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Ángeles
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Libro electrónico371 páginas3 horas

Ángeles

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Información de este libro electrónico

Siguiendo la aclamada y popular novela ganadora de premios Transparencia: El Cuento de la Vida de una Chica en Las Vegas en los Años Setenta, la autora continúa su increíble viaje en Ángeles, revelando el lado oscuro de una vida vivida en Los Ángeles en los años ochenta. 

Este mordaz y a menudo extravagante cuento de la adolescencia y la veintena de Marlayna revela la huida de la autora desde Las Vegas hasta el formidable mundo de la auto reinvención entre los ángeles y demonios que poblaban Los Ángeles durante los años ochenta. La autora engendra sin inmutarse una vida a partir de los más improbables comienzos, y ahora entrega una secuela que ilustra tanto el cielo como el infierno de su continuo viaje de autodescubrimiento. 

"Una increíble historia de una chica joven que llega a ser adulta con sólo retales de consejos de los adultos que la rodean. Éste es un libro muy bien escrito con prosa explícita del continuo viaje de Marlayna en busca de amor y aceptación. Ella cuenta esta historia tan personal de manera muy vívida. Había momentos en los que debía dejar de leer para absorber los eventos "destructores de vida" que Marlayna experimentó que habrían destrozado a muchos, y otros momentos en el libro que me hicieron reír a carcajadas." - Eileen Cahill Moalli 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 oct 2016
ISBN9781507116258
Ángeles
Autor

Marlayna Glynn

Marlayna Glynn is an award-winning non-fiction writer of more than 50 books and the founder of Birthright Books, a publisher dedicated to the art of memoir, legacy and heirloom publications. Marlayna's published journey includes Overlay: One Girl's Life in 1970s Las Vegas, Angeles, As All Hell, Forty Something Phoenix, Rest In Places, The Scattering of All: Tales From Extraordinary Survivors of Suicide Loss, and Miss Perris Valley Find Marlayna's short film People That do Something, which is based on a chapter from Overlay, on Marlayna's Youtube channel. To contact Marlayna please visit www.marlaynaglynn.com.

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    Ángeles - Marlayna Glynn

    ÁNGELES

    por

    Marlayna Glynn

    Traducido del Original por Cinta García de la Rosa

    2012.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de almacenaje, o transmitida de ninguna forma o por ningún medio sin el permiso por escrito de la autora. Esto es un trabajo de no-ficción, pero algunos nombres han sido cambiados. Este trabajo está escrito con lo que la autora recuerda de gente, lugares y sucesos durante su vida en los 1980s en Los Ángeles. La autora reconoce las marcas y a sus propietarios referidas en esta obra de no-ficción que han sido usados sin permiso. La publicación y el uso de esas marcas no está autorizada, asociada a, o patrocinada por los propietarios de las marcas.

    Este libro tiene licencia sólo para su disfrute personal. En forma de libro electrónico, este libro no debe ser revendido o dado a otras personas. Si le gustaría compartir una versión del libro electrónico con otra persona, por favor compre una copia adicional para cada persona con la cual vaya a compartir. Si está leyendo este libro y no lo ha comprado, o no ha sido comprado sólo para su uso, debería comprar su propia copia. Gracias por adelantado por respetar el trabajo de la autora.

    ISBN-13: 978-1478226499

    ISBN-10: 1478226498

    ASIN: B008JZMV4G

    ––––––––

    Dedicatoria 

    Como siempre, dedicado a mis cuatro Ángeles:

    Ryder, Ever, Waverly, y Asher Brown. Gracias por ser los regalos que sois.

    Un especial Hvala a Marko, Tonči y Lidija Urlić por proporcionar el paraíso que es su hogar en Drašnice, Croacia, para que yo escribiera este libro.

    Milo mi je da vas vidim!

    Marlayna Glynn

    Nota:

    Ángeles es el segundo de 5 libros en mi serie de memorias. Si le gustaría empezar por el principio, por favor lea Transparencia: El Cuento de la Vida de una Chica en Las Vegas de los 1970s.

    ¡Gracias por leer!

    CAPÍTULO UNO

    Sariel es un Ángel caído que asiste a los Hombres, y en particular a los niños, que pecan de espíritu.

    Cuando el autobús se acerca a la estación del centro de Los Ángeles me despierto con mi cabeza sobre el hombro de mi vecino. Levanto la cabeza con sorpresa cuando me doy cuenta como atontada de que no conozco a este hombre, y me esfuerzo por un momento en recordar exactamente dónde estoy y por qué estoy aquí. Cuando la confusión se desvanece, los detalles toman forma una vez más, apareciendo de manera soñolienta de forma más sensata. 

    Es 1982 y tengo diecisiete años. Estoy en un autobús hacia Los Ángeles, donde viviría con mi madre y su quinto marido. No he vivido con mi madre durante los últimos cinco años y aún no he conocido a este marido en particular, aunque conocía a los otros tres que vinieron antes que él. Estoy nerviosa por esta transición ya que sus anteriores maridos no han sido exactamente hombres ideales, y ésa es la razón por la que no he estado viviendo con mi madre en primer lugar. Una chica puede necesitar a su madre, pero eso no significa que necesite a los hombres que su madre necesita. 

    Otro pequeño detalle es que he sobrevivido recientemente a un intento de suicidio.

    Ojalá ese último detalle se esfumara en la nebulosa de la que venía. Rehusaba hacerlo así, como si tuviera vida propia y hubiera ganado el derecho de hacer lo que le pareciera. Se pone de pie delante de mí y camina junto a mí y se cierne sobre mí como una sombre no bienvenida. 

    Me preocupa haberme condenado yo misma. He intentado hacer el mayor pecado que el hombre puede cometer: matar lo físico y dejar al espíritu prematuramente sin hogar. I yo había fallado en el intento. Ahora existo en un turbio limbo cuando quizás en realidad no debería. Mi espíritu aún está en su sitio, pero quizás no debería estar. Me preocupa que mis acciones puedan haber enviado el mensaje erróneo al mundo, a Dios, al Universo: no aprecio el regalo de la vida física y espiritual.

    Giro mi cabeza y me pregunto por la habilidad de caer tan completamente inconsciente en el sueño y en la vida mientras observo Los Ángeles y a su gente pasar por la sucia ventanilla del autobús. Sabiendo que el viaje en autobús habría tardado cinco horas, le doy las gracias al amable extraño por permitirme descansar sin interrupciones. Él me devuelve la sonrisa, asintiendo brevemente. Espero que ese acto de amabilidad sea un presagio de mi futuro en mi nueva ciudad.

    Durante la primera semana en el apartamento de mi madre y Denny leo vorazmente la mayor parte del tiempo que estoy despierta. Mi madre tiene una colección de lo que ella llama ‘libros de sustos’ y leo uno tras otro. Los personajes unidimensionales y las sencillas líneas argumentales son todo lo que mi cerebro puede absorber. Y así, entre cortas comidas con mi madre y Denny, leo. No quiero nada más sino perderme en las vidas de otros, ficticios o no. No quiero pensar sobre mí misma. No quiero pensar en mi pasado. No quiero pensar en mi futuro. No quiero pensar en nada.

    Casi a la vista constantemente están las muñequeras de felpa que llevo alrededor de cada muñeca. Las patrióticas líneas rojas, blancas y azules cubren las delgadas costras que corren a lo largo de las venas en el interior de cada una de mis muñecas. Cuando sujeto los libros delante de mis ojos me veo recordando de nuevo mi acción mientras echo un vistazo a una muñequera con cada giro de la página. Cuando levanto un tenedor o un vaso de agua hasta mi boca le echo un vistazo a las muñequeras. Cuando me cepillo los dientes veo las muñequeras. Me las quito suavemente cada noche y examino las heridas en mis muñecas. Las dentadas cicatrices en carne viva se encogen despacio, haciéndose menos visibles un poco más cada día. La séptima noche, toqueteo las diminutas costras grisáceas y me imagino que puedo ir en público sin las muñequeras si mantengo mis muñecas giradas hacia abajo.

    Es hora de disfrutar mi nueva ciudad.

    Los Ángeles – la Ciudad de Ángeles – donde espero transformar mis pecados en virtudes.

    CAPÍTULO DOS

    Arakiel es un Ángel caído del que se dice que ha enseñado las señales de la tierra a los humanos.

    Mi madre ya había investigado el instituto al que debía asistir por zona y supo que no está considerado como una escuela segura, sino que está llena de bandas callejeras y violencia. Ella ha planeado que yo use la dirección de mi tío en el distrito Miracle Mile para que pueda asistir al Instituto Fairfax. Eso significa que tendré que coger dos autobuses cruzando la ciudad para ir y venir del colegio todos los días; una gran diferencia la gran ciudad al pequeño pueblo de Las Vegas que acababa de dejar atrás.

    El primer día de colegio escojo cuidadosamente una sudadera amarilla brillante, Levi’s despintados, y unas Vans a cuadros blancos y negros. Creo que parezco bastante californiana. Con una última mirada al espejo, camino hacia la esquina para coger el autobús urbano.

    Una guapa adolescente china ya está esperando en la parada y me sonríe. ¿Vas a Fairfax?

    ¿Cómo lo has sabido?

    No tienes pinta de ir a Belmont, así que me figuré que ibas a coger el autobús a Fairfax.

    Pues sí. Me acabo de mudar desde Las Vegas.

    Soy Lynda. Me he mudado desde Nueva Jersey.

    Aunque Lynda es dos cursos más joven que yo, ella sabe más que suficiente para informarme sobre mi nuevo instituto durante nuestro largo viaje en autobús por Third Street. Básicamente están los punks, los fumetas, y los mods. Aunque los punks toman las mismas drogas que los fumetas, se visten diferente. Los mods no toman drogas. Mantente alejada de los punks. Pueden ser un poco crueles.

    Me gusta la música punk. Esos chicos están normalmente bien. ¿Pero qué son los mods?

    Se visten según el tipo de música que les gusta. ¿Conoces la música mod?

    Nunca he oído hablar de ella.

    ¿Nunca has oído hablar de la música mod? ¡Chica, tienes mucho que aprender!

    En apariencia, el Instituto Fairfax no podía ser más diferente de mi anterior instituto en Las Vegas. Tenía varios pisos de altura y parecía premonitorio; oscuro y hostil en esta mañana de invierno. Al menos así es como me siento mientras camino hacia el campus, mi corazón latiendo con ritmos no naturales en mi pecho. Adolescentes se arremolinan en la puerta con una libertad de estilo que no estaba permitida en mi último instituto. Fumando cigarrillos y música resonando desde los radiocasetes, los chicos llevaban crestas naranja, cadenas, y pantalones a media pierna. Miré mi indumentaria de surfista y me sentí completamente fuera de lugar.

    Entonces sé que aún no me he recuperado emocionalmente de mi intento de suicidio. Enterrarme en libros tampoco me ha permitido el tiempo o la ayuda profesional que necesitaba para curarme. Las cicatrices de mis muñecas podían haberse descolorido, pero emocionalmente estoy tan en carne viva como siempre. La visión de los edificios oscurecidos poblados por una colección de chicos que son diferentes de cualquiera que haya conocido antes es lo suficientemente intimidante como para asustarme y hacerme volver derecha a la parada del autobús. Mi corazón late como loco mientras una náusea ya olvidada brota en mi estómago.

    ¿Qué estás haciendo? pregunta Lynda de repente desde mi lado. Vamos. Te enseñaré como llegar a la oficina. Si ella no me hubiera cogido del brazo para físicamente hacerme subir las escaleras, no creo que habría entrado, y probablemente habría corrido de vuelta a la parada del autobús para regresar a la tierra de los libros de miedo.

    La agobiada consejera japonesa se toma muy poco interés en mí o en mi elección de clase. Gimnasia es la única elección que se me da, y cuando la rechazo ella me inscribe en una clase de mecanografía. Ella rápidamente coordina mis clases anteriores lo más cuidadosamente posible con lo que ofrece Fairfax, me da un mapa de la escuela, y me envía fuera. Ella me dice muy poco sobre a donde se supone que debo ir y lo que se supone que debo hacer. Así, cuando una clase es seguida en mi horario de clases por Nutrición, no tengo ni idea de lo que eso significa. Quizás Nutrición es una clase donde aprendemos sobre elecciones de comida saludable. Después de todo, esto es California. Pero no hay número de aula en mi horario para Nutrición. Así que sigo a la corriente de cuerpos adolescentes pasillo abajo y fuera hacia el patio, donde aprendo que Nutrición es el tiempo que reservan para comer.

    Grupos de chavales se reúnen, sacando barritas de cereales, barras de chocolate, y fruta de sus mochilas para comer. Puesto que no tengo comida que comer durante Nutrición, de repente me veo inundada por un sofocante miedo al cambio. Estoy tan acostumbrada a conocer a todo el mundo que me rodea y a compartir años de historia con muchos de ellos. Ahora estoy de pie en una multitud de completos y absolutos extraños. Nadie me dice ni una palabra. Nadie se da cuenta de mí. Soy normal y corriente, invisible. Hasta este momento no me había dado cuenta de que yo siempre me había definido por la compañía que tenía. Ahora que estoy sola sin un grupo de chicos para rodearme y definirme, me doy cuenta de que ni siquiera sé quien soy.

    En cada siguiente clase tras Nutrición, los instructores continúan con proyectos que habían estado desarrollando durante el curso escolar. Es como si entrara en cada clase a mitad de una frase.

    ...justo en la línea debajo de la última...

    ...que es justo lo que esperaríais que sucediera...

    ...si tenéis alguna pregunta sobre el resultado C, colaborad con vuestro compañero de laboratorio...

    Me siento perdida a tantos niveles diferentes que imagino no existen suficientes mapas para ayudarme a encontrar mi camino. En una clase me siento en mi pupitre mirando fijamente mi horario de clases porque es lo único que tengo que leer cuando veo un par de zapatos arrastrarse hasta mi mesa. Levantando la vista, veo a dos chicos mirándome fijamente.

    ¿Qué tipo de peinado es ése? pregunta uno.

    Parece un mullet, tan corto por los lados y más largo por detrás, responde el otro.

    Miro de un conjunto de ojos hasta el otro, sin estar segura de si se estaban riendo de mí o si estaban entablando conversación. Abro la boca para hablar cuando una voz de chica dice, Dejad a esa pobre chica en paz que se acaba de mudar aquí, estúpidos, y lo último que necesita es que la molestéis. Hola, mi nombre es Robin, por cierto, y si quieres puedes venir a sentarme junto a mí si te están molestando. Lo siento, ¿te están molestando?

    Robin tiene una sonrisa cautivadora que casi elimina el resto de su cara. A la vista de su sonrisa suelto la respiración que no sabía estaba conteniendo y digo que sí, que me encantaría sentarme junto a ella. Pronto aprendo que Robin posee una inusual habilidad de hablar sin parar sin prestar atención a si la otra persona a la que le está hablando está siquiera escuchando.

    En efecto, ella es la amiga perfecta para mí ahora mismo, ya que todo lo que tengo que hacer es escuchar y aprender. Robin tiene un gran grupo de amigos que son tan charlatanes y extrovertidos como ella. Y aunque a menudo me siento como una rana muda en medio de una bandada de pájaros parlanchines, me siento muy afortunada de que Robin me adopte en su círculo de amistades.

    CAPÍTULO TRES

    Tamiel es un Ángel caído cuyo nombre significa ‘perfección de Dios’. 

    Las amigas de Robin hablan abiertamente de cosas personales que nunca habría discutido con otra persona. Por ejemplo, aprendo que Michelle llegó a su casa después del colegio cuando tenía ocho años para descubrir a su madre muerta en la bañera de una sobredosis de heroína. Ella está siendo criada por su padre soltero, un productor y distribuidor de la industria del porno. Julie fue adoptada al nacer por padres judíos, así que aunque ella no tenía el mismo aspecto que las amigas judías que yo había conocido, se sacude su bonito pelo rubio, rápidamente guiña sus ojos azules hacia los cielos y entona, Oy Vey de un modo que no dejaría que ningún judío se cuestionara su herencia. Bev es una rusa judía de nacimiento que tiene una corta melena de pelo rubio platino que sería la envidia de cualquier rubia de bote. Su piel es blanca como el alabastro, con la forma de la cara y los labios que se parece al personaje de dibujos animados Betty Boop. Ella es cualquier cosa menos cómica, y posee un sentido natural de autoconfianza que yo daría cualquier cosa por tener.

    Minka es la más fascinante. Una de dos hijas de padres alcohólicos, Minka es alegre y un espíritu libre del modo en que los hijos de alcohólicos rara vez tienen la libertad de ser. Ella parece una diminuta muñeca duende con una cara y figura perfectamente simétricas. Ella lleva mucho tiempo saliendo con un estilista que regularmente experimenta con su pelo, cambiándolo de largo a media melena a corto, a negro a pelirrojo a rubio a castaño, y luego finalmente a corto y pelirrojo de punta. Cada estilo le sienta perfectamente porque ella tiene un aspecto perfecto como para llevar cualquier corte o color. Minka no es sólo mi favorita, sino que parece ser que es la favorita de todo el mundo en el grupo, ya que ella es tan dulce e inocente como una chica adolescente puede ser. Ella tiene la suave voz de una cantante, y me imagino que si ella hubiera nacido en una familia rica con el privilegio de lecciones y clases ella habría sido bastante famosa.

    Pero la familia de Minka es cualquier cosa menos rica o privilegiada, y cuando los padres de Minka abandonan sus papeles como padres, dejan a Minka y a su hermana sin hogar una noche de febrero. A petición de Michelle, su padre inmediatamente le ofrece a Minka un lugar donde quedarse en la habitación vacía de su hija mayor. Así que Minka tiene la seguridad de continuar su último año de instituto, salir con Tony, y llevar peinados molones. Su hermana es acogida por otra familia.

    Encuentro este incidente fascinante. Es la primera vez que he conocido a otros niños sin hogar, habiéndome acabado de mudar con mi madre tras un episodio de estar sin hogar yo misma. La aparente facilidad de transición de Minka es particularmente interesante para mí. Sufrí terriblemente durante mis cuatro años fuera de la casa de mis padres, sintiéndome sin objetivo y como una carga para cualquier familia que me acogiera. Minka, por otro lado, parece simplemente navegar a través del abandono de sus padres.

    En los meses siguientes a la deserción de sus padres, Minka desarrolla un raro hábito. Las chicas se dan cuenta de que desaparecen algunas de sus joyas, que luego aparecen en las orejas, dedos, muñecas y garganta de Minka. No sólo Minka no intenta ocultar sus acciones, sino que parece que hace todo lo que puede para anunciarlos. Las demás chicas organizan una reunión clandestina para formular un plan para lidiar con Minka. El consenso es que ignorarán sus hurtos y esperan que llegue a un final natural, pensando que será sólo un asunto temporal provocado por la deserción de sus padres. Ellos le prestarán más atención a ella porque eso es lo que ellos creen que necesita.

    Pero en vez de desaparecer, los robos de Minka empeoran durante los primeros meses de su estar sin hogar. Pronto tiene una entera colección de joyas almacenada en su habitación en casa de Michelle – incluyendo muchas de las joyas de Michelle puesto que es la más fácilmente accesible. Todos los miembros del grupo están seguras de encontrar alguna querida reliquia de familia faltando de su colección si Minka viene de visita. Así que mientras que las joyas de las otras chicas gradualmente se pierden, Minka se convierte en la orgullosa aunque temporal dueña de numerosos collares de oro de Dulce 16, pendientes de diamantes de las abuelas, los pendientes de perlas de Tía Lou, anillos de rubíes, y cualquier cosa de valor que se cruzase en su camino.

    No tengo nada que merezca la pena robar, así que no soy una víctima de la desafortunada psicología de Minka. Pero siento una increíble curiosidad sobre por qué está robándole a sus amigas. Leo sobre la cleptomanía y aprendo que es la incapacidad de resistir el impulso de robar repetidamente objetos que no son necesarios para el uso personal. Los cleptómanos experimentan un creciente sentido de tensión que es aliviado al robar. El acto completado de robar está seguido de placer, alivio, y gratificación. Los cleptómanos no quieren necesariamente robar y experimentan culpa después.

    ¿Podría ser ésta la forma de Minka de lidiar con el alcoholismo de sus padres y su estar sin casa?

    Tan frustradas como estaban las chicas, acordaron no decirle nada a Minka. Ella es tan ligera, delicada, y libre de espíritu que las chicas no quieren molestar el delicado equilibrio que ella está manteniendo para mantenerse entera. Así que la tarea de rutinariamente robarle las joyas a Minka recae sobre Michelle. Entonces Michelle secretamente reparte las joyas entre sus dueñas originales. Minka normalmente encuentra una forma de volver a robar las joyas, y Michelle vuelve a repetir todo el proceso. Parece que Minka tiene algunos favoritos personales entre las colecciones de joyas de sus amigas. A ella le gusta particularmente el pendiente de gato de Julie con los ojos de diamantes, y el anillo de rubíes de la bisabuela de Bev.

    Creo que yo podría encontrar una alma gemela en Minka debido a la similitud de nuestras circunstancias. Pero Minka está casi siempre arropada cuidadosamente dentro de nuestro grupo de amigas, y espero encontrar la oportunidad perfecta para hablar con ella a solas. Nunca he conocido a nadie más en ninguno de mis círculos sociales con quien sienta que puede entender por lo que he pasado. El demoledor peso de las experiencias de mi infancia crece mientras me dedico a tener un estilo de vida normal entre gente normal. Busco desesperadamente comprensión y empatía de otra hija de un alcohólico.

    Cuando mi oportunidad llega la aprovecho y le pregunto furtivamente a Minka, ¿Cómo lo manejas, quiero decir, por dentro?

    ¿Manejar qué? ronronea con su voz de muñeca de porcelana. Sus ojos grises son grandes y luminosos.

    ¿Cómo soportas saber que tus padres no dejarían de beber el tiempo suficiente como para cuidar de ti? presiono. Estamos en casa de Michelle y las chicas están de camino porque vamos a ver The Rocky Horror Picture Show. Debido a su conexión con la industria del cine, el padre de Michelle fue capaz de conseguir una codiciada versión Betamax de la película y estábamos preparadas para lanzar arroz, tostadas, papel higiénico, y cartas como si estuviéramos en el cine. No tengo mucho tiempo sola con Minka antes de que las otras chicas lleguen.

    Mis padres son personas geniales, responde ella, y una delicada línea se dibuja entre sus finamente formadas cejas. No tengo ni idea de lo que estás hablando.

    Del hecho de que no tienes hogar. De que tienes que vivir con Michelle. De que tu hermana tiene que vivir en otro lado con otra amiga. ¿Cómo lo soportas?

    ¿Sin hogar? ¡No estamos sin hogar! Nuestros padres están viajando. Creo que probablemente estén en Roma ahora. La arruga entre sus cejas desaparece y su hermosa cara se relaja formando una plácida máscara.

    La miro fijamente cuando entiendo que el modo que tiene Minka de lidiar con sus experiencias es no lidiar con ellas para nada. Mientras un ligero horror trepa por mi espalda, considero que ella no parece tener mucha conciencia de la realidad. Mientras ella habla, ella echa su cabeza hacia atrás ligeramente y veo el destello verde de uno de los pendientes de esmeraldas de Robin en la oreja de Minka. Es un guiño verde, animándome a seguirle la corriente. Toma asiento y relájate. Disfruta de la historia. ¿Quién necesita la realidad? ¡Inventemos nuestra propia realidad!

    CAPÍTULO CUATRO

    Ramiel es el Ángel caído de la Esperanza, quien es responsable de las visiones divinas y de guiar las almas de los fieles al Cielo.

    Aunque he desarrollado nuevas amistades con Robin y las chicas, no me importa el Instituto Fairfax. Me siento como una extraña. No soy tan guay o tan popular como siempre he sido. De hecho, no soy ni guay ni popular para nada. Así que puesto que ahora tengo mucho tiempo libre y una vida social principalmente inactiva, compruebo el tablón de anuncios del colegio buscando un trabajo a tiempo parcial. Me decido por una posición como secretaria en una lujosa tienda de alfombras propiedad de una familia iraní en La Cienega Blvd. Varios días a la semana después de clase, cojo el autobús hacia la parte alta de la ciudad hasta la espaciosa sala de exposiciones donde archivo facturas y organizo el papeleo.

    La tienda de alfombras es propiedad de una familia y emplea a todos los miembros adultos masculinos de la rica familia Gilboa. Los tres hijos del patriarca se turnan entre ventas y administración. Las esposas de los hombres regularmente entran y salen de la tienda de alfombras, llevando bolsas de la compra y llevando a rastras a rebaños de niños de ojos oscuros. Ni las mujeres ni los niños reconocen mi presencia de ningún modo. Levanto la vista desde mi escritorio cuando entran en la sala de exposición, alertados por el agudo repiqueteo de sus altos tacones resonando por las baldosas. Preparo mi cara para una sonrisa y un saludo y giro mi cabeza mientras ellos pasan por mi lado sin siquiera una mirada. Sus hijos pasan siguiendo a sus madres, ignorándome por completo. En conversaciones entre los hombres de la oficina, simplemente se refieren a mí como La Chica, como si no fuera suficientemente importante el mérito de usar mi nombre propio.

    Dile a La Chica que mecanografíe una factura.

    Pregúntale a La Chica si se puede quedar una hora más tarde el viernes.

    ¿Ha contestado La Chica al teléfono?

    Daniel es el mayor, el más calvo, y el más hábil de la familia con la lengua inglesa. Deberías enseñar inglés a mi padre, dice una tarde. Necesita aprender el idioma de este país.

    Estaría encantada de hacerlo.

    Puedo pagarte cinco dólares por hora para que vayas a su casa y trabajes con él.

    Vale.

    "Bien, está decidido. Pronto estableceremos una

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