Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Fénix Tranquilo 2: Del Fracaso al Éxito (Memorias de un Niño Introvertido): Fénix Tranquilo, #5
Fénix Tranquilo 2: Del Fracaso al Éxito (Memorias de un Niño Introvertido): Fénix Tranquilo, #5
Fénix Tranquilo 2: Del Fracaso al Éxito (Memorias de un Niño Introvertido): Fénix Tranquilo, #5
Libro electrónico156 páginas2 horas

Fénix Tranquilo 2: Del Fracaso al Éxito (Memorias de un Niño Introvertido): Fénix Tranquilo, #5

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Celebrando al Niño Tranquilo: Una lectura obligada para cada padre, maestro, mentor y entrenador deportivo.

De Prasenjeet Kumar, el autor de "Quiet Phoenix" ("Fénix Tranquilo"), surge una secuela que nadie que trata con niños Introvertidos debería perderse.

El tema subyacente del libro es que, al igual que un Ave Fénix está programado para renacer de las cenizas de sus antepasados, sus lágrimas están destinadas a curar heridas, y simboliza la esperanza y optimismo imperecederos, así también su niño Tranquil está hecho para la persistencia, la creatividad y auto-disciplina, y para mostrar un don para el auto-aprendizaje, alta inteligencia emocional y un impecable sentido de responsabilidad moral.

Con personajes de la vida real como la "Sra. Pecas", el "Sr. Ferrari Ruidoso" y la "Sra. Quita-lápices", este libro está dirigido a todos: Padres, maestros o entrenadores deportivos. Y si usted es un adulto introvertido, puede encontrar este libro útil para entenderse a sí mismo, su pasado y lo que quiere de la vida en el futuro.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 oct 2023
ISBN9798223683360
Fénix Tranquilo 2: Del Fracaso al Éxito (Memorias de un Niño Introvertido): Fénix Tranquilo, #5

Lee más de Prasenjeet Kumar

Autores relacionados

Relacionado con Fénix Tranquilo 2

Títulos en esta serie (5)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Psicología para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Fénix Tranquilo 2

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Fénix Tranquilo 2 - Prasenjeet Kumar

    Déjame contarte una historia...

    ÉRASE UNA VEZ UN JOVEN Fénix (nacido, por supuesto, de las cenizas de su madre) que deambulaba por el bosque, luciendo bastante perdido y desamparado.

    Un grupo de águilas notó que el pequeño Fénix estaba sin su madre y se apiadó de él. Creyeron, bastante acertadamente, que lo más probable era que el pequeño haya perdido a su madre y que sin el cuidado parental apropiado, moriría en el desierto. Entonces, las águilas decidieron adoptarlo.

    Cuando ya había crecido algunos meses, fue enviado a una institución donde los jóvenes aguiluchos eran entrenados para convertirse en águilas reales. Al no ser un águila natural, el joven Fénix atravesó una época bastante traumática en esta institución. Desde el primer día, los aguiluchos comenzaron a burlarse de él.

    Mientras que todos ellos eran de color marrón oscuro con cabeza blanca y pico amarillo, él tenía un plumaje colorido y una cola dorada y escarlata. Su cuello parecía reflejar casi todos los colores del arco iris, algo que los aguiluchos encontraban repugnante. Su pico tenía la forma de una rosa, lo que lo hacía parecer tímido y demasiado afeminado. Y a diferencia de sus compañeros, cuyos ojos eran feroces y amenazantes, los suyos eran suaves y tiernos.

    - ¡Miren! Es una de las criaturas más feas que he visto en la Tierra. - comentó un aguilucho.

    - Amarillo, amarillo, sucio pajarillo... - bromeó otro. Todos los aguiluchos comenzaron a reír.

    El joven Fénix no sabía cómo reaccionar. Quizás realmente haya algo malo conmigo, pensó.

    Las sesiones de entrenamiento eran igual de desastrosas. Constantemente le enseñaban a comportarse como un águila. Los maestros se frustraban al ver que, mientras los aguiluchos cazaban y comían carne con facilidad, el joven Fénix simplemente no estaba interesado en hacer ninguna de las dos cosas.

    Para el mayor de sus horrores, le gustaban las bayas silvestres.

    - ¿Por qué no aprendes a cazar como tus otros amigos aguiluchos? -  lo confrontó uno.

    - ¿Cómo podrás desarrollar músculos poderosos si no obtienes las proteínas necesarias de la carne? - lo regañó otro.

    - Lo siento, maestro, pero simplemente no me gusta cazar. Y tal parece que puedo sobrevivir bastante bien alimentándome de bayas silvestres - murmuró el joven Fénix. - Además, me gusta cantar en mi tiempo libre - agregó.

    Aquella fue la respuesta más anti-águila que habían escuchado alguna vez. – No se supone que las águilas canten - se burló uno de los maestros.

    Los maestros consideraron que el joven era obstinado e incorregible. Le auguraban una miserable vida adulta, lo cual era evidente por el hecho de que no parecía tener ningún amigo aguileño. Nadie quería jugar con él, simplemente porque se veía feo, raro, y sí, diferente.

    El asunto pronto fue informado a los padres adoptivos del joven Fénix, quienes naturalmente se vieron alarmados. El joven no estaba creciendo para convertirse en un águila. Peor aún, cualquier consejo que se le diera sobre comportarse como tal, resultaba ser contraproducente.

    Entre tanto, el joven Fénix estaba perdiendo confianza en sí mismo y continuaba pensando en por qué la Madre Naturaleza lo había hecho como era.

    Hasta cierto día, cuando conoció a otra ave Fénix. Esta ave era mucho más grande, tanto en edad como en experiencia. Lo primero que hizo fue decirle al joven que, como Fénix, se suponía que NUNCA fuera un águila. Por el contrario, le explicó pacientemente el anciano, había nacido con poderes propios únicos. Mientras que las águilas viven hasta los 20 años, las aves Fénix están destinadas a vivir cientos de años. De hecho, eran prácticamente inmortales porque incluso luego de finalizar su ciclo de vida, sus hijos renacen de sus cenizas.

    Luego, el anciano llevó al joven Fénix de la Institución Águila hacia el mundo humano. Le mostró allí a un maestro de escuela recitando una historia sobre el Ave Fénix a otros estudiantes humanos.

    Los humanos consideraban el fenómeno de renacer de las cenizas como un símbolo de inmortalidad o de esperanza renacida o de idealismo. Se asociaba al Fénix con una persona u objeto que había sido restaurado después de sufrir una calamidad o aparente aniquilación. Los humanos también consideraban que el llanto del Ave Fénix era algo hermoso. Creían que sus lágrimas podían curar heridas. El Fénix es una verdadera leyenda para los humanos, pensó el joven, agradablemente sorprendido.

    Mientras que al Águila se la asociaba la fuerza y ​​la agresión y había sido un símbolo prominente de los gobiernos desde la antigua Roma hasta los Estados Unidos de América de la actualidad, la leyenda del Ave Fénix era mucho mayor y representaba una eterna esperanza y optimismo.

    Al final, lo que dijo el anciano a continuación, se convirtió en el lema de vida del joven Fénix:

    - Has nacido para ser un Fénix, mantente fiel a tu yo interior.

    Déjame contarte otra historia

    VAYAMOS AL MUNDO HUMANO y tomemos una historia muy común.

    La historia trata sobre dos amigos o más bien vecinos, que solían estudiar en diferentes escuelas pero jugaban juntos una vez que regresaban de clases. Los llamaremos Winnie y PJ.

    Winnie era el más fuerte de los dos, y se consideraba la persona más sabia del mundo. Una vez había perdido contra PJ jugando a las escondidas y no pudo controlar su frustración.

    - ¡Hiciste trampa! Uno de tus muy malos hábitos, supongo. -  gritó Winnie.

    - ¿Cuáles malos hábitos? - preguntó PJ, un poco sorprendido.

    - Tu naturaleza furtiva. He notado, por ejemplo, cuando los demás se pelean en el campo de fútbol, tú ​​simplemente te quedas parado observando. Nunca te metes en problemas ni ayudas a ningún jugador por sobre el otro - dijo Winnie, un tanto fuera de contexto.

    - ¿De veras? -  fue toda la reacción que el sorprendido PJ pudo mostrar.

    Luego Winnie se explayó:

    - Te estoy diciendo esto por tu propio bien. Pareces tan distante. Deberías socializar más e interesarte un poco en los asuntos de otras personas. Eres demasiado tranquilo (en un sentido terriblemente negativo). Deberías ser como un libro abierto. Compartir historias, contar chistes.

    PJ estaba demasiado aturdido para reaccionar.

    - Aquí tienes un consejo de mi parte: Nunca te quedes callado cuando estés entre un grupo de amigos. Siempre debes decir algo. Haz bromas, incluso si eso implica interrumpir su conversación. Piensa en comentarios interesantes, y de ese modo la gente comenzará a notarte. Sólo así podrás ser más popular con tus amigos. -  continuó Winnie.

    - Ahora, por ejemplo, nadie quiere jugar contigo aparte de mí. ¿Acaso alguien te ha invitado a jugar alguna vez? - lo desafió Winnie.

    PJ estaba demasiado estupefacto para reaccionar.

    - Mira, yo he recibido muchas ofertas de otros niños para jugar. Soy muy popular. -  declaró Winnie.

    Eso había sido todo un sermón pero PJ continuaba escuchando.

    - No pases tanto tiempo contigo mismo. No sueñes despierto. No pienses tanto y estarás bien. Te estoy diciendo esto por tu propio bien - agregó Winnie. - Siempre pasa tiempo con la mayor cantidad de amigos posible. Sigue mi consejo y muy pronto te habrás convertido en alguien tan popular como yo. - concluyó - De acuerdo, debo irme. - dijo Winnie finalmente.

    No había explicado siquiera una vez cómo es que PJ había hecho trampa, pero PJ ahora estaba devastado. En su mente, no pensaba que algo estuviese mal con él. Los demás niños parecen tratarlo normalmente, algunos incluso eran cálidos. ¿Qué había hecho entonces para lograr que lo odien tanto? Intentó deshacerse de este pensamiento, pero volvía a pensar en ello una y otra vez. De repente recordó que unos meses atrás su maestro de clase había escrito en su libreta de calificaciones:

    "Es un niño muy tranquilo y reservado. Creo que debería abrirse más y relacionarse con los demás".

    Entonces, no sólo Winnie, sino también su maestro de clase, pensaban lo mismo sobre él. En una ocasión incluso lo había citado a una reunión para conversar en privado y le preguntó de un modo bastante agresivo por qué no socializaba con los demás niños:

    - ¿Por qué eres tan antisocial? ¿Todo está bien? ¿Tienes algún problema en tu casa que provoque que seas tan callado y reservado?

    Su maestro simplemente había dado por hecho que los padres de PJ probablemente estuviesen atravesando un momento difícil en su matrimonio, peleando y culpándose el uno al otro frente a él, lo que de alguna manera inquietaba a PJ y lo hacía ser tan reservado.

    PJ no reaccionó porque sabía que en realidad sus padres tenían una hermosa relación entre ellos y con él. Todas las noches, esperaban el momento de llegar a casa para compartir tiempo juntos y contarse cómo les había ido durante el día. Hablaban sobre todo: Momentos felices, momentos tristes, problemas con los jefes y compañeros de escuela y demás.

    Pero las palabras de Winnie siguieron atormentando a PJ durante el resto del día. "¿Realmente hay algo malo conmigo?", pensó. "Si soy tan malo e impopular, tal vez no tengo derecho a vivir". En ese momento, pensamientos oscuros y suicidas comenzaron a aparecer en su mente. Afortunadamente, no se encontraba parado sobre un acantilado en algún lugar del Himalaya.

    Justo en ese momento la madre de PJ llegó del trabajo.

    - ¿Cómo ha estado tu día? - le preguntó alegremente a PJ. Él simplemente asintió con la cabeza y no pudo decir nada más.

    - Pareces afligido, ¿está todo bien? -  La madre de PJ se dio cuenta de que su hijo no estaba de buen humor.

    - Sí, en realidad Winnie vino hoy a jugar - admitió.

    - De acuerdo, y ¿qué sucedió? -  preguntó su madre, percibiendo de inmediato que algo andaba no andaba bien.

    Todo salió en un torrente. La madre de PJ estaba completamente involucrada. A pesar de haber tenido un día atareado en la oficina, estaba dispuesta a escuchar todos los problemas de su hijo, por más infantiles que hayan sonado.

    - Dijo que tenía muy malos hábitos - comenzó PJ.

    - ¿De verdad? ¡Qué absurdo! ¿A qué malos hábitos se refiere? - preguntó su madre.

    - Dijo que no era como un libro abierto. Que nunca ayudo a nadie cuando los demás se pelean. - agregó PJ.

    - Continúa. - dijo su madre, en un tono alentador. Ella lo escuchaba y aseguraba que siempre lo apoyaría.

    - Dijo que no soy sociable. Que no le agrado a nadie y que nadie quiere jugar conmigo - dijo PJ, mientras sus pensamientos suicidas disminuían un poco.

    Luego de escuchar a PJ por un rato, su madre le preguntó bruscamente: - ¿Por qué deberías ser como un libro abierto?. PJ no sabía qué responder. - De ese modo, otros podrán leerte, y cuando acaben volverán a colocarte en un estante. - se respondió ella misma. - Después de todo, eso es lo que hacemos con un libro abierto, ¿verdad?

    - Sí...

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1