Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Pólvora Tus Besos
Pólvora Tus Besos
Pólvora Tus Besos
Libro electrónico85 páginas49 minutos

Pólvora Tus Besos

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

La detectivesca caribeña está llena de historias y leyendas reales e imaginarias. De los amarillentos archivos de la Policía insular, el autor entresaca tres relatos sobre Dolores Cardona: Detective. En el mundo de policías violentos y conspirativos de la década del '40, "la Cardona" es ligera de gatillo y certera en puntería. En el ejercicio de su profesión es fuerte y dura como el caobo, pero frágil y blanda para el amor como espiga de maíz. Son relatos que nos dejan pidiendo más de esta Dolores que se mueve con la astucia de la serpiente, mientras intenta ser mujer de pistola y detective de su casa.
_______
Francisco R. Velázquez es un veterano periodista y escritor. Ha sido reportero de notas policiacas, columnista y editor de plantilla en diversos diarios de Puerto Rico por espacio de un cuarto de siglo. Dotado de un extraordinario dominio del lenguaje, sus escritos se constituyen en lectura obligada para los amantes de la palabra escrita. Liberado de la camisa de fuerza de la sala de redacción, Pancho -como le llaman sus seguidores- se abraza a la sabia maquinilla de antaño y se sumerge cada día en los mundos paralelos de la página y la palabra.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 feb 2012
ISBN9781465958495
Pólvora Tus Besos
Autor

Francisco R. Velázquez

Francisco R. Velázquez es un veterano periodista y escritor. Ha sido reportero de notas policiacas, columnista y editor de plantilla en diversos diarios de Puerto Rico por espacio de un cuarto de siglo. Dotado de un extraordinario dominio del lenguaje, sus escritos se constituyen en lectura obligada para los amantes de la palabra escrita. Liberado de la camisa de fuerza de la sala de redacción, Pancho -como le llaman sus seguidores- se abraza a la sabia maquinilla de antaño y se sumerge cada día en los mundos paralelos de la página y la palabra.

Lee más de Francisco R. Velázquez

Relacionado con Pólvora Tus Besos

Libros electrónicos relacionados

Procedimiento policial para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Pólvora Tus Besos

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Pólvora Tus Besos - Francisco R. Velázquez

    Contenido

    Dolores-rojo 150 flip

    Pólvora Tus Besos

    Sobre Al Autor

    También Disponible:

    PÓLVORA TUS BESOS

    Relatos De La Detectivesca Caribeña

    Dolores Cardona: Detective

    Dolores-rojo 150 flip

    FRANCISCO R. VELÁZQUEZ

    Smashwords Edition

    Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del Editor, queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio, mecánico, electrónico u otro, y su distribución mediante alquiler o préstamos públicos.

    Pólvora Tus Besos

    Relatos De La Detectivesca Caribeña

    Francisco R. Velázquez, 1949 -

    Foto del autor: Zaira Tellado

    Arte y Diseño de Portada – Publica Tu Libro

    Ediciones Secta de los Perros

    Editor Ejecutivo – M. Pérez-Cotto

    Revisión y Estilo – Zaira Tellado

    Copyright©2011—Francisco R. Velázquez

    franciscovelazquez49@gmail.com

    Arecibo, Puerto Rico

    Dolores-rojo 150 flipbook - HA

    ¡Sígueme en Facebook!

    Twitter - HA

    ¡Sígueme en Twitter!

    *******

    Dolores-rojo 150 flip

    A Dolores: la abuela de todos nosotros...

    Dolores-rojo 150 flip

    Pólvora Tus Besos

    UTUADO, 31 DICIEMBRE, 1949

    Aún pienso como policía.

    El bigote va y viene, se pone canoso; el pito se enmohece o rejuvenece según la grupa de la yegua y el tiro de la carrera, pero los ojos inquietos y eso de sentarse de frente a la puerta y a pasos de la salida, eso no destiñe.

    Pongamos por caso la guillotina del Griego Papadakis. Mentalmente la catalogo de ‘guillotina de cigarros en metal amarillo’.

    Cuando era policía de la Insular, llegaban dolientes y parientes a exigir que el Buró de Pertenencias le devolviese el reloj de oro del difunto.

    Y, coño, uno no era alquimista. Así que imagínese el aprieto. El sargento le mostraba el reloj y el informe que leía: ‘reloj de pulsera, metal amarillo.’

    Parece que nadie quiere morirse con un reloj barato; será como nacer con la boca llena de dientes. Ominoso.

    Vuelvo al Griego:

    En todo caso lo que pido es totalmente inofensivo, dice, aproximando su guillotina, de oro puro, me consta, al Partagás Lusitania, vitola Prominente.

    Corta neto con un movimiento fluido, punto menos que lírico.

    La cabeza del cigarro efectúa un salto maravilloso y resuelve una parábola que termina al fondo de mi taza de café.

    ¡Carajo! Si hago eso un millón de veces..., dice Papadakis mientras busca al mozo para que me traiga otro café.

    Al Griego le gustan los sesos rebosados; a mí también. Como es el dueño del hotel, se los preparan con esmero cada sábado cuando soy habitual de su mesa, la más apartada del salón comedor, junto al ventanal que da a la plaza.

    Sesos rebosados, café, cognac, cigarros. La plutocracia...

    Los mozos que nos ven conversando muy seguido apuestan a cuál de los dos es el bujarrón.

    Este sábado en particular, al término de seis meses y tras un tiento delicado, como quien cruza un puente de hamaca apolillado, el Griego ha puesto sus cartas sobre la mesa.

    —"Bueno. Como te he dicho, Miguel, mi amigo es un alma muy sensible cuya peculiaridad más notable es que se crece cara a la muerte.

    —"¿La suya?, interrumpo.

    Este amigo...

    Papadakis, cuando alguien te habla de un amigo que necesita algo, por lo general ese amigo vive en la otra mitad del cerebro.

    De todos modos, dice haciendo pajas a lo dicho por mí, él gusta de hablarles cuando están en trance de muerte, y jura que recibe unas energías esenciales que saltan del cuerpo en el momento supremo. Es sabido que uno se tarda tres horas en abandonar el cuerpo.

    Fíjate, desconocía eso; sé que sueltan cada pedo...

    Eres incorregible, Miguel.

    ¿Es eso todo, Papadakis, permitir que una persona participe de un acto privado y protegido por las leyes del país? Leche frita. Me traería dificultades. Imagínate el escándalo si se supiese que la funeraria permite a ajenos hablar con los difuntos cuando los embalsamamos.

    Recojo de la mesa el otro Lusitania, el que me ha obsequiado. Gran cigarro para sesos rebosados y cognac. También para cuando uno viste de

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1