¡No nos encerremos en nuestras certezas! Pequeño elogio de la apertura de mente

Por Emmanuel Terre-Neuve

Tener una mente abierta no es tan fácil cuando vivimos en una sociedad saturada de divisiones, deteriorada por las tensiones, los prejuicios e incomprensiones. Nos encontramos con muchas dificultades para lograr hacer de nuestra diversidad una riqueza. El objetivo de este pequeño libro no es dar lecciones de filosofía o ética, sino proponer un listado de herramientas que quizás nos permitan no dejarnos llevar tanto por nuestras certezas y ser más tolerantes. La apertura de mente no se decreta, se trabaja. ¡Pongámonos a ello!

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 12 ene 2018
• ISBN: 9781547513963

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¡No nos encerremos en nuestras certezas! Pequeño elogio de la apertura de mente

Emmanuel Terre-Neuve

Traducido por Belén Galán 

" ¡No nos encerremos en nuestras certezas! Pequeño elogio de la apertura de mente "

Escrito por Emmanuel Terre-Neuve

Copyright © 2018 Emmanuel Terre-Neuve

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Traducido por Belén Galán

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Derechos reservados (copyright): © Emmanuel Terre-Neuve, 2017.

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Introducción

Este pequeño libro no pretende convenceros de nada que no sea que nuestras opiniones son siempre perfectibles y que debemos luchar día tras día contra nuestras certezas.

Su objetivo no es revolucionar vuestra visón del mundo o incluso cambiar completamente vuestros hábitos. No estáis a punto de leer una obra de filosofía, un tratado científico o consejos para una dieta de adelgazamiento. Nuestra finalidad será recordar juntos lo importante que es ir más allá de nuestra vida cotidiana, y acercarnos un poco a todas esas cosas y personas diferentes, que habitualmente observamos desde lejos, protegidos tras el muro de nuestro jardín.

Muy a menudo, en efecto, somos incapaces de escuchar a nuestros semejantes. Las sociedades en las que vivimos se tambalean porque ya ni siquiera intentamos comprendernos los unos a los otros. Cada uno sigue su propio camino, seguro de sus opiniones, y nos alejamos progresivamente, al principio imperceptiblemente, antes de que nuestras diferencias sean tan grandes que ya no las soportemos.

Para superar el abismo que nosotros mismos hemos dejado acrecentarse, debemos respetar algunos principios que vamos a identificar juntos. Pero no por ello pretendemos armonizar nuestras opiniones: tenéis la libertad de tener las vuestras, de acuerdo con vuestras ideas y referencias culturales, políticas, filosóficas, etc. No tengo nada que enseñaros. ¡No poseo la ciencia infusa!

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Capítulo 1

Método para tener una mente abierta sin complicarse la vida

Síntesis

Una buena noticia para los lectores con poco tiempo o desbordados, y también para los perezosos: los capítulos empiezan con una síntesis que os permitirá captar lo esencial de las discusiones que vienen a continuación. Resumamos, pues, en pocas líneas el desarrollo del presente capítulo.

Para comprender el mundo que nos rodea, es importante que nos forjemos nuestras propias opiniones. En caso contrario, corremos el riesgo de dejarnos manipular por discursos excesivos o engañosos. Nos faltan herramientas para percibir la realidad de las cosas, y evolucionamos al son de las ideas mayoritarias, a medio camino entre el cuco que se aprovecha del trabajo de los demás   y la veleta que cambia al primer cambio de dirección del viento.

Por lo tanto, debemos hacer un esfuerzo y adoptar un espíritu crítico. Pero esto solo resultará interesante si nuestras ideas no se quedan anquilosadas en el tiempo. La receta es sutil. Consiste en ser humildes y escuchar; no ser muy categóricos, cuestionarnos nuestras certezas, transigir, sin por ello someternos completamente a las ideas de los demás o relativizar siempre todo. ¡No todas las opiniones valen!

Tener opiniones personales tampoco implica que nos consideremos unos expertos —lo que rara vez ocurre— ni que vayamos de serios y dejemos de bromear, lo cual es muy triste. Ante todo, se trata de ser positivos, sencillamente abiertos. No rechazar por principio algo o a alguien que nos resulta diferente; no denigrar gratuitamente, sino respetar; ser benevolentes; y reconocer que si queremos avanzar no debemos aferrarnos a nuestras ideas, y que debemos cuestionárnoslas contrastándolas con las de los demás, sin ningún tipo de pretensión.

Desarrollo

La realidad es a menudo más compleja de