Simplemente Maria

Por Maria Elena Quintanilla

Simplemente Maria, es un pequeno libro, y grande a la vez, que podras leer en pocas horas, pero te dejara un gran aprendizaje.

El libro cuenta la historia de una mujer, que logro cambiar su vida, por medio del perdon, la fe y el amor hacia ella misma.

Su deseo es poder conectarse con personas que sienten que su vida no tiene sentido. Maria esta segura que si ella logro cambiar su vida, tu tambien puedes cambiar la tuya en forma positiva.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 13 dic 2021
• ISBN: 9781662489945

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Capítulo 1

El comienzo de mi vida

Mi nombre es María, nací en Honduras en el año 1977. Soy la tercera de seis hermanos; crecí en una familia desintegrada, con el abandono de mi padre al que vi pocas veces en mi infancia. Una madre llena de frustración y enojo, que al quedar sola tomó la errada decisión de unirse a un hombre irresponsable que también la abandonó. Nuevamente mi madre tendría que luchar sola, eso provocó que yo tuviera una infancia con muchas carencias, no solo en el sentido económico sino también en pobreza mental y espiritual. Así fui creciendo entre personas ignorantes de esas que no saben respetar. Entre gritos, insultos y muy poca atención. Asustada y sin comprender el porqué de mi sufrir. Extrañando a mi padre y sin comprender la actitud de mi madre que era una mujer tan dura y con poca paciencia hacia mis hermanos y yo.

Así crecía y crecía sin saber que me perdía entre malos hábitos y poca educación. La vida fue pasando y yo me fui desconectando de mi esencia. Llenándome de prejuicios, enojo y amargura, me convertí en mujer a mis escasos 19 años. Me casé sin tener la más remota idea de lo que era un hogar. No sabiendo amarme pretendía amar a otra persona. Qué gran equivocación. Al principio todo fue muy lindo, pero pronto hizo acto de presencia lo que estaba en mi interior: el miedo a la soledad que se injertó en mi vida seguramente cuando se fue mi padre y la falta de respeto a la cual, inconscientemente, estaba acostumbrada. Fue así como aquel esposo también se convirtió en el mismo patrón al cual yo estaba acostumbrada. Llegaron así, insultos y la falta de respeto de ambas partes. Y, ¿cómo no?, si atraemos lo que somos hacia nosotros.

En ese tiempo nacieron mis hijos: Andrea e Isaac. En ellos me refugié. Pasó el tiempo y aquel matrimonio se destruyó. Sintiéndome la víctima, comencé a buscar culpables. Pensaba que eran mis padres, mi esposo o tal vez la mala suerte de mi destino. Fue así como me cargué de enojo, rencor y falta de perdón. Comencé a cargar aquella maleta pesada sobre mi espalda cada día, llenándola de basura. Una que yo misma producía y otra que dejaba que otras personas arrojaran sobre mí. Cómo dolía el peso de aquella maleta. Pero aun así la cuidaba como si fuese un tesoro que llevaba conmigo. Entonces, tomé una decisión impulsada por el dolor, que daría a mi vida un giro inesperado: la decisión de emigrar a otro país con la ayuda