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La tenencia de la tierra y el desarrollo economico y social
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La tenencia de la tierra y el desarrollo economico y social
Libro electrónico60 páginas1 hora

La tenencia de la tierra y el desarrollo economico y social

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Mediante el sucinto escrito intitulado La tenencia de la tierra y el desarrollo económico y social, el industrial colombiano Hernán Echavarría Olózaga, describió para historia del país y para la comprensión en todos los niveles académicos, sociales, políticos y económicos nacionales e internacionales, las causas de los conflictos por la posesión de la tierra y las razones prácticas y reales que permiten la pervivencia de este fenómeno económico, social y cultural, asociado con la violencia del terrorismo comunista contra Colombia.

En cinco breves capítulos, La tenencia de la tierra y el desarrollo económico y social, describe la histórica relación de la lucha por la posesión de la tierra con la violencia entronizada en el país desde el mismo albor de la independencia de España; el verdadero problema agrario en Colombia; el problema social que de él se deriva y algunas conclusiones entre las que se destacan:

El impuesto catastral reduce la demanda de los inversionistas para invertir en tierra, no para trabajarla sino en busca de valorización, luego rebaja su precio, y así disminuye, de todas maneras la posibilidad de que al venderla, el propietario obtenga grandes ganancias.

En Colombia hemos establecido la desafortunada costumbre de los situados fiscales. Los municipios ya no cobran impuesto catastral, porque quieren que el gobierno central les sitúe para todos sus gastos. Esto ha conducido a que entonces el gobierno central tiene que elevar los impuestos sobre la renta y actividades comerciales e industriales. Todo debido a que creemos que la tierra no tiene que pagar impuestos sino cuando se trabaja y produce renta.

Por estas y muchas razones más, el concepto económico y social de Echavarría Olózaga acerca de la desigual tenencia de la tierra en el país, es un documento de obligatoria consulta y un libro que debe estar en la biblioteca de investigadores de temas sociales, políticos y económicos contemporáneos, y un texto de reflexión para los lectores en general, pues está escrito en términos sencillos, claros y precisos que facilitan su lectura y comprensión.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 abr 2018
ISBN9781370226085
La tenencia de la tierra y el desarrollo economico y social
Autor

Hernán Echavarría Olózaga

Hernán Echavarría Olózaga nació en Medellín, Colombia, el 7 de abril de 1911. Estudió Ingeniería Mecánica y Textil en Universidad Victoria (Inglaterra) y economía en la Escuela de Ciencias Políticas y Económicas de Londres.En 1933 se vinculó a una de las empresas familiares, Coltejer, primero como ingeniero y luego como gerente de ventas. Posteriormente asumió la administración de las Calceterías Alfa y Pepalfa. En 1938, se asoció para fundar Cabarría, una oficina de representación comercial de Dow Chemical Company.Echavarría fue divulgador del keynesianismo en Colombia. Su libro Pleno Empleo y Otros Temas, publicado en 1948, es tal la exposición e intento de aplicación en Colombia de algunos aspectos de la teoría de John Maynard Keynes. A lo largo de su vida publicó más de veinte libros, siendo los más importantes El sentido común en la economía, Macroeconomía y Partido Liberal, La crisis colombiana de los años noventa, y Macroeconomía de la América CafeteraTambién fue autor de numerosos artículos de prensa enfocados a divulgar conceptos económicos publicados en los principales diarios de Colombia En octubre de 1943, fue nombrado Ministro de Obras Públicas. En 1957, siendo presidente de la junta directiva de la Asociación Nacional de Industriales, participó en el derrocamiento del gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla. En agosto de 1958 fue designado Ministro de Comunicaciones.En 1967 asumió la embajada de Colombia ante el gobierno de los Estados Unidos. Y en el segundo semestre de 1969 actuó como embajador plenipotenciario en la Zona Caribe. Entre 1980 y 1981 dirigió la Comisión Nacional de Valores en donde denunció y sancionó los abusos de los Fondos de Inversión Grancolombiano y Bolivariano Echavarría Olózaga fue uno de los más duros críticos del gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-1998), exigiendo su renuncia por la infiltración de dineros del narcotráfico en su campaña electoral.Participó en la fundación de más de diez centros universitarios de Colombia, como la Universidad de los Andes, la Universidad EAFIT, Icesi, la Universidad del Norte y el Cesa, entre otros.

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    La tenencia de la tierra y el desarrollo economico y social - Hernán Echavarría Olózaga

    LA TENENCIA DE LA TIERRA Y EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL

    Hernán Echavarría Olózoga

    La tenencia de la tierra y el desarrollo económico y social

    © Hernán Echavarría Olózoga

    Autoedición e impresión

    Editora Guadalupe

    AA 29765

    Bogotá D.C. (Colombia)

    Primera Edición 1996

    Reimpresión, 2018

    © Ediciones LAVP

    Tel 9082624010

    NYC USA

    ISBN: 9781370226085

    Smashwords Inc.

    INDICE

    Preámbulo-La lucha por la tierra

    El verdadero problema agrario

    El problema social

    Conclusiones

    PREÁMBULO

    LA LUCHA POR LA TIERRA Y LA VIOLENCIA

    Colombia es un país rico en recursos naturales. Tiene tierra abundante con distintos climas, en la cual se podría producir suficiente comida para toda su población actual. Sin embargo, informes del BM indican que por lo menos 5 ó 6 millones de colombianos no comen lo suficiente.

    Todos sabemos, además, que en los cinturones de miseria que circundan nuestras grandes ciudades, un alto porcentaje de la población está marginada y vive en la miseria, puesto que no tiene trabajo. En Medellín, la ciudad en la cual se estima que el problema de desempleo es más crítico, el 30 % de la juventud menor de 18 años está sin trabajo. Estudios del Banco Mundial indican que la miseria del pueblo en Colombia no se encuentra entre las familias que tienen empleo permanente, sino en aquellas en las cuales sus miembros no tienen trabajo, o se emplean ocasionalmente.

    En las páginas siguientes explicaré por qué la manera como los colombianos manejamos nuestro territorio, es la causa del hambre y de la miseria de gran parte del pueblo.

    Por qué la tenencia de la propiedad raíz está impidiendo no sólo que la tierra se cultive eficientemente, sino obstaculizando también que se organicen las unidades de producción, las empresas, que den trabajo a todos los colombianos y, al darles empleo, produzcan todos los bienes salarios, la alimentación, el vestuario y la habitación, que la sociedad requiere.

    Encontramos ahora muchos estadistas que alegan que en Colombia no tenemos ya problema agrario, puesto que casi el 70% de los habitantes son urbanos. Los que esto alegan se han quedado estancados en el problema agrario de hace tres décadas más o menos, cuando el doctor Lleras Restrepo luchaba para que el congreso le aprobara la Ley de Reforma Agraria.

    Al terminar el siglo nos damos cuenta de que los estadistas de esa época, que propugnaban por la Reforma Agraria, sólo veían parte del problema. Que éste ha sido, desde entonces, más serio de lo que el país ha creído. Porque no sólo es aberrante, sino una injusticia que clama al cielo, que un país que tiene 1'141.748 kilómetros cuadrados, mantenga un cuarto de su población en la miseria y sin tierra en la cual pueda producir al menos su pancoger.

    Pero esto es lo de menos, lo peor es que su clase dirigente, por estar echada en la tierra, no se ocupa de lo que es su deber principal en una sociedad de empresa privada, darle trabajo a toda la población.

    Si analizamos la historia de nuestro país podemos apreciar mejor las consecuencias sociales y políticas de ese desmedido y voraz deseo de nuestra clase dirigente, por acaparar la posesión de la tierra. Ese acaparamiento de la tierra fue el catalizador de la violencia que azota al país.

    Antes de que los liberales llegaran al poder, con Olaya Herrera en 1930, el país ya conocía alguna violencia, proveniente de la presión del crecimiento demográfico de la población sobre las grandes haciendas, cuyos límites no estaban bien definidos.

    Al consolidarse el régimen liberal en el poder, los alcaldes fueron pasando de ser conservadores a ser liberales. En Colombia el alcalde del pueblo, además de ser decisivo en las elecciones, era en esa época factor determinante en muchas otras cosas, puesto que controlaba la fuerza pública. Cuando había cambio de régimen los alcaldes tenían como función principal hacer la limpieza política del lugar. Esto consistía, principalmente, en desterrar al contendor.

    Los liberales hicieron limpieza en la década de los años treinta. Al advenimiento, nuevamente, del régimen conservador, en 1946, éstos iniciaron limpieza sacando a los liberales. Fue así como muchos campesinos liberales perdieron sus tierras y tuvieron que desterrarse.

    Pero ya la limpieza era más difícil, puesto que la mayoría del país era liberal, luego ella requirió más violencia, adquiriendo características de conflicto agrario.

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