La salsa de soja al igual que todos los alimentos fermentados, tiene la extraña capacidad de mejorar nuestro sistema de defensas y nuestro estado nutricional.
Los fermentados son alimentos que han sido sometidos a la acción de microorganismos, enzimas o ambos, lo que se traduce en un cambio de sabor y textura, y en una serie de beneficios para la salud.
La fermentación produce una predigestión de los alimentos, que los hace más fáciles de digerir y de asimilar por el organismo.
La diferencia entre fermentación y putrefacción está en el control que ejercemos sobre los microorganismos. La putrefacción está fuera de control y en la fermentación, puede decirse que, domesticamos a los microorganismos.
La dieta japonesa proporciona uno de los mejores ejemplos de dieta saludable y una de sus características fundamentales es que utiliza los alimentos fermentados con gran profusión y variedad. En Japón se consumen alimentos fermentados todos los días y más de una vez al día. ¿Es ése el secreto de la delgadez, salud y longevidad que caracteriza a la dieta japonesa?
Los alimentos fermentados son fundamentales en la dieta japonesa y (deberían serlo en nuestra dieta occidental), sería injusto atribuir al té verde un protagonismo especial. No se trata de consumir, en grandes cantidades, un alimento que se supone que es milagroso, hay que saber combinarlo con otros alimentos, que le harán desarrollar todo su potencial. Los fermentos de soja anulan la polémica de la soja como alimento peligroso. La clave no está en los alimentos, sino en cómo los comemos y en cómo los cocinamos, porque nadie come un solo alimento.