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Microcomos del alma
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Libro electrónico77 páginas57 minutos

Microcomos del alma

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Información de este libro electrónico

Un nuevo caso para el inspector Oscar De Santis, convertido
en comisario, y la patóloga Penélope D'Alessio, en el que tendrán
que enfrentarse a un atroz asesino que se remonta a la
secta satánica de Asmodeo, el dios de las tinieblas. Las víctimas
son tres novicias a punto de consagrar su existencia a Dios,
que desaparecen repentinamente del convento de Santa Maria
in Aracoeli, para reaparecer como cadáveres abandonados encerrados
en anónimas bolsas negras de plástico. Ayuda a Oscar
De Santis en la investigación, una vez más, la escritora Sofie
Floren, que ya se ocupó del asesino en el pasado, cuando la
primera víctima, una novicia del orfanato de Marcigliana, fue
encontrada en una zanja, torturada y brutalmente asesinada
tras asistir a una misa negra, y sobre la que escribió un thriller.
Pero Sofie Floren parece esconder otro secreto entre las páginas
de su thriller, que Oscar está decidido a sacar a la luz.
IdiomaEspañol
Editorialeditrice GDS
Fecha de lanzamiento4 jun 2024
ISBN9791223046777
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    Microcomos del alma - Renzi Barbara Gabriella

    MICROCOSMOS DEL ALMA - PREFACIO

    Cada prefacio abre la puerta a nuevos viajes; para implicarse están los sentidos, la imaginación, el espíritu crítico, la experiencia. Somos nosotros los implicados.

    La idea de presentar al lector un libro y una autora que me abrieron inmediatamente el apetito y supieron enamorarme de ella, me hacía demasiadas cosquillas como para no convertirse en realidad. Así que aquí me tienes: vestida de taquillera o, si lo prefieres, de guía turística, dispuesta a acompañarte en el primer tramo del camino. Con la esperanza de que usted sea capaz de continuar por su cuenta, con ojos curiosos y paso firme. Razonando sobre la definición de prefacio, aislé dos significados: presentación y justificación.

    ¿Presentar a quién y justificar qué?

    Tras unos minutos de impasse, comprendí y, por tanto, encontré la clave de escritura adecuada. La adecuada para Barbara Gabriella Renzi, para su mundo hecho de pongo y espíritu, que podría vestirlo. La ejecución de esta tarea (y placer) tiene como objetivo hacerme invisible o casi invisible, desaparecer entre las líneas, permitir que autor y libro se presenten con su propia y única voz, sin demasiadas interrupciones. El único capricho que me permitiré será justificar el porqué de ciertos comentarios. Que serán claramente de mi gusto, en mi opinión. Las reflexiones se las dejo a ustedes. Pero confíe en una cosa: aquí digo cada palabra en blanco y negro, y estoy bastante seguro de que pronto estará de acuerdo conmigo.

    En realidad, le propondría un cambio de plan, si quiere: corra a leer a Bárbara, cómoda y calentita, disfrute de sus historias y sólo entonces vuelva; ya verá si he mentido o exagerado.

    Para los más curiosos, empezaría dando unas breves pinceladas de estilo y contenido.

    Un hecho salta inmediatamente a la vista: las Barbara no son sólo historias, sino cuentos de hadas. Momentos breves impregnados de sueño y alma, tan efervescentes como etéreos, preciosos precisamente por su inmediatez. A veces, es como ser golpeado por un rayo de sol demasiado intrusivo justo en la cara, puro y honesto, obstinado. Imposible de ignorar. Otras, es una caricia al tacto, no necesariamente inocente pero sí delicada.

    Barbara desvela literalmente mundos de otros mundos, reinos hechos de ella y explorados por ella. Imágenes mentales, metáforas, sentimientos tan cristalinos y frágiles que necesitan un lecho sólido, y por ello incrustados en estructuras narrativas de fábula. Hay muchas referencias semánticas al género fantástico y a la época medieval, con sus castillos, princesas, fantasmas, espadas y caballeros. El ambiente es siempre acogedor, cálido. Bárbara se convierte en hermana mayor, madre, abuela: pela la realidad como una fruta, desvelando sus capas más inconscientes y subconscientes y traduciéndolas al lenguaje comprensible de la vida. Un lenguaje infantil, sencillo y espontáneo: la autora habla suavemente, sin guardarse nada, pero siempre con cariño, explicando la realidad de las cosas como se haría con un niño humano. Así es: Bárbara habla a nuestro niño interior, ahora en contacto con el cosmos, pero todavía necesitado de consuelo. Explicaciones. Microcosmos mágicos.

    Sin mentiras, sin engaños, sólo la Verdad. Sean bellos o feos, de renacimiento o de caída, estos relatos conducen expertamente a ella. Los temas son de lo más diverso: contextos familiares de fuerte impacto emocional, malestar existencial, duelo, emigración, belleza, espiritualidad, violencia sexual, amor propio y sentimientos íntimos inexplicables, celosamente guardados por la protagonista (que siempre es una mujer, que siempre es sincera), sacados a la luz. Tal vez tenuemente, al principio, asustada, pero viva.

    El final feliz no se desarrolla como sugeriría la tradición literaria; es el propio viaje, la autoafirmación, la realización, la madurez del ser humano, el alma enriquecida y los colores encontrados en el camino los que lo sustituyen, bellamente. La belleza se ve cuando la llevas dentro, escribe Renzi, consciente de la paz que puede surgir precisamente de los pasajes más oscuros.

    Robert de Boron se sentiría como en casa entre estas páginas, conociendo el Santo Grial tan dignamente transpuesto en clave moderna.

    La Madre Naturaleza es quizá la verdadera protagonista, elevada a la enésima potencia, omnipresente y omnisapiente, divina. En forma de mar, jardines y cielo, impregna todas las historias, testigo presencial y psíquico de lo que sucede o no sucede. Y probablemente nunca suceda. Un manto de mil colores, también elemento constante de la narración, dispuesto a decorar la escena pero no a cubrirla. La naturaleza observa, participa, enseña; los personajes se dan cuenta y le hacen sitio.

    El estilo discurre por vías frenéticas, tan cortas pero directas como el tren argumental. Pasamos de relatos de sólo frases coordinadas, con una puntuación hábilmente sincopada, a descripciones barrocas, inflexionadas, ricas y lentas. El ritmo, sin embargo, es siempre ágil e incluso divertido.

    Ahora, sin ir más lejos, diría que la parte teórica puede

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