El cementerio marino

Por Paul Valéry

La versión que Carlos Martín ha hecho de El cementerio marino es digna de ser mencionada no sólo como ejemplo de fidelidad al original francés sino también por su nobleza formal, la belleza y el rigor de su lenguaje, la buscada adecuación al hondo sentido del poema, la notable transparencia de la dicción poética. La concurrencia de estas virtudes la enaltece entre las varias traducciones que en el mundo hispano se han realizado de El cementerio marino.

• Idioma: Español
• Editorial: Bilineata Publishing
• Fecha de lanzamiento: 18 nov 2013
• ISBN: 9789585794399

Paul Valéry

Nacido en Sète, Francia, en 1871, Paul Valéry fue poeta “a pesar suyo”, según sus propias palabras. Admirador incondicional de Mallarmé, por quien sentía una devoción casi mística, Valéry dedicó toda su vida a estudiar el funcionamiento de la mente humana, el drama de la creación poética, el dualismo de la palabra escrita y “la actitud central a partir de la cual las empresas del conocimiento y las operaciones del arte son igualmente posibles”. El resultado de sus investigaciones lo consignó en La introducción al método de Leonardo Da Vinci, uno de sus más lúcidos ensayos, y en sus esfuerzos por hacer de la poesía —y de la propia creación artística— una “fiesta del intelecto”. Junto con Charmes y La Jeune Parque, El cementerio marino, publicado por primera vez en 1920, es su obra más acabada, original y representativa, una meditación sobre la vida y la muerte en la que el autor logró extraer de su inspiración mediterránea un mundo de sensaciones y de imágenes intensamente evocadoras.

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Nota de los editores

Como la presente edición electrónica de El cementerio marino es bilingüe, se recomienda al lector utilizar la letra Palatino de tamaño cinco para que queden los dos idiomas en la misma pantalla y se pueda comparar la traducción con el original.

Paul Valéry

Nacido en Sète, Francia, en 1871, Paul Valéry fue poeta a pesar suyo, según sus propias palabras. Admirador incondicional de Mallarmé, por quien sentía una devoción casi mística, Valéry dedicó toda su vida a estudiar el funcionamiento de la mente humana, el drama de la creación poética, el dualismo de la palabra escrita y la actitud central a partir de la cual las empresas del conocimiento y las operaciones del arte son igualmente posibles. El resultado de sus investigaciones lo consignó en La introducción al método de Leonardo Da Vinci, uno de sus más lúcidos ensayos, y en sus esfuerzos por hacer de la poesía —y de la propia creación artística— una fiesta del intelecto. Junto con Charmes y La Jeune Parque, El cementerio marino, publicado por primera vez en 1920, es su obra más acabada, original y representativa, una meditación sobre la vida y la muerte en la que el autor logró extraer de su inspiración mediterránea un mundo de sensaciones y de imágenes intensamente evocadoras.

La versión de Carlos Martín ha hecho de El cementerio marino de Paul Valéry es digna de ser mencionada no sólo como ejemplo de fidelidad al original francés sino también por su nobleza formal, la belleza y el rigor de su lenguaje, la buscada adecuación al hondo sentido del poema, la notable transparencia de la dicción