para que no se lo lleve el viento y tengas siempre a dónde volver para leer la única verdad que nunca muere: eres preciosa.

    Así, sin más. Eres tan única e increíble que el mundo no lo entiende, no asume que pueda existir alguien así entre tanta gente que no comprende que lo bonito está en lo diferente. Que tu sonrisa brilla más que cualquiera de sus vidas, porque es lo único real que destaca por encima de todas sus fachadas. Y ese pelo rebelde al que nunca le ganas, no lo pierdas, pues de su rebeldía nace todo lo que te hace ser como eres.

    Preciosa, no hay más. No te das cuenta de que lo bonito no está en los ojos, sino en esa mirada tuya capaz de frenar los trenes del tiempo. Que tu risa baña de luz el día más gris y calla la luna cuando te ve, no vaya a ser que te dé por brillar más que ella y hagas del cielo tu hogar. ¿Qué digo? Si hace tiempo que tienes guardado en el firmamento un pedazo de cielo con tu nombre, esperando el día en que te des cuenta de que tu luz está a la altura de cualquiera de las estrellas que miras con envidia cuando alzas la vista.

    Así que basta ya de complejos e inseguridades. Eres preciosa y no te das ni cuenta. Deja de contar uno a uno los «defectos» que te grita el espejo y empieza a contar de diez en diez las virtudes de ser quién eres.

    Y sonríe, que tienes una sonrisa tan bonita que es un delito que la guardes solo para ti. Sonríe y sé feliz contigo misma, ama cada uno de los «defectos» que te hacen dudar y deja que las opiniones de los demás resbalen por esa coraza que llevas desde hace tanto tiempo.

    Eres preciosa, no lo olvides. Y no porque lo diga yo, sino porque en el fondo sabes que todos esos complejos nacen de la sociedad y no de ti. Así que deja el mundo a un lado y céntrate en ti, en esa belleza tuya que es única y que nadie más tiene.

    A veces miro hacia arriba buscando las estrellas que te robaste para tener tanto cielo en la mirada. Ya no sé dónde está el norte, pues sigo navegando a la deriva en el firmamento de todo lo que me haces sentir, y, aun así, parece que siempre termino encontrándolo en ti.

    He aprendido a vivir aquí, meciendo nubes de algodón en tu risa y saciando mis ganas de amarte dando siempre lo mejor de mí. Como si mi mejor versión aflorara cuando te tengo cerca. Me siento mejor persona, más alegre, más feliz.

    Me miras y me pierdo, pero no me importa. Sé que tú estás ahí, sujetando mis manos y ayudándome a seguir. ¿Para qué quiero la Estrella Polar si mi norte siempre tiende a ti?

    No quiero sonar exagerado, pero estoy tan enamorado que, por primera vez, sé que seré capaz de no estropearlo todo. Estoy seguro. Aunque tenga que remar a contracorriente y tu cielo se nuble, seré el viento que sople fuerte y aleje las tormentas que amenazan esa paz que nace de ti.

    No importa lo duro que sea el camino, ni todos los castigos que lleves en la espalda. Al final, lo que de verdad importa es seguir poniendo un pie delante del otro para cumplir una a una todas tus metas. Nunca olvides el esfuerzo que has hecho para conseguir todo lo que ahora tienes. A veces nos olvidamos y nos centramos solo en la meta siguiente, pero hay que disfrutar de todo lo vivido y, sobre todo, no minusvalorarse.

    El amor

    El amor verdadero por naturaleza busca lo trascendental y se desprende de lo indistinto para llegar a sentimientos artistas. El amor es transparente, por eso es amigo de la verdad y no debe admitir la nobleza ni el engaño, que son manifestaciones del egoísmo. El amor es leal y sincero.

    San Pablo dice en la Primera Carta a los Corintios: «El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es orgulloso, es decoroso; no busca su interés o se irrita, no toma cuenta del mal; no se alegra de la injusticia, se alegra con la verdad; todo lo escucha, todo lo soporta». Pero, ante todo, el amor es tu vida, es una oportunidad que debes acoger, es una belleza que debes admirar, un sueño que debe ser realidad, un deber por cumplir. El amor es aquella riqueza que conservas como un misterio por descubrir, como una promesa a cumplir, como aquel himno que tienes que cantar, como aquella aventura que tienes que vivir. La felicidad merece la vida, disfrútala.

    Amar va más allá de un te quiero o de un te extraño.

    Amar es un sentimiento, un anhelo, una felicidad que nace del corazón. Pero ¿cómo compartirlo? Dios te ha dado la respuesta correcta, solo tienes que buscarla donde no la encontrarías y cuando no la necesites.

    La felicidad la encuentras cuando aprendes a dar amor sin esperar nada, cuando solo disfrutas de la felicidad de Dios.

    Pequeña de los ojos lindos

    Y con una sonrisa de esas que te cautivan y te roban un instante de tiempo, así te mira ella desde lejos antes de saludarte, y sin esperarlo, el brillo de sus ojos te vuelve a robar un instante de tiempo, es difícil escapar de esos ojos brillantes que transmiten inocencia.

    Y allí está ella, tratando de ocultar lo evidente, pero de nuevo es delatada por su mirada, presa de un encanto de la naturaleza, que más que un error es una virtud, la de expresar lo que siente sin necesidad de palabra, palabra que se vuelve agua y fluye con tranquilidad como si fuese un arroyo que transmite paz.

    Y la línea entre sus ojos y la dimensión real hacen que todo sea perfecto, para contemplar su mirada y dejar sugerir. Ojos que transmiten palabras y lo fuerte de su carácter, ese que la hace más vulnerable, prisión de un corazón sensible que cuando se hace presente abre el grifo de sus ojos, dejando así al descubierto la humildad de su alma. Inocencia es la palabra para describir lo que hay detrás del sol brillante o de una luna llena que adorna el cielo oscuro. Así son sus ojos, espejos de lo que en verdad

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1