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La hermandad del secreto
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Libro electrónico381 páginas6 horas

La hermandad del secreto

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Tras los asesinatos esclarecidos en Pamplona por el Inspector Ricardo Molina, con la inestimable ayuda de su pareja, la misteriosa Estibaliz Izco, reciben una llamada de su común amigo, el padre Joan, para colaborar en el esclarecimiento de la cruel muerte del máximo responsable de la biblioteca del Vaticano.
En su viaje a la Ciudad del Vaticano, descubren un profundo misterio, que se esconde en los intricados despachos de la eterna ciudad, y una trama secreta entre dos misteriosas sociedades que luchan por hacerse con el poder de unas antiguas calaveras y un oscuro manuscrito, que contienen un gran secreto guardado desde hace miles de años.
Los tres deben viajar a varios lugares del mundo para recuperar las calaveras y poder ponerlas a resguardo de sus perseguidores, y encontrar a los autores del asesinato del bibliotecario del Vaticano, debiendo hacer frente a los miembros de una Sociedad que lucha por hacerse con el poder de estos objetos, que pueden llegar a provocar un cataclismo mundial.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 ene 2024
ISBN9788410680258
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    La hermandad del secreto - Francisco Traver Molina

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    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Francisco Traver Molina

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de cubierta: Rubén García

    Supervisión de corrección: Celia Jiménez

    ISBN: 978-84-1068-025-8

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    NOTA DEL AUTOR

    Todos los personajes y la trama en la que se encuentran inmersos es producto de la imaginación del autor, por lo que no hay ningún parecido con la realidad, siendo todo el deseo de la fantasía de la historia, o no; eso lo dejó en las manos del lector que sea capaz de profundizar en la historia y buscar en el pasado lo que puede haber de realidad en esta ficción.

    En las descripciones de lugares, parajes y obras que aparecen en la novela, el autor ha querido reflejar lo más exactamente su historia y características más significativas, por lo que cualquier error o interpretación de estos lugares solo será culpa de mi persona.

    No hace falta recordar que, como en toda novela, las opiniones de cada uno de los personajes son siempre el resultado de la ficción, por lo que ni se pueden ni se deben relacionar con su autor, que, en estos casos, es el mero guionista de una aventura, siendo todo el resultado de la libertad narrativa y de las exigencias que en ocasiones la trama y el desarrollo de una novela obliga a hacer para conseguir esa parte de cuasi realidad que nos hace disfrutar de estas fantasías.

    Puede que, en ocasiones, nos pueda parecer que son innecesarias muchas descripciones de lugares, pero es el deseo del autor el poder facilitar al lector la posibilidad de viajar en la fantasía a lugares que en muchas ocasiones no podremos visitar, y que, gracias a los libros, conseguimos llegar a esos sitios imposibles y hacer que por unos instantes estemos en países y lugares maravillosos.

    Por último, solo quiero desear al lector que disfrute de un rato entretenido junto a los protagonistas de la novela, y que, junto a ellos, se deje llevar por su fantasía.

    ************

    CAPÍTULO I

    «Un viaje de mil millas comienza con un solo paso»

    Lao Tse

    Eran las cinco de la tarde del mes de septiembre cuando Ricardo y Estibaliz se dirigían hacia el aeropuerto de Pamplona donde les esperaba un responsable del Vaticano que los acompañaría en un vuelo privado hasta la eterna ciudad de Roma; aunque el motivo del viaje todavía era un secreto para ambos, confiaban en su amigo, el padre Joan, el cual les pidió que escucharan la demanda del Departamento de Seguridad de la Santa Sede y que después decidieran si prestaban sus servicios.

    Ambos hacía unos meses que habían conseguido poner en marcha un proyecto conjunto que les hacía mucha ilusión, el gabinete de investigación y formación estaba funcionando mejor de lo previsto y tanto Ricardo como Estibaliz se repartían las jornadas entre cursillos y asesoramiento tanto a los distintos departamentos de las policías como algunas empresas de seguridad privada para formación de sus empleados. Los dos habían aprendido a compaginar desde el principio sus distintas formaciones. Por un lado, Ricardo aportaba la parte de sus conocimientos en sus más de treinta años en las distintas escalas de la Policía Nacional y su formación complementaria en seguridad privada e investigación policial y Estibaliz, por su parte, lo complementaba con su formación de psiquiatría y psicología conceptual, sus años de colaboración de los distintos cuerpos de seguridad del Estado y sus facultades personales de percepción y sensibilización ante sucesos especiales, lo que le hacía ser conocida entre el mundo policial como la «bruja», mote que ella sabía que en muchos casos era afectivo y nunca lo había sentido como un reproche; indistintamente de que en ocasiones percibía que había ciertas reticencias hacia ella, que eran superadas en cuanto se veía su valía tanto personal como profesional. De hecho, hasta Ricardo al principio fue reacio a trabajar con ella, pero el amor muchas veces consigue unir corazones muy distintos y en este caso así puede decirse.

    Desde que Ricardo, con la ayuda de Estibaliz, había conseguido esclarecer los asesinatos en Pamplona ocurridos en estos últimos meses y toda la trama que había relacionada con ellos, había conseguido un gran prestigio profesional que le había generado un gran alivio personal y sentimental del que venía tiempo atrás arrastrando desde el asesinato, por parte de la banda armada ETA, de su mujer e hija. Además de todo el apoyo afectivo y sentimental por parte de Estibaliz que, desde el momento en que se conocieron, había sido el detonante para que Ricardo se replantearse poco a poco los cambios que fue experimentando, hasta el momento presente en que, junto a Estibaliz, formaban una pareja muy unida que eran la envidia de muchos de sus amigos.

    El trayecto hasta el aeropuerto desde Pamplona era de apenas quince minutos en coche y habían decidido coger un taxi para ir más tranquilos, ambos estaban inquietos por saber qué era lo que podría querer de ellos uno de los servicios secretos más prestigiosos del mundo y de los más cuidadosos en sus relaciones internacionales, de hecho, mucha gente ni siquiera cree que existan, pues, aparte de realizar la vigilancia del Santo Padre con la popular y conocida Guardia Suiza y sus singulares uniformes, nunca pensamos que puedan haber otras personas dentro de estos cuerpos de seguridad que realicen otros tipos de actividades que desde sus más remotos tiempos ha tenido una gran importancia, pero siempre entre las sombras.

    En un momento estaban atravesando la puerta del aeropuerto donde les esperaba el Jefe de Seguridad para facilitarles el acceso hasta el avión privado en donde les aguardaba al pie de la escalera un hombre de algo más de cincuenta años, de complexión atlética, pero que lo disimulaba gracias a un traje de marca que le quedaba perfectamente.

    - Buenos días, soy el comandante de la Guardia Suiza Piero Romeo y en principio tengo las instrucciones de escoltarles hasta el despacho del Jefe del Estado Mayor en el Vaticano, el Cardenal Lorenzo Liafranco. No les puedo dar más indicaciones, pues no me han sido facilitadas, lo que espero no se lo tomen ustedes a mal.

    - Encantado, le presento a la señorita Estibaliz Izco y, como ya sabrá, yo soy el inspector Ricardo Molina, aunque actualmente en excedencia.

    - Si les parece, pasemos al interior del avión, nos ponemos cómodos y les puedo invitar a un aperitivo para hacerles más cómodo el viaje, en principio será de algo más de una hora y media, son las ventajas de utilizar este tipo de aviones, la verdad es que tienen una velocidad punta asombrosa.

    El avión se trataba de un Gulfstream III, un jet de los de última generación, con las últimas comodidades y seguridad puntera de este tipo de aeronaves. Los tres entraron al interior en donde había dos jóvenes pulcramente vestidos con trajes oscuros que les saludaron pero que se mantenían en un segundo plano, fueron recibidos por una asistente de vuelo que les enseñó el interior de la nave y que les facilitó el lugar para acomodarse para el despegue. Todos se sentaron en unos asientos de piel alrededor de una mesa amplia pulcramente decorada y que disponía de una zona refrigerada que contenía agua, refrescos y zumos. En pocos minutos se habían colocado los cinturones de seguridad y ya se encontraban en la pista de despegue con destino a la Ciudad del Vaticano.

    - Comandante, ¿podría preguntarle si hay algo que nos pueda decir y que nos ayude a saber cuál es el motivo de nuestro viaje? Hasta ahora le estamos haciendo un favor a un gran amigo, el padre Joan, pero no tenemos ninguna información por parte de ustedes, tan solo una llamada suya en la que nos indicaba que nos recogería en el aeropuerto de Pamplona y que dispusiéramos lo necesario para pasar algunos días fuera de casa, y en cierto modo es algo incómodo viajar con la sensación de que estás siendo escoltado.

    - Mi dispiace, signora Estibaliz, nada más lejos de mi intención. Perdóneme si, en primer lugar, en ocasiones se me escapa algo del italiano, al final cuando hablas varios idiomas es difícil gestionar los recursos adecuadamente, pero, en cuanto a su preocupación, solo puedo decirles que ni yo mismo sé de qué va este viaje, al parecer estaré con ustedes en la entrevista con el Cardenal Liafranco, con lo que seré informado a la vez que ustedes. Desde luego no es habitual este procedimiento y tiene que ser algo muy urgente y serio para que, desde la máxima autoridad de seguridad del país, se me haya enviado a recogerles y traerles en su avión oficial, lo cual he de decirles que es la primera vez que se realiza algo así, con lo que comprendan que el primer sorprendido soy hasta yo mismo. Y, por favor, llámenme Piero, creo que los tres somos de edades parecidas, con lo que creo que será más cómodo para hablar y dejar los formalismos para los momentos que sí lo requieren, si no les incomoda mi ofrecimiento.

    - Piero, al contrario, nos parece una gran idea, y, como dice Estibaliz, estamos un poco preocupados por este secretismo, pero bueno, en unas horas esperamos averiguar qué es lo que lo motiva y cuál es el motivo de nuestro desplazamiento. Siempre me ha intrigado la Ciudad del Vaticano y la Santa Sede y en cierto modo este viaje espero que me ayude a entender su política y su eterno secretismo, o tal vez a intensificar esta idea que en ocasiones parte de la historia negra o secreta que se esconde tras esta Institución o Estado, como sería más oportuno decirlo.

    - Ricardo, tienes mucha razón y, bueno, es difícil hacerse a la política interna de nuestro país, pero cuando llevas, como en mi caso, unos veintiséis años de servicio, al final terminas comprendiendo y entendiendo muchas cosas, aunque sí es cierto que la transparencia no es lo habitual y no creo que sea una excepción en vuestro caso. Os puedo aconsejar que tengáis mucha paciencia y que en muchas ocasiones deberéis interpretar las consignas que se os transmiten, pues, bajo el amparo del Santo Padre, o de San Pedro o de Dios, en ocasiones te llegan instrucciones que no tienes muy claro de qué es lo que quieren que hagas.

    - Piero, tienes un español muy bueno, para ser una lengua aprendida y no nativa, pues me he fijado que el acento y las expresiones las tienes muy interiorizadas.

    - Sí, es cierto, mi madre era de Valladolid, aunque emigró pronto a Suiza, pero solíamos viajar habitualmente para ver a mis abuelos maternos; además, en casa, mi madre hablaba el español con mucha frecuencia, pues era profesora en un instituto y en casa nos enseñó toda la gramática española tanto a mi padre como a mis dos hermanos, por lo que crecí y viví en un entorno también muy español, y de hecho es la lengua que mejor domino después del italiano y el francés, que son las lenguas oficiales de mi país de nacimiento junto con el Romanche. Y, bueno, luego aprendidas, el inglés, alemán, un poco de ruso y de chino.

    - ¿El Romanche? No lo había escuchado nunca.

    - Es normal que no la conozcáis, actualmente su uso está restringido a algunas aldeas del cantón montañoso de los Grisones en mí país de nacimiento, en Suiza, y pertenece a las lenguas retorrománicas que también se hablan en la zona norte de Italia. Es curioso, pero el Romanche es actualmente lo que queda de la latinización traída de Italia hasta el Danubio en los tiempos de Diocleciano durante los primeros siglos del imperio romano. Pero fue en 1938 cuando se convirtió en idioma nacional de Suiza, y, tras la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en la cuarta lengua del país, por lo que pasó a ser enseñada en todos los centros educativos, aunque su uso no es nada habitual salvo zonas concretas. De hecho, hasta 1995 era obligatorio su conocimiento en el ejército.

    Mientras los tres mantenían una animada conversación sobre los orígenes del comandante Piero Romeo, fueron avisados de que en veinte minutos tomarían tierra en el aeropuerto Fiumicino, renombrado posteriormente en homenaje a Leonardo da Vinci como Aeropuerto Internacional Leonardo da Vinci. El aterrizaje fue espléndido y se dirigieron hacia una de las zonas reservadas para los aviones privados, en donde les esperaban dos coches marca Audi de alta gama con matrícula diplomática del Vaticano y cuatro motocicletas de la polizia di stato. Los dos jóvenes que los habían acompañado en el vuelo de forma completamente discreta fueron los primeros en bajar y esperaron junto al segundo vehículo, mientras ellos se acomodaban en el primer coche junto al comandante Piero y salieron con dirección a la Ciudad Eterna del Vaticano, un destino incierto para ellos y a la vez misterioso y atrayente.

    La comitiva emprendió la marcha por la autovía principal que enlaza el aeropuerto con la capital, una vez abandonaron la autovía cogieron una de las principales avenidas de Roma, la conocida Via Aurelia, hasta llegar a un lateral del Vaticano donde entraron a su interior por la Porta Petrusa, una de las más antiguas de la muralla que rodea todo el Vaticano y que fue construida a mediados del siglo xiv, de allí se dirigieron hacia el Palacio de la Gobernación, un edificio impresionante de estilo ecléctico construido sobre 1927 por el ingeniero piamontés Giuseppe Momo, «el arquitecto de la reverenda fabbrica di San Pietro» a cargo de la construcción de la Ciudad del Vaticano, fundada tras la firma de los Pactos de Letrán. El palacio es la sede de la Comisión Pontifica para el Estado de la Ciudad del Vaticano, el Gobernador y los puestos más destacados de la administración del Vaticano, pues, de hecho, el Gobernador que preside la Comisión es el pontífice del poder legislativo, siendo actualmente el Cardenal Filippo Piacenza.

    - Bueno, ya hemos llegado, ahora iremos a entrevistarnos con el Cardenal Liafranco y después os indicaré dónde están vuestros aposentos y, si me aceptáis, sería un placer invitaros a mi apartamento a cenar y, si tenemos tiempo, hacer un pequeño tour turístico que estoy seguro de que os gustará, no todo el mundo tiene la opción de ver los interiores de este hermoso lugar en las horas cerradas al público y con la tranquilidad que esto supone.

    - Será un placer, Piero, aunque estamos cansados del viaje, tanto Ricardo como yo estamos agradecidos por tu invitación y queremos darte las gracias por lo agradable que se ha hecho todo el viaje.

    - De hecho, Piero, yo siempre he deseado conocer la Basílica y el Museo, aunque estoy seguro de que todo el país es una maravilla artística.

    - Pues sí, Ricardo, solo en obras de arte como pinturas y esculturas el valor es incalculable, actualmente en el almacén, tanto guardadas como en restauración, os diría que hay más que en muchos museos de renombre, alguna de estas obras creo que no han llegado a estar nunca expuestas, bien por su estado de conservación, o porque los dogmas de la iglesia no permiten su exhibición.

    Tras recorrer varios pasillos llegaron a un ala en la que había una inmensa puerta de madera ricamente labrada con imágenes de ángeles, tras la cual les atendió el secretario del Cardenal que les invitó a acomodarse en unos sillones tapizados estilo Luis XV junto a una mesilla con una máquina exprés de café y unas pastas.

    A los pocos minutos salió un hombre de unos sesenta años, de pelo blanco cortado muy fino y vestido con una sotana negra adornada con ribetes, botones y una faja roja, de una gran pulcritud y que irradiaba un halo de misticismo y a la vez transmitía una sensación de paz.

    - Eminencia, permítame presentarle al inspector Ricardo Molina y a la asesora, la señorita Estibaliz Izco.

    - Gracias, comandante, es un placer conocerlos, he de manifestarles que vienen ustedes con unas amplias referencias y esperamos su Santidad y yo mismo que podamos resolver con la máxima diligencia el tema que ha motivado su viaje. Si les parece, podemos pasar a mi despacho y les pongo al día, pues estoy seguro de que tendrán muchas preguntas al respecto. Me consta por mis informes que ambos no son católicos practicantes por lo que no les voy a pedir que se ajusten a los protocolos que el comandante Romeo bien conoce, así que facilitémonos el trato de forma algo más cordial.

    Los cuatro pasaron al despacho del Cardenal Liafranco y se acomodaron alrededor de una amplia mesa de reunión en donde había una amplia pantalla de ordenador y varias CPU conectadas, así como tres teléfonos y una estación de transmisiones, lo cual sorprendía con la solemnidad del espacio y del propio cardenal. En el fondo había un gran ventanal desde donde se apreciaba la Basílica de San Pedro, y una mesa escritorio de estilo antiguo ricamente labrada con racimos de vid y bajorrelieves con imágenes de la crucifixión de Cristo y el momento de su descendimiento.

    - He de reconocer, Cardenal, que es curioso el contraste entre lo antiguo y moderno del lugar.

    - Pues sí, señorita Estibaliz, como Jefe del Estado Mayor del Vaticano y por tanto después del Gobernador, el Cardenal Filippo Piacenza, mi cargo es el máximo responsable en seguridad tanto interior como exterior del Santo Padre, por lo que debo estar al día en todo momento de cualquier incidencia que ocurra prácticamente en todo el mundo, con lo que al final lo moderno tiene que ocupar su espacio en esta institución tan arraigada en lo antiguo. Tienen ustedes, en esa mesilla de la izquierda, café, refrescos y agua y alguna de nuestras pastas realizadas por las hermanas en las cocinas del Vaticano, que desde luego son una delicia.

    - Espero que entiendan que todo lo que van a escuchar debe quedar en el máximo secreto, queremos contratar sus servicios, pues las referencias del Padre Joan hacia ustedes son excelentes, además de las credenciales que les avalan tras los hechos que ocurrieron en Pamplona y que gracias a ustedes dieron lugar al descubrimiento de una trama de tráfico de órganos a nivel mundial y de lo que por supuesto nuestros servicios de información tuvieron conocimiento e investigaron al respecto confirmando que ambos son las personas idóneas para ayudarnos en la investigación que luego pasaré a relatarles. Creo que lo primero es que ambos conozcan nuestra oferta y, si les parece bien, paso a contarles el motivo del viaje, pues estarán ansiosos por saberlo.

    - Señor, tanto Estibaliz como yo tenemos una deuda con el padre Joan, por lo que estamos seguros de que la propuesta será de nuestro agrado, así que no se preocupe y cuente con toda nuestra ayuda.

    - Me parece genial, ahora quisiera ponerles un poco en antecedentes sobre el trasfondo de todo lo que hay detrás de su colaboración, aunque en principio pueda parecerles algo irreal, pueden estar seguros de que no hay nada de fantasía en lo que van a escuchar. ¿Conocen algo sobre las calaveras de cristal?

    - Pues por lo que tengo entendido son unas calaveras de tiempos de los mayas o anteriores, talladas en cristal y que al parecer fueron realizadas sin ningún tipo de herramienta o utensilio de aquellos tiempos, y que según cuentan puede tener poderes extraordinarios.

    - Bueno, esa podría ser, señorita Estibaliz, la parte popular, pero ahora quiero contarles un poco la parte menos conocida y que ha sido uno de los mayores secretos escondidos en los archivos papales y que solo un reducido número de personas conocen su historia, trasfondo y el lugar donde se encuentran.

    - Partiendo de la parte histórica conocida, deberíamos en principio remontarnos a enero de 1924, cuando un aventurero y escritor inglés de nombre Frederick Albert Mitchell-Hedges se encontraba, junto con su hija Anna de 17 años, investigando las ruinas de la ciudad maya de Lubaantum, que significa «ciudad de las piedras caídas», en lo que hoy se conoce como Belice, pero en aquellos tiempos era la Honduras Británica. El motivo del viaje era buscar en estas ruinas, compuestas por un amplio complejo arquitectónico impresionante compuesto de una gran plaza, pirámides, casas y muchas cámaras subterráneas, todo ello con la finalidad de encontrar una conexión con la mítica civilización de la Atlántida. En una zona escabrosa fue Anna la que vio algo que brillaba entre las rocas e introdujo la mano y sacó un cráneo de cristal, pronto se corrió la voz entre los trabajadores indígenas de la zona y se arrodillaron y comenzaron a besar el terreno, pues para ellos representaba el dios de sus antepasados. Desde ese momento fue conocida como el «Cráneo del Destino». Ahora permítame que les revele un secreto que ni el comandante Piero conoce, pero que estoy seguro de que entenderán por qué.

    El Cardenal Lorenzo Liafranco se levantó y tras abrir un armario detrás de su escritorio donde había una enorme caja de seguridad, extrajo una caja de metal ricamente adornada con unos jeroglíficos con formas de sol, la abrió y sacó un objeto de cristal con forma de cráneo que, con la luz que entraba desde el exterior, emitía unos reflejos como de prismas de colores.

    - Permítanme que les enseñe esta maravilla del pasado, decirles que pesa cerca de cinco kilos y está fabricada en una aleación de cristal de cuarcito, pero de una aleación desconocida, y todo ello en una sola pieza, pues la parte de la mandíbula y el cráneo es un solo conjunto, por lo que no forman partes separadas y ensambladas como podría parecer. Si se fijan, verán que, si la pongo delante de la luz del sol, emite un intenso haz luminoso. De esta obra solo se pueden decir maravillas, pues como ven mide apenas 13 centímetros y su grado de dureza es diez sobre diez en la escala de Mohs que es la que se emplea para medir la dureza de los minerales, por lo que para tallarla solo se puede hacer con algo igual o más resistente, como podría ser el rubí o el diamante, ya que, antiguamente, hasta donde sabemos, no habían descubierto el láser. De hecho, se han realizado varios análisis en laboratorios prestigiosos y en donde se ha asegurado que esta pieza fue tallada en contra del eje natural del cuarzo y que además no presenta huellas de herramientas metálicas, de hecho, se ha calculado que se podría haber tardado 300 años en ser tallada, aunque en su datación no hay acuerdo, pues hay tres versiones al respecto que la relacionan con un origen atlante, o de origen azteca o anterior a esta, y una antigüedad de 3600 años, aunque más adelante podremos salir de esta duda, pero dejen primero que les siga poniendo en antecedentes.

    - Tanto Mitchell-Hegdes como su hija aseguraron que el «Cráneo del Destino» tenía poderes sobrenaturales, pues decían que la calavera instalaba pensamientos en la mente de quien la observaba y propiciaba habilidades telepáticas. De hecho, a la calavera se le han atribuido propiedades como cambios de color vinculados a las posiciones de los planetas, poderes curativos y la capacidad de mover objetos. Ahora, si me permiten, la volveré a dejar en su sitio, pues su valor y seguridad es prioritario, más adelante empezarán a entender toda esta seguridad y secretismo.

    - Lo poco que recuerdo de esta leyenda es que es el motivo de la película de Indiana Jones, creo que era El reino de la calavera de cristal, pero en la película se comentó que esta pieza era falsa y que su datación era del siglo xix coincidente casi con su descubrimiento, por lo que, aunque no es discutible su belleza, tal vez podríamos cuestionar su valor histórico o sobrenatural.

    - Tiene razón, Ricardo, pero, si ha visto "Stargate", su argumento gira en torno al origen extraterrestre de estos cráneos cuya función era servir de medio de transporte entre la Tierra y el planeta de origen de sus creadores. También en la película "El Fantasma", de 1996, los cráneos, junto con un anillo de control, otorgaban a su portador un poder ilimitado. Y por terminar de adornar esta historia de película podríamos hablar del videojuego "Assassin’s Creed", en su cuarta entrega la trama se centra en los cráneos de cristal, los cuales eran los restos de la Primera Civilización cuya función era como piezas de observación y comunicación con esos ancestros.

    - Por lo que veo, la iglesia tiene un especial interés en este objeto, pero no acabo de entender por qué, y, si no le he entendido mal, en varias ocasiones ha hablado de calaveras, por lo que parece que hay más, con lo que no sería algo tan excepcional al no tratarse de un objeto único.

    - Estibaliz, tiene usted mucha razón, en esta ocasión se juntan varios elementos; el primero es que llevo décadas, y no exagero, estudiando sobre este fenómeno, además de la custodia de este cráneo en concreto; en segundo lugar, hay más cráneos, y ahora les contare por qué y cuál es el motivo de que la iglesia tenga un especial interés en este misterio del cual llevamos guardando un profundo secreto más de siete siglos de nuestra era, por lo que pueden hacerse una idea de su importancia, aunque entenderán todo mejor cuando les haya contado todo lo que esconde esta historia de la que puedo asegurarles nunca han oído hablar.

    - Efectivamente, hay más cráneos, de hecho, la del Destino es la principal de otras doce calaveras, pero nuestra Institución desde hace varios siglos se ha encargado de tenerlas escondidas y para ello hace años se ideó un plan de hallazgos repartidos por todo el mundo de tal forma que se consiguió, en primer lugar, tener a los curiosos más distraídos y que se centrasen sobre los puntos que nos interesaban sin que se supiera dónde estaban los originales, de tal forma que nos asegurábamos de su custodia y control. De hecho, actualmente tenemos varias en posesión de colecciones privadas y que son expuestas esporádicamente en museos del mundo, y el resto están disponibles al público en el Museo Británico, en el Museo Etnográfico del Trocadero, en el Museo Nacional de Antropología de México y en el Museo del Quai Branly, pero todas ellas son completamente falsas y se han llegado hasta a subastar y vender por verdaderas fortunas, de tal forma que se ha conseguido darles veracidad e interés, que es el elemento principal que se ha querido con este plan, he de reconocer, un tanto maquiavélico, pero viniendo de esta institución casi es algo anecdótico. De hecho, hace varios años con la llegada de la entrada de siglo, se detectó un excesivo interés por estas calaveras, con lo que se preparó una campaña de desprestigio a través de revistas, prensa especializada y medios de comunicación, en donde expertos de prestigio desacreditaban tanto el Cráneo del Destino como el resto de las calaveras, afirmándose que habían sido talladas con medios modernos sobre los años treinta, por lo que se afirmaba que no eran artefactos de origen precolombino, sino piezas manufacturadas con herramientas modernas del siglo xx, si bien a la vez se jugó con otro grupo de estudiosos que aseguraban que los cráneos de cristal formaban parte del calendario maya y que tenían un origen atlante. Como pueden ver, hay todo un complot preconcebido para proteger estas piezas.

    - Pero no acabamos de entender a dónde nos lleva todo esto, hasta ahora no nos ha dicho nada que aclare el motivo de nuestro viaje, y por qué tanto interés porque sepamos de esta calavera si luego resulta que todo se trata de un montaje, del cual no acabo de ver su final o su motivo.

    - Bien, inspector Molina, entiendo su desasosiego, pero necesitaba ponerles en antecedentes para que ahora puedan entender un poco la importancia de tanto secretismo y el motivo de por qué están ustedes aquí. Tengan paciencia, pues es difícil resumir en un rato de conversación lo que ha venido pasando desde hace más de setecientos años de historia y que además lleva detrás un gran pasado.

    - Como les contaba anteriormente, y todo lo que ahora les cuento ya no es leyenda, aunque en ocasiones puedan creer ustedes que les estoy contando una historia de película, puedo asegurarles que desde este momento lo que paso a relatarles es completamente verídico. Bien, si recuerdan, les comentaba que en total hay doce cráneos aparte de la Calavera del Destino. Los primeros doce cráneos, según la leyenda, que luego les contaré, corresponden a los doce mundos en los que ha habido vida humana y que fueron entregados para su custodia por una civilización ancestral llamada Itzas, que venían desde la Atlántida y que fueron entregadas a las culturas más prominentes de aquellos tiempos para que las resguardasen, pues esta civilización, digamos extraterrestre, estaba en peligro por el ataque de otras civilizaciones y necesitaban esconder de ellas sus conocimientos. De hecho, la Tierra también tiene su cráneo que sería en este caso el 13º y que corresponde a la Calavera del Destino. Todos estos cráneos fueron guardados en pirámides desde Babilonia, Egipto hasta los olmecas, mayas y aztecas, así como en lo que hoy conocemos como Indonesia y Nepal. Pero existe un documento, un manuscrito que fue entregado junto con estos objetos, en donde se explica su poder y el motivo por el que deben estar separadas todas ellas, pues en el caso de que las trece calaveras fueran reunidas y alineadas, según un mapa que se encuentra en el manuscrito, se provocaría un agujero negro que daría lugar a un enorme portal por el que seriamos invadidos por la civilización que consiguió eliminar a los atlantes y que desde entonces busca la forma de llegar a la Tierra y conseguir la aniquilación de todo el universo; pero que no lo puedan conseguir depende de nosotros, pues la única forma de abrir este portal es desde este lado, es decir, desde la Tierra, con lo que solo nosotros somos capaces de protegernos de este ataque y evitar nuestra propia extinción.

    - Ufff, Cardenal Liafranco, ¿nos quiere decir de verdad que somos los guardianes de una llave que nos protege del ataque de una civilización extraterrestre y que es la Iglesia la responsable de la custodia de este secreto? Cuesta entender cómo pueden ustedes creer en Dios y a la vez pensar que somos parte de un universo múltiple en donde hay otras civilizaciones ajenas a nosotros, lo cual en parte es contrario a lo que ustedes predican y profesan. Hay algo en esta historia que está

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