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La Patria es Primero: Heroica Escuela Naval Militar
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Libro electrónico661 páginas7 horas

La Patria es Primero: Heroica Escuela Naval Militar

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Escrito e ilustrado con fotografías en las que se describe como novela la posible vida de un Cadete en la Heroica Escuela Naval Militar con sus ceremonias, viajes de prácticas, las aventuras que se pueden vivir como Cadete en los viajes de prácticas o lo que siente desfilar o participar en las ceremonias de festejo de las fiestas Patrias, una forma también de mencionar la enseñanza sobre los valores que forjan a un Oficial o a un Ciudadano que cuando se retira uno del servicio militar le ensenan como ser buenos ciudadanos, y principalmente la formación en las diferentes materias que puede uno estudiar para ser Ingenieros Militares Marinos.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento10 may 2011
ISBN9781463334802
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    La Patria es Primero - M. Hurtado

    LA PATRIA

    ES PRIMERO

    Primera parte

    Heroica Escuela Naval Militar

    M. Hurtado

    Copyright © 2011 por M. Hurtado.

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Fecha de revisión: 31/08/2023

    Dedicado con respeto y sencillez a los

    Marinos que han dado sus vidas y a los que aún siguen dando sus vidas por la Patria, como es la enseñanza que hemos aprendido en la Heroica Escuela Naval Militar. ¡La Patria es Primero!

    A los Cadetes y Oficiales que en las fotografías aparecen les extiendo mi agradecimiento por el uso de esas fotografías, pero que no se refiere exactamente el texto como si fuera real, solo hemos querido representar con imágenes las distintas ceremonias a que hago alusión y ha sido con el único fin de dar a entender a la Juventud Mexicana y al pueblo de México que llegue a leer esta Novela la forma en que se nos educa y como participamos en las ceremonias tanto Cadetes y Oficiales, que repito espero sirva de ejemplo a la Juventud Mexicana.

    PROLOGO

    Queriendo contribuir al mejoramiento de nuestra sociedad he deseado escribir esta novela en que he traído a mi memoria los sucesos que me hicieron inscribirme y vivir durante tres años en ella y que para mí fue una de las más maravillosas Escuelas Militares de México, la Heroica Escuela Naval Militar, y al haber vivido dentro de una sociedad que refleja una total falta de valores y de ideales, que le permitan vivir dentro de los parámetros que siempre han dado el máximo valor, como son esos valores que nos permiten vivir en paz, creando nuestras propias vidas en la búsqueda de la felicidad, que nos pueda dar un ambiente que se centre en Leyes, valores morales, lealtad, respeto a las Instituciones que siempre deben de estar fincadas en el más elevado concepto del buen vivir, de justicia bien implementada, en una Democracia que nos permita, establecer buenos y honestos Gobernantes, que trabajen para el pueblo que los elige y no para su conveniencia, en el respeto de los derechos humanos, dentro de una sociedad libre de drogas y vicios, donde el trabajo justo sea la meta que eleve la calidad de vida de cada habitante, no he podido aceptar vivir entre los dichosos valientes que se pasan la vida produciéndole toda clase de problemas a la sociedad, como son la corrupción, la prostitución, el adulterio, la deshonestidad etc. Nunca he creído que pueda ser visto como algo que al verlo practicar en las películas o en las telenovelas o historias nos pueda servir de ejemplo para no cometer los mismos delitos.

    Toda la enseñanza que recibí en esa Gloriosa Heroica Escuela Naval Militar, fue de principios sólidos de enseñarle a uno a seguir una vida recta, sino perfecta si tratar de cumplir uno con su deber al máximo, como lo dice el juramento que hacemos, Hasta alcanzar la victoria o hasta perder la vida en el cumplimiento de la lealtad a la Patria y quizás yo no fui un verdadero ejemplo de perfección, lo sé, pero no por eso me deje llevar por los vicios, o la mala vida, traté al máximo de conservar esos valores que me inculcaron tanto mi madre, como la Heroica Escuela Naval Militar, yo espero que con esta obra pueda servir un poco de ejemplo para esas juventudes que siempre están bombardeadas por productos fílmicos que sí venden, pero que lo único que han hecho, es destruir los valores de una sociedad que debió estar fincada en la buena enseñanza y no en todas esas obras que sí vendían y que ahora hasta el Presidente de la República dice que La juventud de hoy ya no cree en nada y por eso mismo pienso que es tiempo de hacer algo que influya un poco o mucho en la mente de nuestra juventud, en valores reales que nos permitan vivir mejor y dejar de copiar lo malo del mundo actual, que solo vicios, podredumbre, corrupción, drogas y tantas malas formas de vida se les enseña:

    Digamos La Patria es Primero y démosles a nuestra sociedad y principalmente a la juventud Mexicana algo que se los haga ver.

    Dado que a pesar de que nuestras Heroicas Escuelas Militares han pasado durante muchos años por guerras, invasiones, revoluciones, yo podría decir que los principios fundamentales de ellas no han cambiado, su lealtad a México ha sido inquebrantable, por eso me he atrevido a narrar hechos que pareciera que unos suceden en el presente y otros en el pasado, pero para mí en nuestras Escuelas Militares podrá haber habido cambios, si cambios de edificios, lugares, uniformes, pero sus costumbres, sus enseñanzas, casi podría decirse que en lo único que han cambiado es con la introducción de las nuevas Tecnologías tanto Civiles como Militares, a las cuales se han ido adaptando esos cambios, pero el trato personal, humano, moral, ha permanecido como una costumbre en nuestras Escuelas por lo que de esta forma he dividido en tres partes mi novela, en la que la primera me refiero a la Heroica Escuela Naval Militar, la segunda al Heroico Colegio Militar y la tercera al Colegio del Aire.

    Podrán observar que las fotografías insertadas en algunas son del pasado y otras del presente lo que demuestra que nuestras costumbres en las ceremonias, desfiles, casi no han cambiado solo se han ido refinando.

                                                        M. Hurtado.

    INTRODUCCION

    Como una forma de resaltar las grandes emociones que uno vive en sus diferentes épocas, me quiero remontar a los inicios de mi vida en que todo era soñar con llegar a ser uno de los grandes hombres, en un puesto que a pesar del gran esfuerzo que uno tiene que hacer, y que muchas veces se logran y otras no, pero que es cuando a uno le importa muy poco el sacrificio que tenga que hacer, y es precisamente recordar mis sueños de convertirme en un Almirante, y el recordar mi vida en la mejor Escuela que pude escoger la HEROICA ESCUELA NAVAL MILITAR, cuna de grandes hombres que han dedicado sus vidas a México con todo su fervor y su amor, y es por eso que he tratado de hacer esta novela en que quizás yo no relato los hechos con toda su magnitud, pero es con el único propósito de demostrar el porqué le dedicamos tanto amor a nuestra carrera, a nuestros principios que ahí aprendemos, que como una oración a todos esos principios que nos enseñan, que se vuelve nuestra oración de cada día.

    Si he mencionado hechos que parecen irreales es porque he querido traer a mi memoria a todos aquellos compañeros que al igual que yo venían de pequeños pueblos, rancherías, o de las grandes ciudades también, el recordarlos con cuanto empeño estudiaban, es una gran emoción, el ahora recordar todas aquellas vivencias que me ha impulsado a tratar de inventar estos relatos que son parte de mis memorias y mis vivencias en una forma novelesca, que quizás también no lo sepa hacer con el profesionalismo que se requiere, pero esta es mi obra.

    Comienzo estos relatos que viví en los años sesentas, hasta las épocas actuales ya que la vida en las Escuelas ha sido muy poco el cambio en sus costumbres, sin menospreciar que gracias al avance en la moderna tecnología, el progreso que ha tenido la Marina de México y el Ejército es enorme, hoy se encuentran las Escuelas necesarias para complementar sus propias necesidades tanto de la Armada de México como del Ejército Mexicano, el mencionarlas es muy extenso y se lo dejo a los que realmente se interesen por conocer la amplitud de carreras que se imparten en las instalaciones de la Armada de México y de nuestro Ejército Nacional y Fuerza Aérea.

    Pero vayamos a nuestra provincia en que según yo han llegado a instruirnos sobre las enseñanzas en las Escuelas Militares de México, veámoslo.

    Esta historia comienza en un pueblo de la Sierra de Chiapas llamado Bochil, en esas épocas en que la miseria la podíamos palpar por todos los rincones de nuestra patria, en esos años finales del siglo veinte, al ver este pequeño pueblo que en sus afueras nos encontramos con caseríos algunos improvisados y otras con construcciones rusticas y que entre ellas hay una pequeña casa construida de ladrillo, lamina, madera y pisos de tierra, mi casa al que al entrar se sorprenderán de ver que la habitamos una familia numerosa, compuesta de 8 hijos y que mi mamá está esperando el noveno hijo.

    Nicolás que así se llama mi padre, trabaja en la agricultura, cría animales y en todo lo que pueda trabajar, mi madre Doña Inocencia además de educar, cuidar y alimentar a toda la familia, y de hacer los quehaceres de la casa, todavía se da el tiempo para lavar ropa ajena y hacer tejidos para que mi papá los venda los domingos, en que va a vender sus animales que ha criado a la plaza del pueblo o en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.

    Pero veamos quienes son mis hermanos, los dos primeros, una mujercita de 16 años quien ya ha sido casada de acuerdo a las costumbres de nuestra gente, que por cierto ya tiene un bebe y esta esperando el segundo, por otro lado le sigo yo y mi nombre es Octavio quien con mis 15 años estoy casi por terminar la secundaria.

    Sabiendo que mi papá me ha insistido por años que tengo que ayudarlo poniéndome a trabajar para ayudar en los gastos de la casa, a escondidas de él me he empeñado en no dejar de ir a la escuela y para hacer esto mi mamá ha sido mi cómplice, pues ella ha sido quien más me ha estado ayudando y alentando, mis otros hermanos son 3 niños que me siguen a en edades de 13, 12, 8, dos gemelas de 6 años y una bebé de 2 años, como vemos mi familia es muy numerosa.

    Veamos que está pasando en mi diario acontecer en la Escuela que en este día estoy ahí.

    El día de hoy durante mis clases llegaron a la Escuela unos Oficiales uniformados del Ejercito y de la Marina, nos están visitando para promocionar las carreras militares que se imparten en las diferentes Escuelas Militares que tiene el Gobierno de México por los diferentes Estados de la República, carreras como las de Piloto Aviador, Oficiales en las diferentes armas como son Artillería, Caballería, Caballería Mecanizada, Intendencia, Mecánico de Aviación, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Militar, Oficial Controlador en Aeropuertos Militares y en la Secretaría de Marina, pueden estudiar la Carrera de Ingeniero Geógrafo que los acreditará como Oficiales egresados de la Heroica Escuela Naval Militar.

    Así mismo nos explican que también cuentan con las carreras de Ingeniería Mecánica Naval, Piloto Aviador Naval, Controlador de Vuelos, Ingeniería Electrónica Naval, Intendencia, Infantería Naval, Médico Naval, Enfermería Naval, en fin que se cuenta con demasiadas opciones que los alumnos tanto hombres como mujeres puedan escoger.

    Nos enseñan toda clase de folletos, fotografías y un video donde podemos ver las Escuelas Militares desfilando en la Ciudad de México, un poco de sus rutinas diarias así como de las diferentes instalaciones con que cuentan tanto la Secretaría de la Defensa como la Secretaría de Marina en Materia Escolar.

    En esta sesión nos explican a todos los alumnos de la Secundaria sobre estas carreras mencionadas anteriormente por lo que nos invitan a los que se interesen, en aplicar en lo que nos pudiese gustar.

    Para eso tanto dos de mis compañeros (Pedro y Rosa) y yo nos hemos interesado por ingresar a La Heroica Escuela Naval Militar, y queremos preguntar a los señores oficiales que cuanto nos costaría ingresar a esa Escuela.

    A eso nos respondieron que en esas Escuelas no nos costaría ni a nosotros ni a nuestros familiares grandes sumas de dinero, ya que lo primero que nos pedirán si somos aceptados, después de aprobar los exámenes de admisión, es una fianza por el término que duren nuestros estudios en las Escuelas y la ropa necesaria para el inicio en los primeros días, que aparte de eso no se nos pide ningún otro pago ya que al ingresar en ellas seremos parte del Estado que es él que nos estará contratando con la única condición de que sea nuestro total empeño y dedicación a la carrera que cada uno escoja, así mismo nos hacen saber que una vez que nos graduemos recibiremos nuestro grado y asignación así como nuestro respectivo sueldo correspondiente.

    Todos los alumnos fuimos reunidos en el patio de la Secundaria sin discriminar si éramos de 1º. 2º. y 3º. año todos participamos y empezamos a hacer comentarios y preguntas que nos fueron contestadas por los Oficiales.

    Al terminar la reunión todos entre sí empezamos a comentar a cual escuela nos gustaría ingresar cuando termináramos la Secundaria o la Preparatoria.

    Algunos empezaron a decidir en ese momento y otros casi la mayoría de ellos comentaban sus sueños de lograr estudiar una carrera profesional en la Universidad.

    Pero algunos desgraciadamente comentaban que por sus pocos recursos y su pobre desempeño en la secundaria tendrían que dejar de estudiar y empezar a buscar trabajo para ayudar a sus familias o en el peor de los casos independizarse.

    Otros decían que querían irse a trabajar a los EEUU (unos pocos que como siempre son malos estudiantes) se burlaron ante esos comentarios.

    Cuando yo manifesté mi interés por ingresar a la Heroica Escuela Naval Militar entre risas y elogios por lo que acababa de decir, mis compañeros comentaron:

    ¿Cómo crees tú que vas a poder entrar ahí si eres igual de pobre que nosotros?

    ¿Qué van a decir tus papás?

    A lo que les respondí, no lo sé, pero esa va a ser mi meta, quiero ser parte de esa juventud que ama a México, quiero ser parte de esos seres que dedican su vida al servicio honesto de la Patria, siento una gran pasión de tan solo pensar en ser Cadete de la H. Escuela Naval, me imagino en esa aventura en que se puede viajar por todo el mundo, por supuesto que yo quiero ser parte de esas generaciones de Mexicanos que luchan por darnos una Patria y un mundo más seguro, sin vicios ni corrupción sin esos malos compatriotas que traicionan los valores tanto morales, cívicos y patrióticos.

    1.tif

    Me imagino desfilar con la Escuela por todos los confines del mundo a donde van los Cadetes en sus viajes de prácticas.

    Ante todos esos comentarios me dicen mis compañeros.

    Oye Octavio ¿a tí de dónde te salen tantas palabras si tú nunca hablas? eres tan encerrado que es difícil entenderte.

    Solo les contesté: que saben ustedes si todo lo tienen, si no saben le que es tener hambre, frío y miseria, donde en tu casa tienes que vivir en la tristeza y desesperación de tus hermanos que los oyes decir que tienen hambre y frío, por eso quiero estudiar más, les insistí.

    Mi hermano que estaba en 1º. de secundaria me hizo saber que él si me apoyaría.

    Si tú, ya estará que tus padres te van a ayudar, me contestaron.

    Pues no lo sé, pero yo voy a luchar aunque nadie me ayude, aunque sé que cuento con la ayuda de mi madre, yo sé que cuando le cuente de mis intenciones me va apoyar.

    Pedro y Rosa me dijeron que ellos no tendrían problemas para lo que han escogido, ya que sus padres siempre les han inculcado que tienen que estudiar para superarse y están seguros de que ellos no se negarán en su decisión,

    Otros y yo les contestamos, pues como los envidio pero no por eso voy a dejar de luchar por lo mío.

    Cuando regresé a la casa y tuve oportunidad le enseñé a mi mamá la información que me dieron sobre las Escuelas Militares y claro que comenzó la discusión.

    ¿Ya te diste cuenta que en cuanto tu padre se entere se va a negar?

    Que solo está esperando que termines la secundaria para que te pongas a trabajar para que ayudes en el sostenimiento de la casa y nos ayudes con tus hermanos.

    Pero mamá, en esa forma nunca voy a ser alguien, quieres que me ponga a trabajar, ¿pero de qué? ¿Acaso de albañil, mecánico, taxista o de qué? para que siempre gane una miseria y ande de trabajo en trabajo como mi papá.

    No mamá, yo no sé que voy a tener que hacer, pero yo me voy a ir esa Escuela y tú eres la única que me puede ayudar a convencer a mi Padre para que me deje ir, porque si no yo me voy a ir de la casa y no los ayudaré.

    (Esto último lo dije para mí mismo) ojala me entiendas mamá, por esta vez trata de comprenderme, tú siempre me has ayudado a estudiar y esto a ustedes no les va a costar nada.

    Vamos hijo yo no lo creo, algo nos va a costar principalmente que tú no nos vas a ayudar como tu padre pensaba, pero está bien ya veré que hago para ayudarte, así que dame esos folletos para verlos y como ya sabes, poco pero he aprendido a leer, quiero ver como ayudarte, pero una pregunta más ¿no será posible que estudies otra cosa?

    Mamá ¿con qué dinero? Otra cosa nos costaría y en esta escuela no nos va a costar nada, por lo que en cierta forma seré una carga menos en esta casa y un problema menos para ustedes, ayúdame, no tienes idea de lo que podemos lograr en el futuro, esos Oficiales nos explicaron a grandes rasgos todo lo que podemos ser y tener, mamá, esta es la mejor oportunidad de mi vida.

    Cuando mi Padre se enteró de mi decisión comenzaron los gritos y regaños, las discusiones eran casi de diario y en los meses que faltaban para terminar la secundaria, yo no me dejé que me desalentaran en mi propósito y poniendo más tenacidad en mis estudios continué con mi propósito y aunque mi papá seguía amenazándome que ya me pusiera a trabajar para ayudar a la casa y peleando yo seguí insistiendo con mis planes de estudiar algo que me hacia temblar de miedo cuando pensaba en todos los problemas a que me tendría que enfrentar.

    En un momento dado, cinco compañeros y yo empezamos a hacer planes de cómo le íbamos a hacer para lograr aplicar en las Escuelas que cada uno había escogido.

    Pedro, Rosa y yo queríamos ir a la HENM y nos propusimos a que nadie ni nada dejaríamos que cambiara nuestros planes sabiendo que nos tendríamos que enfrentar a todo mundo ya que lo que nos proponíamos era algo que nunca se había visto en estos lugares, y el temor a las criticas y los desalientos a que nos enfrentaríamos hicimos el pacto de no dejarnos desanimar por nada del mundo en nuestro propósito.

    Miguel y Marco decidieron con sus padres que Miguel iría al H. Colegio Militar y Marco al Colegio del Aire en Zapopan,

    Cuando Lupe una estudiante del otro grupo pregunto si creían que ella podría ser Piloto Aviador, todos le contestaron, si te lo propones claro que sí.

    Pronto llegó la fecha de terminar la Secundaria y como ya nos habían mandado los requisitos y aplicaciones para las diferentes Escuelas Militares y como las habían mandado a la Dirección de la Secundaria acudimos a solicitarlas cada uno de nosotros, por eso solicitamos nosotros tres los papeles correspondientes para inscribirnos en la HENM y así cada uno de nosotros llenamos las correspondientes aplicaciones para poder entrar a las diferentes escuelas que habíamos escogido.

    Cuando recibí mi certificado de Secundaria con excelentes calificaciones no esperaba que mi papá me fuera a ver cuando me lo entregaron, por lo que extrañado y muy nervioso le pregunté.

    ¿Qué haces aquí?

    ¿Cómo que hago aquí? Pues como su Padre vengo muy orgulloso a acompañarlo en estos momentos y a decirle que claro que cuenta con mi aprobación para que se vaya a esa Escuela que le platicó a su Madre.

    Casi temblando de emoción me dio tanto gusto que lo abrasé.

    A lo que me expreso que no se iba a arrepentir de apoyarme.

    Y la mejor noticia que me pudo dar fue que entre él y mi madre habían encontrado los papeles de la solicitud para ingresar a la H. Escuela Naval Militar y que habiendo firmado los dos sin que yo me enterara, me dijo también

    Nos tomamos la libertad de enviarlos a la Secretaria de Marina, como estaba especificado en los sobres con que venían los papeles.

    ¿Pero cómo encontraron los papeles sí yo los tenia guardados entre mis cosas?

    Porque tu madre te vio donde los guardaste y con ellos en sus manos estuvimos primero discutiendo y luego que ella me convenció de lo que esto significaría tanto para ti como para nosotros si llegases a ser aceptado, y aparte vimos algo que tú no habías notado tenias que mandar los papeles antes de la fecha que venía especificada que afortunadamente tu ya los habías llenado y firmado y solo faltaban nuestras firmas.

    Gracias mil gracias papá, le juro que no se van a arrepentir.

    No me jure nada y ocúpese usted de hacer lo que tenga que hacer lo mejor que pueda y vamos que tu mamá nos está esperando.

    Muy contentos regresamos a la casa donde ya nos esperaba mi mamá y mis hermanos quienes todos juntos me expresaron la alegría y a la vez la tristeza que les iba a dar cuando me fuera a ir a la HENM, ahí también estaba una vecina casi de la misma edad mía que me ofreció escribirme cuando estuviera en Veracruz, que me iba a extrañar aunque yo no la había conocido muy bien, pero que ella sí.

    Solo le contesté que me pareció agradable lo que me dijo y le dije que esperaría sus cartas.

    Pasaron los días y pronto se llegó el día de partir a Veracruz para realizar los exámenes de admisión para la HENM, a Rosa, Pedro y a mí nos fueron a despedir desde Tuxtla Gutiérrez, esa tarde llenos de miedo y sintiéndonos tan tristes y confundidos por el miedo y la alegría de lo que estábamos haciendo partimos rumbo a Veracruz no sin antes darnos cuenta de cómo lloraban nuestros familiares en la terminal de los autobuses.

    En ese viaje yo me sentía tan nervioso que ni dormir pude pero cuando estábamos cerca me rindió el cansancio y me quedé dormido. Al llegar a Veracruz, Rosa me despertó y con la incertidumbre de lo que íbamos hacer ese día, nos bajamos del autobús y como autómatas nos trasladamos a un hotel donde nos hospedamos ya que la ida a la HENM seria hasta el día siguiente e iríamos a buscar antes de las seis de la mañana el sitio que nos habían indicado donde encontraríamos los autobuses que nos trasladarían y que se encontraban en la puerta de la antigua Escuela Naval, hoy Museo Histórico Naval.

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    Y así en espera de que se llegara ese momento nos pusimos a recorrer el centro y el malecón ya que ninguno de nosotros lo conocía y ya en la noche nos retiramos a dormir no sin antes pedir a la recepción que nos despertaran a las 4.30 de la mañana para prepararnos y estar puntuales.

    A la mañana siguiente salimos del hotel con solo un café y un pan como desayuno y nos dirigimos a la antigua Escuela Naval donde abordamos los autobuses que nos trasladaron y al llegar a la HENM nos recibieron asignándonos el dormitorio que a cada uno nos tocaba, a Rosa la mandaron a un dormitorio especial para las mujeres, y como todo se iba a desarrollar al día siguiente, nos llevaron al comedor para que cenáramos, y de ahí nos dijeron que podíamos caminar por la Escuela pero que a las nueve de la noche deberíamos retirarnos a dormir, en ese día nos estuvieron mostrando las diferentes instalaciones de la Escuela y por que hasta el día siguiente comenzarían los exámenes nos pasamos conociendo cada lugar de la Escuela como turistas.

    En la madrugada nos empezaron a llamar al oír los toques de corneta con que tocaban para levantar a los Cadetes que ahí se encontraban, yo salí muy nervioso sin saber que hacer pero un Contramaestre nos empezó a decir donde formarnos y cuando todos estuvimos listos nos dijeron lo que íbamos hacer en los exámenes. Nos repartieron una tarjeta donde estaban los nombres de cada uno de nosotros en donde nos indicaban los diferentes lugares en que serían efectuados los exámenes de admisión.

    Todo eso me empezó a poner nervioso y con las explicaciones del Contramaestre se me figuraba que me podría equivocar en todo por lo que me puse más atento en las órdenes que nos daban

    Los exámenes que tuvimos que realizar me hicieron pensar que a lo mejor no me aceptarían, especialmente los exámenes médicos, fueron tantos que de veras pensé que no los pasaría repasaba cada cosa que me exigían como la revisión de la columna vertebral o si tenía los pies planos, esos exámenes de sangre también me pusieron nervioso pues nos dejaban picoteados por qué no nos atinaban bien a las venas pero poco a poco fuimos pasando por cada uno de los exámenes médicos y claro no nos decían ningún resultado ya que eso lo veríamos después cuando nos mandaran la aprobación o el rechazo, los exámenes físicos sí se me hicieron fáciles ya que era como hacer deportes cosa que me gustaba hacer cuando jugaba futbol soccer en la Escuela, así como los de las materias escolares nervioso y medio tardado para hacer los exámenes los conteste todos pero no dejaba de sentir esos nervios de que me fueran a reprobar, fueron diez días de intensos exámenes, y estando en la Escuela me empecé a dar cuenta que era maravilloso llegar a ser Cadete pues al ver los que estaban en ese tiempo, me impresionaron bastante sus rutinas, las instalaciones, el ver el diario vivir de los pocos Cadetes que estaban ahí, los oficiales que nos hicieron los exámenes, bueno hasta los marineros nos impresionaban por sus movimientos tan precisos en la guardia, en fin que yo en lo personal me enamore más de la carrera que ahí podría estudiar si aprobaba los exámenes por lo que me trate de apurarme lo más que pude.

    Cuando terminamos los exámenes nos dieron una platica de despedida diciéndonos cuanto apreciaban nuestro esfuerzo por pasar los exámenes pero que si éramos rechazados deberíamos comprender que la Escuela tenía un límite de alumnos por aceptar, por lo que serian escogidos los que mayor puntuación hubieran obtenido, pero que nos recomendaban que los que no fueran aceptados trataran el próximo año o que tratáramos de estudiar alguna carrera universitaria que no dejáramos nuestras ambiciones de superarnos en la vida, y con esas últimas palabras nos despidieron y abordamos los autobuses de regreso a Veracruz y claro durante estos días de exámenes la convivencia con un número muy grande de aspirantes nos sirvió para conocernos entre muchos, algunos venían del norte de la República y el oír los diferentes acentos de ellos se nos hacia raro pero de todas formas nos sirvió para hacer amigos, ya en Veracruz nos reunimos Rosa Pedro y yo para regresar a Tuxtla Gutiérrez donde esperaríamos los resultados de los exámenes, cuando llegamos a nuestras casas todos nos recibieron como si ya nos hubieran aceptado en las Escuelas pero como les decíamos tenemos que esperar y así lo hicimos.

    I N D I C E

    Primera parte:

    HEROICA ESCUELA NAVAL MILITAR

    Capítulo I             Primer año página

    Capítulo II          Segundo año página

    Capítulo III         Tercer año página

    Capítulo IV         Cuarto año página

    Capítulo V           Quinto año página

    CAPÍTULO I

    Una mañana tocaron en la puerta de la casa y cuando abrí era un mensajero de Telégrafos que preguntando por mí, cuando le dije que era yo me extendió un telegrama y me pidió que le firmara en una pequeña libreta de recibido el telegrama, cuando lo abrí me comunicaban que había sido aceptado y que debería presentarme a la HENM que se me requería llevara copia de la fianza que nos habían pedido en caso de ser aceptados así como la ropa que debería llevar.

    Por eso cuando recibí el telegrama con los resultados de mis exámenes de admisión diciendo que fui aceptado, fue tanta mi alegría que no sabía cómo expresarla iba cumplirse mi sueño de ingresar a la Heroica Escuela Naval Militar como Cadete, cuando le iba a comentar a mis padres la noticia comenzamos a oír toquidos muy fuertes en la puerta así como también gritos llamándome, Octavio, Octavio gritaban, cuando abrí eran Pedro y Rosa vinieron a decirme que los habían aceptados en la HENM como Cadetes, solo les grité, yo también, fue entonces que se callaron y entre los tres con la felicidad que teníamos empezamos a brincar de gusto y en eso vino toda mi familia.

    ¿Qué pasa gritó mi mamá?

    Madre nos han aceptado a los tres en la Heroica Escuela Naval Militar y estamos llenos de alegría.

    Vaya pues, que se ha salido con su capricho mi hijo.

    ¿Qué no le da gusto mamá?

    Sí, pero me siento tan confundida pues usted se me va a ir, ya no lo voy a ver aquí en su casa, ¿y qué debo pensar? ¿Que usted ya es una persona mayor que decide por usted mismo?

    Vamos madre que esto que vamos a empezar va a cambiarnos la vida a todos ya lo verá.

    Sí, ya veo que debo resignarme y esperar a que vea que es lo que va a pasar con usted mi hijo.

    Y pronto empezamos a tramitar todos los requisitos que nos pedían, como era la fianza, que si no ha sido por todos mis tíos creo que no la hubiéramos hecho, y eso me tuvo lleno de miedo, pero cuando se completó lo que necesitábamos me tranquilice.

    En los días anteriores para nuestra salida a Veracruz, me sentía triste y ví que me empezaba a faltar la ropa que tenía que llevar, cuando una tarde llegó mi papá con unos paquetes, me extrañó porque nos había dicho en la mañana que iba a ir a Tuxtla Gutiérrez y yo pensé que no era domingo para que fuera a la plaza a vender lo que siempre hacia, pero como no me fijé que era lo que iba a hacer por eso me sentí sorprendido cuando me dio los paquetes, diciéndome que los abriera, cuando los abrí y ví que era la ropa que necesitaba le dí un abrazo fuerte y los dos nos pusimos a llorar de alegría y tristeza, pero me recriminó diciéndome que los hombres no lloran, me lo dijo tan enérgico que aun lo recuerdo por todas las cosas que pasé después en mi vida.

    Se llegó el día que tuvimos que partir para Veracruz y cuando nos fueron a llevar a los autobuses no me he explicado hasta hoy como y porque tanta gente de Bochil nos fueron a despedir si yo no le quería decir a nadie que había sido aceptado como Cadete, pero Pedro me dijo que se habían juntado un grupo de gente y que se los habían comunicado a todos invitándoles a ir a Tuxtla Gutiérrez a despedirnos. Pero yo le dije que no lo entendía porque principalmente éramos unos desconocidos para casi todo el pueblo, pero siempre pensé ya después que aunque uno muchas veces no se fija en la gente ellos si lo hacen por eso me sentí al igual que Rosa y Pedro muy emocionado tanto que se nos salían las lágrimas, y más cuando al subirnos al autobús veía las lágrimas de mis padres y mis hermanos especialmente cuando el autobús se empezó a mover para salir de la estación.

    Pronto con aquella emoción de lo desconocido mientras toda la gente que iba en el autobús se dormía en el viaje, yo casi no lo pude hacer y cuando me había quedado dormido por unas tres horas, llegamos a Veracruz por la mañana y como seria hasta el día siguiente que tendríamos que presentarnos en la Escuela, yo pensé que podría dormir en el Hotel donde llegamos a hospedarnos, pero también solo dormité y a las cinco de la mañana en que nos hablaron, después de asearnos salimos apresurados con el café en la mano y unos panes ya que no queríamos llegar tarde a los autobuses de la Escuela que nos llevarían a ella.

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    Cuando llegamos nos formaron en dos líneas a todos los de nuevo ingreso que por cierto cuando estábamos en los autobuses me di cuenta de que éramos muchos los que íbamos a entrar por primera vez, aunque si me extraño no ver a muchos de los que conocí en los exámenes de admisión pero pues era claro que ellos no corrieron con la misma suerte que nosotros, luego de pasar lista nos indicaron que fuéramos a los dormitorios a dejar nuestro equipaje en las gavetas que tenían nuestro nombre y que sin tardarnos mucho tiempo regresáramos a formarnos de nuevo al mismo lugar, como ya conocíamos los dormitorios por el tiempo en que fuimos a los exámenes de admisión no nos costó mucho trabajo hacer lo que nos ordenaron, regresamos a formarnos, me sentía tan nervioso y a la vez emocionado ahora si esto sería para siempre si sabíamos hacerlo bien, luego nos hicieron marchar para abordar nuevamente los autobuses que nos habían transportado y nuevamente salimos a Veracruz para ser llevados a presentarnos al Detall de la Oficina del Gobierno Federal, para que fuéramos registrados como miembros de la Escuela y de la Secretaría de Marina.

    4.tif

    A nuestro regreso del Detall en Veracruz fuimos formados de acuerdo a nuestra estatura, comenzando a integrarnos a las diferentes Brigadas, y entre gritos de fíjese lo que se le ordena ponga atención y no sé cuantos gritos más que nos daban a todos nosotros que por nuestro mismo desconocimiento no sabíamos que hacer y por fin yo por mi estatura quedé en la Primera Brigada por lo que conforme a esto nos indicaron que de acuerdo al pelotón en que habíamos quedado iba a ser el lugar en los dormitorios en los que quedaríamos y que por lo tanto cada cabo de pelotón junto con su sargento los ira acomodando en cada sección de los dormitorios que junto a ellos quedaran definitivamente por el año escolar que habíamos empezado y de esa manera nos reasignaron los dormitorios, cambiando nuestras pertenencias que habíamos dejado anteriormente en otras dormitorios.

    Así también entre nosotros que por primera vez alternábamos con mujeres como Cadetes no nos extrañó como les estaba pasando a los Cadetes antiguos que por primera vez veían algo así, pero de inmediato los Oficiales los retiraron y ya solo las vimos que al igual que nosotros sus oficiales las guiaron a su dormitorio y poco después se integraron con nosotros empezando nuestra vida en la Escuela.

    Pasamos a los almacenes de ropa y uniformes en donde se nos proporcionó los uniformes Mahón que usaríamos de diario, y conforme íbamos terminando empezamos a entrar a la peluquería, donde nos dejaban casi sin pelo a los lados de la cabeza quedando con el corte de militar que era la rutina, nos veíamos tan diferentes, muchos de nosotros traían el pelo casi largo y cuando salían de la peluquería parecían otros.

    Apenas había yo salido cuando uno de los compañeros me gritó hey, tu indio Chamula ya te cambiaron el rostro ya pareces indio civilizado, eso me cayó tan mal que no quise contestar, pero desde ese momento me di cuenta que José Luis que así se llamaba iba a ser el bufón de la generación y que deberíamos tomar con calma sus bromas, aunque me dio mucho coraje ya que vi que de alguna manera sabía de dónde veníamos nosotros.

    Pues sí, soy Chamula y muy a la honra tuya, le contesté y lo dejé hablando solo, ya no supe que fue lo que se quedo diciendo.

    Así mismo se nos llevó con los Sastres para que nos tomaran medidas para los uniformes de gala para las correspondientes ceremonias y que son usados en las diferentes Ceremonias Militares conforme a la estación ya sea de verano o invierno, cuando vi los uniformes que se usan en la Escuela me gustaron tanto que tarde se me iba hacer el poder usarlos, pensé en mi mamá que de seguro le iba yo a gustar más con alguno de esos uniformes y después nos dieron los salones de clases que nos tocaba, libros y materiales escolares, el arma se nos entregará hasta que seamos entrenados para saber su uso correctamente.

    Al final de este nuestro primer día y después de la cena pasamos a los dormitorios donde nos entrevistaron los antiguos Cadetes quienes nos preguntaban, la razón por la que habíamos querido entrar a la HENM y muchas otras preguntas, lo que nos empezó a poner nerviosos pues algunos se les notaba al responder como que parecían temblar al contestarles las mismas y entre las que nos preguntan, como que tanto sabemos de ejercicios físicos, tales como hacer lagartijas, abdominales y un sin fin de ejercicios que nos dicen serán parte de nuestra rutina diaria, así que como también podríamos ser castigados por aquellas faltas que se cometan en contra del reglamento de la Escuela.

    Claro la gran mayoría de los nuevos Cadetes ignoraban estos ejercicios, por lo que a algunos se les ordenaba a realizarlos,

    Yo en eso les pregunté ¿Que por qué tengo que hacerlo?

    Parándose enfrente de mí y casi gritándome de inmediato me contestó un cabo de Cadetes.

    Usted aquí va aprender a obedecer para que a su vez sepa mandar y por respondón usted va a hacer ahorita 25 lagartijas, ¡me ordeno!

    Y aunque con algo de esfuerzo en las últimas, hice las 25.

    Y que le sirva de escarmiento que aquí se viene a aprender a obedecer

    Aquí acostumbramos ayudarnos en nuestras rutinas diarias y en los estudios principalmente, y yo les aseguro que vamos a estar atrás de todos ustedes, para ver que su desempeño sea el mejor posible ya que ustedes han logrado lo más difícil que es haber sido aceptados en esta Escuela y no pueden desperdiciarlo.

    Cada vez que ustedes se equivoquen antes de aplicarles el correctivo correspondiente se les ofrecerá cambiarles el arresto por ejercicio o al ser arrestados perderán el poder salir francos los domingos.

    Por cierto, usted que parece venir de la sierra, ¿por qué se le ocurrió estudiar esta carrera? ¿Octavio es su nombre?

    Sí, señor, me llamo Octavio para servir a usted.

    Oiga que no le han dicho que aquí se responde Mi Cadete o Mi Teniente, no tiene porque decirme señor, que no soy una persona mayor.

    Disculpe usted Mi Cadete

    Bueno, bueno le hice una pregunta, respóndame.

    ¿Por qué escogió esta Escuela?

    Porque yo crecí en la sierra de Chiapas de donde me siento muy orgulloso de haber nacido ahí.

    Sí, sí pero ¿Por qué?

    Porque yo nací en una familia muy pobre, en donde mi madre para darnos de comer muchas veces sembraba verduras en los terrenos junto a nuestra vivienda y yo no tenía ningún porvenir, yo me había apurado en la Secundaria para que me sirviera cuando fuera a pedir trabajo en alguna parte, ya que me decían que así podría obtener un mejor trabajo, pero no, yo nunca hubiese imaginado venir a esta Escuela, yo ya estaba seguro de tener que trabajar ya que el despertarme todos los días y ver a mis hermanos con hambre, frío, enfermos, el ver a mis padres sufriendo por tratar de mantenernos, estaba seguro que me necesitaban trabajando para ayudarles.

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