¿CREER EN UNA QUIMERA? VIVIR, MORIR Y MATAR POR ELLA
El resto de la Biblia no está exenta de referir mitos. Lo que se ha tomado como manifestaciones del poder de Dios no pasan de ser fábulas o, en el mejor de los casos, plagios sin reconocer los créditos. La historia y la arqueología se han encargado de ponerlos en evidencia.
Caída de las murallas de Jericó
Lo relativo a la caída de las murallas de Jericó y la toma de esa ciudad que refiere la Biblia es otra leyenda; carece de apoyo arqueológico o histórico (Josué, 6).
La arqueología del lugar presenta un panorama diferente: “La excavación de Jericó, por consiguiente, no ha arrojado luz sobre las murallas de Jericó, cuya destrucción se describe tan vivamente en el Libro de Josué. Por lo que respecta a qué hizo que las murallas se derrumbaran, no tenemos ninguna prueba material. Podemos suponer que se trató de un terremoto que las excavaciones han mostrado destruyó alguna de las murallas anteriores, pero esto sólo es una conjetura”. (Katheleen M. Kenyon, Desenterrando a Jericó, Fondo de Cultura Económica, México, 1966. p. 146 y 147.)
“Según hemos señalado, las ciudades de Canaán carecían de fortificaciones y no había murallas que pudieran derrumbarse. En el caso de Jericó, no existían huellas de ningún tipo de poblamiento en el siglo XIII a de C, y el asentamiento del Bronce Reciente, fechado en el XIV a de C, era pequeño y pobre, casi insignificante y, además, no había sido fortificado. No había tampoco señales de destrucción. Así, la famosa escena de las fuerzas israelitas marchando con el Arca de la p. 91.)
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