Los hijos de Dios, al ser incluidos en su cuerpo, su pueblo, a la vid, su familia, su rebaño estamos integrados, incluidos y a su vez somos responsables de que el evangelio se progague, de que la santidad se viva y tengamos ese deleite en Cristo. En cambio aunque tenemos esa responsabilidad 

Parece ser que esta es una advertencia que tiene la intención de continuar con la exhortación dada a los sacerdotes en el capítulo anterior. El V6 del capítulo anterior es de los mas conocidos del libro de Oseas “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”. Note lo relevante de este verso. Aunque es una exhortación directa a los sacerdotes ¿Quiénes sufrieron las consecuencias? El pueblo.

El pensamiento de ellos está lejos de Dios, por tanto nunca irán a él. Esto es tan severo porque si el pensamiento de los líderes no es Dios, la iglesia no podrá acudir a una comunión intima con él. Tenemos que llevar a la gente a Dios, no como la solución a sus problemas vivenciales, tenemos que llevar a la gente a Dios para ls solución de su problema eterno.

Si Israel no se vuelve a Dios, dejando la confianza en la idolatría y sus propias capacidades, será víctima de un ataque sin escape: el juicio de Dios. Es triste cuando pueblo de Dios le teme a la política, a la inflación, a las problemáticas sociales y no le teme a la ira de Dios. Hay algo mas fuerte que todos los problemas terrenales a los cuales nos podemos enfrentar, y es Dios mismo. Cómo pueblo/iglesia, como creyentes nos debería de incomodar mas nuestra situación delante de Dios que nuestra cartera, nos debería de poner de rodillas mas nuestro arrepentimiento que nuestras peticiones materiales.

Una persona santa se preocupa por su relación y por obedecer y agradar a Dios y deja que en todo lo demás. Dios se ocupe de él.