n 1009, tras un periodo de decadencia, estalló la guerra civil entre los pretendientes al trono califal. El derrumbe del antiguo Califato Omeya dio paso a una constelación de taifas o pequeños reinos que se enfrentaron entre sí, alternando periodos de lucha y momentos de paz. Durante este proceso que se alargó veinte años y se conoce como la Fitna de al-Ándalus, los cabecillas de los mercenarios bereberes y la guardia personal «eslava», que llevaban tiempo sin cobrar su paga, se adueñaron de las mejores provincias a lo largo de la costa mediterránea. Málaga y Granada recayeron en manos bereberes, mientras que los señores «eslavos» se hicieron con Almería, Denia, Valencia y las islas Baleares. En el interior de la península algunas familias pertenecientes a la nobleza árabe fundaron sus propios reinos, fijando sus límites mediante alianzas y enfrentamientos violentos. Tradicionalmente se ha denominado a estos reinos como taifas, término que puede traducirse como «facción» o «grupo». Inicialmente, la disgregación del territorio del Califato dio lugar a entre 26 y 30 entidades políticas, aunque con el paso de los años las taifas más pequeñas fueron absorbidas por las más grandes, de forma que el mapa se simplificó de forma
LA RELACIÓN NO TAN VIOLENTA DE LOS MUSULMANES CON LOS CRISTIANOS DURANTE MÁS DE CUATRO SIGLOS REINOS DE TAIFAS
Sep 21, 2023
7 minutos
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