El sometimiento, la gracia, la misericordia y el perdón es imposible sin el amor de Dios en nuestra vida, y el amor de Dios en nuestra vida es imposible sin nacer de nuevo. Las buenas relaciones entre los creyentes son una consecuencia pero también un mandato. Juan 13:35 dice: “En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. La obediencia es la manifestación del amor de nosotros hacía Dios, y la manera en la que nos sometemos, nos tratamos, nos perdonamos, nos manifestamos las gracia y por ende, nos relacionamos entre nosotros, es una de las formas en las que los demás pueden ver el amor de Dios en nosotros. El sometimiento, la gracia, la misericordia y el perdón es imposible sin el amor de Dios en nuestra vida, y el amor de Dios en nuestra vida es imposible sin nacer de nuevo. Las buenas relaciones entre los creyentes son una consecuencia pero también un mandato. Juan 13:35 dice: “En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. La obediencia es la manifestación del amor de nosotros hacía Dios, y la manera en la que nos sometemos, nos tratamos, nos perdonamos, nos manifestamos las gracia y por ende, nos relacionamos entre nosotros, es una de las formas en las que los demás pueden ver el amor de Dios en nosotros. 
Esta es una cadena de obediencia, alguien que obedece a Dios es una persona capacitada para ser obedecida por quienes están a su cargo. Por tanto, es lógico que los hijos cristianos obedezcan a los padres cristianos que obedecen a Dios.
Esta es una cadena de obediencia, alguien que obedece a Dios es una persona capacitada para ser obedecida por quienes están a su cargo. Por tanto, es lógico que los hijos cristianos obedezcan a los padres cristianos que obedecen a Dios.
Es justo someterse a quien se somete a Dios; es justo obedecer a alguien imperfecto buscando ser santo y perfectible en Cristo; es justo someterse a alguien que satisface mis necesidades y busca mi desarrollo de la misma manera que Cristo sustenta su iglesia; Es justo someterme y obedecer a quien quiere ser como Cristo; es justo perdonar a alguien pecador, porque Dios me perdonado, de la misma manera que puedo decir que mis padres no merecen mi perdón, es justo perdonarlos porque de la misma manera yo no merezco el perdón de Dios.
Es justo someterse a quien se somete a Dios; es justo obedecer a alguien imperfecto buscando ser santo y perfectible en Cristo; es justo someterse a alguien que satisface mis necesidades y busca mi desarrollo de la misma manera que Cristo sustenta su iglesia; Es justo someterme y obedecer a quien quiere ser como Cristo; es justo perdonar a alguien pecador, porque Dios me perdonado, de la misma manera que puedo decir que mis padres no merecen mi perdón, es justo perdonarlos porque de la misma manera yo no merezco el perdón de Dios.
¿Por qué los hijos deben obedecer a los padres? Porque es justo (ya hablamos en que radica la justicia del mandato), porque Dios lo dice, y le agrega, aparte de eso hay una promesa que provoca que la obediencia sea conveniente.
¿Por qué los hijos deben obedecer a los padres? Porque es justo (ya hablamos en que radica la justicia del mandato), porque Dios lo dice, y le agrega, aparte de eso hay una promesa que provoca que la obediencia sea conveniente.