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Simplemente Tuya
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Libro electrónico188 páginas2 horas

Simplemente Tuya

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Enamorarse de un poeta es enamorarse del amor, y eso te convierte en musa, y cuando esto sucede, y el poeta es simplemente tuyo, solo hay una respuesta; Simplemente Tuya.
La herencia de un poeta no es un cheque al portador, su obra es el lazo que te abriga el corazón cuando hace frio.
Emma Arlubins.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 jun 2020
ISBN9788413261942
Simplemente Tuya
Autor

Emma Arlubins

Mi nombre es Emma Arlubins, escritora barcelonesa. Mi pasión son las letras. El inestimable apoyo y asesoramiento de veteranos escritores y poetas han sido mi guía para formarme en el exclusivo mundo de la narrativa. Tras diversos relatos cortos, me he lanzado a argumentos largos para mis novelas. Aura de Mujer es mi ópera prima de estás características, seguida de una expectacular novela de intriga Detrás del Silencio, y mi último trabajo, con una carga de prosa filosófica, Simplemente Tuya . Todas ellas obras románticas aunque abrigadas siempre por un fondo de carácter existencial.

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    Simplemente Tuya - Emma Arlubins

    25

    CAPÍTULO 1

    Siempre creí estar solo en esta absurda y extraña dimensión, los caminos de los demás son paralelos al mío, no pueden coincidir jamás.

    No hay encrucijadas, ni pasadizos secretos que me comuniquen con el resto de mis congéneres.

    Recuerdo aquella paloma que se posó una vez en mi hombro, que bello fue mientras duró. Que oscuridad me dejó en el alma cuando voló lejos de mí.

    Ahora veo un destello de luz, una estrella polar, tal vez un destino certero.

    Tal vez... Tal vez…

    Me he pasado la vida recomendando a mis discípulos que no se dejen llevar por las incertidumbres y las dudas, y yo mismo sigo utilizando esas expresiones que denotan inseguridad. Y es que la incertidumbre siempre conlleva la falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud.

    Y es que la trayectoria del ser humano y por extensión a cualquier ser es distinta a la que conocemos.

    Se suele decir… Nacemos, vivimos y morimos. En cambio la realidad es que… Nacemos, desvivimos y morimos.

    La vida es un desgaste de la propia existencia. No es una constante. Es evolutiva pero decadente.

    La verdadera vida es contrarrestar esa decadencia con actos de vida.

    Amar, soñar, desear, fantasear, reír y llorar son actos de vida.

    No es un paseo, es un calvario, pero ese calvario es más dulce y llevadero acompañado de alguien.

    La soledad es lo que más ocupa en el alma de un poeta.

    La soledad es el refugio de los que no quieren ser identificados, clasificados, encasillados.

    La soledad es en ocasiones la mejor de las compañías.

    Es entonces cuando enmascarado y aliado de los silencios me escribo a mí mismo...

    Una vez conocí a un poeta...

    Fue entonces cuando comprendí que si realmente nuestra vida terrenal tiene un sentido, esto era lo que le daba sentido a mi vida.

    Al leer sus palabras mi corazón se aceleró como si recibiese una dosis extra del fluido vital. Extraer sentimientos y emociones y transmitirlos es la labor de un poeta, pero saber que esas transmisiones llegan hasta donde iban dirigidas es el mejor de los pagos para un trovador.

    Feliz, emocionado, y curiosamente sorprendido. Miles de escritos leí a lo largo de mi vida, lágrimas derramé, risas afloraron en muchas ocasiones, pero jamás sentí la indescriptible emoción que sentí al leer aquellas hermosas palabras.

    Déjame decirte todas aquellas cosas que me dejan en evidencia, oír… viendo como los días pasan, que las verdades caminan descalzas y que a este santo, solo yo lo puedo vestir.

    El silencio ya no es una coartada, no puedo continuar delegando en el tiempo el olvido de los fracasos, aceptar que lo imperfecto no es un precepto que haya que seguir.

    Déjame decirte todas aquellas cosas que me dejan en evidencia, oír… asumir que ya no hay excusas, buscar inspiración en las musas encontrar la palabra exacta para ese momento donde herir no se conjugue con mentir.

    Que simbólico es todo cuando la obligación desafía a la devoción, cuando desnudar es un acto vandálico que deja al aire la vergüenza de mis razones. Déjame decirte todas aquellas cosas que me dejan en

    evidencia, oír… ahora que te tengo delante oxigeno mi valentía, seco las manos en los versos asonantes de mi

    poesía, carraspeo la sequedad de mi cobardía.

    —Suena el timbre, alguien llama... bufff... lo dejaremos para otro día...

    —Hola buenas tardes disculpe la molestia pero estamos ofreciendo una promoción de nuestros lectores de mentes de última generación.

    —No, no, muchas gracias, pero hace ya mucho tiempo que perdí el hábito de leer.

    — ¿Quién era...?

    —Un comercial ofreciendo el último modelo de lectores de mentes…

    —Qué casualidad, se me olvidó decirte que hace unos días, compré uno y es una pasada lo bien que funcionan te ahorran un montón de tiempo en conversaciones estériles y te reduce los niveles de paranoia que te produce el averiguar si te engañan.

    Una vez conocí a un poeta...

    Siempre lo afirmé... En la vida algunas veces nos toca enseñar y siempre nos toca aprender. La existencia nos reserva siempre alguna sorpresa.

    Siempre lo afirmé... El trabajo de un poeta es transmitir sentimientos. Pero nada más interesante que la retroalimentación entre poetas. Ese moderno concepto del Feed-back.

    Siempre lo afirmé... Los ríos de tinta que emanan de las plumas de los guerreros de las letras, escuderos de la cultura, son los que deben abrir los caminos hacia nuevas libertades.

    Siempre lo afirmé... La controversia es un juego de necios, la colaboración es el juego de las mentes lúcidas.

    Siempre lo afirmé... No somos Góngoras y Quevedos, somos la esencia de nuestras almas convertida en energía que dibuja letras. Juntar letras con letras es hacer letras. Sí, no dejar accidentes gramaticales como dice un estimado colega. Cada vocal con su consonante.

    Siempre lo afirmé... No hacemos libros, eso es cosa de los libreros, hacemos obras de arte que luego toman forma de libro.

    Siempre lo afirmé... La ortodoxia es la esclavitud, la prosa la libertad. La narrativa el conjunto de todo ello.

    La prosa y la poesía se dan la mano, se abrazan para lograr la fusión de la belleza y la profundidad. Cuando es así la belleza es profunda y la profundidad belleza. Lazos inseparables que arrastran a aquel que posee un corazón y desea acariciar almas.

    Siempre lo afirmé... Quién ha dicho que la narrativa no es poesía. Todo aquello que es materia dedicada a los asuntos del alma es poesía.

    Emulando a Lope, quién lo vivió lo sabe.

    Sí, creo que ha quedado en evidencia que ya no estoy solo, mi camino ha cambiado de rumbo, la estela de una brillante estrella ha modificado mis archivos de derrota, los mapas de navegación se han ajustado para iniciar una nueva travesía. Me enamoré de una estrella.

    Una vez conocí a un poeta…

    Y se lo dije a mi estrella… y ella me respondió…

    Gratamente sorprendida por conocer a ese poeta, sí es cierto, su manera de expresarse me sumerge en un mar de sentimientos. Todo se detiene ante esas palabras escritas casi Sin pensar, alcanzando en mí, el carisma de brillar sin pretenderlo.

    Pero amor, tus letras serán siempre las que destaquen por encima de cualquier escrito. Eres mi guía, mi maestro, el hombre que me ha hecho vivir, sentir y amar mis palabras escritas que tímidamente un día afloraban entre papeles.

    Sé admirar, alabar, corresponder, pero también sé respetar.

    Te debo un respeto y tú me lo debes a mí. Los dos empezamos esta aventura, desconociendo el camino a seguir. Me tendiste tu mano, firmemente yo la agarré sí, he sentido miedo, temor, contradicciones por mi forma de escribir, pero siempre hay algo que me empuja a seguir, tu incansable protesta a mí incertidumbre. Este largo recorrido sin final lo recorreremos juntos amor, tú y yo.

    Qué maravilla es sentirme arropada por el calor no de uno sino de dos poetas, pero amor, recuerda, mi mano seguirá siempre entrelazada a la tuya. Ese será mi respeto.

    Querida Ana…

    Cuando dices conocerme, mi corazón se derrite como la mantequilla en el fuego, porque es muy grande el calor que recibo de esas palabras.

    Cuando dices conocerme, mi alma se llena de vida como el aire puro limpia la contaminación, porque es muy grande el oxígeno que recibo de tus palabras.

    Cuando dices conocerme, mi cuerpo desea el tuyo como la uña a la carne, porque es muy grande la sensación de unión que recibo de tus palabras.

    Cuando me conozcas como yo te conozco a ti, sabrás que estás enamorada de lo mismo que yo, del amor. Nada tenemos, nada que perder, pero cuidado con la nada, en principio debe ser la inexistencia de todo, pero… El paisaje frondoso de la nada, ese que queda como huella de una existencia de caminos sin salida, de decisiones equivocadas, de fracasos sin la lección aprendida.

    El frondoso paisaje de la nada, donde los éxitos son invisibles, las risas son silenciosas, las horas perdidas se esconden en la arena, donde la pereza es el icono de la complacencia.

    Los paisajes frondosos de la nada, como final de carrera, como liebres que sestearon su autosuficiencia, como expositor de vidas que hicieron de la fantasía su quimera.

    Los paisajes frondosos de la nada, el horizonte imaginario de los perdedores, el patrimonio de un funambulista que no aguantó el equilibrio sobre una cuerda floja, la vocal que perdió a su consonante en un accidente gramatical.

    El paisaje frondoso de la nada, ciudad de vacaciones, de parias, pobres y perdedores.

    ¡Ah! Y los temores, qué decir de los temores…

    Esa pasión del ánimo que nos lleva a tratar de escapar de aquello que consideramos arriesgado, peligroso o dañoso.

    El temor es una presunción, una sospecha de un daño futuro.

    El temor lo utilizamos como sinónimo del miedo, esa emoción angustiosa por un riesgo imaginario o real. Se trata de una sensación desagradable que surge por la aversión natural a las amenazas.

    Es una emoción primaria, puede decirse, representa un mecanismo de supervivencia y de defensa. Podemos responder con rapidez ante una situación adversa gracias al temor. Podemos evitar acontecimientos indeseables.

    Pero también es causa de no tomar decisiones que podrían ser acertadas.

    Todo ello sin olvidar que también existe lo que se conoce como temor irracional. Este es aquel tipo de temor que se identifica fundamentalmente porque no se sustenta en nada, es totalmente imaginario, pero sin embargo tiene fuerza para impedir que alguien haga algo concreto. No obstante, tampoco hay que pasar por alto la existencia de lo que se conoce como temor de dios. No, no es una falta ortográfica ni desacato, debo aclarar que este humilde pensador entiende que el dios vive en nuestro propio yo.

    Pero también se utiliza ese término para referirse al deseo que todo ser humano tiene de conseguir alcanzar la sabiduría que posee un Dios omnipotente y dueño en lo que respecta al bien y al mal.

    Una vez conocí a un poeta y se lo dije a mi princesa. Y ella me contestó:

    Déjame que te cuente... Es del todo gratificante y tremendamente confortable ejercitar el proceso de percibir y comprender esos escritos. Pues me eleva el espíritu, y me hace crecer. Sí, me das alas para volar.

    Déjame que te cuente... Hay en tus palabras ese sabor a la sabiduría y la benevolencia. Leerte es subirse a un carrusel de donde no quisiera bajar nunca, porque sentir el aire fresco en mi rostro me da la fortaleza para seguir acariciando un papel con mi pluma.

    Déjame que te cuente... Que a pesar de tu disfraz, te reconozco, atendiendo a esas virtudes que iluminan el camino a cualquier ser que posea un alma. Yo ya me enamoré de un poeta.

    Déjame que te cuente... Ahora nos toca empezar a jugar, al juego de esta locura, pero…

    Déjame que te cuente... Bendita locura.

    CAPÍTULO 2

    —Pedro cariño, anoche soñé en Cupido, verás… te lo voy a contar…

    Dile a cupido que ya no hace falta que venga, que ya he encontrado a mi príncipe.

    Y dile también que no se preocupe más por mí, que este príncipe se queda para siempre.

    ¿Cómo? ¿Es que no me crees? Que iluso... ¿Acaso piensas que me lo invento?...

    Para nada, ¿Sabes? Apareció esta mañana, yo ya le conocía pero ha sido hoy cuando he visto en sus palabras que está dispuesto a todo por mí.

    Sí, sí, no es como los demás, me quiere, de eso estoy segura y es tanto su amor por mí que acepta mis deseos, dice ser feliz viéndome ser feliz a mí.

    Claro, pensarás que solo pienso en mí, pues sí, no te equivocas.

    ¿Y qué hay de malo en eso? Mi felicidad pasa por sentirme libre, sentir mi independencia y eso solo lo puedo conseguir viviendo sola, ilusionándome con cada objeto, cada lámina, cada tejido. En fin, sentirme en mi casa, pero sabiendo que mi príncipe está siempre conmigo.

    Y no sabes lo mejor, dice que acepta tener un estudio donde poder trabajar y estar juntos, no sé si solo lo considerará un lugar de trabajo o si será su paraíso eterno, pero me aseguró que no le importaría que yo decore su espacio. Ya me dirás... ¿Es mi príncipe, o no? Va a permitir que mis sueños se cumplan y lo más importante, va a respetar mi decisión... ¿Cómo? ¿Qué por qué estoy tan segura...? Está claro, porque me ama, así, sin más. Y todavía no te he dicho lo mejor, espera, ven, quiero decírtelo al oído, dicen que las palabras vuelan con el viento y no quisiera que esto que voy a decirte se perdiera volando sin remedio. Acércate, escucha... Le adoro.

    ¿Lo oíste? ¿¡Sí!? Bien, pues por favor, ahora ve y dile a Cupido que no me ronde, que ya he encontrado a mi Príncipe, aunque sea una locura. Ese es mi sueño, amado Pedro.

    Sí, era una locura, ella estaba dentro de mi corazón, pero quería volar sola, ya tenía sus propias alas y yo soy amante de la libertad.

    —El día que me dijo que se bajaba en esa estación para coger otro tren, se me pararon los pulsos, mi corazón se bloqueó, pero ella estaba dentro de mí, su fuerza no se apeó del tren. Sabía de sobras que volvería después de Navidad. Y con su fuerza y mi impulso, recobré el bombeo.

    Para mí la Navidad no existe ya, o al menos por el momento.

    Ahora la nave tenía un solo

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