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La Herencia Que Recibimos De Dios Nuestro Padre Creador Eloi: La disfrutaremos en el 7° día de nuestra creación
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La Herencia Que Recibimos De Dios Nuestro Padre Creador Eloi: La disfrutaremos en el 7° día de nuestra creación
Libro electrónico220 páginas3 horas

La Herencia Que Recibimos De Dios Nuestro Padre Creador Eloi: La disfrutaremos en el 7° día de nuestra creación

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Escribir la historia de la creación universal, es un acontecimiento trascendental que marcará un hito en la historia de la humanidad y el escritor que la escriba, debe estar en posesión de la sabiduría universal, para que no desmerite al espíritu creador del universo y al contrario los enaltezca más de lo que es. Yo David T Asprilla D. escribo e

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento6 ago 2023
ISBN9781685743390
La Herencia Que Recibimos De Dios Nuestro Padre Creador Eloi: La disfrutaremos en el 7° día de nuestra creación

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    La Herencia Que Recibimos De Dios Nuestro Padre Creador Eloi - David Tobías Asprilla Domínguez

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    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku, LLC

    www.ibukku.com

    Diseño y maquetación: Diana Patricia González J.

    Diseño de portada: Ángel Flores Guerra B.

    Copyright © 2023 DAVID TOBÍAS ASPRILLA DOMÍNGUEZ: DATOASDO

    ISBN Paperback: 978-1-68574-338-3

    ISBN Hardcover: 978-1-68574-340-6

    ISBN eBook: 978-1-68574-339-0

    PRÓLOGO

    AL LIBRO, AL ESCRITOR Y A LA E.M.E DE LA C.U.

    FUENTE DE LA SABIDURÍA UNIVERSAL Y TERRESTRE

    Escribir la historia de la creación universal es un acontecimiento trascendental que marcará un hito en la historia de la humanidad. El escritor que la escriba debe estar en posesión de la sabiduría universal, para que no desmerite al espíritu creador del universo y al contrario lo enaltezca más de lo que es.

    I

    Yo, David T Asprilla D., escribo esta historia en este libro con un gran título que llamará la atención a los buenos y malos críticos que lo lean: los malos harán sus criticas, porque ignoran la verdadera creación del universo, que enseña la escuela fuente de la sabiduría universal y no la aceptan, sino que creen la creación como está escrita en la Biblia. A los ignorantes de la verdad que los hace malos críticos les digo que la ignorancia de lo que se desconoce no da derecho a negarlo, y a los ignorantes, pero buenos críticos, les digo el no conocer una cosa, ni siquiera por buena fe, da derecho a afirmarlo ni darlo como cierto. A las dos partes les digo que lo que se desconoce y nos cause curiosidad mala o buena, antes de hacer mala o buenas críticas, primero hay que estudiar e investigar, y hacerle un juicio concluyente, para lograr sus propios convencimientos.

    II

    Yo no soy escritor, pero escribo este libro de los estudios e investigaciones que le hice a los escritos bíblicos, los libros de ciencia, historia universal y los 14 libros que componen la Escuela Fuente de la Sabiduría Universal y Terrestre, como mi tesis de grado de maestro. Este libro se llama LA HERENCIA QUE RECIBIMOS DE DIOS NUESTRO PADRE CREADOR ELOI LA DISFRUTAREMOS EN EL SÉPTIMO DÍA DE NUESTRA CREACIÓN.

    Para escribir este libro escogí las 17 cláusulas del testamento de Abraham, que explican la sabiduría universal y terrestre.

    De cada una de las 17 cláusulas, escribí un capítulo con sus respectivos párrafos, que explican la introducción al tema de la cláusula, las argumentaciones y la conclusión al tema de lo que enseña cada cláusula. Cuando los párrafos sean muy largos, los dividiré por punto. Escribo la estructura de los párrafos en esa forma para abreviar la sabiduría universal que enseña cada cláusula, pero, por abreviada que sean, serán lo bastante explícitas como para el entendimiento y la visualización del estudiante investigador. Para utilizar esa técnica, en los párrafos de introducción al tema hago la presentación de los puntos de estudio, para en los párrafos de argumentación estudiar los puntos presentados; y en la conclusión al tema dejo varias preguntas, para que los estudiantes que quieran estudiar la sabiduría universal la respondan y concluyan conmigo lo aprendido de lo que explica la sabiduría escrita en cada cláusula.

    Los párrafos de introducción al tema, los de argumentación y los de conclusión los haré con lo aprendido en la historia negativa de la creación, que enseñan los escritos bíblicos y la historia positiva de la creación, que enseñan los 14 libros de la escuela universal, que se encuentran desde la cláusula 4 hasta la 13. Porque la historia bíblica enseñada en las religiones no estudian ni investigan, sino que en sus misas siempre terminan en adoración a los dioses materiales, los santos, las vírgenes, los milagros y los misterios. En cambio, las reuniones en las cátedras de la escuela universal, por atrasados e ignorantes que sean, siempre estudian y, aunque a regañadientes, siempre investigan, aunque esas investigaciones terminen en nada.

    III

    Los párrafos de introducción al tema, las argumentaciones y las conclusiones de las 3 primeras y 4 ultimas cláusulas, por ser temas de alta sabiduría universal y la ley de amor, jamás estudiada y ni siquiera mínimamente abordada por los pesados científicos en las más afamadas universidades de las naciones llamadas civilizadas del mundo, los haré basados en las ciencias físicas y metafísicas, químicas y alquímicas, libros importantes de historia y geografía de nuestro mundo y lo aprendido en los 14 libros de la E.M.E de la C.U.

    Digo que los sacerdotes y pastores de la religión, con la enseñanza de la adoración a los dioses materiales, santos y vírgenes, no estudian ni aportan nada concluyente al progreso de la creación de los mundos, la creación del hombre sobre la tierra. Ellos esa creación se la atribuyen a los milagros y misterios de su Dios Jesucristo.

    IV

    Los pesudoscientíficos, en sus estudios al universo, solo lo hacen en la materia sólida, pero muy poco lo hacen a la materia gaseosa, ella solo la observan. A la materia luminosa no se atreven a estudiarlas y ni siquiera observan, solo dan conclusión de sus estudios teóricos de la creación, solo con la materia, sin la intervención de ninguna fuerza coeterna a la materia; es decir, que para ellos no existe la fuerza del espíritu creador que con ley dirige a los trabajadores de la materia, que son sus hijas, por eso son pesados científicos.

    Estos pseudoscientíficos también han ignorado el aporte hipotético que le dieron a las ciencias 3 grandes científicos del siglo anterior, cuyos aportes para su tiempo eran concluyentes en favor de la ciencia, en cuyo aporte a la ciencia dijeron:

    El primero dijo: «En el universo hay una fuerza creadora coeterna a la materia que la hace evolucionar eternamente». Mi conclusión esa hipótesis es que la fuerza universal creadora coeterna a la materia es el espíritu entero de nuestro padre creador, que con su pensamiento de la creación hace evolucionar la materia metafísica y física constantemente.

    El segundo dijo: «La masa cósmica que invade el infinito espacio universal, en sus dos formas de fuerza creadora y evolución de la materia metafísica y física, es constante y eterna». Mi conclusión a esta hipótesis es que las dos formas de fuerza que hay en el universo son la positiva y la negativa. La fuerza positiva es originada por el espíritu de nuestro padre creador y continuada con su pensamiento de la creación por sus hijos, los espíritus humanos; y la fuerza negativa es originada por los espíritus elementales y naturales, que componen la materia metafísica y física.

    El tercero dijo: «Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma». Mi conclusión a esta hipótesis es que el universo está compuesto por el cuerpo éter del creador universal. Ese cuerpo éter está compuesto por la materia física, la materia gaseosa y la materia luminosa. La materia física es con la que se crean los mundos, el hombre y todo lo que el hombre necesita en los mundos. La materia gaseosa, el alma universal, que es la materia elemental, que en principio es la alquimia que origina la química, y esta atrae los materiales afines para hacerlos físicos. La materia luminosa es el gran espíritu del creador que, con su pensamiento de la creación, origina su ley de amor, que es su constitución universal, con la que dirige y gobierna a sus hijos: los espíritus y hombres.

    V

    Las conclusiones de estos sabios científicos y mis conclusiones sobre sus hipótesis son tesis sustentadas por otros sabios científicos de este siglo, que son George Limitare, que en sus observaciones descubrió el big bang, que en mi conclusión es el choque de la energía positiva de los espíritus en acción y la energía negativa de la materia, que con el regulador del alma universal equilibrado produce una explicación, y de esa explicación se produce los fenómeno universal con los cuales Albert Einstein hizo su tesis en la ley de la relatividad.

    Mi conclusión sobre la ley de la relatividad es que en el universo toda la materia cósmica es relativa a su creador, es decir, que, como en el universo el único ser consiente, es el espíritu de nuestro padre y el espíritu de su hijo el espíritu humano, ellos conversan constantemente sobre el trabajo que hacen con la materia. De esa conversación basado en la ley se produce el progreso en todo el mundo del infinito universo.

    VI

    Aunque el autor del big bang fue Georges Lemaitre, esa hipótesis fue apoyada por Enteste con su hipótesis de la ley de la relatividad, pero en estas hipótesis se apoyó Stephan Hawking para descubrir los agujeros negros en la materia.

    Mi conclusión sobre los agujeros negros es que son núcleos de átomos que funcionan como imanes en el centro de la materia gaseosa. Esos centros son cargas positivas compuestas de protones recubiertas de neutrones y el resto de su composición es una inmensa carga de materia negativa gaseosa. Esas cargas de materia gaseosas grandes y pequeñas son las que Stephan Hawking y otros científicos llamaron galaxias.

    Téngase en cuenta que los núcleos de átomos son materia que funcionan como ladrillos de construcción, con los cuales se crean los mundos, y los mundos forman grandes y pequeños núcleos, que contienen cargas de materia positiva y negativas gaseosas, y a cada galaica le cuesta un big bang o explosivo, la creación de cada mundo.

    Esas galaxias, al principio de su vida, empiezan alumbrado en su parte exterior; poro no alumbran en su interior y eso es a lo que los científicos han llamado agujeros negros; es decir que cuando estas galaxias empiezan su vida alumbrando su exterior y terminan alumbrando su interior, que es cuando desaparecen los agujeros negros.

    VII

    Todas estas hipótesis le sirvieron al sabio científico y observador del universo, Edwin Hubble, que en sus observaciones a la masa cósmica del infinito universo con su potente telescopio no solo vio, sino que fotografió buena parte de la infinita masa cósmica y llegó hasta el principio de la vida, que se muestra en las dos imágenes de abajo, en las cuales explica lo siguiente:

    La primera imagen es el gran espíritu de nuestro padre creador, que forma el sol central del universo, que es la fábrica de la vida universal y la creación de la materia en estado etéreo. En ese estado salen los materiales del centro de la vida, para crear las naciones universales y hacer la vida demostrada.

    La segunda imagen muestra el núcleo central del universo o el cuerpo éter de nuestro padre creador, compuesto de la infinita placenta universal, que cubre la infinita masa cósmica, que es su alma universal, la cual es la materia gaseosa que cubre la luz del gran espíritu de nuestro padre, de la imperfección de la materia impura.

    Esta hipótesis la sustentó Edwin Hubble con esta fotografía de la masa cósmica, que ya no es una hipótesis sino el axioma universal donde los estudiantes del séptimo día harán su estudios del universo y presentarán sus tesis y graduarse de sabios científicos en la creación universal.

    Los tres sabios científicos que aportaron sus hipótesis a las ciencias no pudieron sustentar sus tesis en los 14 libros de la E.M.E de la C.U, porque existieron en el siglo XVIII y la E.M.E de la C.U fue fundada en el siglo XIX. Pero los tres sabios científicos que sustentaron sus tesis en esos aportes científicos sí pudieron entrar a la E.M.E de la C.U. a estudiar sus 14 libros por grados de ascensión, para graduarse de maestro de la sabiduría universal y la ley de amor.

    VIII

    Yo nací en 1957 en Buenaventura vallé, Colombia. A la edad de 8 años mi espíritu empezó a despertar del normal sueño letárgico. Mis maestros, protector y guía espiritual me dijeron la sabiduría universal que venía a sostener en la E.M.E. de la C.U., pero por mi corta edad no lo entendí. Mientras crecía mi guía no me ha permitido entrar a estudiar a la escuela primaria. Siempre que mis padres me metían a la escuela, mis maestros espirituales me sacaban, pero algo aprendía de lectura. La razón por la que me sacaban era porque en los colegios se enseñaba mucha religión, y esas enseñanzas perjudican a los grandes espíritus de luz, que traen el progreso para la humanidad y los hace prevaricar. Por esa razón yo era un niño y joven solitario y tímido, pero conservaba las tres reglas del aprendiz de sabio que son oír, ver y callar, y eso me hacía muy prudente. Pero mis guías espirituales me acompañaban en todo momento.

    IX

    Mi madre, que era mi guía permanente y conocía de mi gran misión, cada vez que pudo me llevaba a los centros espiritualistas, donde recibía los consejos y enseñanzas a viva voz de mis maestros espirituales, guía y protector, donde me decían lo que tenía que hacer. Cuando tuve mis 15 años, que es cuando los jóvenes están en peligro de caer en cualquier vicio fatal, mi guía y protector por medio de mi madre para protegerme me internaron en un correccional, donde estuve tres años. En ese tiempo enclaustrado aprendí la escuela primaria y las enseñanzas del bachillerato, sin el estorbo de las enseñanzas religiosas. En aquella correccional estudié los libros de ciencia, química, geografía, historia patria y lo poco que enseñan de la geografía universal. Lo aprendido en esos libros me puso en camino del estudio de la ciencia física, con la cuales aprendí las tres cosas del camino a sabio prudente, que lo quiere aprender todo, que son leer, estudiar e investigar en todo, pensar alto y profundo, y comprobar todo lo que estudia de investigado, concluyéndolo, no dejando cabos sueltos.

    A los 18 años salí y, después de pasar muchos azares de la juventud, mi guía me puso en manos de un viejo maestro de la construcción. Este maestro me enseñó los principios de aquel rústico trabajo. Pero si de los 12 a los 15 años es peligrosa la vida para la juventud, es más peligroso para los jóvenes de los 18 hasta los 20, cuando empieza su independencia, hasta llegar a ser adultos. Mis maestros, guía y protector, para prevenir ese peligro hicieron que yo fuera al Ejército a mis 20 años.

    X

    El batallón donde presté mi servicio militar estaba en construcción y eso me vino como anillo al dedo: en vez de ir combatir, con las armas a otros hermanos que por el odio que las religiones han sembrado entre toda la humanidad, nos vemos como enemigos y en vez de combatiente, con las enseñanzas del viejo maestro de construcción en mi juventud, en esos dos años me los pasé trabajando, construyendo el batallón donde aprendí de todo un poco. Me convertí en un práctico maestro de la construcción y del Ejercito salí a mis 22 años. En mi vida de civil de inmediato me dediqué al trabajo de la construcción y con mis ganancias de constructor independiente ayudé a mi madre con la manutención de mi familia, que eran mis hermanos menores.

    Mi madre, como

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