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Cazadora - Hija de la Oscuridad
Cazadora - Hija de la Oscuridad
Cazadora - Hija de la Oscuridad
Libro electrónico170 páginas2 horas

Cazadora - Hija de la Oscuridad

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Victoria.
Solo la muerte puede detenerla.
La cazadora se convierte en presa.
«Las hijas de la oscuridad» forma parte de una serie de heroínas que pueden conocerse entre ellas ya que comparten el mismo padre, Vlad Montour.
Victoria es una cazadora de vampiros, una de las últimas de su tipo. La mejor de todas.
Cuando descubre que su hermana es una de sus objetivos, la deja ir, solo para terminar en el lado equivocado del Consejo.
Forzada a probarse a sí misma, caza su siguiente presa: un hombre lobo. Herida y hambrienta, se ve obligada a hacer lo que sea para sobrevivir. Sus acciones alteran al antiguo Consejo; ahora, se encuentra a sí misma siendo la única cosa que siempre ha despreciado: la presa.
Tori no tiene otra opción más que correr. Ella ha decepcionado al Consejo, ha atacado y asesinado a uno de los Ancianos; por lo que Vlad, su deplorable padre, está decidido a encontrarla.
Cuando se revelan algunos secretos del pasado, se encuentra en una encrucijada.
Sin saber qué camino tomar, debe confiar en otros seres sobrenaturales para que la guíen, algo que nunca había permitido antes.
Obligada a ir en contra de otros cazadores, se encuentra arrinconada. Su única salida es pelear, o morir en el intento.
Esta es la historia de Tori escrita por W.J. May. Es el libro 2 de la serie de la Hija de la Oscuridad; La historia de Tori. Como cortesía, el autor desea informarle que esta novela no termina en suspenso. El próximo libro, que saldrá a principios de otoño (o antes), continuará la historia.

***Libro para adultos con escenas apropiadas para +16.***
 

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento10 nov 2017
ISBN9781507198445
Cazadora - Hija de la Oscuridad
Autor

W.J. May

About W.J. May Welcome to USA TODAY BESTSELLING author W.J. May's Page! SIGN UP for W.J. May's Newsletter to find out about new releases, updates, cover reveals and even freebies! http://eepurl.com/97aYf   Website: http://www.wjmaybooks.com Facebook:  http://www.facebook.com/pages/Author-WJ-May-FAN-PAGE/141170442608149?ref=hl *Please feel free to connect with me and share your comments. I love connecting with my readers.* W.J. May grew up in the fruit belt of Ontario. Crazy-happy childhood, she always has had a vivid imagination and loads of energy. After her father passed away in 2008, from a six-year battle with cancer (which she still believes he won the fight against), she began to write again. A passion she'd loved for years, but realized life was too short to keep putting it off. She is a writer of Young Adult, Fantasy Fiction and where ever else her little muses take her.

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    Vista previa del libro

    Cazadora - Hija de la Oscuridad - W.J. May

    Contenido:

    Capítulo 1 .............................................................................. 0

    Capítulo 2 ..............................................................................

    Capítulo 3................................................................................

    Capítulo 4 ...............................................................................

    Capítulo 5 ..............................................................................

    Capítulo 6 ..............................................................................

    Capítulo 7 ..............................................................................

    Capítulo 8 ..............................................................................

    Capítulo 9 ............................................................................ 1

    Capítulo 10 ..........................................................................

    Capítulo 11 ..........................................................................

    Capítulo 12 ..........................................................................

    Capítulo 13 ..........................................................................

    Capítulo 14 ..........................................................................

    Capítulo 15 ..........................................................................

    Capítulo 16 ..........................................................................

    Fotolia_50777025_XS

    ––––––––

    Cazadora o presa.

    No hay otra opción.

    Capítulo 1

    —¡Aléjate de sus dientes!

    Mis incisivos filosos masticaban el aire cuando el hombre que me retenía retrocedió de un salto. Grité con furia, sin poder controlar la ira y la histeria que se iban gestando dentro de mí. Se sentía como un fuego líquido que ardía en mi pecho. No importaba lo que hiciera, ni cuanto intentara manejarlo; nada funcionaba. Me estaba consumiendo.

    —¡Tori! ¡Tienes que luchar! ¡Te has enfrentado a cualquier cosa en la vida y también puedes con esto!

    Reconocí  la voz de Eddy, flotaba en alguna parte sobre mí, pero mi visión estaba borrosa. Sentía que mi piel comenzaba a resquebrajarse y a agitarse en coyunturas que desconocía. Las oleadas de sangre me concedían oleadas frescas de espasmos.

    Chillé nuevamente, pero esta vez sonó como nunca antes. Más profundo. Más bestial. Más bien un gruñido que un grito.

    —¿Qué me está sucediendo? Esto no es la muerte. Ya había estado así de cerca. Ya había sufrido así, sólo que antes de sucumbir, me invadía la tranquilidad. Pero esto... Esto era una agonía. Comparado con lo que estaba experimentando, la muerte debía ser solo un trámite.

    —No puede ser... —El suspiro de Evan, de alguna forma, mantuvo mi llanto y mi escándalo en el bosque.

    Eddie volteó; seguía sosteniéndome contra el piso. —¿Qué sucede?

    —No se está muriendo —dijo Evan—. Dio un paso hacia atrás y me miró con una extraña mezcla de asombro y lástima.

    —Se está transformando.

    —¿Transformando? ¿En qué?

    Su quijada se abría mientras me miraba fijamente. —¡No! Ella no puede ser. ¡Es...! ¡Es imposible!

    Otro chillido salvaje salió de mi boca. Arremolinándome y retorciéndome, me empujé más lejos hacia la tierra. Estaba segura de que cada hueso en mi interior se estaba deshaciendo. Se estaban alargando y reforzando; me estaba alargando, me estaba volviendo más rápida.

    Me transformé.

    De repente, las palabras de Evan comenzaban a tener sentido y dejé salir un gemido que proclamaba humanidad. No podía ser. La sangre de un hombre-lobo no convertía a un vampiro en hombre-lobo, sino que lo mataba. No había manera de que me estuviera convirtiendo. Mi cuerpo debería volverse ceniza que flotara en el aire.

    Pero no estaba sucediendo eso.

    Miré mis manos con terror mientras se estiraban. ¡Era imposible! Su forma estaba cambiando: se estaban agregando músculos, tendones y una piel más gruesa. Antes de poder darme cuenta, estaba cubierta por una capa blanca de pelo.

    ¡No! Traté de gritar. Pero mi voz ya no era mi voz. Todo lo que salió de mis labios fue un triste aullido. El sonido me era familiar, teniendo en cuenta todos los años que había pasado junto a Eddie. Sin embargo, el sonido no le correspondía a mi boca.

    Los hombres que estaban a mi alrededor comenzaron a gritarle a algo, pero yo no podía comprenderlo. De alguna manera, y por razones que superaban mi entendimiento, mi cuerpo se había transformado. Lo que había sido una forma esbelta de mujer; ahora se había convertido en una apariencia de lobo acicalado, pero poderoso. Mis dientes crecieron hasta un poco más abajo de mi mentón, los caninos se alargaron como mis dientes de vampiro, solo que podía sentir que eran más poderosos. Mis orejas se aplanaron hacia atrás, contra mi cráneo. Luego se dirigieron hacia arriba para prestar atención.

    Luego, tan repentinamente como había llegado la intensidad del dolor, así se marchó

    Me precipité hacia mis pies solo para darme cuenta de que mis compañeros me llegaban hasta la cintura. Nuevamente intenté hablar, pero solo me salió un gemido con sonido canino. Mis garras golpetearon el piso por el miedo y dejaron profundas rasgaduras en la tierra.

    —¿Tori? Eddie me retenía para calmarme con un gesto que solo había visto en los parques de animales del mundo. Un gesto que yo solía usar  con criaturas inferiores. —Tori, todo va a estar bien. Ya lo resolveremos.

    Una risa por lo bajo me hizo mover en círculos y ponerme en cuatro patas. Evan permaneció mirándome con un brillo astuto en sus ojos.

    —Es un lobo respetable. Un poco pequeño, tal vez. Pero, mira esa hermosa piel blanca.

    ¿¡Mira esa hermosa piel blanca?!

    Eso era demasiado.

    Al siguiente aliento, ya estaba en el bosque. Había dejado atrás los gritos que decían «¡Tori, regresa!» y la distintiva voz de Evan que decía «¡Vamos, no era mi intención!»

    El instinto se apoderó de mí y, de repente, solo quería alejarme de la escena del crimen lo más que pudiese. Algo me estaba provocando todo esto. Solo tenía que entender de qué se trataba como para poder normalizarlo. Debía haber algún precedente, algo que explicara lo que estaba sucediéndome... Y una manera de poder arreglarlo.

    Quizá era la sangre de hombre lobo que aún permanecía en mi cuerpo. Tal vez, este tipo de lapsus debía producirse, en algún momento, en todos los vampiros; solo que, de tanta vergüenza que generaba este cambio, nadie se atrevía a hablar de él. A lo mejor, se trataba de algo que pasaba solo una vez.

    Sí. Eso debía ser.

    Sin embargo, muy profundo en mi corazón, tenía instalado un sentimiento inquietante muy abrumador. Un vampiro era un vampiro. Un hombre lobo, un hombre lobo. No había lugar para la confusión. Y aún, mientras corría a través de los árboles, mi mente seguía viajando para encontrarme en el momento en que conocí a mi última hermana. Blair era mitad vampiro mitad bruja. Hubiera dicho que eso era imposible si no lo hubiese visto con mis propios ojos tan solo unos días atrás. Parecía ser que el mundo sobrenatural era mucho más complicado de lo que alguna vez habría imaginado.

    ¿Cómo era posible que no me haya dado cuenta? ¡Yo era una cazadora, por el amor de Dios!

    Volví a aullar y me propulsé a toda velocidad. Siempre me sorprendió la facilidad con la que Eddie era capaz de hacerse camino entre la densa maleza y serpentear entre los árboles (cual pez en el agua). Pero nunca comprendí lo simple que era para él, lo natural que era. Corría a través del bosque, brincaba las rocas, inclinaba mi cabeza hacia atrás aullando hacia la luna. Era como si hubiera nacido para eso.

    No era Tori atrapada en el cuerpo de un lobo. Era Tori, la loba.

    Pronto, mis aullidos se unieron al de otros y no pasó mucho tiempo para darme cuenta de que alguien estaba tras mi rastro. El pelaje de la nuca se me erizó y comencé a correr aún más, daba vueltas para poder captar la esencia de mi seguidor. Era más fácil de lo que hubiera imaginado. Mis fosas nasales fueron invadidas por un aroma a champú, almizcle y un suave rastro de colonia. Era como si estuviese parada junto a la bestia.

    Evan.

    Totalmente incapaz de poder enfrentarme a la realidad, simplemente estiré mis piernas nuevas y me dejé volar. Todo a mi alrededor parecía un borroso mar verde y marrón. Cerré mis ojos y dejé que mis sentidos me guiaran. Para mi sorpresa, me di cuenta de que la vista era casi innecesaria, como un lican con ojos de vampiro. Mi olfato agudo y mi oído afilado me permitían saber todo lo que aparecía sin la necesidad de abrir mis ojos. Mis labios hicieron un círculo semejante a la sonrisa de un lobo. Brincaba de tronco en tronco a una velocidad extraordinaria, hasta que, de repente...

    ¡Basta!

    Mis garras empezaron a arrojar chispas al comenzar a resbalarme hacia el precario borde de un acantilado. Un bloque de granito cayó directo al precipicio.

    Pero eso no era lo que me estaba sorprendiendo.

    Era el sol.

    Mágicamente, en el momento en que los rayos tocaron mi cuerpo, el pelaje comenzó a desaparecer. Mis huesos volvieron a colocarse automáticamente y mi cuerpo comenzó a encogerse, tomando la forma natural de humano. Segundos más tarde, volví a sentirme como siempre. Me puse de pie, desnuda, en la cima del acantilado. El viento enredaba mi cabello mientras miraba fijamente el brillo del amanecer.

    Mis ojos se entrecerraron por el resplandor. Aguardaba a que mi cuerpo comenzara a arder de forma terrible al repeler los rayos ultravioleta.

    No sucedió.

    ¿Cómo es posible?

    Estiré una de mis manos blancas hacia el frente y miré cómo el sol la entibiaba. El esplendor de la luz la hacía resplandecer. Miles de partículas de polvo relucían en el aire. Estiré mis brazos mientras miraba con fascinación cómo bailaban y se arremolinaban por el viento.

    Algo húmedo cayó en mi muñeca. Miré hacia arriba y sentí algo húmedo, que se refrescaba por la brisa matutina, deslizándose en mi rostro. Mis labios se entreabrieron por el asombro de tocar, suavemente con mis dedos, las lágrimas que caían de forma imposible.

    —¿Qué me estaba sucediendo? Me encontraba llorando con lágrimas y de pie frente al sol. Estas cosas eran imposibles para un vampiro; sin embargo, allí estaba. Otro pensamiento debió haber aparecido mientras corría. ¿Y si ya no era posible volver a convertirme en un vampiro con forma humana? Nunca había sabido acerca de lo del sol ni tampoco me había dado cuenta de eso antes. Me habría escondido en cualquier lugar y, posiblemente, nunca me volvería a transformar o no me habría dado cuenta de la criatura única en la que me habría convertido.

    Del bosque se escuchó un estruendo y alguien se deslizó a mi lado. Mantuve mis ojos fijos en el horizonte. No tuve la intención de mirar hacia otro lugar. Cada momento en el sol era precioso. Cada lágrima.

    —¿Tori? —preguntó Evan muy despacio.

    ¿Evan? La voz me sorprendió. Estaba segura de que sería Eddie quién habría ido a buscarme. ¿Qué le importaba a Evan lo que me estaba pasando? Desde el momento en que aparecí en su vida, puse en peligro todo lo que él estimaba. En todo caso, debería estar enojado porque su sangre no me había matado. Lentamente, fui moviendo mi rostro hacia el de él. Mis ojos aún seguían mirando el amanecer.

    El hombre que estaba a mi lado no parecía enojado. Parecía preocupado.

    —¿Estás bien, Tori?

    Finalmente, me obligué a focalizarme solo en él. Lamenté tener que desviar mi mirada del brillo del amanecer. Vi más lunas de las que puedo contar, pero ese era un brillo que jamás pude había podido apreciar. Ecos de un brillo que danzaban en mi mente. Probablemente, mis ojos seguían brillando por el ardiente calor.

    —Estoy bien.

    —¿Segura? —No se veía ni sonaba convencido.

    —Bueno, estoy más que bien.

    Frunció el ceño.

    No me comprendía. Soy más que un vampiro. ¡Ahora puedo hasta llorar! Soy  algo que tiene posibilidad de levantarse al amanecer un millón de meses más. Estoy —miré hacia abajo— aún desnuda. ¡Mierda!

    En un momento de absoluta

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