SOMOS UN DISEÑO GENÉTICO DE LOS DIOSES
La historia convencional de la vida sobre la Tierra –la teoría de la evolución– nos pide que creamos que hace mucho tiempo se dieron exactamente las condiciones propicias, de la mejor forma posible y en el momento exacto, para que se crease el entorno adecuado para que las fuerzas oportunas formasen átomos perfectos y los forjasen en los elementos que dieron origen a la primera molécula de vida. Por si no bastara con pedirnos que nos creamos esta improbable serie de acontecimientos, a continuación se nos dice que aceptemos que esta primera célula de vida sobrevivió y prosperó, de manera que se multiplicó y se diversificó incontables veces, y después se impuso a lo largo de las eras con una estrategia adaptativa, conocida como «supervivencia del más fuerte», para convertirse en los cuerpos que nos permiten vivir como hoy vivimos.
Las probabilidades de que esta serie de acontecimientos realmente se produjeran son tan pequeñas que parece imposible que tuvieran lugar. Ilya Prigogine, el último químico dos veces galardonado con el Premio Nobel, suscribiría la afirmación anterior: «La probabilidad estadística de que las estructuras orgánicas y las reacciones más exquisitamente armónicas características de los organismos vivos se generaran por accidente es cero», dijo. De acuerdo con él, muchos otros científicos, utilizando los métodos más avanzados de que se dispone hoy, pueden demostrar la grandísima improbabilidad de que el origen de nuestro ADN sea el azar..
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