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La voz de lo inerte
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La voz de lo inerte
Libro electrónico64 páginas41 minutos

La voz de lo inerte

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Relatos cortos de humor, intriga y filosofía y suspense. En este volumen encontrarás objetos inertes, que dotados de palabra por un momento, nos contarán sus fantásticas experiencias, mostrarán sus absurdas inquietudes y temores y se revelarán por el trato recibido. ¿Es posible que nos muestren a nosotros, los hombres, las carencias y despropósitos de nuestra propia sociedad y pongan en evidencia los, muchas veces, mezquinos mecanismos que mueven nuestros sentimientos? Desde una perspectiva diferente conoceremos sus testimonios, pero también sus divagaciones y locuras. El zapato se cree Dios por un momento mientras la pared nos hace viajar a través de sus grietas por las abstractas fronteras entre la vida y la muerte. El interruptor es testigo de un crimen y el vaso se pierde en vanos intentos de explicar los esotéricos secretos de las relaciones de amistad y amor.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 oct 2017
ISBN9781370273478
La voz de lo inerte
Autor

Guillermo Cerviño Porto

El Guardián de los Pensamientos (2014) Los Secretos de Sara (2015 y 2017) La voz de lo Inerte (2016) Historias Extraordinarias (2017) ELLA (2017) MYB (Inédita, 2018) El asesinato de Mario Blas (Inédita, 2019) Soy de la gallega provincia de Pontevedra, del 78, amante de la lectura desde que tengo uso de razón, y esclavo de la escritura desde que jugaba a continuar los relatos de Edgar Allan Poe Y Lovecraft poco antes de ingresar en mi primer año de Bachillerato. Desde entonces he viajado por los mundos de clásicos y modernos, y creado otros tantos, explorado la mente de los genios a través de sus obras, navegado por los mil y un géneros literarios y admirado sin cesar las cualidades de quienes me rodean. ​ Tengo relatos cortos en LA VOZ DE LO INERTE, serie que comencé como colaboración con el medio informativo local PontevedraViva, con el que sigo trabajando esporádicamente. En ellos dejo que los objetos inertes se hagan con la filosofía de la vida, mezclándola con la fantasía en ocasiones, y el despropósito y la divagación el resto de las veces. Por aquel entonces me hallaba dejándome arrastrar por una historia de terror y drama, cuaderno de viajes también, de un niño sobre un paraje de guerra, desolación y demonios, la cual tuvo varios nombres hasta convertirse en ELLA. un viaje tenebroso entre Sevilla y Pontevedra. A pesar de ser mi segundo trabajo terminado, no la publiqué hasta que superó sus miedos, se contorsionó en múltiples modificaciones y chocó de frente con cientos de errores inherentes en todo alma que se enfrenta por primera vez a 250,000 palabras. Por eso, casi 7 años después asoma su cabeza envejecida por entre obras mucho más jóvenes. Entre tanto, desde alguna parte entre los borradores de la obra citada, nació EL GUARDIÁN DE LOS PENSAMIENTOS, originalmente un relato escrito con el objetivo de descansar de la larga e intrincada creación de ELLA. Pero este ser sobrenatural, que es el guardián, reclamó de mí la atención necesaria para convertirse, según muchos, en la mejor de mis historias de terror. LOS SECRETOS DE SARA fue mi primera incursión larga en un género humorístico, irónico y más en la tierra firme. Uno que me sorprendió diciéndome, que tal vez, sea al que debo dedicar mis futuras obras. Por aquel entonces El guardián de los pensamientos estaba siendo traducida por la editorial de Maryland American Star Books para dar paso a THE GUARDIAN OF THOUGHTS. Poco después de finalizar Los secretos de Sara comenzó a dar sus primeros pasos MYB, agencia de detectives, añadiendo al género novelesco y de enredos un toque detectivesco al estilo Holmes, pero impregnado del carácter propio de los personajes más divertidos y sarcásticos de Los secretos de Sara. Las muchísimas lecturas de novela negra, supongo, querrían también dejar impresa su marca en mis escritos, inquietas tal vez, en los remolinos abisales de mi mente, más adherida en ocasiones a la fantasía que al mundo real. MYB permanece inédita hasta que ella misma me diga qué debo hacer con sus 600 páginas. ​ Y en algún momento, las historias que fueron rellenando momentos, inspiradas en despertares en plena noche, paseos por cualquier parte, e incluso talleres creativos y alguna que otra conferencia sobre Shakespeare, Joyce y otros en la facultad de filología de la USC, esas historias, digo, salpicadas aquí y allá entre los años y las obras más grandes, decidieron gritar. Estamos aquí, me dijeron. Y tras releer y reeditar, reeditar y arrepentirme, reescribir y entonces borrar, amparando mis esperanzas en copias de seguridad en otros dispositivos (siempre me ha inquietado esa manía mía...) he maquillado simplemente mis viejas palabras, para que conservasen estas el cariz del tiempo en que fueron escritas, y flotase ante sus letras temblorosas las imágenes que inspiraron su creación. Con el cuidado máximo y el miedo en igual medida, cual cirujano en ciernes ante su primera prueba de fuego, edité HISTORIAS EXTRAORDINARIAS. Y si acaso no lo fuesen, sí al menos los minutos y horas de mi tiempo de vida en que fueron concebidas, han sido extraordinarios para mí. Espero que las disfruten. Muchas gracias por leer. GUILLERMO CERVIÑO PORTO (04 DE JULIO DE 2017)

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    La voz de lo inerte - Guillermo Cerviño Porto

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    EL INTERRUPTOR

    I

    A menudo sucede que no sucede nada. Digamos que es este un estado continuo de inactividad que, si me lo permitís, quisiera calificar de suceso por el mero hecho de que no sucede ninguna otra cosa. ¿Pueden imaginarse la eterna monotonía? Les aseguro que es terrible. Lo más terrible que he experimentado nunca. Imagínense también a esa monotonía con la condición adquirida de vacuidad. La condición que el lento pasar de los años va apuntalando sobre tus hombros, metafóricamente hablando. ¿Pueden sentir el peso cada vez mayor? ¿Pueden notar su presión insertándoos cada vez más en la grieta que se abre paso en la pared? Yo, desde luego, la siento muy bien. Y no podría ubicarla en un lugar concreto de mi cuerpo, uno en el que todos pudiéramos sentirnos identificados, porque cada uno tiene su propia grieta. Solo la siento y nada más. 

    A veces sucede que uno desea casi desesperadamente que ocurra algo. Cualquier cosa. No importa si es buena o mala con tal de que tenga lugar. Porque todo hijo de vecino necesita ser testigo de algo al menos una vez en su vida. Necesita algo que contar. Algún hecho acaecido. Lo que sea. Incluso una tragedia es bien recibida. Sobre todo una tragedia. Sí, sobre todo eso. Lo digo, porque sé de buena tinta que lo malo es más proclive a ser recordado que lo bueno. Si lo sabré yo. E incluso me atrevería a afirmar que las buenas acciones permanecen más tiempo en el recuerdo de quien las hace que en el del beneficiado. Ayudan al hacedor más que al favorecido por el hecho de que dan un sentido a sus vidas. Les hacen sentir mejor. Y también porque a lo bueno cuesta muy poco acostumbrarse. Y porque acostumbrarse implica olvidar un montón de cosas. Cosas buenas. Cosas importantes. Eso también es así, y nada más.

    ¿Y si no tienes la oportunidad, la bondad, o simplemente no sabes cómo ser un buen samaritano? Siempre puedes decirte que uno solo es uno, y que uno solo no puede controlar ciertas cosas de su vida. Para más, de la vida en general. Puedes alegar que no te apetece, que todo es complicado, o que tal vez no seas una buena persona después de todo. El cuento típico autocompasivo diría así: «sé que no soy buena persona, o que no lo estoy haciendo todo lo bien que pudiera, por eso estoy triste y desanimado». Y el cuento típico, completo y desnudo, diría lo siguiente: «sé que no soy buena persona, o que no lo estoy haciendo todo lo bien que pudiera, por eso estoy triste y desanimado, pero tampoco tengo intención de mover un triste dedo por cambiarlo, porque si lo hiciese dejaría de no ser bueno» Eso suele funcionar cuando existe un amor fuerte o reciente de por medio, cargado de una excesiva comprensión y un saco para llevarla. Al menos al principio. Como si el admitir que uno es malo ya te convirtiese en bueno y te diese, de paso, licencia para seguir siendo malo. Y como esa, mil y una excusas. Si es que no se consuela quien no quiere. 

    Cuando uno se agarra a algún hecho inamovible, o se convence a sí mismo de que lo es, entonces ya no importa la función para la que hayas sido creado. Todo

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