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Compromiso militante y producción historiográfica: Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)
Compromiso militante y producción historiográfica: Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)
Compromiso militante y producción historiográfica: Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)
Libro electrónico533 páginas5 horas

Compromiso militante y producción historiográfica: Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)

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Esta investigación analiza la relación entre el compromiso militante y la producción historiográfica de los dos historiadores más importantes de la izquierda chilena durante la primera y segunda mitad del siglo XX: el historiador comunista Hernán Ramírez Necochea (1917-1979) y el historiador socialista Julio César Jobet (1912-1980). Visibiliza el vínculo entre las tendencias historiográficas de ese siglo y los regímenes de historicidad a través de los diversos procesos de carácter ideológico y político, intentando romper con la idea de una historiografía reducida a un estéril repertorio de "errores" pretéritos, y, por lo tanto, ajena al análisis que conlleva la producción intelectual de militantes en la academia y sus respectivos partidos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 jul 2022
ISBN9789561127005
Compromiso militante y producción historiográfica: Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)

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    Compromiso militante y producción historiográfica - Gorka Sebastián Villar Vásquez

    983

    V719cVillar Vásquez, Gorka Sebastián.

    Compromiso militante y producción historiográfica:

    Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet (1930-1973)

    Gorka Sebastián Villar Vásquez.

    1ª ed. – Santiago de Chile: Universitaria, 2020.

    214 p.; 17,2 x 24,5 cm. – (Imagen de Chile)

    Incluye anexo.

    Bibliografía: p.155-183.

    ISBN Impreso: 978-956-11-2699-2

    ISBN Digital: 978-956-11-2700-5

    1. Historiadores – Chile.

    2. Chile – Historiografía – Siglo 20.

    3. Ramírez Necochea, Hernán, 1917-1979 – Pensamiento político y social.

    4. Jobet, Julio César, 1912-1980 – Pensamiento político y social.

    I. t.

    © 2020,

    GORKA VILLAR VÁSQUEZ

    .

    Inscripción Nº 2020-A-10292, Santiago de Chile.

    Derechos de edición reservados para todos los países por

    ©

    EDITORIAL UNIVERSITARIA, S.A

    .

    Avda. Bernardo O’Higgins 1050. Santiago de Chile.

    Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida

    o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las

    fotocopias, sin permiso escrito del editor.

    Texto compuesto en tipografía Berling 11/14

    Se terminó de imprimir

    en los talleres de Impresora y Comercial Feyser Ltda.,

    Calle Traslaviña 1928, Pedro Aguirre Cerda,

    en febrero de 2021.

    DISEÑO DE PORTADA Y DIAGRAMACIÓN

    Yenny Isla Rodríguez

    IMAGEN DE PORTADA

    Jose Venturelli. Mural de L’Ecole de Balexert, Ginebra.

    1983-1984, Mosaico 90m². Gentileza fotografía Thierry Fumey.

    Copyright © 2020. Paz Venturelli Baraona.

    Todos los derechos reservados.

    Esta investigación se enmarca en el proyecto

    FONDECYT

    Regular N° 1160031 titulado:

    El Partido Comunista de Chile en la génesis y primera fase del Frente Popular (1935-1941)

    a cargo del profesor Sergio Grez Toso.

    www.universitaria.cl

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    A los habitantes de la ex Cooperativa Techo para Todos de Puerto Montt.

    En especial, a la memoria del profesor normalista

    Jacinto Emilio Vásquez Turra (1938-1991)

    ÍNDICE

    Agradecimientos

    Introducción

    Capítulo I

    Una aproximación a la historia de la historiografía en Chile desde

    1900 a 1950

    1.1. Los historiadores y los sectores populares en Chile

    1.1.1. Herencia liberal y surgimiento de la vertiente marxista (1930-1950)

    1.1.2. Influencia de la historiografía marxista

    1.2. El tránsito de una historia descriptiva a una sintética

    1.2.1. Inicios

    1.2.2. El factor Feliú

    1.3. Aspectos generales de la historiografía económica chilena (1900-1950)

    1.3.1. Los inicios

    1.3.2. Cambio de siglo

    1.3.3. Crisis

    1.3.4. La Academia

    Reflexiones finales

    Capítulo II

    Los historiadores marxistas clásicos chilenos (1950-1973)

    2.1. El caso chileno

    2.2. Características

    2.3. Reflexiones finales

    Capítulo III

    Biografías académicas y militantes: Hernán Ramírez Necochea y

    Julio César Jobet

    3.1. Hernán Ramírez Necochea (1917-1979)

    3.1.1. El estudiante

    3.1.2. Inserción en el mundo laboral

    3.1.3. En el Ministerio de Educación

    3.1.4. Experiencia durante la proscripción del Partido Comunista

    3.1.5. En la Universidad de Chile

    3.1.6. El académico militante y su visión de universidad

    3.2. Julio César Jobet (1912-1980). Perfil académico y político

    3.2.1. El joven universitario

    3.2.2. Forjando vínculos

    3.2.3. Tesis de grado

    3.2.4. Experiencia docente

    3.2.5. Compromiso militante

    3.2.6. Militancia y socialismo humanista

    3.2.7. Ensayista de la revista Arauco

    3.2.8. La despedida melancólica

    Capítulo IV

    Disputas por la historia de la izquierda chilena: Santiago Arcos y

    Luis Emilio Recabarren en la producción historiográfica de

    Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet

    4.1. El rol de Jobet en la construcción identitaria del Partido Socialista de Chile y su disputa con Ramírez Necochea

    4.2. La disputa Jobet-Ramírez en torno al legado histórico de Recabarren

    4.3. Recabarren según Ramírez Necochea: ¿Censura historiográfica?

    4.4. Reflexiones finales

    Capítulo V

    Contra la reacción: Vínculos historiográficos entre

    Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet en la interpretación

    de la Independencia nacional, la Guerra Civil de 1891 y la figura de

    Balmaceda (1950-1973)

    5.1. Por una interpretación antihispanista y antifascista de la Independencia de Chile

    5.1.1. Ramírez, Jobet y Eyzaguirre frente a la Independencia de Chile

    5.2. Jobet y Ramírez frente a la Guerra Civil de 1891

    5.2.1. Visión crítica de la clase dirigente

    5.2.2. Impacto mediático de la obra de Ramírez Necochea sobre la Guerra Civil

    5.2.3. Encina y Ramírez Necochea frente a la Guerra Civil 1891

    5.2.4. La polémica historiográfica entre Ramírez Necochea y Blakemore

    5.3. Balmaceda en la producción historiográfica de Ramírez y Jobet

    5.3.1. El sentido político de Balmaceda

    5.4. Reflexiones finales

    Conclusiones

    Bibliografía

    Anexo

    AGRADECIMIENTOS

    Este libro se basa fundamentalmente en la tesis para obtener el grado de Magíster en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile. En primer lugar agradezco al profesor Jorge Rojas Flores, quien tuvo la disposición de guiar mi proyecto de investigación desde el primer año de Magíster. Sin duda alguna, su erudición, rigurosidad y apoyo hicieron posible realizar mi investigación sin ningún tipo de limitaciones. Al profesor Sergio Grez Toso; sus certeros comentarios como profesor guía, y su vasto conocimiento sobre la historiografía de los sectores populares y los partidos políticos de izquierda en Chile, me hicieron ver con nuevas perspectivas la investigación. A su vez, agradezco su disposición a integrarme como tesista al proyecto

    FONDECYT

    regular N° 1160031. Al profesor Alfredo Riquelme Segovia, por sus consejos y apoyo para reflexionar sobre el rol del historiador en la sociedad. Sus conversaciones me hicieron ver los desafíos que implicaba el estudio de la historia y de la historiografía chilena, y me dieron la posibilidad de conocer el inédito archivo personal del profesor Hernán Ramírez Necochea. A Joaquín Fernández Abara, quien tuvo la generosidad de facilitarme fuentes inéditas sobre el pensamiento de Julio César Jobet. Agradezco a Iván Ljubetic, Augusto Samaniego, María Eugenia Horvitz (

    Q

    .

    E

    .

    P

    .

    D

    ) y Hernán Ramírez Aguirre por sus conversaciones sobre Hernán Ramírez Necochea. A Roberto Velázquez, Felipe López, Octavio Atenas, Francisca Espinosa, Maximiliano Jara, Guillermo Elgueda, Ximena Urtubia y Marcelo Casals, quienes, muchas veces sin saberlo, me empujaron a reflexionar sobre los vínculos entre la historia política y la historiografía chilena. A los funcionarios del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile, Loreto Millar, Alessandro Chiaretti, Marta Parejo y Ariadna Biotti, quienes tuvieron la generosa disposición de recibir mis solicitudes. A Marisol Vidal, secretaria del Instituto de Historia

    UC

    , por su sincera amabilidad. A Nicolás Cruz, Rafael Sagredo y a los profesores y profesoras del programa de Magíster en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. A los funcionarios de la Sala de lectura Gabriela Mistral de la Biblioteca Nacional, especialmente a don Juan José Alfaro y doña Angélica Peralta, quienes tuvieron la paciencia de aceptar mis variadas solicitudes. A Victoria Torres Ávila, quien se tomó el tiempo de leer y comentar los avances y retrocesos de esta investigación. A Noelia Cáceres Donoso, mi compañera, por su apoyo inquebrantable durante el transcurso de esta investigación. Por último, y no menos importante, a mi padre, Agustín Villar Echezarreta, a mi abuela María Velásquez y a mi madre Irma Vásquez Velásquez. La investigación está dedicada a ella. Cualquier error o inconsistencia de esta investigación es de mi exclusiva responsabilidad.

    INTRODUCCIÓN

    El lunes 27 de marzo de 2017 el Centro de Investigaciones Luis Emilio Recabarren, vinculado al Partido Comunista de Chile, rindió homenaje al historiador Hernán Ramírez Necochea con motivo del centenario de su nacimiento (1917-2017). En dicho acto, realizado en el salón del Instituto Chileno de la Lengua, el historiador Iván Ljubetic, el sociólogo Alejandro del Río y el hijo de Hernán Ramírez Necochea, Hernán Ramírez Aguirre, expusieron sobre la vida y obra del historiador. Cuando el acto estaba por concluir, una persona del público pidió la palabra para referirse a su experiencia como alumna del historiador en la Universidad de Chile: En sus clases nos explicaba la historia de Chile desde el punto de vista marxista. Entonces, el curso, de unas 40 personas aproximadamente, se dividía. Había diez niñitas oligarcas, que siempre lo pifiaban y el resto lo aplaudíamos como locas, como si nos pagaran. Cada vez que su clase terminaba nosotros lo aplaudíamos paradas, y las niñitas oligarcas lo pifiaban, agarraban sus libros y se mandaban a cambiar de la sala¹. Como se puede apreciar, intelectuales marxistas como Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet eran reconocidos tanto por sus compromisos militantes como por sus interpretaciones historiográficas, siendo imposible separar uno del otro.

    En el presente texto nos proponemos analizar la producción historiográfica del historiador comunista Hernán Ramírez Necochea (1917-1979) y del historiador socialista Julio César Jobet (1912-1980) y la relación que tuvo esta con sus respectivos compromisos militantes entre 1930 y 1973. Ante la falta de estudios que aborden de manera contextualizada la historiografía marxista clásica chilena, se ha consolidado en los círculos académicos una visión reduccionista y homogeneizadora de su pensamiento histórico, que desdibuja las características propias de cada historiador. Esta investigación busca justamente llenar ese vacío, en el marco temporal delimitado entre los años 1930, década en que ambos historiadores comenzaron sus estudios de Pedagogía en Historia y Geografía en la Universidad de Chile, así como su militancia en sus respectivos partidos políticos, y 1973, año del golpe de Estado. Si bien ambos continuaron en actividad en el periodo posgolpe, las condiciones políticas cambiaron radicalmente a partir de ese año, lo que obligaría a realizar un estudio específico sobre el impacto que produjo el Golpe de Estado en su producción historiográfica y militancia política.

    ¿Por qué nos parece importante estudiar la producción historiográfica y el compromiso militante de estos dos historiadores en particular? En primer lugar, por una razón disciplinar. Por lo general la historiografía nacional ha suscitado escaso interés entre los historiadores como tema de investigación y, salvo excepciones, se le ha reducido a inventarios, catálogos y homenajes póstumos². No obstante, estos trabajos reúnen importante material para la historiografía del siglo

    XX

    . En los últimos años se ha observado un interés creciente por la producción de este tipo de obras³. Sin embargo el resultado es todavía insuficiente. Por esta razón hemos considerado la necesidad de estudiar las tendencias historiográficas del siglo

    XX

    chileno que se han postulado a través de diversos procesos ideológicos, científicos, intelectuales y –¿por qué no decirlo?– conflictos políticos.

    Aunque en el Capítulo II profundizaremos en las características generales que la historiografía nacional les ha atribuido a los historiadores marxistas clásicos chilenos, adelantamos desde ya que el vacío historiográfico no ha generado una reflexión sobre las categorías que se emplean para clasificar a los historiadores en determinados grupos o escuelas. De este modo, históricamente se ha definido como escuela marxista clásica chilena a un grupo de historiadores que si bien utilizaron las diferentes vertientes del marxismo en una época determinada –elemento discutible en el caso de Julio César Jobet, dado su eclecticismo– tuvieron características propias⁴. Esta taxonomía forzada se ha consolidado como forma de enseñar la historiografía en los círculos académicos y escolares, asumiendo que la escritura de la historia durante el siglo

    XX

    fue un proceso lineal y homogéneo, que no merece reflexión ni estudio, salvo para criticarlo. No obstante, en los últimos años algunas tesis de grado se han interesado por analizar los enfoques de algunos historiadores ante ciertos procesos y figuras históricas⁵, o conceptos como movimiento popular⁶, o por el estudio de algunos historiadores marxistas en particular⁷.

    La segunda razón es de contingencia historiográfica. Desde hace casi veinte años existe en Chile una corriente historiográfica denominada Nueva Historia Social⁸, cuyos representantes renovaron, en su momento, los estudios históricos mediante la utilización de nuevos enfoques, la aplicación de metodologías menos convencionales y la incorporación de sujetos de estudio poco considerados hasta entonces. En especial, esta corriente se ha abocado al estudio de los movimientos populares, la nueva historia política, los trabajadores, la perspectiva de género, los movimientos sociales, etc., todo lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿De qué manera visualizaron la historia los antecesores de esta nueva historia social?

    En el ámbito académico, tras el golpe de Estado de 1973 se intentó eliminar el marxismo de los estudios históricos mediante un ejercicio autoritario y represivo que podríamos definir como blanqueamiento historiográfico. Para ello se encarceló, asesinó, expulsó u obligó a tomar el camino del exilio a aquellos historiadores que se identificaban con una perspectiva marxista de la historia de Chile. Hernán Ramírez Necochea, exiliado en Francia, trabajó en la Universidad Paris VIII -Vincennes hasta su muerte en 1979; Julio César Jobet permaneció en Chile bajo protección diplomática, pero una trombosis le impidió trabajar; Marcelo Segall se exilió en Ámsterdam, donde falleció a comienzos de la década de los años 1990; Fernando Ortiz fue detenido y asesinado en 1976 por la Dirección de Inteligencia Nacional (

    DINA

    ), sin que nunca se pudiera conocer la investigación sobre Luis Emilio Recabarren en que estaba trabajando⁹; Luis Vitale Cometa, detenido el 12 de septiembre de 1973, fue expulsado en noviembre de 1974 hacia Alemania y solo pudo retornar a Chile en 1993, falleciendo el 27 de junio 2010.

    Esta fractura de la continuidad historiográfica chilena que impuso la dictadura militar se profundizó posteriormente con el derrumbe de los socialismos reales a fines de la década de los años 1980. A pesar de este contexto nacional e internacional adverso, la historiografía chilena continuó nutriéndose, aunque parcialmente, de la teoría marxista, mediante las contribuciones de: 1) los militantes de izquierda que, en la clandestinidad, preservaron diversos textos de la producción historiográfica marxista¹⁰; 2) la llamada renovación socialista, políticos de izquierda que retornaron del exilio para constituir un bloque de resistencia a la dictadura¹¹; 3) los intelectuales de izquierda que buscaron referentes marxistas, dominando según Salazar, a veces Gramsci, otras veces la tradición clásica, o el pragmatismo de Lenin¹²; y, por último 4) los historiadores que continuaron en el exilio sus estudios de posgrado (especialmente en Inglaterra) y retornaron al país en la década de los años 1980 con perspectivas novedosas de la disciplina¹³.

    En términos teórico-metodológicos, esta investigación se inscribe en los fundamentos disciplinares de la historia intelectual y la nueva historia política. En este sentido, nos parece importante destacar la labor intelectual que desarrollaron Ramírez Necochea y Jobet en el marco de sus respectivas organizaciones partidarias. Labor intelectual que, según François Dosse, transita entre dos concepciones: una sustancialista, que aglutina a los intelectuales en torno a un grupo social particular y se basa en un registro social y una definición funcional –la de la división entre trabajo manual e intelectual–; y la otra, a la que define como una forma de nominalismo, que sitúa a los intelectuales según su compromiso en las luchas ideológicas y políticas, que responde a un registro cultural y que tiende a limitar el medio intelectual a las élites creativas y a interesarse sobre todo por el dominio público¹⁴.

    Para Gramsci, el modo de ser del nuevo intelectual debía estar integrado en la vida práctica como constructor y organizador persuasivo permanente y no como simple orador. A partir de la técnica-trabajo se llegaba a la técnica-ciencia y a la concepción humanística histórica¹⁵. Gramsci sostenía que una de las características más relevantes de cada grupo político que se desarrolla en la dirección del dominio es su lucha por la asimilación y conquista ideológica de los intelectuales tradicionales, asimilación y conquista que es tanto más rápida y eficaz cuanto más rápidamente elabora el grupo simultáneamente sus propios intelectuales orgánicos¹⁶.

    Por su parte, desde una perspectiva ética, Weber sostuvo que el ejercicio intelectual dentro de un partido, la participación política y la profesionalización política suscitan un sentimiento de poder. La conciencia de ejercer influencia sobre otros hombres, de participar en el poder sobre ellos y, sobre todo, el sentimiento de manejar los hilos de acontecimientos históricos importantes, eleva al político profesional, incluso al que ocupa posiciones formalmente modestas, por encima de lo cotidiano¹⁷. Con esto entramos en el terreno de la ética, pues a esta le corresponde determinar qué clase de hombre hay que ser para tener derecho a manejar la rueda de la historia¹⁸.

    Cabe destacar que, en el ámbito del ejercicio de la política en una sociedad, los partidos políticos en los cuales participan los intelectuales cimentan la base de la democracia actual, porque plantean a la población diferentes alternativas de gobierno, convirtiéndose de este modo en entidades de indudable interés público. Según Sartori, un partido político se define como cualquier grupo político que se presenta a competir en elecciones y que puede colocar mediante ellas a sus candidatos en cargos públicos¹⁹. Estos conglomerados se sitúan en un contexto histórico en que surgen demandas, obligaciones y necesidades que los partidos han de solucionar, dado su rol de intermediarios, para alcanzar el bienestar de la población a través de la representatividad y el consenso²⁰.

    No obstante, como han planteado distintos historiadores, las investigaciones sobre historia política abarcan más elementos que el estudio de las estructuras orgánicas de un partido. Durante los últimos años se ha repensado a los partidos y sujetos que participan en la vida política reconstituyendo su propia posición social, para pasar de la condición de historiadores, como Julio César Jobet y Hernán Ramírez Necochea, a la de militantes activos, y realizar un recorrido que se retroalimenta de estas dos condiciones. En este caso, la historia política recoge elementos vinculados a las representaciones, ponderando de la mejor manera posible las identidades partidarias y la producción simbólica de los partidos políticos²¹. En este sentido, desde la antropología cultural, Clifford Geertz afirma que una organización político-social puede ser entendida como aquella que considera a la comunidad como la tienda en la que los pensamientos se construyen y deconstruyen, la historia como el terreno que estos incautan y entregan y, por consiguiente, prestan atención a materias tan sólidas como la representación de la autoridad, la creación de fronteras, la retórica de la persuasión, la expresión del compromiso y el registro del disenso²².

    Por nuestra parte, compartimos el enfoque de Cristina Moyano, para quien las escrituras de los militantes tienen lógicas narrativas propias, pero que, articuladas dentro de la cultura de izquierda, hacen posible la comparación pese a la subjetividad inherente de su producción. Estas escrituras están tramadas para rescatar visiones del pasado, ansias de justificación y clarificación de trayectorias políticas diversas y particulares, así como para hablarle a un público y mantener una conexión identitaria dentro del mundo discursivo y simbólico que referencia a la izquierda chilena²³. Tanto Jobet como Ramírez Necochea tuvieron un rol destacado en la construcción ideológica y orgánica de sus respectivos partidos políticos a través de la educación de sus militantes y la redacción de sus historias oficiales²⁴. Sin embargo, un rol que, en nuestra opinión, ha sido poco investigado en Chile, es el de la contribución, por la vía de la argumentación histórica, a la legitimación de los fundamentos ideológico-identitarios de los partidos políticos.

    En efecto, las producciones historiográficas de Julio César Jobet y Hernán Ramírez Necochea se constituyeron tempranamente en fuentes de legitimación identitaria de sus respectivos partidos, lo que nos lleva a considerar sus interpretaciones como un ejemplo de los usos políticos de la historia²⁵. Como veremos en los capítulos IV y V, esto los llevó a que, en algunas de sus obras, atribuyeran a algunos personajes históricos influencias ideológicas que no tenían necesariamente. Esta práctica argumentativa conduce a lo que Eric Hobsbawm denomina una tradición inventada que, en este caso, sería una tradición histórica. Dichas prácticas, afirma Hobsbawm, están normalmente gobernadas por reglas de naturaleza simbólica –en este caso historiográfica– implícita o tácitamente aceptadas, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento por medio de su repetición, lo que establece necesariamente una continuidad con el pasado²⁶.

    No hay que olvidar, no obstante, que Jobet y Ramírez no solo fueron destacados militantes políticos, sino que también se desempeñaron durante muchos años como académicos de la disciplina histórica en la Universidad de Chile. De esto se infiere que ambos desarrollaron un lenguaje propio de la academia, influenciados por la historiografía liberal de la década de los años 1930. Es importante mencionar esta dimensión, dado que el análisis de los elementos que haremos en este apartado no abarca todos los aspectos de la producción historiográfica de estos historiadores, pero permiten entender mejor el impacto que tiene la militancia política en la producción historiográfica. Como planteó Bourdieu, trabajar en el conocimiento de un autor y de su obra es ocuparse no solamente de descubrir su propia lectura de la realidad y los instrumentos que utiliza para hacerlo, sino también de la manera en que la concibe. Para ello es necesario desmontar, con ayuda de la propia obra, todos los mecanismos de su construcción, para situarla con su autor en el contexto social e histórico de su producción²⁷.

    Por lo tanto, el objetivo general de la investigación es comprender la vinculación entre las interpretaciones históricas de Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet y sus respectivos compromisos militantes entre 1930 y 1973. Como objetivos específicos, nos propusimos analizar los antecedentes historiográficos que prepararon la irrupción de la historiografía marxista clásica en la academia chilena. También identificar a los representantes de la generación marxista clásica y definir sus principales características. Por otra parte, caracterizar la construcción biográfico-intelectual (política y académica) de Hernán Ramírez Necochea y Julio César Jobet. Por último, analizar las simetrías y asimetrías de los planteamientos históricos y políticos de Ramírez y Jobet en su producción historiográfica.

    En términos metodológicos, cada objetivo específico de la investigación utilizó sus propias y diversas fuentes. En primer lugar, para identificar los antecedentes historiográficos que prepararon la irrupción de la historiografía marxista clásica en la academia chilena hicimos un balance general de las obras históricas publicadas en la primera mitad del siglo

    XX

    , para comprender el estado en que se encontraba la disciplina en dicha época. Como punto de partida, analizamos las obras de los historiadores de principios del siglo

    XX

    que contribuyeron de manera significativa a la historiografía chilena. Dada la diversidad de sus campos de estudio, consideramos infructuoso clasificarlas en escuelas específicas sobre la base de eventuales similitudes, en desmedro de sus características propias. Basados en estas consideraciones, proponemos un estudio contextualizado del campo de producción de cada autor, que considere aquellos elementos que configuran la concepción histórica, como espacio geográfico, tiempo histórico e ideología a la que adscribieron²⁸.

    Para reconstituir la historiografía entre 1900 y 1950 seleccionamos los trabajos más destacados por los especialistas en historiografía chilena, las investigaciones sobre historiografía social y económica del catálogo de la Biblioteca Nacional, y revisamos los índices de las revistas Boletín de la Academia Chilena de la Historia y Sociedad Chilena de Historia y Geografía²⁹.

    En términos cronológicos, este objetivo abarca la producción historiográfica desde inicios del siglo

    XX

    hasta finales de 1951, coincidentemente con la publicación del Ensayo crítico sobre el desarrollo económico y social de Chile de Julio César Jobet, que inaugura la época de la historiografía de los marxistas clásicos. Cabe señalar que, de acuerdo con este objetivo, no construiremos un panorama completo de la historiografía en Chile durante el siglo

    XX

    , sino que rescataremos aquellos elementos que nos permitan abordar los antecedentes de la irrupción de la historiografía marxista clásica, para comprender cómo esta fue impregnándose de las corrientes culturales, políticas y sociales de la época.

    Para identificar a los representantes de la generación marxista clásica y definir sus características revisamos las investigaciones referidas a la historiografía nacional, catálogos, balances y monografías específicas. Para contrastar estas visiones, en la introducción del Capítulo II se presenta una discusión bibliográfica sobre las características que la historiografía chilena atribuye a la escuela marxista clásica. En efecto, diversos historiadores dentro y fuera de la izquierda han calificado los trabajos históricos de la escuela marxista como estructuralistas, mecanicistas, teleológicos, etc., restándole todo valor historiográfico por su involucramiento político³⁰, el insuficiente uso de fuentes primarias en sus investigaciones, su juicio ético ante los procesos históricos³¹ o, incluso, visiones más radicales como las de Gabriel Salazar, que subestima el impacto que tuvieron sus trabajos en el mundo académico, su círculo político y la comunidad³². Cabe señalar que nuestro trabajo no pretende reivindicar o entregar una visión apologética de este grupo de historiadores, pero tampoco emitir un juicio historiográfico que no considere que, por lo general, un historiador es más representativo de su tiempo que lo que él mismo advierte³³. Además, comparar sus perspectivas historiográficas con aquellas de los investigadores de hoy no solo sería irrelevante sino también anacrónico para el objetivo de este trabajo.

    De ahí que hayamos optado por un estudio contextualizado, que supere la reducción de la historiografía chilena a un repertorio de errores reales o supuestos. Asimismo, hemos tenido presente que las coordenadas espaciotemporales e ideológicas de un investigador son elementos que configuran su concepción del mundo. Hacerse cargo de esta contextualización implica comprender que la noción de historia y las categorías de análisis de la realidad de los historiadores marxistas están sujetas a cambio según pasan los años, que no son estáticas, sino que se nutren de su experiencia académica, intelectual y política. Aunque no es el objetivo de nuestro estudio entregar un panorama de los marxismos en Chile durante el siglo

    XX

    , revisaremos la bibliografía especializada sobre este tema para entender sus cambios y continuidades³⁴.

    Nuestro tercer objetivo es caracterizar el perfil biográfico, académico y político de dos historiadores marxistas clásicos, el historiador comunista Hernán Ramírez Necochea (1917-1979) y el historiador socialista Julio César Jobet (1912-1980), los más prolíficos de la generación marxista clásica y figuras emblemáticas de los dos partidos más importantes de la izquierda chilena durante la primera y segunda mitad del siglo

    XX

    . Inicialmente, consideramos la posibilidad de investigar la tríada de historiadores marxistas, a saber, Jobet, Ramírez Necochea y Marcelo Segall (1920-1990). Si bien disponemos de abundante material sobre la producción historiográfica de Segall, desechamos la posibilidad de incluirlo en este estudio debido a los tiempos de investigación. Nos proponemos, a futuro, indagar en la producción historiográfica y el compromiso militante de Marcelo Segall.

    Tampoco nos propusimos elaborar una biografía acabada de Ramírez Necochea y Jobet, pero fue necesario conocer sus perfiles biográficos respectivos para situar su producción historiográfica en el contexto político y social de su época y hacer el seguimiento de sus itinerarios intelectuales y académicos. De esta forma pudimos identificar sus concepciones ideológicas previas, las influencias teóricas que recibieron y las herramientas metodológicas que utilizaron en su oficio de historiadores, lo que nos permitió una mejor comprensión de sus respectivos compromisos militantes.

    Debido a la escasa producción de investigaciones sistemáticas sobre los perfiles biográficos de ambos historiadores, en el caso de Hernán Ramírez Necochea procedimos a revisar y contrastar los homenajes biográficos³⁵. Para ello consultamos su ficha en la Sala de Referencias Críticas de la Biblioteca Nacional de Chile y en la Dirección de Registro Académico de la Universidad de Chile. En forma simultánea, consultamos bibliografía secundaria en manuales de historiografía nacional, monografías y tesis de grado. Posteriormente revisamos y analizamos los documentos inéditos conservados en la biblioteca personal del historiador comunista, donada al Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Por último, para contrastar la información anteriormente recopilada, entrevistamos a Hernán Ramírez Aguirre, hijo de Ramírez Necochea; Iván Ljubetic, alumno tesista de Ramírez Necochea en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile y dirigente comunista; Augusto Samaniego, militante comunista y dirigente estudiantil del Instituto Pedagógico en la época en que Ramírez Necochea asumió el Decanato de la Facultad de Filosofía y Educación en tiempos de la Reforma Universitaria; y a María Eugenia Horvitz (

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    .), militante comunista, alumna y ayudante de cátedra de Historia Medieval de Ramírez Necochea en la Universidad de Chile durante la década de los años 1960. Luego triangulamos esta información para construir el perfil biográfico del historiador Hernán Ramírez Necochea.

    En el caso de Jobet, a diferencia de Ramírez Necochea, existía más información sobre su trayectoria académica y política. Procedimos a la revisión de la bibliografía secundaria, en la que encontramos tres tesis de grado y una de Magíster en Historia, que abordaban su pensamiento histórico y construcción biográfica. Además revisamos una investigación biográfica titulada La cara oculta de la historia. El legado de Julio César Jobet³⁶, obra del exdiputado Belarmino Elgueta Becker y compañero de militancia de Jobet. También revisamos la correspondencia que sostuvo con el secretario de la Internacional Socialista en Latinoamérica, Humberto Maiztegui, entre 1957 y 1959. Posteriormente procedimos a analizar los archivos de la Sala de Referencias Críticas de la Biblioteca Nacional, la Dirección de Registro Académico de la Universidad de Chile y la colección completa de las revistas Occidente y Arauco. En estas fuentes se encuentran los escritos autobiográficos y las claves del pensamiento político de este historiador socialista.

    En cuarto lugar analizamos las similitudes y diferencias existentes en la producción historiográfica de Julio César Jobet y Hernán Ramírez Necochea, a partir del papel que dichos autores atribuyeron a dos importantes personalidades históricas del Chile republicano, Santiago Arcos (1822-1874) y Luis Emilio Recabarren (1876-1924), en el marco de las interacciones político-ideológicas de legitimación partidista que plasmaron en sus obras y artículos más relevantes. Nos parece necesario, primero, identificar la influencia directa o indirecta que tuvo la militancia política de estos historiadores en su producción historiográfica, y si su intención fue que esta

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