Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La espera
La espera
La espera
Libro electrónico38 páginas28 minutos

La espera

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La Espera está compuesto de relatos breves, compactos, narrativamente vertiginosos, llenos de diálogos que rescatan las particularidades de cada personaje e imágenes claras y llenas de luminosidad. Las fuerzas de la naturaleza, la posibilidad de perdurar en la fugacidad del tiempo, la tristeza de las despedidas, la alegría de lo cotidiano, la eterna felicidad de lo simpleza humana.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 mar 2016
ISBN9789871868179
La espera

Relacionado con La espera

Libros electrónicos relacionados

Poesía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para La espera

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La espera - Mistraletti, Ilda

    Revelación

    El día, lento de luz, asoma entre las picudas cortaderas. Llueve. Grandes gotas caen sobre el pequeño pueblo. El agua también se escurre entre las cañas que sirven de techos a las angostas galerías de las casas. Gotas pesadas resbalan por las descascaradas paredes. El agua todo lo limpia; hasta deja al descubierto el alma de las piedras.

    Sobre el recuesto de la calle sólo se ve una huella en el fango. Un niño camina trabajosamente. El río ensancha su cintura de llanto; el niño reduce su caudal de pena. A él le gusta la lluvia. Le gusta mucho… Camina en dirección al río. Se sienta en la arena todavía tibia.

    El agua fresca plancha aún más sus cabellos lacios y enfría su cuerpo escuálido. Da un capirotazo a un jején que se empeña en molestarlo. Mira el horizonte, al otro lado del río, tras una cortina de agua. Le gusta el río, confidente de sus sueños.

    De pronto, oye un rumor sordo entre la enramada. Voltea. Ve un yacaré deslizarse, primero en el barro, luego en el agua. No se asusta. Espera un momento y se desplaza sigilosamente al lugar donde salió el animal.

    –¡Allí están! ¡Son preciosos! –grita.

    Despliega dos bolsas de arpillera que trae bajo el brazo. En una acomodaba los huevos de yacaré. Dobla la tela, y al vital envoltorio lo introduce suavemente por la abertura de la otra.

    Emprende el regreso. Las gotas caen ralas, ahora.

    En el recodo del camino aparece don Juan Forrer, alemán el hombre, rubicundo de ojos claros y de andar muy pausado.

    –¿Dónde vas, Rengo, con este tiempo? –dice.

    –Vengo, vengo –contesta el niño.

    (A lo lejos se oye ladrar un perro. La lluvia merma. El Sol espía tibio entre el desparramo rápido de las nubes)

    –¿Se puede saber de dónde vienes? ¿Qué traes en esa bolsa?

    El niño sonríe y contesta:

    –Son huevos de yacaré.

    Don Juan, riendo, dice:

    –¿Acaso piensas comerlos?

    –¡Oh, no! ¡Por favor! Se los llevo a mi amigo, él sabe qué hacer con ellos.

    –¡Bah! –dice el viejo, rascándose una oreja y pasando la mano por su incipiente barba.

    –¿Por qué no dejan tranquilos a esos bichos? ¡Caramba!

    –Escuche –argumenta el niño– estos están a punto de romperse. ¿Oye? –y estirando su mano le acerca el huevo al oído del viejo.

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1