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El Amanecer de la Revolución
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El Amanecer de la Revolución
Libro electrónico247 páginas3 horas

El Amanecer de la Revolución

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En un desesperado futuro, las hermanas Dawn y Gabby, tratan de encontrar su camino y a su familia. Al toparse con las fuerzas de ocupación británica, también se encuentran con la semilla de la revolución, en una tierra antes conocida como los Estados Unidos de América.


Ante la posibilidad de perder a su hermana, Dawn, debe encontrar la fuerza para superar todo lo que se interpone en su camino. Con la ayuda de unos improbables amigos, viaja a una tierra salvaje en la que tiene que enfrentarse en todo momento a enormes obstáculos; desde barbáricas personas hasta animales salvajes que deambulan por esas tierras.


Esta aventura, es mucho más de lo que Dawn esperaba... pero, es por su hermana, y está decidida a no decepcionarla.

IdiomaEspañol
EditorialNext Chapter
Fecha de lanzamiento22 oct 2023
ISBN9798890086334
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    El Amanecer de la Revolución - Michelle Lynn

    1

    DAWN

    Odio la clase de historia. El Sr. Giles tiene la mala costumbre de despotricar sobre temas que no podrían interesarme menos. Sin embargo, hoy es diferente. Hoy empezamos la unidad sobre nuestras Colonias. Una historia aleccionadora, así es como lo llaman en estos días. Un ejemplo de lo que puede suceder cuando muerdes más de lo que puedes masticar, como solía decir mi padre. El onceavo año de colegio, es la primera oportunidad para estudiar las Colonias. Es la edad a la que el gobierno ha decidido que estamos preparados por fin, para aprender la verdad, acerca de las historias que hemos escuchado desde que éramos niños.

    Las colonias, comienza el Sr. Giles, representan lo peor que le puede pasar a una sociedad moderna. Es la prueba de que, en medio del desastre, los países fuertes sobreviven y los débiles perecen. Una nación entera fue destruida. No olvidemos nunca los errores que condujeron a su desaparición.

    Estoy escuchando tan absorta al profesor, que el sonido del timbre de fin de clase me hace saltar de la silla. Sus deberes para esta noche, son escoger una de las muchas razones por las que las Colonias fueron destruidas y escribir una página completa sobre ello, utilicen sus libros. Pueden marcharse. Retomaremos el tema el lunes.

    Miro alrededor y apenas veo a mis compañeros recoger sus libros. Todos hablan sonrientes mientras salen del aula, sin duda emocionados por el fin de semana. Me muevo lentamente alrededor de mi escritorio, agarro la mochila y me dirijo a la puerta. Todo, según paso, está desenfocado en mi camino a la salida. Puertas de taquillas golpeándose, el murmullo emocionado de estudiantes por los pasillos con prisa por irse, y en la distancia puedo oír mi nombre. Me saca de mi letargo y casi me hace tropezar con mis propios pies en el momento que alguien me da unas palmaditas en el hombro.

    ¡Dawn! Es mi hermana mayor Gabby, molesta como de costumbre. "Te he estado llamando desde el otro extremo del pasillo. ¿Por qué me ignoras?

    Lo siento, estoy realmente cansada, murmuro, de pronto soy muy consciente de que cualquiera que pasara, nunca adivinaría que somos hermanas. Gabby es alta y está en forma, con el pelo rubio cobrizo, que cae sobre sus hombros en ondas. Sus ojos son de color verde brillante y complementan su piel bronceada. Gabby tiene el tipo de sonrisa con la que puede conseguir lo que quiera y sabe cómo usarla. Yo, por otro lado, estoy hecha de manera diferente, soy pequeña y delgada. Mi cabello es marrón agua sucia y corto, porque ¿para qué molestarse? Mi apariencia me queda bien. Me permite pasar desapercibida y estoy a gusto con eso, de verdad.

    ¡Dawn! ¡Dawn! Gabby está chasqueando los dedos frente a mi cara. Odio cuando hace eso. ¿Qué te pasa hoy? Estás actuando como una loca. Es como si estuvieras aquí, pero no lo estás .

    Sí, porque eso tiene mucho sentido hermana.

    Ella frunce el ceño y mira hacia otro lado.

    Lo siento, ha sido un día largo, digo finalmente. Vámonos a casa, ¿te parece bien?

    Eso es lo que vine a decirte, Dawn. Drew me llevará a dar un paseo en su coche nuevo. Ya iré a casa más tarde.

    ¿No puede simplemente llevarte a casa? Antes de terminar esa frase, ya sabía la respuesta. De ninguna manera, ¿quieres que lo estropee? Necesito ir a buscarlo. Puedo ver el humor de Gabby volviéndose agrio, así que me despido y sigo mi camino. Pensé por un momento en volver, para recordarle que no se salte el toque de queda, pero ella ya sabe cuándo es, así que sigo caminando. Desde que era una niña ha habido un estricto toque de queda impuesto por el gobierno. Se supone que nadie debe abandonar sus casas después de las nueve de la noche. Gabby no siempre regresa a su hora, pero aún no la han pillado.

    Mientras camino hacia el final del pasillo, oigo algo que viene de un aula a mi izquierda. Normalmente, voy pensando en mis cosas, sin darle importancia a lo que me rodea, pero hoy me detengo y voy hacia la puerta. Ahora, puedo distinguir el sonido que escuché. Risitas.

    Reconozco a la chica del equipo de atletismo de mi hermana, pero la identidad del chico es un misterio para mí. En resumen, es alto, guapo y misterioso. Debe ser mayor; nunca le he visto antes. Es probable que Gabby lo conozca. Dejan de hablar y se acercan el uno al otro. Sus labios se juntan y de repente me avergüenzo por estar aquí de pie. Siento un rubor subiendo sigilosamente por el cuello, pero no puedo mirar hacia otro lado. Nunca me han besado. Ni he estado cerca de que suceda. Gabby siempre me dice que es el mejor sentimiento del mundo y que si fuera menos nerviosa, alguien podría querer besarme. Ha besado a muchos chicos y ahora está volcada por completo en este último novio suyo que nunca me he cruzado. A veces me siento celosa de su trato fácil con la gente y el hecho de que ella guste tanto. No es que realmente quiera hacer amigos, me gusta estar sola, pero a veces, me lamento de no tener a nadie con quien hablar cuando mi hermana no está cerca.

    Me saco de la cabeza la escena de antes y me dirijo hacia el autobús que me llevará a casa. Me echo a correr cuando veo arrancar el autobús… Miérrrr……coles. Miro alrededor considerando mis opciones. La mayoría de la gente ya ha abandonado las zonas del colegio. No nos está permitido entretenernos al salir de clase. Tan pronto suena la campana, se exhiben los soldados. Los militares utilizan la zona para la formación. Realmente, usan más o menos todo Londres para la formación. Tengo que salir de aquí, por lo que adivino que tendré que tomar el metro. Suspiré y salí hacia la estación.

    Camino despacio, sin ninguna prisa por llegar a casa. La gente a mi alrededor, corre en sus tareas aparentemente importantes.

    Las calles están atestadas de escuadrones con grandes armas, como si alguna vez, tuvieran que usarlas aquí. Esta parte de Londres, es la zona donde viven los ricos. Sus calles, están llenas de grandes almacenes, en los que la mayoría de la gente, no podría comprar nunca. Yo no pertenezco aquí. Hombres y mujeres trajeados, lanzan miradas suspicaces a mi paso, mientras me empujan.

    Sólo he tenido que usar el metro del colegio a casa dos veces. Es muy raro que pierda mi autobús. Ni si quiera tendría que venir a la ciudad para ir al colegio si no hubieran cerrado la academia de East End. No sé por qué la cerraron, pero ahora no tengo otra opción.

    Me lleva casi una hora llegar a la estación del metro. Bajo por la escalera mecánica a la plataforma y deslizo mi tarjeta. No sé cómo Gabby había logrado robar estas tarjetas de metro, pero, aprendí hace mucho tiempo, a no hacer preguntas.

    Siempre me asombro con lo bonita que es esta plataforma. Hay un gran mural pintado en la pared y anuncios por todas partes. Dudo mucho que exista otra plataforma más limpia en todo Londres.

    La gente está ocupada regresando a casa de sus trabajos en la ciudad. Siempre me pregunto cómo son las vidas de otros. Hay tres tipos de personas en Inglaterra; la clase alta, la clase media y nosotros. El gobierno decide tu destino. Durante el último curso de secundaria te dicen a dónde perteneces. Si eres muy inteligente o asquerosamente rico, vas a la universidad y al final, te asignarán un gran trabajo en el que ganarás mucho dinero. Si tienes habilidades atléticas, serás un soldado. Gabby ya tiene su asignación militar. La tercera posibilidad, es para personas sin cerebro y de habilidades limitadas, que trabajarán por poco salario en trabajos de servicio público. Espero ser elegida para ir a la Uni, pero aún me faltan algunos años.

    Me aprieto entre la multitud para llegar al frente. El metro se para y entro en el vagón más cercano, que está lleno de gente, así que paro y me agarro a una de las barras que hay a lo largo de las paredes. Hay casi diez paradas antes de llegar al East End de Londres y, cuando llegamos, queda poca gente. No viven muchas personas aquí, en las partes poco fiables de Londres: bueno, no muchas personas que puedan permitirse viajar en metro.

    Salgo del vagón y el contraste con esta estación, sería impactante si no estuviese acostumbrada. La pintura de las paredes se descascarilla y los contenedores de basura volcados, ensucian el suelo. El único arte presente, es el grafiti. Apenas aprecio el estado de las cosas en East End.

    Y cómo no, la escalera mecánica está rota. Una vez que subo las escaleras, - ¿mencioné que Gabby es la atleta de la familia? – Hay unas diez calles hasta llegar a mi piso. Mientras camino, mi mente se desvanece y vuelvo a la clase de historia. Las míticas Colonias. Antes de que muriera mi padre, nos contaba historias con la intención de asustarnos para que nos portáramos bien. Hoy en día, las Colonias albergan las prisiones de Inglaterra. Los delincuentes son expulsados y no vuelven nunca. Nuestro gobierno, se ahorra el costo de los tribunales y nuestra sociedad, se libra de los alborotadores. Siempre quise saber más, pero me faltó coraje para preguntar. Quiero aprender cosas sobre las personas que vivieron allí antes de que construyeran las prisiones, pero algunas cosas están prohibidas.

    Hay tantas cosas entre las que elegir para escribir mi trabajo. En clase, aún no hemos estudiado mucho sobre el tema, pero he leído el libro del curso de principio a fin. Creo que elegiré hacer el trabajo sobre la enfermedad. Fue el último clavo en el ataúd que terminó con gran parte de la población. Estoy segura de que la mayoría de mis compañeros, escribirán sobre la guerra. Pero la guerra fue tan solo, el resultado de todo lo demás, así que no creo que sea tan importante.

    Fuera de mi camino. Me quedo atontada cuando alguien me empuja mientras corre calle abajo. Mi hombro choca contra un edificio y cuando empiezo a recuperar el equilibrio, pasan cinco, no, seis soldados. Ni tan siquiera me miran una segunda vez mientras persiguen al tipo y lo tiran al suelo. No me atrevo a moverme, mientras un soldado, saca su arma y dispara al hombre en la cabeza. Se derrumba y se queda allí, en medio del camino. Tan pronto como desaparecen los soldados, empiezo a caminar, sin mirar al hombre muerto al pasar. Por aquí pasan cosas como esta, continuamente. Nosotros sólo tenemos que bajar la cabeza y mantener la boca cerrada.

    Para cuando llego a mi piso, ya está oscureciendo y estoy ida. No me gustan las noches en las que Gabby llega tarde. Nuestro vecindario puede ser complicado en ocasiones y eso me preocupa. Entro en mi edificio y subo las escaleras, teniendo cuidado de no tocar ninguna verja o pared. Es un lugar bastante sucio. Paso por muchos pisos con agujeros donde solía haber puertas. Mientras camino, la gente me saluda o simplemente me sonríe. Aquí, todos nos conocemos y cuidamos unos de los otros. Está Elsie, con su recién nacida Penny. La anciana Gracie, cuya cadera se rindió la semana pasada y no ha podido moverse desde entonces. Edie, el nieto de Gracie, que se ocupa de ella. Y por supuesto, el pequeño Kyle, al que abandonaron sus padres hace aproximadamente un año y ahora lo cuidamos entre todos. Nuestro edificio está abandonado, así que todos estamos aquí de ocupas, pero tenemos habitaciones para nosotros solos, incluso si la única privacidad procede de una manta raída colgando de la puerta.

    Tan pronto llego a mi habitación, saco el libro andrajoso que me dio el Sr. Giles, y empiezo mi tarea mientras espero que Gabby llegue a casa.

    2

    GABBY

    Drew, bebé, esto es fantástico. Es lo más divertido que me ha pasado en mucho tiempo. Parece que volamos en el flamante descapotable nuevo de Drew, mi pelo flotando detrás de mí y las gafas de sol puestas. Nunca me he sentido más eufórica y sexy. El aire es de una frialdad cortante, pero no lo suficiente para hacernos parar.

    ¡Me alegra que te guste! Drew sonríe mientras aumenta la velocidad.

    "¡Ahora presumes! Tengo que gritar para que me escuche por encima del viento.

    ¡Si! Puedo parar si quieres.

    Bueno, deberías parar, pero eso no significa que no me guste. Extiendo mi brazo y empiezo a pasar la mano por su pelo, del modo en que sé que le gusta. Sonrío cuando se le escapa un pequeño gemido. Decelera el coche y se detiene a un lado de la carretera.

    Tan pronto como paramos, Drew se acerca y me acerca. Su boca está hambrienta de la mía. No importa cuántas veces nos hayamos besado así, Drew siempre quiere más. Antes de que las cosas lleguen demasiado lejos, me aparto a regañadientes. Está oscureciendo, tengo que llegar a casa.

    Pero si lo mejor viene ahora, dice Drew con una voz profunda y sexi, tratando de convencerme. Cualquier otro día podía funcionar, pero hoy no.

    Tengo que ir a buscar un regalo para el cumpleaños de mañana de mi hermanita. Por lo que mis padres me quieren temprano en casa. Me estremezco al mencionar a mis padres. Es una mentira que duele cada vez que la pronuncio, pero él no puede saber la verdad. Miro su cara, y veo que le resulta fácil aceptarlo. Los adolescentes normales, tienen reglas y padres que hacen que las cumplan. Tenía diez años cuando mataron a mi padre y mi madre no pudo soportarlo, así que nos abandonó. La mayoría de las personas nunca tendrán que sufrir este tipo de dolor.

    Bueno, ¿a dónde quieres ir? Te llevaré.

    Sólo voy a Fenwick. Puedo ir sola. Mis defensas se activan. No necesito ayuda de nadie, puedo cuidar de mí misma. De hecho, llevo mucho haciéndolo. Sólo llévame a la estación del metro. Se encoge de hombros y enciende el motor del coche.

    Tuve suerte con este. Es muy sexy, con su pelo negro y sus ojos azules. Él tiene constitución de futbolista. Entonces, ¿qué importa que sea el hijo del comandante del Distrito, y qué pasa si es un jugador de fútbol? Creo que puedo aferrarme a él; siempre y cuando no descubra que mi vida es basura.

    Miro hacia arriba y me doy cuenta de que no estamos cerca de la estación. Este niñato simplemente no escucha. Cuando nos paramos fuera de los grandes almacenes, mi enfado está en plena ebullición. ¿Qué crees que estás haciendo? Te dije que no necesito ayuda de nadie. Me gustaría que me escucharas. Salgo del coche y cierro de golpe la puerta, sin darle a Drew la oportunidad de responder.

    Entrar en Fenwick me recuerda todo lo que nunca podré permitirme; ropa de diseñador, carteras, joyas y accesorios de colores y estilos increíbles. Normalmente soy capaz de salir con lo que siso, pero nunca lo he intentado aquí. Es un pasatiempo peligroso y la mayoría de la gente, pensaría que estoy loca por intentarlo. Tiene el mismo castigo que cualquier otro crimen. Te envían a las Colonias y ni tan siquiera sé qué pasa allí. Sin embargo, no me preocupan las consecuencias. Sé que estoy bien y puedo hacerlo. Tengo que creer que funcionará. Los nervios son lo que hace que pillen a la gente.

    Paso al lado de un guardia cerca de la entrada, fuertemente armado. Eso es algo que no tienen en las tiendas normales de East End. Pero tampoco tienen mucha mercancía. Aún puedo hacer esto. Dawn se merece algo especial por su cumpleaños. Odia que le elija la ropa, así que, descartada. Un bolso sólo es práctico si tienes dinero o si tomas cosas prestadas de las tiendas como yo. Dawn nunca haría nada que considerase incorrecto. Es increíblemente molesto lo buena que es. Voy al mostrador de joyas. Este es el regalo perfecto. Será mucho más difícil de alcanzar, pero es para mi hermana. Directamente, me apoyo en el mostrador como si me estuvieran llamando. Son los amuletos más bonitos que he visto en mi vida. A Dawn le encantaría esto. Cojo una pulsera de plata y la deslizo directamente en mi bolso. Luego, le echo el ojo a un amuleto para mi hermana.

    ¿Puedo ayudarte en algo? No sé cuánto tiempo lleva ahí la vendedora, pero estoy

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