Las Hadas De Los Sueños

Por Eleuteria Reyes-Rodriguez

Es la historia de un nio que al conocer una familia muy singular descubre lo hermoso que es soar y en el camino hacia la realizacin de esos sueos se da cuenta de sus propias capacidades, lo que cambia radicalmente su vida y la de aquellos que le rodean. Es un cuento en donde se mezclan la imaginacion y la realidad en la novedad de una maravillosa aventura: mantener vivos los sueos.

• Idioma: Español
• Editorial: AuthorHouse
• Fecha de lanzamiento: 20 sept 2011
• ISBN: 9781452068770

Eleuteria Reyes-Rodriguez

Nació en Zacatecas, México. Los primeros años de su vida los paso al pie de la Sierra junto a sus padres y hermanos (as). Vivió con carencias sin conocer la pobreza y conoció la riqueza sin tener abundancia, gracias a la vivencia tan cercana con la naturaleza y su familia. Son estos valores los que ha querido transmitir, especialmente a sus hijos, en este libro.

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UNA MANZANA PARA TODOS

Una tarde Angelito, el niño más pequeño estaba en la entrada de su casa cuando llegó una señora con una bolsa transparente, en la que llevaba manzanas. Saludó al pequeño acariciándole el pelo y le preguntó por su madre; el niño se levantó de un salto y volvió de la mano de su mamá. Ella la hizo pasar ya que aún no terminaba de planchar el hermoso mantel que acababa de bordar.

Al entrar a la casa, la mujer se dio cuenta que al niño se le habían antojado las manzanas y escogió una de las más grandes y apetitosas y se la dio; él le dio las gracias sonriendo y corrió a lavarla, trayéndola de vuelta en un platito. Lo colocó cuidadosamente sobre un mueble y se sentó a esperar.

-¿Que te pasa, no te gustan las manzanas? – Preguntó la señora.

-¡Mucho! Pero aún no llegan mis hermanas.

En ese momento entraron las niñas con un gran alboroto, una de ellas llevaba un helado. Después de saludar cortésmente le dijeron:

-¡Vamos Ángel, a la cocina, antes que se derrita!

El niño salió detrás de ellas, desde la sala se podía escuchar la algarabía, las risas, la fiesta. Después de un rato volvieron a aparecer los cuatro; una de las niñas se adelantó y tímida, pero muy formalmente le dijo:

-Gracias por la manzana, señora. – Y salieron de prisa.

Se volvieron a escuchar las risas y el alboroto. Justo en el momento en que entraba su madre, entró también el niño con dos trozos de manzana en el platito.

-Uno es para ti mamá y el otro es para la señora…

-¿De donde sacaste esa manzana?

-La señora nos la regaló… -Y salió corriendo.

-Bueno, en realidad, se la regalé a Él… ¿Siempre hacen eso? –Preguntó la mujer sin salir de su asombro.

-¿Que cosa?

-Eso, repartirse las cosas…

- Siempre… - Dijo la mamá con una sonrisa de satisfacción.

Esa tarde no solo la madre recibió una muy buena propina, sino que los niños fueron obsequiados con casi todas las manzanas. Así comprobaron una vez más, que su madre tenía razón y aunque en ocasiones refunfuñaban al compartir, especialmente cuando se trataba de los juguetes, siempre terminaban haciéndolo.

Contents

UNA MANZANA PARA TODOS

LAS HADAS DE LOS SUEÑOS

DANDO ESPERANZA

LA CASA DE LAS HADAS

DESCUBRIENDO LA PRINCESITA DEL CUENTO

DOS CUENTOS PARA RECORDAR

REDESCUBRIENDO A SUS PADRES

CONSTRUYENDO UN SUEÑO ÚNICO

EL MUNDO DE LAS HADAS

CON LO QUE TIENES HAZ LO MEJOR QUE PUEDAS…Y NO DES NADA POR HECHO

TEJIENDO SUEÑOS

APRENDIENDO A HACER LIMONADA

EL TALLER DE LOS SUEÑOS

EL DIA DE CAMPO

LA TORMENTA

LA CUEVA

BUSCANDO A MÓNICA

¿¿¿ME PUEDEN AYUDAR???

EL RESCATE

LAS HADAS HAN SIDO DESCUBIERTAS

LAS HADAS DE LOS SUEÑOS

Para cuando sucedió lo de la manzana, ya Soledad tenía casi doce años, Carmina nueve, la pequeña Aurora o Lola, como la llamaba todo mundo, tenía siete, mientras el pequeño Angelito andaba cerca de los cuatro.

Esa fue una noche muy especial para ellos, Soledad les contó una historia nueva cuando ya se disponían a dormir, sobre un tema, del que ellos nunca habían escuchado.

-¿Que es un sueño, Sol?- Preguntó Angelito con su inocencia acostumbrada.

-Es cuando duermes y dormido ves cosas que no son verdad, pero te despiertas y las recuerdas, aunque sepas que no son verdad.- Dijo Carmina.

-¿Entonces cuando mamá duerme siempre nos ve a nosotros?- Volvió a preguntar Angelito.

-Es verdad, hoy en la cena dijo que su sueño es vernos siempre juntos…

-No dijo juntos, sino unidos…- Interrumpió Carmina.

-¡Es lo mismo!- Dijo Aurora.

-No es lo mismo Lola.- Dijo pausadamente Soledad y explicó brevemente la diferencia, como ella la entendía.- Pero además, yo no creo que mamá se estuviera refiriendo a esa clase de sueños…

Los niños se acomodaron para escuchar mejor la explicación de Sol, pues siempre que se ponía en la actitud en la que estaba ahora algo bueno estaba por venir.

-La gente mayor cuando quiere algo con muchas ganas, cuando quisiera que sucediera lo que tanto desea, entonces le llama Un Sueño .

-¿Como los deseos de Aladíno?- Preguntó Aurora.

-¿O como el cuento de La Cenicienta? ¿Se acuerdan? Ella quería ir de verdad al baile y su Hada Madrina se lo concedió…- Agregó Carmina.

Soledad asintió con la cabeza, luego se produjo un gran silencio, hasta que Aurora lo interrumpió; su voz tenía una mezcla de tristeza y esperanza:

-Pero las hadas y los genios no existen… ¿Verdad, Sol? Yo nunca he visto uno y siempre me porto bien…

-¿Siempre?- Preguntó Carmina en tono de burla.

-Bueno, casi, casi siempre…

Entonces empezó a hablar Soledad:

-Sería muy bonito que siempre que lo necesitáramos apareciera un genio o un hada, que con su magia solucionara todas nuestras necesidades, o que nos rociara con polvitos mágicos y pudiéramos volar…- Esto último lo dijo simulando rociar algo con los dedos sobre Angelito y Lola y termino haciéndoles cosquillas.

-Lo que pasa es que las hadas y los genios solo aparecen a la gente que de verdad los necesita, a la gente que es muy, pero muy pobre, nosotros no somos tan pobres…- Dijo Carmina tratando de que sus palabras sonaran llenas de sabiduría.

-¡A que no! Wendy no era tan pobre y pudo volar con Peter Pan…- Argumento Angelito.

Soledad volvió a tomar la palabra:

-Bueno, es que las hadas verdaderas son un poquito distintas de como las imaginamos y están en donde menos piensas, son muy traviesas y te hacen reír cuando menos lo esperas. Las hadas verdaderas no sacan una varita mágica y te conceden cada deseo que tienes, por más que lo quieras o lo necesites…- Los niños pusieron cara de asombro é interrogación.- ¿Han visto a mamá cuando borda o teje un mantel?

-¡Siii! Contestaron unánimes.

-¿Que es lo que usa ella?

-¡Hilos!

-¡Tijeras!

-¡Tela!

-¡Agujas!

-Si, pero aunque tuviera todo eso, si ella no supiera tejer o coser de nada le serviría.

-Yo también puedo agarrar hilos y agujas, pero no se bordar o tejer.- Dijo tristemente Lola.

-¿Lo ven? Mamá sabe hacer cosas muy lindas, pero si no tiene los hilos la tela y todo lo que necesita, no podría hacer sus hermosos manteles. Así las hadas, las hadas verdaderas no usan la