La oración es un recurso que debe ser aprovechado al máximo por el creyente. Es un recurso que nos permite tener acceso a Dios en todo tiempo y en toca circunstancia. Además de todo eso es un recurso en el cual el mensaje no se mal interpreta, al contrario, es tan completo que Dios conoce la intención y el corazón de la persona que accede a él. Si alguien tiene la capacidad de conocer una oración sincera y una petición genuina, es Dios.

Las circunstancias adversas que podemos vivir son una oportunidad para dar a Cristo como consuelo a quienes no tienen a Cristo como esperanza.

Ninguno más que otro, no podemos ver los ministerios mayores o mejores, deberíamos de verlos como complementarios. Pablo necesitaba de la iglesia en Éfeso y de Tíquico y entre cada uno de ellos se complementaban, necesitaban, animaban para cumplir lo que Dios quería de cada uno. 

En esta bendición Pablo expresa su deseo de que el favor de Dios sea con todos los que aman al Señor Jesucristo con amor inalterable. Se refiere a la comunidad cristiana, la iglesia verdadera que ama a Cristo con el amor de Cristo, un amor que nunca perece, no se contamina, ni se corrompe. Un amor santo, puro y duradero.