Cuentos Satori: Camino de inspiración

Por Fernando Damián Rivera y Librerío editores

La espiritualidad es algo extraordinario y elusivo. Para muchas personas, la espiritualidad es una faceta ajena o de poco interés en sus vidas. Con frecuencia, la emplean como sinónimo de religión, esoterismo, o una mezcla de creencias heterogeneas. Pero, ¿Qué es realmente la espiritualidad? ¿Es sinónimo de alguna de las alternativas anteriores o se trata de algo más? ¿Acaso la filosofía, de la mano de Friedrich Nietzsche, mató a Dios y la ciencia, de la mano de Santiago Ramón y Cajal, mató a la espiritualidad? ¿Es posible experimentarla y alimentarla?
En esta obra, más que apuntar a buscar fuentes, respuestas o argumentos intelectuales, apostamos a favorecer la toma de conciencia, el insight o satori, así como a alimentar la inspiración del lector. Los Cuentos Satori son una serie de historias cortas que contienen enseñanzas sobre algunos temas de la vida, acompañadas de breves reflexiones sobre cuestiones psicológicos, éticos y espirituales. En esencia, se trata de una decena de leyendas y cuentos cortos que provienen de diferentes lugares y momentos históricos. También incluye un par de cuentos propios. Si los lees con el corazón abierto, te revelarán su secreto.

SEMBLANZA DEL AUTOR
Fernando Damián nació en la Ciudad de México, en 1979. Estudió la Licenciatura en Psicología en la Universidad Autónoma de Yucatán y la Maestría en Psicoterapia en la Universidad Humanitas. Su campo de especialización se relaciona con las áreas de psicología clínica y educativa. Es miembro titular del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán y Consejero Técnico en la Comisión de Psicología educativa. Trabaja como Director en una Unidad de Apoyo a la Educación Regular (USAER). Así mismo, brinda servicios de psicología clínica y educativa de manera privada, principalmente evaluación, enseñanza y psicoterapia. Es director de "Complexus", Centro de Desarrollo Humano Sistémico. Complexus tiene la finalidad de ofrecer a la población servicios especializados de desarrollo humano, educación para la vida y promoción de la salud mental. Es el autor de un modelo psicológico innovador que tiene la finalidad de ofrecer una perspectiva sistémica, integral y actualizada para la psicología.

• Idioma: Español
• Editorial: Librerío editores
• Fecha de lanzamiento: 28 nov 2023
• ISBN: 9798223032847

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CUENTOS SATORI

Camino de inspiración

FERNANDO DAMIÁN RIVERA

Primera edición, noviembre del 2023.

© Fernando Damián Rivera

© Todos los derechos reservados.

© Librerío editores

www.librerioeditores.com.mx

Número de registro público del derecho de autor: 03-2023-100119322200-14

Queda prohibida toda la reproducción total, parcial o cualquier forma de plagio de esta obra sin previo consentimiento por escrito del autor o editor, caso contrario será sancionado conforme a la ley de derechos de autor.

A las personas que luchan por construir un mundo mejor

Introducción

No 1. El viaje de Montse

No 2. La historia de la creación y la importancia de soñar

No 3. La tristeza del maya

No 4. Canek rompe sus cadenas

No 5. La sonrisa del monaguillo

No 6. Dazu Huike y Bodhidharma

No 7. Las mazorcas doradas

No 8. La última pregunta

No 9. Los dioses se mudan en el sol y la luna

No 10. Las cuatro escenas

Bibliografía

Introducción

Por naturaleza, el ser humano es una creatura espiritual. De acuerdo con el historiador de religiones Mircea Eliade, la conciencia posee una estructura relacionada con la experiencia de lo sagrado. Dicha estructura emergió desde los orígenes de nuestra historia, con las primeras culturas primitivas al buscar, no solo una explicación para los diversos fenómenos de la naturaleza, sino una vía para vincularse con ellos. Por ejemplo, existen evidencias que sugieren que los neandertales enterraban a sus muertos hace más de 50 mil años, con claros fines religiosos (2002). ¿Pero qué debemos entender por religión? Si partimos de su definición etimológica, religión viene del vocablo en latín religio, que significa religar, en este contexto, con el Creador. Llama la atención su semejanza con el término hindú yoga, el cual proviene del sánscrito yoga, y se puede traducir como unión. En este sentido, podemos concluir que la religión hace referencia a una conexión especial. La enciclopedia de la Religión Gale (2005), afirma que la religión es un concepto difícil de definir debido a que evoluciona con el paso del tiempo y varía de una cultura a otra. No obstante, es posible identificar una constelación de cualidades en común: fundadores y representantes, escrituras sagradas, tradiciones y preceptos, lugares y objetos religiosos, mitos y símbolos propios, conceptos asociados al propósito de la religión, rituales, comunidad religiosa, y la experiencia sagrada. Como podrás notar, la religión es un gran sistema de elementos diversos.

Pero es importante hacer una aclaración. Este libro no tiene la intención de llevar a cabo un análisis académico acerca de la religión. Nuestro propósito es otro. De todas las características de la religión, la única que nos interesa es la última: la experiencia religiosa. A esta experiencia también se le conoce como sagrada, mística o espiritual. Según la enciclopedia Británica, una experiencia religiosa se define como una experiencia específica que se desarrolla dentro de un marco de referencia religioso como la admiración ante el ilimitado cosmos, la sensación de misterio ante lo sagrado, o el sentimiento de dependencia hacia un poder divino (2015). Y, a propósito de la experiencia religiosa, vale la pena conocer la clasificación de misticismo que realizó el psicólogo norteamericano William James (1902). Según James, las experiencias místicas pueden ser de cuatro clases: transitoria cuando dicho estado tiene duración limitada; inefable corresponde a una experiencia que no puede ser comunicada por medio de las palabras; la experiencia noética transmite revelaciones y conocimientos de una cualidad superior; y pasiva se refiere a una experiencia en la cual el individuo es arrebatado por un poder superior, más allá de sus esfuerzos voluntarios. En una experiencia mística total, toda barrera o límite entre el sujeto y la divinidad desaparece, ocurre una fusión plena con lo supremo. Por otra parte, el teólogo alemán Rudolf Otto (1950) afirmaba que existe un factor común que enlaza a todas las experiencias religiosas: la experiencia numinosa (sagrada), la cual solo se puede generar ante la presencia de algo sagrado o santo.

Pues bien, aquí termina la revisión bibliográfica sobre el tema. Con esta información será suficiente para establecer las bases de la obra. En este libro, experiencia religiosa es empleada como sinónimo de espiritualidad, por la cual entendemos una cualidad humana, en el sentido de estructura religiosa dado por Eliade, pero incipiente, sublime y compleja. La espiritualidad evoluciona y madura a medida que las facultades físicas, emocionales, cognitivas, egóicas, sociales, éticas y conscientes se desarrollan. Esto quiere decir que un adulto con un adecuado desarrollo global, tendrá mayores recursos para su evolución espiritual. Pero cabe agregar que particularmente los factores egóicos, éticos y conscientes juegan un papel decisivo en el desarrollo espiritual que despliega una persona. Para su estudio, es necesario recurrir a un conjunto de ciencias científicas y racionales como biología, psicología, teología, ética, antropología, etc. debido a que sus respectivos campos de investigación se traslapan. Cuando la definición de espiritualidad hace énfasis en la experiencia, sin considerar sus demás rasgos, se otorga demasiado peso a los estados subjetivos y los factores fenomenológicos: los estados alterados de conciencias, experiencias inducidas por drogas, la conciencia expandida, éxtasis, la comunión íntima, el samadhi, los cuatro Brahma viharas, la intuición, la revelación, e incluso el desarrollo de habilidades parapsicológicas. Y si bien éstas pueden formar parte del proceso o suceder como resultado del avance espiritual, de ningún modo constituyen su núcleo. En segundo lugar, al dar prioridad a las experiencias particulares, se cae en la arbitrariedad o el relativismo a la hora de identificar qué experiencias deben ser catalogadas como espirituales y cuáles no. En nuestra opinión, estas experiencias deben ser consideradas como una parte de la espiritualidad, pero su característica distintiva radica en el crecimiento de los recursos humanos más elevados, sobre todo de aquellos que se orientan hacia su trascendencia.

Conforme la espiritualidad del individuo se incrementa, se establece un vínculo más íntimo, profundo o trascendente con uno mismo, el prójimo, la naturaleza o la divinidad, justo como lo sostiene la definición etimológica de religión, pero sin necesidad de limitar su efecto al campo de la teología. La búsqueda de una conexión más profunda a través del estudio e investigación del universo es la vía del científico, el camino del autoconocimiento corresponde al sabio contemplativo, el camino del servicio está reservado para el bondadoso caritativo, y la senda de la entrega a Dios es del santo y el místico. Los cuatro caminos reflejan distintas alternativas de crecimiento espiritual. Es importante agregar que la experiencia espiritual es flexible. No es el patrimonio exclusivo o el monopolio de ninguna persona o asociación. Puede acontecer dentro de un marco de referencia institucionalizado, o de forma independiente de los demás atributos de la religión como las escrituras, las tradiciones y los preceptos. Pero más allá del discurso quiero compartir contigo que la espiritualidad es algo que palpita profundamente en tu interior: es un anhelo, una chispa, un destello. Es etéreo como el aire que respiras e imposible de aprehender con el pensamiento. Sin embargo, lo puedes vislumbrar con el corazón. Se siente como una brisa de aceptación, perdón o compasión. En ella yace la clave para transformar todo tu ser.

La espiritualidad no ha muerto. Se encuentra en un profundo proceso de renovación, de depuración, de una historia muy antigua, tan antigua como nosotros mismos. En el proceso se desprende de creencias irracionales, de ritos y costumbre innecesarios, de los excesos del fanatismo. Y, por otra parte, se está adaptando a los cambios, al paradigma digital, los sistemas complejos, al vertiginoso ritmo de vida en la era de la información y la tecnología. Es por ello que en el panorama inmediato solo se alcanza a ver la crisis, la inestabilidad, la falta de perspectiva. Para el ciudadano promedio, es todo un desafío encontrar alguna opción que llene ese espacio interior, que restablezca sus convicciones y le provea de la fuerza necesaria para dar lo mejor de sí. Para muchas personas jóvenes, la espiritualidad es una faceta desconocida de la vida. De ésta, solo sobrevive la dimensión natural, la cual se manifiesta a través de la lucha por el medio ambiente y el cuidado de los animales. ¿Pero qué alternativa nos queda? ¿Regresar a las prácticas religiosas fundamentalistas, entregarnos al new age, el racionalismo, el nihilismo, confeccionar alguna combinación idiosincrásica, o quizás recurrir a un nuevo paradigma? Solo el tiempo lo dirá...

El escritor argentino Jorge Luis Borges alguna vez dijo que, de todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. Los libros no solo ofrecen información para ser almacenados en la memoria del lector. Esa tarea