Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Cuando el tiempo se detuvo.: Libro, #1
Cuando el tiempo se detuvo.: Libro, #1
Cuando el tiempo se detuvo.: Libro, #1
Libro electrónico70 páginas58 minutos

Cuando el tiempo se detuvo.: Libro, #1

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Un combatiente de las fuerzas armadas es solicitado de improviso a enlistarse en su unidad de combate, parte sin más que un reloj y una promesa que hizo a su familia: Llegar a casa para la Nochevieja. Luego de sufrir un contundente ataque de los beligerantes, Evans Heiberg queda a la intemperie, obligándose a recorrer las desoladas calles de una sociedad destruida, con sus enemigos vigilándolo en todo momento. Sin embargo, el destino jugará las cartas en su contra y lo hará descubrir la segunda cara de la vida.

 

Cuando el tiempo se detuvo es una historia sin antecedentes reales, aunque no es ajena al sentimiento. Al iniciar la lectura; te sumergirás en una vida irreal donde sólo tus emociones serán autenticas.

IdiomaEspañol
EditorialG. Malcor
Fecha de lanzamiento30 ene 2023
ISBN9798215883938
Cuando el tiempo se detuvo.: Libro, #1
Autor

G. Malcor

G. Malcor is the pseudonym under which two Venezuelan authors who share the samepassion for writing. Driven by creativity applauded by family, teachers, friends and high school classmates, they decided to start in the art of write, humbly recognizing that they still have much to learn. His books have not been printed so their stories created so far are appreciated only in digital format and on different platforms self-publishing for amateur writers.

Relacionado con Cuando el tiempo se detuvo.

Títulos en esta serie (2)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Artes escénicas para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Cuando el tiempo se detuvo.

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Cuando el tiempo se detuvo. - G. Malcor

    Titulo: Cuando el tiempo se detuvo

    Autor: G. Malcor.

    Capitulo 1.

    El silencio de la madrugada era inmaculado, interrumpido sólo por la serena respiración de Loren que dormitaba a un lado de Evans. Por fin logró conciliar el sueño. La mujer se había alterado cuando el Teniente informó, a través de una llamada telefónica, que su esposo debía presentarse a primeras horas del día siguiente en el cuartel para enlistarse en su unidad de combate. Evans no quería verse rodeado de armas, bombas y muerte en época navideña, pero negarse acarrearía mayores consecuencias. Se levantó de su cama con mucha cautela y abandonó la habitación con los pies descalzos. Descendió por las escaleras a la sala de estar y enfiló su andar hasta la cocina. Se acercó a los cajones de madera maciza y sacó una botella de ron que ya estaba por la mitad de su contenido. Tomó un vaso de vidrio en el que vertió una generosa cantidad del licor y de la cocina partió a la sala de estar para acomodarse sobre el sofá. Bebió un trago de ron deleitándose con su dulce sabor mientras observaba el reloj que figuraba en una esquina de la habitación sobre una repisa de madera caoba 1:48AM marcaba,  desvío su mirada a las luces titilantes del árbol navideño que alumbraba la oscura estancia. Bajo la ornamente habían varios regalos con sus respectivos envoltorios, variables de tamaños. Evans no tenía claro cuál de todos le pertenecía a él, pero sabía que era el más especial porque sería un obsequio de sus hijas. Ellas tampoco habían recibido bien la noticia de su alistamiento. Evans aborrecía la posición en la que estaba, sentía como si estuviera fallándole a su propia familia, tenía que hacer un gran esfuerzo para recordar que no era su decisión y que sólo cumplía con su deber.

    -¿Papá? –Escuchó el soldado la voz tierna de la menor de sus hijas. Volvió la cabeza para descubrir a Dersy parada al final de las escaleras vestida con su pijama de chándal azul y su cabello alborotado. Sus labios dibujaron una edificante sonrisa y posó el vaso de ron sobre la mesita que adornaba el centro de la estancia. La pequeña corrió hasta su padre y se sentó sobre su regazo, envuelta por los fornidos brazos de Evans. Dersy se acurrucó en su pecho, percibiendo cada latido de su corazón. –No quiero que te vayas.

    -Ya lo hablamos, mi dulce niña. –Recordó, con sus palabras quebrándose una a una. Sólo su familia podía vulnerarlo emocionalmente.

    -¿Me prometes que volverás para Nochevieja? –Cuestionó la niña de tan sólo ocho años.

    -No puedo asegurártelo, pero sí puedo prometerte que haré todo lo posible por volver a casa.  –Dijo sinceramente. Dersy se bajó de su regazo y se aproximó al árbol ornamental. Le fue necesario hincarse para poder tomar el obsequio más pequeño que allí figuraba. Luego regresó con su padre y se lo entregó. -¿Qué es esto?

    -¡Ábrelo! –Instó la pequeña con entusiasmo, Evans tuvo que recordarle que su hermana y madre seguían durmiendo. Su corazón latía vertiginosamente mientras descubría su regalo de navidad adelantado. La envoltura cubría una pequeña caja y adentro de ésta había un reloj de bolsillo dorado. Levantó su tapa con la cadenilla enredada aposta en su mano. Apreció que en el interior había pequeñas piedras blancas que causaban un peculiar brilló y que las agujas marcaban las dos menos un cuarto de la madrugada.

    -Es muy hermoso. –Reconoció el soldado. – ¿Por qué me lo entregas ahora?

    -Así podrás llegar a tiempo para la Nochevieja. –La ingenuidad de su hija era esperanzadora. Siempre creyó que el mundo era un lugar mejor cuando se miraba con la perspectiva de la inocencia, y él deseaba con todo su ser poder hacerlo. Bajar las armas y detener los bombardeos, pero era algo posible sólo en sus utópicos pensamientos.

    (...)

    Las despedidas fueron peor de lo que Evans esperaba. Se había preparado mentalmente para ese difícil momento, pero vivirlo no era como imaginarlo. Denhaira, su hija mayor, le escribió una emotiva carta que lo desestabilizó emocionalmente y su esposa le dedicó unas palabras donde reafirmaba el amor que sentía por él y que aguardaría su llegada con gran paciencia e ilusión. Dersy se aseguró de que llevara el obsequio que le entregó la noche anterior y por supuesto que lo hacía.

    El convoy se desplazaba despacio atraves de la ciudad que abandonaba, dejando atrás familias, amigos y demás seres queridos de sus combatientes. Así también se alejaba de una sociedad que aún podía presumir de civilización, un privilegio que no tenía el lugar a donde Evans se dirigía. Las constantes guerras entre grupos beligerantes y militantes habían acabado con hogares, colegios, edificios y el resto de infraestructuras, de igual manera habían arrebatado con miles de vidas, es su mayoría de civiles inocentes. Sólo quedaba la sombra de lo que

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1