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El Juicio Final De Dios
El Juicio Final De Dios
El Juicio Final De Dios
Libro electrónico264 páginas3 horas

El Juicio Final De Dios

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Información de este libro electrónico

Esta es una historia enfocada en la realidad que enfrentamos ahora, la humanidad "Tiempos dificiles de manejar". Habla de un personaje profetico que tuvo una fe incomparable a la de ningun ser existente. Que tuvo el deseo de conocer la gloria de Dios.

Habla de los acontecimientos mundiales que se desatarian en los ultimos dias de nuestra existencia, sucesos inesperados que harian entrar en un profundo temor a la humanidad.

Ademas, trata de una esperanza que el creador Dios ha dado a cada ser humano, en nuestras vidas y la esperanza de un futuro mejor.

Una historia que conmovera a las personas y llenara de esperanza a los aplastados de corazon, que llenara al mismo tiempo de alegria, un futuro mejor y venidero que Dios nos ha prometido.

Apocalipsis 21,4: "y les secara lagrimas de sus ojos y la muerte ya no existira ni habra mas tristeza ni llanto ni dolor...".

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 feb 2023
ISBN9781662499890
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    El Juicio Final De Dios - Humberto Del Toro

    cover.jpg

    El Juicio Final De Dios

    Humberto Del Toro

    Derechos de autor © 2022 Humberto Del Toro

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2022

    ISBN 978-1-6624-9988-3 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-6624-9989-0 (Versión Electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Table of Contents

    Sobre el Autor

    Un hombre sencillo, pero muy poderoso económicamente, humilde y de gran corazón llamado Moisés.

    Todo ocurre fuera de un estadio en Texas... este hombre, bien vestido, acababa de salir de una reunión religiosa, satisfecho y contento por haber dirigido el mensaje de Dios a miles de personas, lo felicitan algunos feligreses y por fin se dirige a su casa. Al llegar lo reciben sus hijas Sara, Azul y su amada esposa Brianna. Una de sus hijas lo besa y le dice: papi necesito otro carro.

    Sara come y le dice: Papi ¿Tú crees que los estás convenciendo de que pronto se acabará la maldad y Dios vendrá a reinar?

    Moisés sonríe sereno y paciente, mientras Azul contesta una llamada, aparece la indiferente esposa Brianna. Ella es inversionista y se queja de un problema en las finanzas.

    Moisés le dice: No te inquietes mujer.

    María (La sirvienta) aparece y dice: ¿Puedo servir de comer Sra.?

    Brianna: Sí, María, empieza a servir y bendice los alimentos.

    Oraban, Moisés dirigía. Durante la comida hablarán sobre Eva, Isaac, Pedro y Juan. Moisés hablaba de una reunión masiva que tendría en Texas. Hablarán sobre viajar. Conversaban sobre el amiguito de Sara, llamado Samuel, que tenía Leucemia y comentaban sobre los tratamientos.

    Mientras en EE. UU. (Chicago, IL) Mike, un astrónomo reconocido, observaba el cielo a través de un telescopio. Su novia Lisa lo ve y lo besa. Mike la invita a ver las estrellas.

    Mike: Mira Lisa. ¿No es asombroso? Una mirra sospechosa de Mike (Lisa sonríe).

    Lisa: ¿Ocurre algo?

    Mike: Algo no está del todo bien.

    Lisa (sonríe): ¡Trabajas mucho!

    Mientras la familia de Moisés ora para dormir... pide cosas materiales y ruega a Dios por la humanidad, sus padres y amigos; agradece a Dios, de todo corazón, todos sus beneficios.

    A la siguiente mañana María (la sirvienta) veía la terrorífica guerra entre Corea del Sur Vs. Rusia y EE. UU., varias personas la observaban en la televisión.

    Mientras en África se ve como una plaga extingue niños, hombres y mujeres avanzaban, increíblemente, acabando con la humanidad. Es como si el mal se produjera al 100%; enfermedades, calamidades y suicidios colectivos, parecería el fin del mundo, todos en sus hogares están temerosos, aturdidos por el fin que solo Moisés sabe y mientras Moisés, en su hogar, exclama al Señor Dios, ya ve, ¡el fin está cerca!, e invita a su familia a orar por toda la gente que ha muerto y los invita a permanecer firmes y meditan.

    Al día siguiente el cómico, llamado Adrián, busca trabajo. Eran dos personajes, solo necesitaban uno; Adrián era de humor blanco y el otro no. Para eso tenía que hacerles algunas pruebas, el cómico Adrián oraba en silencio para obtener el trabajo. Pensaron, por un momento, que no sería aprobado su humor y fue muy aplaudido, mientras el otro hacía mal uso de palabras, solo fue aceptado por la mitad. Al final, a Adrián lo esperaban y lo felicitaban a la salida del show.

    Cuando salía feliz, rumbo a su casa, por haber obtenido el trabajo, vio como atropellaban a un joven que corría, por un mal conductor que manejaba tomado, lo mata, y se ve el aura del muchacho, que solo el público ve. Y el diablo que aparece cada vez de que algo mal ocurre.

    *Mientras un científico famoso, Nicolás, que estaba a punto de descubrir cómo podía curar tres enfermedades, se ve como hace diferentes procedimientos en su laboratorio con un anciano sabio, el cual ayudo aportando ideas para la cura del sida. Experimentan en tres ratas durante varios meses de arduo trabajo. Por fin ese día lo habían descubierto, eran las 3:00 p. m. y finalmente lo logran, las ratitas se encontraban moribundas y a la hora de inyectarlas vuelven a la vida después de unos minutos. Se alegran y celebran.

    * Mientras en la casa de Moisés se oraba para dormir, se inundaba la casa de paz y de amor y así Moisés cayó en un profundo sueño en el cual Dios le habla a través de un bello Ángel lleno de una luz que nadie jamás había visto, tan hermoso y radiante que impresionaba. Era una parte de Sudamérica, un campo abierto como un paraíso lleno de vegetación, cosecha, hermosas flores y pájaros cantores, un cielo hermoso lleno de animales y paz.

    Moisés: ¡soy un enviado de Dios, te ha encargado una misión importante! ¡Tienes que preparar el reino de Dios! ¡Están contados los días! El tiempo se ha llegado, no tengas miedo, ¡Dios estará contigo hasta el final y anuncia la nueva del reino!

    De pronto se despierta a media noche y sale de la habitación, se hinca, medita y ora profundamente y mira al cielo, a través de una ventana, observa cuidadosamente las estrellas y se pregunta:

    Moisés: ¿Señor, en verdad vienes? Y resplandece una estrella que conmueve a todo espectador (conmoción, ruido) su esposa lo encuentra y le pregunta.

    Brianna: ¿Qué haces a esta hora Moisés?

    Moisés: Estoy preocupado por la Asamblea Mundial (que sería en Houston, Texas). Regresan a la habitación en paz.

    Brianna: Todo saldrá bien, lograrás tu objetivo.

    A la mañana siguiente un árabe, un americano y un musulmán preparaban un robo a un banco. (Lucifer que solo el público ve; y está con ellos todo el tiempo). Los maleantes manejan como locos hablando siniestramente. Entonces Lisa, conduce su auto rumbo al banco; le habla a su mamá. (Se ve la muerte en el banco).

    Lisa: ¡Mamá no me esperes a comer! Mike y yo quedamos en comer juntos.

    Mamá de Lisa: ¡No regreses tarde!

    Lisa: ¡Mamá no lo sé! Mike me tiene una sorpresa...

    Mamá de Lisa: ¡Cuídate!

    Lisa se dirige al banco.

    Un carro con tres personas se para enfrente del banco. (Se ve el demonio).

    Entran al banco desaforadamente y sin piedad matan a varias personas. Traían armas poderosas, pusieron candados y se apoderaron de la gente en cuestión de segundos. Era la 1:00 p. m., una hora ocupada en el Centro de Chicago. Poseían granadas y una bomba; matan al primer policía (gritan).

    Terrorista 1: ¡Nadie se mueva!

    La muerte y el demonio se aparecen.

    Matan a un anciano.

    *La muerte corriendo con el hacha apresurada, llega y atraviesa el alma de manera gigantesca de todos.

    Otro de los terroristas corre y arrincona a un grupo de personas, en eso una mujer tiene un celular en la mano, pensaron equivocadamente y la matan instantáneamente (la muerte aparece cada vez y el demonio).

    Minutos de terror se vivieron…

    Otro de los terroristas entra pidiéndole al gerente que entregue todo el dinero o morirá (la muerte y el demonio de un lado a otro). Obligan a un policía que desconecte las alarmas y poner el letrero cerrado, se mueven hacia la caja.

    *** Mientras un cliente curiosea a las afuera del banco, visualiza lo que está pasando y llama al 911.

    Las patrullas se apresuran, llegan tres mientras los terroristas son apoderados por el demonio; apuntan a todos con una ametralladora. Matan a otro policía y se llevan todas las piedras, oro, dinero y matan al gerente sin piedad. Acorralan a todos y a Lisa (grita despavoridamente).

    Lisa: ¿Qué harán con nosotros?

    Los maleantes: ¡Todos a ese cuarto!

    Uno de ellos saca el blueprint, con el otro comunicándose: Si, ya todo está listo. Los encierran a todos y Lisa les pedía calma, se apoderó el terror inmediatamente, pues sabían que morirían. El último terrorista (Roy) saca un detonador y cuando cierra la puerta lo activa, se ve la luz de una bomba en el carro, dos pitidos acaban con la vida de todo policía que rodeaba el área (el diablo aparece complacido). Al estallido llegan bomberos- policía a proporcionar ayuda. Llega la prensa, reporteros y empiezan a tomar imágenes de todo lo ocurrido un reportero que consideradamente seguía las asambleas de Moisés, graba horas de pavor, mientras los medios se encargan de que todo mundo se entere lo que ha ocurrido. Todo mundo consternado, especialmente la familia de Moisés. Antes de darlo a conocer los medios de la NASA.

    Timbra el teléfono y contesta Mike.

    Mike: ¡Sí!

    Mamá de Lisa (llorando): ¿Estás viendo las noticias?

    Mike (espantado): ¿Qué ha pasado?

    Mamá de Lisa: Hubo un estallido de bomba y ella estaba ahí.

    Mike: ¡Dime que ella está bien!

    Mamá de Lisa: No, Lisa está muerta, ella se encontraba en el banco cuando estalló la bomba y mató cerca de trescientas cincuenta personas.

    Mike (toco un anillo de compromiso que había comprado y la foto de Lisa, llorando): ¡No lo puedo creer ¡no! ¡No! (cuelga el teléfono y sale despavoridamente).

    ***Suena el reloj a las siete de la mañana, Moisés se despierta y su esposa también y le dice:

    Brianna: Es muy temprano Moisés.

    Moisés: No te apures. Yo llevo a Sara y Azul a la escuela, tú duerme un poco más.

    Brianna: Eres un ángel, Moisés.

    La observa Moisés y ve una pequeña aura en su cabeza, pero no muy brillantes, cubre la cabeza pronto y no logra verla muy bien Moisés. Mientras Moisés pensaba en el sueño, tomo un baño a las 7:45 a. m. Les grita a Sara y Azul:

    Moisés: ¡Vamos a llegar tarde! Si no se apuran.

    María, la cocinera, viene del comedor y pregunta: ¿Señor va a desayunar?

    Moisés: No, María, solo un jugo.

    Mientras él prepara unos papeles los mete en su portafolio. De pronto, por detrás viene bajando Sara:

    Sara: ¡Buenos días papá!

    Moisés: Sara, ¿dónde está Azul?

    Sara: Ella se irá con sus amigas.

    La ve Moisés, para darle un beso y se queda viendo cuidadosamente y ve en Sara el aura radiante sobre su cabeza y la sigue viendo.

    Sara: ¿Papá por qué me miras así?

    Moisés: Eres muy bella, Sara.

    Sara: Gracias, pero ya vámonos, pues vamos a pasar por Samuel.

    María sale y le da el jugo a Moisés. Moisés ve al aura de María, no brillaba igual. María le da la mochila a Sara. Moisés toma un poco de jugo, camina hacia la salida de la casa, se suben al carro y le da el vaso a María.

    Sara: Papá vámonos ¡manejando!

    Ve que llegan los amigos de Azul y ve en ellos su aura oscura, se queda viéndolos.

    Amiga de Azul: Buenos días, señor Moisés.

    Moisés: Buenos días.

    Sara le dice en el camino: No, se te olvido pasar por Samuel.

    Moisés: Ya casi llegamos.

    De pronto le pitan y sale una musulmana, la mamá de Samuel Allari y le dice que no ira pues está enfermo nuevamente.

    Sara: Papá vayamos a verlo para que tú lo cures, con tus oraciones.

    Moisés (sorprendido): ¡Sara, a él lo ve un doctor!

    Sara: Papá, tú puedes curarlo.

    Se bajan del carro y van a ver a Samuel.

    Sara le grita a Allari: ¡Allari!, ¿podemos pasar?

    Allari (tristemente): por supuesto, pasen.

    El papá de Samuel, Hazam, se saluda con Moisés.

    Moisés: ¿Cómo está?

    Hazam: ¡Mal!

    Sara: Papi lo curará.

    Moisés: Pero Sara.

    Sara: Si papá, oremos para que se cure Samuel.

    Moisés le pide permiso a los papas, pero el papá de Samuel no quería, finalmente aceptó. Se tomaron de la mano Sara y Samuel y empezó a orar pidiendo a Dios misericordia señor, por Samuel, pero como tenían diferente religión el papá de Samuel quiso detener todo, pero Allari no lo permitió.

    Una luz especial conmueve al público, pues brillaba enormemente, una luz iluminaba el cuerpo de Samuel.

    Continuaron orando y finalmente lleva a Sara a la escuela. Llegaron y le dijo que él las recogería a Sara y Azul. Así Moisés ve a los niños, unos con su aura borrosa y otros brillantes.

    Sara: ¡Muy bien papá, te esperamos!

    Moisés (Un poco desconcentrado): Sí Sara.

    Mientras Moisés maneja a su oficina, pues tenía que hablar con dos grandes amigos, ve de pronto un carro que maneja de prisa y ve los rostros de loa hombres en forma de demonios feos; con cuernos y dientes grandes, ojos grandes y verdes. Moisés se queda sorprendido y sigue manejando a su oficina.

    Llega a un lugar grande y su secretaria, Gloria, lo saluda.

    Gloria: ¡Es un bello día!

    Moisés: Sí, más con la venida de Dios... ¡Amén!

    Gloria lo ve sonriendo.

    Gloria: ¡Amén!

    Gloria: Lo esperan Pedro e Isaac.

    Moisés: Cuando lleguen Eva y Elías hágalos pasar. ¡Muy pronto este mundo va a ser otro!

    *Mientras, por el elevador de la oficina se abre y salen Eva y Elías. Gloria los ve:

    Gloria: ¿Hermanos cómo están?

    Elías: ¡Bien Gloria! ¿Y tú?

    Gloria: ¡Bien gracias! ¡Bello día!

    Elías: Si Gloria, este día tiene algo de especial, un sol radiante y una bella mujer a mi lado.

    Eva sonríe.

    Elías: hay algo más en este día, pero todavía no lo descifro, aunque aún es temprano.

    Gloria: Tienes razón, pero tomen asiento, ahorita los anuncio.

    Gloria le avisa a Moisés que llegaron Eva y Elías. Se para Moisés:

    Moisés: Hazlos pasar.

    10:00 a. m.:

    Mientras, Sara en la escuela, la maestra escribía en el pizarrón y Sara dibujaba en su libreta a Samuel en una cama jugando con ángeles, no dejaba de dibujar hasta que la maestra la miró, despacio fue hacia ella y le dijo:

    Maestra de Sara: ¡Sara no es tiempo de dibujar! ¿Qué dibujas Sara?

    Sara: ¡A Samuel, jugando con los ángeles!

    La maestra observa, y se le queda mirando...

    Maestra de Sara: ¡Muy bello! Y se los darás a Samuel cuando venga otra vez a la escuela. No, sabemos cuándo vendrá, pues sigue enfermo.

    En la oficina, Moisés saluda con un abrazo a sus amigos, se saludan unos a otros.

    Moisés: ¡Tenía mucho que no los veía hermanos! ¿Y sus familias?

    Con una sonrisa de paz ellos contestan.

    Pedro e Isaac: ¡Muy bien, gracias!

    Pedro: A Dios, creciendo, ya tengo el primer nieto.

    Moisés: ¡Felicidades!

    Isaac: Y tú, hermano mío ¿Cómo estás, bien? ¿Por qué lo dices con esa tristeza?

    Moisés: ¡Mi familia está muy bien, pero el mundo cada vez más mal! Ya la gente no quiere saber de Dios.

    Moisés no deja de sonreír.

    Moisés: ¡Hermanos! No se preocupen. ¡Solo faltan Eva y Elías, y les daré la buena nueva!

    Moisés no dejó de sonreír, pues él estaba lleno de felicidad.

    Pedro: ¿Qué es Moisés?

    Moisés calla y ofrece algo de tomar.

    Isaac: Yo solo estoy un poco nervioso por esa noticia, quiero un café.

    Moisés: ¿Y tú Pedro?

    Pedro: Yo, un té.

    Moisés le habla a Gloria por la bocina del teléfono.

    Moisés: ¿Puedes traer un café y un té?

    Gloria: En seguida.

    Pedro: ¿Qué es Moisés?

    Moisés: paciencia hermano.

    Gloria llega con lo que pidieron.

    La maestra mira de frente a Sara.

    Sara: Maestra, Samuel vendrá mañana a clases, estoy segura de que mi papá lo curó. Hoy en la mañana oramos, mi papá y los papás de Samuel, por eso llegué tarde, y yo también oré.

    La maestra creía que era la imaginación de Sara.

    La maestra de Sara: Bien, ahora es hora de trabajar.

    Sara: ¡Sí, maestra!

    La maestra se retiró, observando a Sara con una atención especial.

    *Parado Moisés vio entrar a Eva y a Elías. Caminó a encontrarlos y les dio la bienvenida.

    Moisés: ¿Eva, cómo estás?

    Eva: Bien, Moisés ¿Y tú por qué tan contento, acaso es por mi llegada?

    Moisés: Si, también es por tu llegada, Eva.

    Elías: Desde hoy en la mañana he dicho que hoy es un día bello y especial. ¡Quién iba a decir que estuviéramos reunidos! Pero sigo pensando que hoy es un día especial.

    Moisés: Sí, tienes toda la razón. Hoy es un día especial porque Dios está con nosotros y estamos aquí reunidos en su nombre.

    Se toman de las manos y hacen una oración;

    Todos: ¡Oh mi Señor! ¡Mi Dios! Gracias porque llegaron bien, mi Dios, gracias.

    Moisés: porque llegaron bien, mi Dios gracias; Elías, Eva, Pedro, Isaac y doy gracias por tenerlos aquí conmigo. Les diré lo que tú quieres que yo haga.

    Moisés: ¡Mi señor! Te pido que me ayudes y nos permitas hacer tu propósito. Gracias padre mío por el aire, el sol, la vida. Te pido que me cuides mucho a Elías, Eva, Pedro, Isaac.

    Todos dicen: ¡Amén!

    Moisés toma la Biblia y aparece el ángel de sus sueños.

    Ángel: sacar parte del Apocalipsis sobre el final donde vendrá Dios a juzgar a vivos y a muertos.

    Moisés lee y da una breve explicación sobre la venida. Moisés coloca la Biblia sobre una mesita y la besa. La deja abierta (la mesa está en el centro).

    Moisés: Qué bella aura tienen.

    Eva: ¿La puedes ver, Moisés?

    Moisés: Sobre eso quiero hablar hermanos, sobre la venida de Dios.

    Moisés les empezó a platicar sobre el sueño.

    Moisés: Tuve un bello sueño, con un bello ángel que me decía: Moisés, Moisés, el tiempo se llegó. Estábamos en un país extranjero con árboles frutales y flores silvestres, pero mucho terreno y me decía que había que preparar el Reino de Dios y tenía que ser en Sudamérica, un lugar con mucha agua, cascadas, plantas, siembra y un altar para nuestro Dios y me dijo como lo quería.

    Moisés explicaba y ellos miraban sorprendidos. Moisés continuaba que solo contaban con setecientos días para la venida y que no tuviera miedo.

    Moisés: De pronto desperté y fui afuera pensando en el sueño, mirando a las estrellas le pregunté; ¿en verdad vienes mi Dios? Y una de las estrellas que miraba dio una luz brillante jamás vista, bella y grande, ahí está la respuesta que era verdad.

    Todos estaban sorprendidos, Eva lloraba y decía:

    Eva: Si mi Señor, aquí estaré esperando tu llegada para decirte que me perdones. Pues fui la iniciadora del pecado de la humanidad.

    Elías: Yo sabía que era un día grande. Que mis oídos escucharan un día decir, que mi Señor ya vendría por nosotros. Amén.

    Eva llorando y Elías cuestionaba a Moisés:

    Elías: Cuéntanos ¿cuándo vendrá y cómo? ¿Qué quieres que hagamos?

    Moisés: Quiere que construyamos este lugar del que les he hablado, en Sudamérica.

    Moisés ve a Pedro y le dice: Y tu Pedro, ¿Qué dices, que no estás contento, no vas a decir nada?

    Ellos lo miran, él contesta:

    Pedro: Hasta ahora nadie sabe la hora ni el día de la venida del señor nuestro Dios, Yahvé.

    Moisés pensó, pasaron tres a cinco segundos y le dijo:

    Moisés: ¿Acaso no se cumplió lo de Sodoma y Gomorra? ¿Y no me digas de Noé, no le creyeron

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