Pablo exhorta a la iglesia a fortalecerse en el poder de Dios y le advierte que se encuentra en una lucha contra un enemigo que tiene la intensión de derrotar al creyente y desviar a la iglesia de su propósito. Con base en toda esa enseñanza, ordena a la iglesia, y a los creyentes en que tomen toda la armadura de Dios. Es un mandato de tomar los recursos que Dios ha provisto para ser creyentes firmes. Estas herramientas son una manifestación del poder de Dios en el creyente, y son los recursos que Dios utiliza para que mientras el creyente se mantiene firme, cumple su propósito. 

Para esto, todo creyente, debe estar siempre preparado con toda la fortaleza en Dios, equipado con toda la armadura para resistir todas las asechanzas. Las circunstancias muchas veces no van a cambiar para bien, pero Dios nos va a proteger, los ataques no van a ceder, pero Dios quiere cuidar nuestro corazón y el deber del creyente es seguir firme. El creyente puede seguir firme porque Dios lo fortalece, podemos seguir y confiar en nuestro Dios porque es veráz y justo.