A diez días de haber comenzado el entrenamiento, el rey le preguntó si el gallo estaba listo para combatir. «Aún no», respondió el entrenador. «Es fuerte y está lleno de fuego, dispuesto a pelear con cualquier otro gallo. Es vanidoso y confía demasiado en su coraje».
Diez días más tarde, contestó de nuevo: «Todavía no. Apenas escucha el canto de