QUIENES se sorprendieron con la ruptura de Mario Vargas Llosa (86) e Isabel Preysler (71) no dan crédito ahora ante el giro de los acontecimientos. Porque lo que parecía una separación, si no amistosa, cuanto menos cordial, va camino de convertirse en lo contrario.
Y todo porque la siempre comentada discreción de Isabel ha hecho mutis por el foro. Si algo ha caracterizado todos estos años a Isabel es el elegante silencio y el aura de misterio que la ha rodeado durante décadas. Siempre en su sitio, sin levantar la voz ni decir una palabra más alta que la otra. Hasta ahora.
Durante años, Isabel se ha caracterizado por su discreción, manteniendo siempre un elegante silencio
Isabel Preysler ha