SOLEDAD ELEGIDA
Es evidente que somos seres sociales, y de ello ya hemos hablado en alguna otra ocasión en estas páginas. Vivir en manada, formar parte de una tribu, ha sido esencial en la supervivencia y evolución de nuestra especie. Es por ello que posiblemente estar en compañía de otros es una necesidad que llevamos grabada en nuestro ADN biológico y también cultural. De hecho, buena parte de cómo nos percibimos, de nuestro autoconocimiento, depende de la interpretación que hacemos de la información que percibimos de otras personas sobre nosotros, de tal manera que necesitamos la interacción con los demás para esculpir nuestra identidad y, por descontado, para salir adelante y aprender durante nuestras primeras y vulnerables etapas de la vida.
La propia Psicología Positiva, en sus estudios sobre la felicidad, incluye a las relaciones sociales entre los hábitos clave para llevar vidas más plenas. La doctora en psicología social Sonja Lyubomirsky explica que una de las funciones más importantes del vínculo social «es proporcionar apoyo social en momentos de estrés, aflicción y trauma.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos