Corán Para Occidente

Por Larz Trent

Este libro exhaustivo busca analizar los múltiples aspectos del Islam y la civilización musulmana de manera amplia, profunda y equilibrada. El autor proporciona un resumen conciso pero sustancial de la historia del Islam desde sus orígenes con Mahoma en el siglo VII, pasando por la extraordinaria expansión medieval, hasta los desafíos de la era moderna y contemporánea.

Se examinan en detalle los pilares y prácticas centrales de la religión musulmana, sus principales divisiones internas, el papel y la situación de la mujer a lo largo de los siglos, así como las complejas relaciones históricas y actuales entre el mundo islámico y Occidente.

A lo largo de la obra, se pone de manifiesto la riqueza intelectual del Islam y su diversidad cultural y teológica, a menudo pasadas por alto por visiones simplistas y estereotipadas.

El autor argumenta que el Islam tiene el potencial de contribuir de manera positiva a la construcción de un mundo más justo y pacífico, siempre que los pensadores y líderes progresistas rescaten el espíritu ético y racional contenido en el Corán y la tradición profética, conciliando la fe y la modernidad de manera dinámica, sin romper con la identidad cultural musulmana.

Escrito en un estilo accesible, con una cuidadosa investigación de las fuentes islámicas, el libro tiene como objetivo fomentar una mejor comprensión intercultural, combatiendo concepciones erróneas y generalizaciones infundadas. Se recomienda su lectura atenta e imparcial para todos aquellos que buscan una comprensión sólida de esta importante tradición religiosa que influye en la vida de más de 1.5 mil millones de personas en todo el mundo.

• Idioma: Español
• Editorial: AHZURIA PUBLISHING
• Fecha de lanzamiento: 12 oct 2023
• ISBN: 9798223086543

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Prólogo

El islam es una de las grandes religiones del mundo, pues abarca a más de 1.500 millones de fieles en los cinco continentes. Emergido en la península arábiga en el siglo VII a.C. a través de la revelación del Corán al profeta Mahoma, a lo largo de los siglos el Islam se ha expandido mucho más allá de sus orígenes árabes, incorporando a pueblos de diversas etnias y culturas bajo la unidad de la fe islámica.

Esta notable capacidad de adaptación, sumada a la riqueza filosófica y cultural que floreció durante el apogeo de la civilización islámica medieval, sugiere el gran potencial de renovación y contribución positiva del Islam a los complejos desafíos del mundo contemporáneo.

Sin embargo, en las últimas décadas, el crecimiento de visiones extremistas que violan los verdaderos valores humanistas del Islam con fines políticos e ideológicos ha generado malentendidos y tensiones, tanto internamente en las sociedades musulmanas como en las relaciones entre el mundo islámico y Occidente.

Superar estos conflictos y rescatar a los más profundos y universales del mensaje coreano es una tarea urgente para los musulmanes contemporáneos comprometidos con el bienestar y el progreso de sus sociedades.

Este libro busca contribuir a este esfuerzo por entender y renovar el pensamiento islámico a través de un análisis integral, equilibrado y cuidadoso de los principales aspectos de esta rica tradición religiosa y de civilización que sigue viva y en constante transformación.

Capítulo 1

El origen del Islam y su significado

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El Islam surgió en el siglo VII en la región de Arabia, a través de la actuación del profeta Mahoma, que a los 40 años empezó a recibir las primeras revelaciones del Corán, el libro sagrado de los musulmanes. La palabra Islam significa sumisión voluntaria a Dios y musulmán es el que practica esa religión.

Mahoma nació en el año 570 DC en la ciudad de La Meca, que en ese momento era un gran almacén comercial. A los 25 años, se casó con Khadija, una viuda adinerada. Mahoma tuvo el hábito de retirarse a la cueva de Hira, en las afueras de La Meca para meditar, en sus meditaciones, para reflexionar profundamente sobre la sociedad y la espiritualidad, buscando respuestas a las preguntas que le preocupaban. Fue en este contexto de contemplación y de búsqueda de una comprensión más profunda de la vida que tuvo una experiencia divina, recibió la primera revelación del ángel Gabriel.

Al principio, Mahoma compartió su experiencia sólo con algunos seguidores íntimos y más tarde empezó a predicar públicamente la creencia en un Dios único, enfrentando una hostilidad creciente de los líderes de la Meca, que vieron amenazados sus intereses. Perseguido, huyó a la ciudad de Medina en el año 622 DC, un acontecimiento conocido como Hégira.

En Medina, el Islam se ha asentado permanentemente bajo el liderazgo de Mahoma, que ha unificado las tribus árabes y difundido los pilares de esa religión. En el año 630 a.C., regresó triunfalmente a La Meca, recibiendo la rendición de la ciudad.

Antes de morir en el 632 a.C., Mahoma consintió en la Caaba, el edificio sagrado de la Meca, exclusivamente Alá, instituyó el Corán como texto final para los musulmanes y consolidó rituales y prácticas aún vigentes, como ayuno, oración diaria y peregrinación anual a esa ciudad.

Por su trabajo considerado de orientación divina, Mahoma es considerado como el modelo supremo de conducta y el último de los profetas en el linaje que incluye a Moisés, Jesús y otros nombres bíblicos. Los musulmanes creen que el Corán contiene la verdad final revelada por Dios a la humanidad para guiar a los seres humanos hacia la salvación.

Aunque apareció en el Medio Oriente y su sagrado texto está en árabe, el Islam rápidamente se extendió por otras regiones. Hoy es la religión de más rápido crecimiento en número absoluto en el mundo, con cerca de 1.900 millones de musulmanes en todos los continentes.

Los países con la mayor población islámica hoy son Indonesia, Pakistán, India y Bangladesh. En el mundo árabe, Egipto tiene el mayor número de fieles, con más de 100 millones de musulmanes. Otras naciones de mayoría islámica en la región incluyen Arabia Saudita, Irán, Irak, Argelia y Marruecos.

También hay importantes minorías musulmanas en países de otras religiones predominantes, como China, Rusia, Francia, Alemania, el Reino Unido y los Estados Unidos. La conversión ha crecido en los últimos años, aunque la mayoría de los musulmanes en Occidente todavía están formados por inmigrantes y sus descendientes.

A pesar de su amplia extensión geográfica y su diversidad étnica, los musulmanes están unidos por una identidad religiosa común, expresada en la creencia compartida en el Corán y en las enseñanzas del profeta Mahoma. Se ven a sí mismos como miembros de una comunidad global de fieles llamada Ummah.

El islam comparte también orígenes comunes con otras dos religiones monoteístas abrahámicas: el cristianismo y el judaísmo. Las tres tradiciones se remontan al patriarca de Abraham y otros profetas bíblicos. Sin embargo, los musulmanes creen que el Corán y el Mahoma han traído el mensaje final de Dios, complementando y superando las revelaciones anteriores.

La práctica religiosa en el Islam se basa en cinco pilares centrales: la profesión de fe islámica (Shah), las oraciones diarias regulares (Salat), el ayuno durante el mes de Ramadán (Sawm), la donación a los pobres (Zakat) y la peregrinación a la Meca al menos una vez en la vida (Hajj).

Los musulmanes creen que Alá envió mensajeros divinos a todos los pueblos para guiarlos hacia la verdad, mientras que Mohammed es el último y último profeta. Jesús es visto como un mensajero importante, pero no divino. El Corán niega firmemente su crucifixión.

La principal división interna del Islam es entre los sunitas, los más fieles, y los chiítas, un grupo importante concentrado en Irán e Irak. Las diferencias se derivan de las disputas sobre la sucesión tras la muerte de Mohammed. Pero ambos grupos comparten creencias y prácticas esenciales.

Los principios éticos islámicos subrayan virtudes como la honestidad, la modestia, la generosidad y la justicia social. Condenan las mentiras, el fraude, el adulterio, la codicia y el consumo de alcohol. Su objetivo es aumentar el carácter individual y crear una sociedad armoniosa guiada por los valores revelados por Dios.

En el Día del Juicio Final, según la cosmovisión islámica, todas las personas serán resucitadas y responderán ante Alá por sus acciones en la Tierra, recibiendo recompensas eternas en el paraíso o castigos en el infierno por sus méritos. Esta creencia es la base de la ética islámica y la ascesión.

Por lo tanto, el Islam surgió en el siglo VII en Arabia a través de Mahoma, difundido globalmente, tiene elementos en común con el cristianismo y el judaísmo, su estructura alrededor del Corán y la tradición profética, tiene como objetivo ordenar la vida pública y privada por el derecho divino, y tiene en última instancia la salvación después de la muerte su motivación religiosa esencial.

Su rápida expansión histórica y su creciente número de conversos indican que el mensaje del Corán sigue atrayendo fieles en diversas culturas. Su énfasis en la justicia social, la ética personal y los derechos humanos responde a las ansiedades universales. El islam se ha consolidado como una importante fuerza religiosa y se destaca como una de las mayores religiones del mundo moderno.

A pesar de los polémicos valores seculares occidentales, prácticas como usar pañuelos en la cabeza y poligamia limitada tienen raíces en textos escriturales y tienen como objetivo preservar el honor de la mujer, la vida familiar y minimizar los problemas sociales que surgen de la promiscuidad sexual, razón por la cual muchas mujeres musulmanas siguen adhiriendo voluntariamente a tales costumbres.

De la misma manera, la popularidad generalizada de las regulaciones alimenticias, financieras y penales islámicas en las sociedades musulmanas indica su potencial para satisfacer los deseos religiosos y producir cohesión social cuando se las implementa a través de un autogobierno democrático, no de una teocracia autoritaria.

Aunque las minorías radicales y los Estados totalitarios causan errores, la mayoría de los musulmanes contemporáneos intentan reconciliar la fe y la modernidad, valorando los principios islámicos de justicia, ética y miedo a Dios al tiempo que adoptan los logros técnicos modernos y los valores humanistas.

Para la cooperación mundial es fundamental distinguir los núcleos esenciales del islam de las adiciones culturales y las desviaciones politizadas. Los problemas deben ser criticados constructivamente, no ampliamente. Al mismo tiempo, los valores éticos y espirituales islámicos pueden enriquecer un mundo secular, materialista y nihilista.

El Islam surgió en un contexto patriarcal, beligerante y esclavista, por lo que inicialmente adoptó algunas prácticas que hoy son inaceptables. Sin embargo, el Corán hace hincapié en la justicia, la igualdad y el valor de la vida. Por lo tanto, la renovación moral y social dentro del islam tiene por objeto rescatar esos principios utilizando la razón y reinterpretando su herencia a la luz de los derechos humanos universales.

Así, pues, es necesario reconocer los errores históricos y los problemas contemporáneos en las sociedades musulmanas, pero también ver en ellas posibles aliados en la construcción de un mundo más justo y virtuoso basado en los valores éticos comunes a las grandes tradiciones de la sabiduría. La promoción del diálogo y la cooperación es la vía más prometedora para avanzar.

En resumen, el Islam históricamente se ha establecido como una de las principales religiones del mundo, poseyendo una gran capacidad de adaptación cultural y valores morales y espirituales que todavía son atractivos para muchos, aunque también enfrenta el desafío de superar elementos anacrónicos y reconciliar la fe revelada con la modernidad racionalista.

Su énfasis en el miedo a Dios y en la vida después de la muerte contrasta con la mentalidad hedonista contemporánea. Sin embargo, en la medida en que promueve la justicia, la tolerancia y la dignidad humana, el islam puede contribuir positivamente al progreso espiritual y moral de la civilización moderna.

El futuro dirá si el Islam encontrará soluciones equilibradas reconciliando tradición y modernidad para eliminar el extremismo y superar los problemas sociales presentes en el mundo musulmán contemporáneo. A juzgar por la historia, las religiones genuinas superan fases de rigidez y encuentran renovación al volver a enfatizar los valores éticos universales.

En el diálogo interreligioso deben evitarse los prejuicios, los estereotipos y las suposiciones equivocadas de ambas partes. Los musulmanes y los no musulmanes deben esforzarse por entender sus opiniones y encontrar puntos de contacto y cooperación. Las grandes tradiciones comparten muchos valores comunes, la base del entendimiento mutuo.

El ejemplo y las enseñanzas de los sabios religiosos como Mahoma, Jesús o Buda indican que el amor, la compasión, la tolerancia y el respeto por los diferentes son actitudes esenciales para la coexistencia fraternal y pacífica. Cultivar esas virtudes es obligación de todos los pueblos.

Por lo tanto, el Islam merece ser entendido en toda su complejidad histórica, diversidad cultural y potencial humanista. No son solamente los estereotipos o la visión distorsionada de los grupos radicales. Su herencia es contradictoria, pero también tiene una sabiduría eterna capaz de enriquecer espiritualmente a la humanidad y contribuir a la solución de los problemas del mundo actual.

Capítulo 2

El Corán: El libro sagrado del Islam

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El Corán es el sagrado texto central del Islam, visto por los musulmanes como la palabra literal de Dios transmitida al profeta Mahoma por el ángel Gabriel a lo largo de 23 años, desde las primeras revelaciones en el año 610 D.C. hasta la muerte del profeta en el año 632 D.C.

Según la visión tradicional islámica, el texto no se considera autoría humana, sino la revelación final y final de Alá para toda la humanidad después de mensajes parciales antes de profetas como Moisés y Jesús. El Corán es visto como un milagro eterno por su insuperable elocuencia.

El libro se compone de 114 capítulos de diversa longitud, llamados suract. Su texto completo contiene unas 80.000 palabras, cubriendo una amplia gama de temas espirituales, narrativos, éticos y legales desde una perspectiva estrictamente teocéntrica.

Los musulmanes consideran el Corán como la verdad suprema e inmutable enviada por Dios, el ápice y el cierre del ciclo profético iniciado con Adán y que pasa por Abraham, Moisés, Jesús y otros mensajeros bíblicos hasta que alcanzan su clímax en Mahoma, el sello de los profetas.

La recitación y memorización del texto árabe, su idioma original, son prácticas cultivadas por musulmanes de todo el mundo. Los versos coreanos están presentes en cinco oraciones diarias y en varios otros contextos religiosos. Muchos fieles decoran todo el Corán incluso sin entender el idioma.

La creencia en el origen divino y la naturaleza textualmente inalterada del Corán es una de las piedras fundamentales de la fe islámica, confirmada por la uniformidad del texto en uso universal por todos los musulmanes desde el principio, sin variantes ni versiones.

La recopilación final del Corán en formato libro tuvo lugar unos años después de la muerte de Mohammed bajo el mando del califa Abu Bakr. Todas las revelaciones escritas existentes se