Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman
La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman
La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman
Libro electrónico133 páginas1 hora

La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Esta nina fue muy querida por toda su familia, ella es carinosa, muy alegre y entusiasta. Le gustaba el deporte, cantar y hacer actividades. Pobre, pero contenta, se crio con su madre y sus abuelos maternos. Para ella su familia era, como una barrera que la protegia, pero fue la vida la que la enseno a ser mas fuerte y luchadora. Amo con pasion y obtuvo lo que queria, pero sufrio cada golpe que le dio la vida. Fue una madre adorada y amo a sus hijos con todo su corazon al igual que a su familia. Esta historia es dura, pero se aprende de ella.

This little girl was very loved by all her family; she was affectionate, very cheerful and enthusiastic. She loved sports, singing and activities. Poor, but happy, she grew up with her mother and her maternal grandparents. For her, her family was like a barrier that protected her, but it was life that taught her to be a strong fighter. She loved with passion and always got what she wanted, although she endured every blow that life threw at her. She was an adored mother and loved her children with all her heart. This will be a hard story to read, but you will sure learn from it.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 abr 2022
ISBN9781662490897
La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman

Relacionado con La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La Vida De Una Cubana-The Life of a Cuban woman - Elisa Maria de la Caridad

    La vida de una Cubana

    Elisa María de la Caridad

    Derechos de autor © 2022 Elisa María de la Caridad

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2022

    ISBN 978-1-66249-068-2 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-66249-089-7 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Contenido

    Esta es mi historia

    La Nostalgia

    La madre

    Esta es mi historia

    Soy cubana, nací en la Habana, Cuba, el 2 de diciembre de 1947, en un barrio pobre llamado Mantilla. Mi padre era panameño de nacimiento y mi madre cubana. Me crié con mis abuelos maternos y mi madre. Mi abuelo materno, Alberto García, era un hombre fuerte, alto con pelo ondeado, Él era un carpintero excelente, hacía maravillas con la madera, casas y muchas otras cosas, siempre con camisa de mangas largas y mezclilla, abrochado hasta el cuello, con dedos gordos pero con un corazón de oro. Mi abuela de mediana estatura, pelo lacio, criaba animales de todo tipo y los vendía, ella tenía el don de curar yagas, abría las orejas a las niñas cuando nacían, hacia rezos para los rayos de nube, un sin fin de rituales de curación, todo por amor y una buena voluntad.

    Mi madre era la única hija. Sus hermanos eran dos varones, así que fue la más cuidada por todos, aunque en esos tiempos, no se podía pasear o tener amigos, si no iba uno acompañado de su familia. Mi madre solo fue a la escuela hasta el cuarto grado y también nació en este mismo barrio de la Habana al que le llamaban la Cachucha, más tarde vivimos el Moro, y ahora en Mantilla el barrio en donde mis abuelos tenían casa propia y muy amplia, nosotros vivíamos desahogadamente. Mi madre era una mujer que se dedicaba a la casa y a tejer, entonces, cuando cumplió 18 años, conoció a mi padre. Él era el mesero que dejaba el hielo en los restaurantes, para que se pusieran en la nevera, pues en esa época, no había refrigeradores. Mi padre era un hombre alto, muy vistoso, de ojos verdes, pero le llevaba 15 años a mi madre, a pesar de eso, a mis abuelos les cayó bien, creyendo que siendo un hombre mayor y con experiencia, sería bueno para su hija.

    Comenzó el noviazgo y mi madre se enamoró de mi padre. Mi abuela por parte de padre era gallega. En fin, mi padre a pesar de ser celoso y poco sociable, se casó con mi madre y ella era una mujer linda, siempre alegre, cariñosa, buena hija, excelente hermana, adoraba a sus padres y luchaba por todos, bailadora, con una sonrisa bella y un brilloso diente de oro que era su delirio, tenía el pelo largo y negro, su complexión era delgada y tenía los ojos castaños.

    Llegó el día de la boda y mis padres lucían excelentemente bien en sus atuendos. Mi madre se sentía feliz y mis abuelos estaban orgullosos de Ella. La boda fue muy linda y en la fiesta todos la pasaron bien, a pesar de que la familia de mi padre no aceptaba a mi madre, por ser pobre y de familia humilde para sus estándares. Para mí, los padres de mi madre (mis abuelos) vivían bastante bien.

    La familia de mi padre constaba de 7 hermanos, dos hermanos y cinco hermanas. Mi padre nació en Panamá y a los 14 años llegó a Cuba. Mi padre crió a sus hermanos, pues mis abuelos trabajaban. mi abuelo era una bella persona y mi abuela era de complexión pequeña pero dominante, terca, voluntariosa y hacía de mi abuelo lo que ella quería. Las hermanas de mi padre eran Sara, Leonina, Amelia, Inés y Digna, y mi tío, Julio. Mi tía Sara era un amor. Mi tía Leonina era desequilibrada de los nervios, mi tía Amelia era una buena persona, buena madre pero ambiciosa, mi tía Inés humilde y Buena y mi tío Julio era un tipo normal. Mi padre adorado era tacaño y tosco trabajador como ninguno pero le gustaba el juego y ser autocomplaciente con los amigos, como decía el dicho: luz de la calle y oscuridad de su casa.

    Esta historia que les cuento es para que cada uno de ustedes lectores comprenda que siempre hay una historia dura que contar, basada en hechos reales.

    Mi madre tuvo su primer hijo con muchas discusiones con mi padre, ya que él no quería hijos, pero como mi mama vivía con sus padres, estos la ayudaron con la crianza del niño y la apoyaron económicamente. Así fue como nació mi hermano Alberto, nombrado en honor a mi abuelo materno. Él era un niño hermoso, rubio de ojos verdes, igualito a mi papá. La familia de mi madre estaba muy feliz con el Nuevo retoño, ellos dicen que fue un regalo de Dios. Mis abuelos siempre llevaban la carga de los gastos, porque mi padre aportaba muy poco. Mi madre sufría con el comportamiento de mi padre, en las tardes de domino, mi papa perdía todo su dinero con los amigos y no era buen esposo para ella. Entonces mi madre decidió mudarse sola con mi padre para que él supiera lo difícil que era cubrir los gastos, pero fue peor. Pasaron dos años y ella quedó embarazada de mí. Mi abuela por parte de mi padre, le daba un menjunje a mi madre para que yo no naciera, Mi madre con miedo lo tomaba y esto le producía diarreas. Le aconsejaban varias cosas, incluso que se tirara de las sillas para abortarme, pues mi padre de ninguna forma quería más hijos, pero nada impidió que yo naciera. Nací pesando 8 libras; Yo era una niña bella de ojos verdes, muy bien definida y con mucho pelo. Entonces, en Cuba estaba la primera dama que se llamaba Elisa Godínez de Batista y mi abuela dijo:

    Esta niña es muy valiente, con todo lo que ha vivido, parece que fuera la promesa de Cuba, por eso se va a llamar como la primera dama.

    Y por eso me nombraron Elisa María de la Caridad.

    Entonces ya vivíamos solos y mi madre lavaba ropa ajena a 7 centavos la libra de ropa lavada y planchada. Mi padre, aunque tuviera dinero, no se interesaba por darnos nada, a él lo que le interesaba era sentirse el rey. Mi madre tenía que esperar que mi padre se acostara y de los rollos de dinero sacarle 5 o 6 pesitos, era la única manera de obtener algo de él. Mis abuelos maternos cargaban con todo para ayudar a mi madre y nunca nos faltó comida. Ella luchaba todos los días trabajando, tejía para el Mincin, una tienda de comercio de ropa de bebe, y lo hacía desde la casa porque mi papá no la dejaba salir, ni la llevaba a ningún lado. A mí y a mi hermano siempre nos tenía limpiecitos, siempre a un lado de mi madre y de mis abuelos que nos cuidaban y nos querían tanto

    Cuando era niña hice la primera comunión; yo tenía 9 y mi hermano 11, la hicimos juntos en la Iglesia de la Calzada el 10 de octubre. La iglesia se llamaba los pasionistas. Los hermanos parecíamos unos niños ricos. Nosotros éramos católicos, mi madre nos llevaba a la iglesia a estudiar catecismo, vivíamos una vida sana, no íbamos a ningún lado con nadie si no era familia. Aunque en mi casa, Los problemas entre mis padres eran cada vez más difíciles de aguantar, sobre todo para mi madre, pero mis abuelos no estaban de acuerdo en que ellos se separaran, ellos decían que las mujeres divorciadas eran algo muy feo. Mi madre me decía que ella tuvo un novio policía, pero que mis abuelos no lo querían por ser policía, A mi mama le encantaba, pero como era una hija muy obediente, para no disgustar a mis abuelos, se peleó con él. Mi padre sí nos quería a todos, pero a su manera, él no era cariñoso, se molestaba por todo. Incluso cuando servían la mesa, no esperaba a nadie, se comía todo lo que encontraba y ahí empezaban las discusiones.

    Mi madre, al ver la situación en la que nos encontrábamos, aprendió a hacer ajustadores strapless con una calidad excelente y de todos los estilos. Pero mis padres tuvieron problemas de nuevo y volvimos a casa de mis abuelos.

    Nosotros éramos niños contentos, pescábamos guajacones y camarones en una zanja cerca de mi casa, los poníamos en un recipiente, le echábamos migajas de pan con comida y nos duraban unos días. A mi hermano le gustaba jugar bola, había también, a un lado de la casa, una loma empinada de la cual nos tirábamos con una penca de palma. Un día la penca se viró hacia unas matas de espina y yo caí sobre ella, recuerdo que lloré por los pinchazos de las espinas, me saqué más de 50, aunque no pasó

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1