En mi destino

Por Sarah Libardi

Luana, un joven universitaria de baja autoestima, un hombre de sus suesños convertirse en una pesadilla. Se encuentra delating of a relage abusive the sense the qué está ocurriendo y recorre un largo trayecto de pain and autoconocimiento. El apoyo para poder vencer os seus desafos, encuentra-se na fortaleza de sus amigas. En esta historia se presenta un suspenso that lleva by caminos inciertos, en los cuales el amor y el dolor caminan lado a lado.

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 1 dic 2019
• ISBN: 9781393648901

Vista previa del libro

En Mi

Destino

Sarah Libardi

Traducido por Leandro Gavira

Copyright © 2018 by Sarah Libardi

Todos los derechos reservados

(Ley 9.610/98)

Título: En mi destino

Autora: Sarah Libardi

Tapa: Suellen Gomes

Edición: Nícia Tapájos

Esta es una obra de ficción. Cualquier semejanza con la vida real, es mera coincidencia.

Dedicatoria

Dedico este libro a mi madre Rita, y a la memoria de mi abuela Derli, mujeres fuertes y guerreras.

Índice

Carta al lector

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Carta al lector

Querida lectora (lector), este libro es la historia de Luana, una joven universitaria, que tiene un amor de ensueño, sólo que esta no es una historia romántica, sino el relato de una relación abusiva.

Hoy, en Brasil, doce millones de mujeres son asesinadas por día en casos de femicidio, por ser mujeres (datos del portal G1, 2018), ese número es muy grande y necesitamos decir basta a esta violencia.

Besos,

Sarah Libardi.

Capítulo 1

Bajo del metro en la estación Trianon- Masp, no sé bien qué estoy haciendo aquí, sólo quiero escapar y encontrar un lugar para pensar. Al salir de la estación, la fina llovizna cae sobre mi cuerpo, y siento escalofríos en todo mi ser, sin saber qué hago aquí, pero lo cierto es que la Avenida Paulista me tranquiliza. Tú debes pensar que soy una loca, sin embargo, la pura verdad es que adoro este lugar... con sus imponentes edificios y su movimiento constante. Ella, esa avenida, está viva y marca el ritmo de la ciudad.

Empiezo a caminar guiada por el flujo de las personas, el viento helado golpeando mi piel me trae una sensación maravillosa, y la verdad es que me encanta pasar frío. Me detengo frente al parque.

Me mantengo por algunos segundos parada frente a ese lugar, observando. Está lloviendo cada vez más fuerte. Los locales que siempre están por aquí se ven vacíos, entonces no debe haber mucha gente adentro del parque. Me decido por entrar. En el viejo camino hay algunas personas ejercitándose. ¡Ni con lluvia se detienen!

Me gustaría ser así todavía, pero hace mucho que esa obstinación ya no me pertenece...

Observo un banco de cemento más adelante y resuelvo sentarme, al fin de cuentas, sólo necesito pensar en qué hacer, ya que esta debe ser la milésima pelea que tengo con Guilherme y ya no soporto más, a pesar de que lo amo y quiero que todo quede bien entre nosotros.

Me quedo observando las gotas de lluvia caer en un charco de agua y mis pensamientos me llevan al 31 de diciembre de 2016, el día en que lo conocí. La noche de año nuevo. Nada podía ser más mágico que conocer el amor de mi vida en el cambio de año.

Guilherme me pareció muy lindo y también educado. Cuando lo vi por primera vez, sentí que el alma se me salía del cuerpo. No era un hombre muy alto, pero tenía la altura necesaria para hacer feliz a cualquier mujer, sus cabellos negros y lisos, que estaban volcados hacia un lado, y la cara de hombre travieso, que pocos tienen, me conquistaron a primera vista.

Fue tan maravilloso, que muchas veces me pregunté si era normal sentir tanta felicidad. Fueron meses de alegría absoluta, con un novio perfecto, atento y cariñoso, hasta que empezaron las peleas...

Hoy discutimos por todo, desde la ropa que me pongo hasta una opinión en la que no nos ponemos de acuerdo.

Una parte de mí sueña con el día en que él volverá a ser lo que era antes, pero la otra sueña con el día en que seré libre nuevamente, viviendo sin peleas ni confusiones.

Hay días que me imagino casada, pensando en cómo sería la carita de nuestros hijos, pero otros días, como hoy, sólo imagino una forma de librarme del problema y, digamos, que el mayor de todos ellos tiene sólo un nombre: Guilherme.

Permanezco sentada debajo de la lluvia, mi ropa está pegada a mi piel y empiezo a sentir el malestar del frío, la sensación de la ropa adherida al cuerpo no me está haciendo bien. Escucho el teléfono sonar dentro de mi mochila y corro a atenderlo, mi esperanza es que sea él, pero la decepción es muy grande al notar que es mi madre. No atiendo. Dejaré las explicaciones para más tarde, en este momento no puedo hablar.

Aprovechando que saqué el móvil de la mochila, le envío un mensaje más a él, y me doy cuenta de que los anteriores, todavía no fueron visualizados...

––––––––

Tomo el camino de regreso. La fina llovizna da lugar a enormes gotas de agua. Cuando llego frente a la escalera del metro, ya me encuentro totalmente mojada. Voy bajando. Observo que las pocas personas que me cruzo me miran de forma particular. Giro en dirección al tablero con el mapa de las estaciones, y en él veo mi reflejo. Siento vergüenza, la ropa blanca que debo usar en la facultad, está transparente, el maquillaje se escurre por mi rostro, que a esta altura está morado por causa del frío, enormes manchas