Museo Whitney: Más allá de Los tres grandes
NUEVA YORK, NY.- Los muralistas mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros trajeron a Estados Unidos un léxico pictórico desconocido para los artistas del país. Contratados por el gobierno post-revolucionario del presidente Álvaro Obregón (1920-24), se les había encomendado la tarea de producir una narrativa visual para glorificar, contextualizar e informar al pueblo mexicano –mayoritariamente analfabeto– del papel crítico que desempeñaron como agentes de la revolución.
Y así lo hicieron.
Para los artistas estadunidenses que estaban emergiendo de la agitación social provocada por las severas dificultades impuestas por la Gran Depresión, el trabajo de los muralistas resonó. Aquellos ansiaban hacer un arte relevante, y rápidamente reconocieron el poder de las imágenes monumentales que celebraban al hombre y la mujer común en su trabajo y lucha por la justicia social. Ellos también se sintieron motivados a usar su arte para
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