Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Una sencilla bendición: El poder extraordinario de una simple oración
Una sencilla bendición: El poder extraordinario de una simple oración
Una sencilla bendición: El poder extraordinario de una simple oración
Libro electrónico116 páginas1 hora

Una sencilla bendición: El poder extraordinario de una simple oración

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Todos necesitamos una bendición… pero pocos comprenden el sencillo secreto de recibirla.El famoso cantante cristiano Michael W. Smith, sintiendo cómo va en aumento el nivel de distanciamiento y desilusión en el mundo, comenzó recientemente a terminar sus conciertos con una sencilla bendición dirigida a los asistentes. La respuesta fue abrumadora. Le comenzaron a llegar cartas y mensajes electrónicos para hablarle de historias sobre el aliento y la nueva esperanza que aquella bendición había llevado a numerosas vidas atribuladas.Esta respuesta tan inesperada fue la que lo inspiró a compartir lo que ha aprendido en esta experiencia de bendecir a los demás; cómo lo ha transformado a él y cómo te puede transformar también a ti. Así nació este libro hermosamente redactado, donde podrás descubrir el verdadero secreto de la bendición: la forma tan maravillosa en que Dios llena la vida de los que bendicen a los demás.Te sentirás motivado e inspirado, y abrirás el corazón al gozo y la paz abundantes que recibirás por medio del sorprendente poder de una sencilla bendición.
IdiomaEspañol
EditorialZondervan
Fecha de lanzamiento5 feb 2013
ISBN9780829760767
Una sencilla bendición: El poder extraordinario de una simple oración
Autor

Michael W. Smith

Michael W. Smith is a successful recording artist who has recorded more than 25 albums and had numerous hit radio songs in the Christian and General markets. He’s won numerous Grammy and Dove Awards and is the founder of Rocketown, an outreach to teenagers in a 38,000 square-foot facility in downtown Nashville, Tennessee. He is involved in mission work around the world. He has also written several bestselling books, including Old Enough To Know and Friends Are Friends Forever. He and his wife, Debbie, have five children and live in Nashville.  

Relacionado con Una sencilla bendición

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Una sencilla bendición

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Una sencilla bendición - Michael W. Smith

    CAPÍTULO 1

    ¿Qué significa

    orar por otros?

    EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO,

    TE BENDIGO CON LAS PROMESAS DE DIOS,

    QUE SON «SÍ» Y «AMÉN».

    LA PRIMERA VEZ QUE PRONUNCIÉ la oración de bendición sobre mi público fue en un atardecer en un crucero por Alaska. Nunca había sido anfitrión en un crucero (ni tenía el deseo de hacerlo), pero la idea me entusiasmó rápidamente, al verme en la embarcación con mi familia, amigos cercanos, algunos invitados especiales, y la gran cantidad de personas que se había inscripto para participar.

    Era un público variado, por decirlo de alguna manera. Había personas solteras, casadas, y algunos padres sin pareja. Había algunas pocas familias con niños con necesidades especiales. Me dio gran satisfacción tener la oportunidad de conocerlos a todos y escuchar sus historias. Habiendo pasado más de una semana entre los pasajeros, había aprendido mucho acerca de sus esperanzas, necesidades y problemas. Incluso antes del crucero, había comenzado a percibir en las personas una necesidad creciente de ser bendecidas, tenía la sensación de que la estabilidad y las amarras que la gente había tenido alguna vez en la fe, estaban resbalando hacia la confusión e incluso la desesperación. Las historias del crucero no eran diferentes. Me parecía muy evidente que las personas necesitaban oraciones de bendición.

    Al final del concierto, expresé al público que quería pronunciar una oración de bendición sobre ellos. Mientras oraba, y en especial hacia el final de la oración, cuando miraba al público, percibí que era un momento sumamente espiritual. Es difícil explicar cómo sabes que en esos momentos algo espiritual y lleno de sentido está sucediendo. Pero cuando sucede, lo sabes. Es como si hubiera algo en el aire.

    Y si hubiera habido alguna duda, lo que sucedió después del concierto la hubiese borrado completamente.

    CÓMO RESPONDEN LAS PERSONAS AL SER BENDECIDAS

    Serví como pastor en una congregación cerca de Nashville por unos dos años. Como saben quienes enseñan desde el púlpito de una iglesia, al final de cada servicio de alabanza la gente se acerca a saludarte y con frecuencia dice: «Realmente disfruté de su mensaje, pastor», «en verdad me ha bendecido esta mañana», o frases similares. Los pastores se acostumbran a estas respuestas de rutina. Sabemos que suelen ser automáticas, porque aun cuando nos pasamos la mañana predicando acerca de una inminente fatalidad si la iglesia no actúa unida, las mismas personas continúan diciendo: «Realmente disfruté del sermón». (Siempre quise preguntar: «¿Quieres decir que realmente disfrutaste escuchar que pronunciara una condena sobre ti?». Pero nunca lo hice). Cuando una persona verdaderamente obtiene algo de tu prédica, lo sabes. La respuesta suele ser mucho más específica, intensa y generalmente emocional.

    Bueno, lo que en general sucede luego de mis conciertos se asemeja a las experiencias de un pastor tras sus sermones matinales de domingo. Al terminar el espectáculo, varias personas del público vienen a verme para saludarme y decirme cuánto disfrutaron de mi música. O en ocasiones, me comentan lo mucho que les gustó una canción en particular. No dudo de su sinceridad, y aprecio su buena intención en decírmelo. Pero para ser franco, todas esas respuestas son tan similares, que con los años me pasan desapercibidas. Cuando una persona realmente queda conmovida por algo que hice en el escenario, lo sé. La intensidad de su respuesta se las arregla para ser percibida muy claramente.

    Luego de pronunciar la oración de bendición esa noche en el crucero, no sabía qué tipo de respuesta esperar. De hecho, no estoy seguro de que esperara siquiera algún tipo en particular. Suponía que tendría más o menos el mismo efecto que la oración de cierre de un servicio dominical: una señal de que el evento había terminado y que la gente tenía la libertad de irse para poder llegar al restaurante de la esquina antes de que se llenara de gente. ¡Qué equivocado estaba! Lo que sucedió me dejó

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1