Lucidez

Por Adolfo Sagastume

La humanidad actual de esta Era del Kaliyuga sufre indeciblemente a consecuencia de las atroces y dolorosas consecuencias de la caída en la generación animal. El ego es la bestia que nos tiene sumidos en la oscuridad. Solamente haciendo un trabajo serio de autoconocimiento puede conducirnos a la eliminación del ego y sus consecuencias para conseguir la libertad total que tiene como premio el poderoso despertar de la consciencia y el ingreso victorioso a la Tierra Prometida de los mundos internos. El trabajo es duro pero mayor es la recompensa. Este es el momento de comenzar la Gran Obra del Padre Interno.

• Idioma: Español
• Editorial: Adolfo Sagastume
• Fecha de lanzamiento: 24 may 2016
• ISBN: 9781310417054

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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Índice

Introducción

La Energía Esencial

Deconstrucción del Ego

Estados de Consciencia

Meditación Lúcida

La Santa Alkimia Liberadora

Simbolismo Onírico

Conclusión

Introducción

El ego tiene su propia historia personal y se aferra al mundo fenoménico con la fuerza aterradora de su monumental estructura. El ego es la codificación inconsciente de todas nuestras voliciones, ideas, fantasías e impulsos de vida. El ego es la conformación de lo que trágicamente hemos llegado a ser artificialmente y que nos hace creer que somos en realidad.

Nuestra esencia viene al mundo con la capa petrificada de la identificación egóica de nuestras vidas anteriores. No aprendió la lección y está rodando inconsciente y dormida en la rueda silenciosa del Samsara fenoménico. El ego es la concha que cubre pérfidamente las emanaciones de la consciencia obstaculizándole la percepción de lo real del mundo en el que ha tocado desenvolverse.

La suprema síntesis de todos los mitos, historias, religiones y doctrinas bien pueden resumirse en esta única fórmula: ego-esencia.

La síntesis de todo el Nuevo Testamento es la misma: ego contra esencia.

El ego es en su conjunto la identificación con los fenómenos del mundo, aceptándolos como esenciales, como si fueran la realidad, cuando solamente son su fenómeno. Por el contrario, el Noúmeno es lo esencial de la vida, del mundo, de la naturaleza y sus múltiples relaciones.

Los fenómenos siempre se confunden con el Noúmeno.

El reflejo falso de las múltiples relaciones de la vida siempre se confunde con el silencio armonioso de la realidad.

Con el tiempo electrificamos nuestra percepción en torno solamente de los fenómenos y terminamos girando junto a ellos y bailando a su propio ritmo. La consecuencia es lo que ha venido a llamarse El Sueño de la Consciencia.

La Consciencia se duerme viendo por su ventana solamente los compases que el ego le permite ver. No puede ver más allá porque está prisionera. Los fenómenos de las múltiples relaciones de la vida terminan por acaparar toda la pantalla de la mente.

Con el tiempo la mente egóica solo acepta esa realidad falsa.

La mente es un filtro que la esencia no puede soslayar, es a través de ella que capta las impresiones que entran a su espacio por medio de los cinco sentidos.

Los cinco sentidos son los escáneres que captan el mundo exterior.

La mente, con todos los egos, los procesa.

Y la esencia recibe gato por libre, recibe fenómenos en vez de noúmenos.

La esencia es engañada con la falsa información que recibe.

Y vive en el engaño.

Su mayor placer es vivir en la mentira y desde allí se deleita del mundo y lo usa