VIVIMOS EN UN NIRVANA INTEMPORAL
l multiverso se puede contemplar también desde el punto de vista de la teología, y aquí las religiones se dividen en dos categorías: en las los hiciera un sacerdote católico, además de físico, llamado Georges Lemaître, que creía que la teoría de Einstein era compatible con el . Sin embargo, en el budismo no existe un dios. El universo es atemporal, sin principio ni fin. Solo existe el Nirvana. Estas dos filosofías parecen estar en completa oposición una con otra. O bien el universo tuvo un principio, o no. Pero la fusión entre estas dos filosofías diametralmente opuestas sería posible si adoptáramos el concepto del multiverso. En la teoría de cuerdas, nuestro universo tuvo, en efecto, un origen cataclísmico, el . Pero vivimos en un multiverso de universos-burbujas. Estos, a su vez, están flotando en un escenario mucho más grande, un hiperespacio de diez dimensiones, que no tuvo principio. Así pues, el está ocurriendo continuamente dentro del gran escenario del Nirvana (el hiperespacio). Esto nos proporciona una unificación simple y elegante de la historia judeocristiana del origen con el budismo. Nuestro universo tuvo de verdad un comienzo explosivo, pero coexistimos en un Nirvana intemporal de universos paralelos.
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