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Proceso de industrialización en Colombia: Desempeño y condiciones institucionales
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Proceso de industrialización en Colombia: Desempeño y condiciones institucionales

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PRESENTACIÓN Posterior a la crisis económica de 1999,la discusión de política económica en Colombia se concentró en la reducción de la tasa de desempleo y, a partir de 2003,con el crecimiento de los precios internacionales del petróleo y del carbón–lo que aceleró la actividad comercial y financiera–,la prioridad pasó a la estabilidad macro económica y, en materia social,a la prioridad de la reducción de la pobreza.La crisis financiera mundial que estalló en 2008 enfrió el comercio internacional y, de forma progresiva,se redujo la demanda de materias primas y el flujo de divisas hacia Latino américa,lo que agudizó el déficit en cuenta corriente en la mayoría de la región. Colombia empezó a sentirlos efectos de la crisis mundial a partir de 2013 y se acentuados años después.En ese contexto de reducción de los precios del petróleo y ampliación del déficit externo,en América Latina reapareció la cuestión de la composición de la canasta de exportaciones y, como tema conexo,la reprimarización de la economía.En Colombia,pocas voces se manifestaron al respecto.Las autoridades económicas y la mayoría de los centros de investigación prolongaron su enfoque coyuntural.La opinión genera mantuvo la idea que el país podía seguir con su senda de crecimiento económico si hacía un ajuste fiscal con base en una reducción del gasto público,el mantenerla inflación estable y reducirla pobreza.Los temas estratégicos de largo plazos e redujeron a los mecanismos que garantizaran los flujos de inversión extranjera y la reducción de la presión tributaria a las empresas.La des industrialización se percibió como un tema superado o de poca importancia para el país, y las opiniones e los gremios económicos dieron a entender que para los empresarios el tema no era significativo.A diferencia de los planteamientos que se realizaban en otros países,en Colombia se exhortó a profundizarlas políticas que incentivaran la inversión en el sector minero,en la agro industria y la ganadería,o en el mejor de los casos,en la economía naranja.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 nov 2021
ISBN9789587907186
Proceso de industrialización en Colombia: Desempeño y condiciones institucionales

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    Proceso de industrialización en Colombia - Jorge Sáenz Castro

    PARTE 1

    ELEMENTOS MACROECONÓMICOS

    1

    Las restricciones de la balanza de pagos en el crecimiento colombiano (1960-2016) Examen de la ley de Thirlwall

    a

    JORGE SÁENZ CASTROb

    GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZc

    JORGE IVÁN GONZÁLEZd

    1. INTRODUCCIÓN

    En la explicación del crecimiento económico de los países, la literatura económica ha presentado dos grandes líneas de interpretación. Por un lado, la de quienes sustentan el crecimiento a través de la oferta¹ y, por el otro, la de quienes privilegian el lado de la demanda².

    Entre las diversas aproximaciones, se destaca el análisis del vínculo entre el crecimiento económico y el comercio internacional. Desde esta mirada es importante la llamada ley de Thirlwall: el equilibrio de la tasa de crecimiento de la balanza de pagos está determinado por la dinámica de las exportaciones comparada con la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones y esta, a su vez, está relacionada con el multiplicador de comercio exterior de Harrod (Thirlwall 1979a y 1979b). En condiciones ideales, el ritmo de crecimiento debe ir a la par con el equilibrio de la balanza de pagos.

    Para Thirlwall (2003), el crecimiento económico de largo plazo de un país resulta del cociente entre la tasa de crecimiento de sus exportaciones y la elasticidad ingreso de sus importaciones.

    La única solución segura y de largo plazo para aumentar la tasa de crecimiento de los países consistente con el equilibrio en cuenta corriente de balanza de pagos es el cambio estructural que incrementa las exportaciones y reduce las importaciones. Estamos de regreso a las ideas de Raúl Prebisch y la cuestión de la política industrial más apropiada para los países, y el papel del proteccionismo (Thirlwall 2003, p. 105).

    Thirlwall comparte con Harrod (1970 [1939]) la idea de que en economías abiertas el principal factor exógeno son las exportaciones, que estimulan la demanda y la productividad (McCombie & Thirlwall 1997). La dinámica de la economía no depende solamente de la demanda interna sino también de las exportaciones. También retoma los postulados sobre comercio internacional formulados por Prebisch (1950) en el contexto del estructuralismo latinoamericano.

    De acuerdo con la ley de Thirlwall, la actividad exportadora consolida la demanda y garantiza un crecimiento de largo plazo³. Algunos de los elementos centrales de la discusión alrededor de la ley de Thirwall han sido:

    – En los ejercicios empíricos se examina si la ley de Thirlwall se cumple en el corto o en el largo plazo. Este debate ha sido frecuente porque siempre se puede poner en tela de juicio el período de análisis. En los cálculos que se proponen más adelante se hacen traslapes de 15 años para mostrar distintas alternativas de periodización. De todas maneras, es claro que este tipo de aproximación no resuelve el problema fundamental, relacionado con la definición del período de tiempo más adecuado para evaluar los postulados de Thirlwall.

    – No se le da suficiente relevancia al papel que cumplen los commodities, sobre todo en los países que no han alcanzado altos niveles de desarrollo. Las estructuras, tanto de las exportaciones como de las importaciones, tienen una incidencia relevante en el crecimiento. Obviamente, no es lo mismo exportar petróleo crudo que gasolina refinada. Mientras más se avance en el conocimiento de estas estructuras, se tendrán mejores elementos para entender la dinámica de las economías. Los efectos multiplicadores son muy diferentes dependiendo del bien que se exporte.

    – La elasticidad del ingreso de las importaciones se puede deber a factores diversos y no necesariamente a cambios en la capacidad productiva. La diferenciación de las diversas causalidades seguirá siendo un reto analítico.

    – La inclusión de la balanza básica, en vez de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en las estimaciones de la ley puede ser útil y aplicable al caso de economías pequeñas y de los países menos desarrollados que dependen de los flujos financieros internacionales⁴.

    La formulación de Thirlwall se puede analizar de diversas maneras, según las variables explicativas que se utilicen⁵. Si se incluyen solo los componentes de la cuenta comercial de la balanza de pagos (exportaciones e importaciones), se habla de regla simple debido a que se parte del supuesto de que hay equilibrio en la cuenta corriente y los términos de intercambio son constantes. Pero si se introduce, además, el flujo de la cuenta de capitales, se hace referencia a los modelos extendidos. En esta investigación no se explora la versión extendida de dicha ley, porque los efectos de largo plazo de la entrada de capitales generan dinámicas endógenas especialmente complejas. El análisis se centra, entonces, en los movimientos de la cuenta comercial.

    En Colombia es pertinente hacer la distinción entre dos períodos. El primero va desde 1960 hasta 1990, y el segundo desde 1991 hasta 2016. La dinámica de la economía fue mejor durante el primer período. En estos años, la tasa de crecimiento del PIB (promedio anual) fue de 4,48 %. En el segundo período, el crecimiento fue de 3,35 % y, además, se agudizó el déficit en la balanza en la cuenta comercial, que pasó, entre los dos períodos, de un promedio positivo de 0,51 % del PIB a uno negativo de -3,33 % (tabla 3). Y, finalmente, en el segundo período, las tasas de crecimiento del consumo y de la inversión fueron inferiores a las del primero.

    Entre 1960 y 1990 se le dio relevancia al mercado interno, al desarrollo de la industria nacional y a la sustitución de importaciones. Durante estos años, especialmente a partir del gobierno de Lleras (1966-1970), se buscó aplicar los principios cepalinos relacionados con la producción de bienes de consumo durables. Era un período en el que las ideas de Prebisch (1950) alimentaron la política económica fundada en la reducción de las importaciones y el aumento de las exportaciones. Había claridad sobre los efectos multiplicadores y positivos que tiene el superávit externo, siempre y cuando las exportaciones fueran la expresión de una mayor productividad y competitividad. Este enfoque advierte sobre la inconveniencia de modelos exportadores que no estén respaldados por procesos industriales y agropecuarios. Desde esta lógica, el efecto de las exportaciones puede ser muy negativo cuando se concentran en petróleo y minería.

    La preocupación por el mercado interno, la integración regional y el control de capitales se expresó en una modificación del estatuto cambiario a través del Decreto 444 de 1967. Para Lleras era claro que la sustitución de importaciones tenía que estar acompañada de un control de la tasa de cambio. En su perspectiva, el estímulo a la industria exigía un manejo discrecional de la tasa de cambio. Además, la reforma administrativa del Estado y el impulso al Grupo Andino fueron la concreción de su visión de la economía. El gobierno de López (1974-1978) fue calificado como aperturista, pero, como bien señala Bejarano (2011 [1980]), lejos de avanzar hacia la apertura, en los años setenta la economía se cerró. Piensa que la liberación de importaciones en Colombia después de 1975 ha sido puramente retórica (p. 56).

    La política económica del primer período estuvo muy marcada por las ideas del llamado estructuralismo latinoamericano. Desde este punto de vista, es posible alcanzar el desarrollo mediante el proceso de industrialización por sustitución de importaciones. Se considera necesario incorporar de manera acelerada el cambio técnico con el fin de estimular el crecimiento de la productividad. Las exportaciones de bienes manufacturados permiten el ingreso de las divisas necesarias para acelerar el aparato productivo regional. No basta con exportar commodities porque los términos de intercambio no son favorables para los países latinoamericanos. El sector agrícola no logra generar las divisas suficientes para cubrir los requerimientos de importaciones del sector industrial. En estos análisis es fundamental el papel que cumplen las finanzas, porque los países de América Latina no tienen acceso a las divisas que necesitan (Sunkel, 1992).

    De acuerdo con este análisis, el sector externo es uno de los principales condicionantes del crecimiento económico. Los inconvenientes en las balanzas de pagos responden en mayor medida a factores estructurales que se reflejan en los diferenciales intersectoriales de la productividad, impidiendo acrecentar la industrialización de las economías⁶.

    En el enfoque neoestructuralista se destaca la relación entre la estructura productiva y el crecimiento económico (Ocampo, 2005; Bárcena & Prado 2015). Se reconoce que la producción está vinculada con la innovación. Este planteamiento retoma los postulados schumpeterianos en términos de orientar las exportaciones hacia bienes de mayor contenido tecnológico, fomentando la transformación de los sectores de la economía e involucrando un mayor valor agregado. Se trata de conjugar la iniciativa privada schumpeteriana, la demanda keynesiana y la sostenibilidad ambiental.

    El concepto ordenador es el cambio estructural progresivo, definido como un proceso de transformación hacia actividades y procesos productivos que presenten tres características: ser intensivos en aprendizaje e innovación (eficiencia schumpeteriana), estar asociados a mercados en rápida expansión que permitan aumentar la producción y el empleo (eficiencia keynesiana), y favorecer la protección del medio ambiente y el desacople entre crecimiento económico y emisiones de carbono (eficiencia ambiental). Para lograr estructuras productivas con estos tres tipos de eficiencia, que hagan compatibles la igualdad y la protección ambiental, se requiere un nuevo conjunto de instituciones y coaliciones políticas que las promuevan a nivel global, regional, nacional y local (Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe [Cepal], 2016, p. 10, bastardillas añadidas).

    La Cepal tiene razón al proponer la integración de estas tres modalidades de la eficiencia. Es una tarea compleja porque se pretende articular nociones teóricas diferentes. Tanto los autores austriacos –entre ellos Schumpeter (1947)– como los keynesianos reconocen la importancia de la incertidumbre. Pero la forma de contrarrestarla es muy distinta. Los austriacos recurren a la catalaxia y Keynes a las convenciones. La catalaxia está centrada en el orden espontáneo. En cada sociedad, las decisiones individuales van conformando un orden social específico. Los resultados de estos procesos no son predecibles. La convención keynesiana, en cambio, exige la intervención de un agente externo que puede ser el Estado. El planteamiento cepalino no encuentra conflicto entre estas dos aproximaciones.

    La Cepal ha mantenido esta preocupación por la demanda, que ya era clara desde los años de Prebisch, cuando se consideraba que las exportaciones son fundamentales para consolidar el crecimiento. Además, la Cepal ha introducido la dimensión micro del espíritu empresarial. Para los pensadores austriacos, la función de producción es muy distinta a la de Cobb y Douglas (1928). En primer lugar, porque el tiempo actúa como un factor de producción. Y, además, porque se hace una defensa radical del sujeto individual y se rechaza al agente representativo. Las dimensiones temporal y subjetiva están estrechamente ligadas. La temporalidad tiene que ver con la incertidumbre de la decisión empresarial. De ahí la admiración de los austriacos por el misterio del espíritu empresarial. En lugar del estado estacionario, que es una tendencia de equilibrio, los austriacos han destacado la relevancia de los ciclos y de la destrucción creativa. Esta visión es rica y compleja. La literatura económica convencional no ha asimilado este enfoque porque la llevaría a poner en tela de juicio los modelos de equilibrio.

    La Cepal introduce un elemento adicional, que es la sostenibilidad. Asumir este reto en serio obliga a modificar de manera sustantiva las relaciones factoriales. En el estudio sobre crecimiento verde, el Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2017) muestra la necesidad urgente de modificar la matriz productiva, de tal manera que sea sostenible.

    Las visiones estructuralistas favorecieron el crecimiento del primer período. La perspectiva analítica cambió de manera sustantiva en el segundo período. A principio de los noventa se llevó a cabo una doble liberación: cambiaria y comercial. Desde finales de los ochenta se discutió mucho la secuencia que debería existir entre las dos modalidades de liberación. Había un cierto consenso entre los autores que participaron en el texto editado por Cárdenas y Garay (1993) en que la liberación comercial debería preceder a la liberación cambiaria. Esta lógica, se decía, permite una transición más suave. El gobierno de Gaviria (1990-1994) no siguió estas recomendaciones y de manera abrupta hizo la liberación cambiaria, y la antepuso a la liberación comercial. De un momento a otro, el Gobierno abrió el mercado de capitales contradiciendo la lógica que había guiado el estatuto cambiario de Lleras⁷. La entrada abrupta de capitales desestabilizó la estructura productiva y la revaluación del peso estimuló las importaciones.

    2. LA LEY DE THIRLWALL

    Thirlwall (2011) pone en evidencia los estudios que han validado la ley, que se podría expresar así: las exportaciones y la elasticidad de ingreso de las importaciones juegan un papel importante en el crecimiento a largo plazo. Thirlwall muestra que la demanda externa es la mejor explicación del crecimiento en el largo plazo, de modo que la mayor dinámica de las exportaciones permite un crecimiento más rápido de las importaciones que son necesarias para responder a la demanda global. La apertura de las economías tiene impactos positivos si es hacia afuera. Es decir, si las exportaciones crecen más que las importaciones, y si la competitividad internacional se refleja en una consolidación del mercado interno. El marco de referencia es eldesarrollo endógeno. De manera más sencilla, si las exportaciones van en el sentido deseado, entonces se logra avanzar hacia el desarrollo sostenible.

    Thirlwall (1979a y 1979b) tiene como referencia el multiplicador dinámico externo de Harrod (1970 [1939]), que asocia el ritmo de crecimiento a la demanda.

    Donde y, z, pd, pf e, x y m son las tasas de crecimiento del ingreso doméstico (y), del ingreso mundial (z), de los precios internos y externos (pd, pf), de la tasa de cambio (e), de las exportaciones (x) y de las importaciones (m). Además, η y ψ son las elasticidades precio de la demanda de las exportaciones e importaciones. Y, por último, ε y π corresponden a las elasticidades ingreso de demanda de las exportaciones y las importaciones. Finalmente, t es el tiempo.

    Substituyendo [1] y [2] en [3]

    Reemplazando la ecuación [1] en [4] y manteniendo la condición Marshall-Lerner⁸, y suponiendo que los precios relativos son constantes –esto es, (pdt - pft - et ) = 0–, se llega a:

    que sintetiza la ley de Thirlwall. Si la elasticidad ingreso de las importaciones (π) aumenta, se reduce la dinámica de la economía. Y, al contrario, si la elasticidad ingreso de las exportaciones (ε) sube, la economía crece más rápido. La relación de causalidad va de las exportaciones y las importaciones hacia el producto.

    La ecuación [5] se puede escribir como

    Así que un país puede crecer más rápido que el resto del mundo (γt > zt) sin crear problemas de balanza de pagos, solo si su elasticidad ingreso con respecto a las exportaciones es mayor que la de sus importaciones (ε > π)⁹.

    3. LA LEY DE THIRLWALL EN COLOMBIA

    La tabla 1 incluye las estadísticas descriptivas. Consideramos las tasas de crecimiento de las variables¹⁰ y puesto que los análisis son intertemporales, se hicieron pruebas de raíz unitaria y se encontró que todas las variables son estacionarias¹¹.

    La demanda de importaciones se puede expresar como:

    TABLA 1

    ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LAS VARIABLES (1960-2016)

    N es el número de observaciones, σ es la desviación estándar, μ es el promedio.

    Exceptuando ca, las variables están expresadas en tasas de crecimiento: m representa las importaciones, x son las exportaciones, c es el consumo, i es la formación bruta de capital fijo, y es el pib, z es la sumatoria del pib de los 22 socios comerciales, e es el índice del tipo de cambio real, y ca es el balance en la cuenta comercial como porcentaje del pib.

    Fuente: La principal fuente de información son las cuentas nacionales en las presentaciones del Banco Mundial, el Dane y el Banco de la República. Todos los precios son constantes de 2010.

    Se espera que el crecimiento de las importaciones dependa del ingreso (y) y de la dinámica del tipo de cambio real (e – 1).

    La demanda de exportaciones es:

    Las exportaciones dependen de un mayor crecimiento del ingreso del resto del mundo (z) (22 países socios de Colombia) y de la tasa de cambio.

    Los resultados de la estimación por el método de mínimos cuadrados ordinarios (OLS) se observan en la tabla 2. En el ejercicio se han incluido dos variables dummy. La primera (D1) busca capturar el impacto de la apertura económica de 1990 y la segunda (D2) tiene que ver con la notable caída del PIB que se observó en 1999.

    Las exportaciones tienen una relación positiva con el ingreso del resto del mundo. Este resultado corresponde con la esperado. Es un claro efecto de demanda. La tasa de cambio ( ) también es relevante. La devaluación favorece las exportaciones, pero no tiene un efecto negativo en las importaciones. Las importaciones están determinadas de manera positiva por el ingreso nacional. Se observa, entonces, una conjunción de los efectos reales (de demanda, relacionados con el ingreso) y monetarios (tasa de cambio).

    Totas las variables están expresadas en tasas de crecimiento.

    * Significativo al 99 %

    ** Significativo al 90 %.

    Fuente: Cálculos propios a partir de Banco Mundial, Banco de la República y Dane.

    La elasticidad ingreso de la demanda de las importaciones ( = 1,63) es superior a la de las exportaciones ( = 1,41) así que en líneas generales la economía ha estado abierta hacia adentro, pero este tipo de comportamiento se acentúa en el segundo período. Ello significa que, dado un aumento del ingreso, las importaciones crecen más que las exportaciones. Este resultado es coherente con el comportamiento observado en la balanza comercial y explica el déficit externo recurrente que se presenta en todo el periodo de análisis (1960-2016). La economía no ha sido competitiva y, sobre todo, no lo fue después de los años noventa. Durante el segundo período, la dinámica que ha sido hacia dentro se ha reflejado en un deterioro progresivo de la cuenta comercial de la balanza de pagos.

    Cuando comenzó la apertura se dijo que era para potenciar las exportaciones. Y los tratados de libre comercio se concibieron como un instrumento para estimular las exportaciones. Pero en la realidad esto no ha sucedido así. En lugar de incrementar las exportaciones, se ha presentado un considerable aumento de las importaciones. Y este resultado va en contra de las pretensiones de los acuerdos comerciales internacionales. La apertura terminó favoreciendo las importaciones.

    El presidente Gaviria (1990-1994) y el ministro de Hacienda Hommes no aceptaron que la secuencia de la liberación debería ir de lo comercial hacia lo cambiario. Procedieron en sentido contrario y antepusieron la libertad cambiaria a la comercial. Esta opción tuvo un impacto negativo en la estructura productiva, agrícola e industrial. Entre 1990 y 1994, el saldo de la balanza comercial pasó de un superávit de 5,5 % del PIB a un déficit de -5,5 %, así que la apertura se reflejó en una pérdida notable de competitividad. El daño estructural que se le hizo a la economía nacional no se ha reparado. La liberación desordenada de la tasa de cambio llevó a una entrada masiva de dólares, que generó revaluación y volatilidad, y que distorsionó la dinámica de la economía real. Este desbalance se fue consolidando y en 1999 llegó a una situación extrema, cuando el PIB se redujo -5,2 %. Esta coyuntura recesiva impactó las importaciones y las exportaciones. Tal y como se observa en la tabla 2, D2 es significativa en ambos casos¹².

    En la tabla 3 se observan los resultados de la ley de Thirlwall para Colombia. Utilizamos la prueba de McCombie (1989)¹³. El ejercicio diferencia la elasticidad ingreso de la demanda para importaciones ex-post (π) y la econométrica ( ), estimada por OLS. La elasticidad ingreso de la demanda de importaciones (π) es la relación entre el crecimiento de las importaciones y del PIB (π = (m/y)).

    TABLA 3

    LEY DE THIRWALL EN COLOMBIA. COMPARACIÓN DE LOS PERIODOS 1960-1990, 1991-2016 Y 1960-2016

    y es la tasa de crecimiento anual del ingreso (PIB).

    x representa la tasa de crecimiento anual de las exportaciones.

    m corresponde a la tasa de crecimiento anual de las importaciones.

    yB es la tasa de crecimiento anual del ingreso explicado por la balanza de pagos restringida.

    π es la elasticidad ingreso de las importaciones.

    es elasticidad ingreso de las importaciones estimada por OLS.

    |t| es el valor absoluto del estadístico t.

    ITCR es el índice de tipo de cambio real.

    ca es el balance en la cuenta comercial como porcentaje del PIB .

    i es la tasa de crecimiento anual de la formación bruta del capital fijo.

    c es la tasa de crecimiento anual del consumo.

    El estadístico t se calculó a partir de la diferencia entre las medias de las elasticidades ingreso de la demanda de importaciones (p, ) y sus desviaciones estándar. La hipótesis a validar es la no existencia de diferencia significativa entre ambas. El nivel de confianza fue del 95 %. En los tres casos, se puede aceptar la hipótesis .

    Fuente: Cálculos propios a partir de Banco Mundial, Banco de la República y Dane.

    El test de McCombie se pregunta por el nivel de significancia de la diferencia entre las dos elasticidades. Los ejercicios empíricos muestran que no hay diferencia significativa entre π y . Ello significa que la lógica subyacente a las interacciones econométricas es razonablemente buena. Y desde el punto de vista conceptual se pone en evidencia la relevancia del comercio internacional para el desarrollo de las economías nacionales.

    Puesto que no hay diferencia entre ambas, se pasa a la etapa siguiente del análisis indagando si el crecimiento de un país explicado por la balanza de pagos restringida (γB) es un buen predictor del crecimiento (y). En caso de serlo, se cumpliría la ley de Thirlwall (Thirlwall & Hussain, 1982). Tal y como se observa en la tabla 3, γB = x/ .

    Durante el lapso 1960-2016, el PIB creció 3,95 %. La dinámica de las importaciones (4,05 %) fue superior a las de las exportaciones (3,32 %); el consumo aumentó (3,70 %) menos que la inversión (4,08 %); la cuenta comercial fue negativa (-1.08 % del PIB); y el tipo de cambio real se revaluó, aunque su crecimiento fue bajo (0,46 %). La elasticidad ingreso de la demanda de importaciones ( ), que fue de 1,63, se expresó en un crecimiento con restricción de balanza de pagos de 2,04 %. La diferencia con el PIB real (γB γ) fue de -1,91 %. Este resultado es consistente con el déficit en la cuenta comercial. Colombia creció por encima de su capacidad. Este desequilibrio estructural se reflejó en un progresivo endeudamiento con el exterior y en un aumento del déficit del sector público. En general, se puede concluir que, durante todos los años considerados en el análisis, se cumplió la ley de Thirlwall.

    En el primer período (1960-1990), la tasa de crecimiento (4,48 %) fue muy superior a la del segundo período (1991-2016) (3,35 %), de apertura. Es clarísima la diferente entre las dinámicas de las exportaciones y de las importaciones. También es evidente el contraste entre el crecimiento del consumo y de la inversión. En el primer período, el balance en la cuenta comercial fue positivo (0,51 % del PIB) y la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones ( ) fue 1,46, con un factor de Thirlwall (γB) de 3,17 %. De acuerdo con la relación (γB y = –1,31%), el crecimiento del producto estuvo restringido por la balanza de pagos. Los resultados para el segundo período (1991-2016) son contundentes y muestran que el déficit comercial de la balanza de pagos frenó de manera sustantiva la dinámica del producto (γB y = –2,40%).

    El debate acerca de la existencia o no de la Ley de Thirlwall también ha introducido la dimensión temporal. Desde la crítica de Lucas (1976) se ha puesto en tela de juicio la llamada estabilidad paramétrica. Siguiendo esta línea, autores como Atesoglu (1993), por ejemplo, han hecho fuertes reparos al cálculo de una tasa de crecimiento única para todo el período.

    McCombie (1997) emplea la técnica de traslape para examinar la estabilidad de los coeficientes obtenidos. Con este procedimiento: (1) se puede determinar en qué períodos la tasa de crecimiento de un país es estadísticamente mayor que el crecimiento de su balanza de pagos; (b) se suaviza la influencia de las observaciones extremas; y (c) se logran identificar los años en los que el crecimiento está restringido por la balanza de pagos.

    TABLA 4

    GRUPOS CON TRASLAPES DE 15 AÑOS (1960-2016)

    y es la tasa de crecimiento anual del ingreso (PIB).

    x representa la tasa de crecimiento anual de las exportaciones.

    m corresponde a la tasa de crecimiento anual de las importaciones.

    γB es la tasa de crecimiento anual del ingreso explicado por la balanza de pagos restringida.

    π es la elasticidad ingreso de las importaciones.

    es elasticidad ingreso de las importaciones estimada por OLS.

    |t| es el valor absoluto del estadístico t.

    ca es el balance en la cuenta comercial como porcentaje del PIB.

    Fuente: Cálculos propios a partir de Banco Mundial, Banco de la República y Dane.

    Para hacer el ejercicio se examinaron 44 períodos traslapados, con una ventana de 15 años (tabla 4). En dos momentos, 1987-2001 y 1992-2006, no se puede aceptar la hipótesis de igualdad de las elasticidades y, por tanto ( ≠ π). Unicamente en estos dos casos no se cumpliría la ley de Thirwall. Los resultados de la técnica de traslape corroboran que el crecimiento de la economía colombiana ha estado restringido por la balanza de pagos, por lo menos desde 1960 hasta hoy.

    En la figura 1 se hace la comparación de dos series traslapadas. La correspondiente a la elasticidad ( ) y la del producto (γB). Cuando la elasticidad cae, tiende a aumentar el producto. La elasticidad de la demanda de importaciones llegó a su punto más bajo en el traslape 1972-1986 (0,76), y durante estos años creció el ingreso estimado de manera significativa. En los traslapes de los años posteriores, las elasticidades de las importaciones no disminuyen. Como se observó antes, el desbalance de la cuenta externa ha frenado la dinámica del producto. Y este peso notable de las importaciones ha reducido la dinámica del producto.

    FIGURA 1

    PRODUCTO (YB) Y ELASTICIDAD INGRESO DE LA DEMANDA (π) TRASLAPES, GRUPOS DE 15 AÑOS (1960-2016)

    El eje vertical izquierdo corresponde a la elasticidad y el derecho, a la tasa de crecimiento del producto.

    Fuente: Tabla 4.

    4. COMENTARIOS FINALES

    Coincidiendo con hallazgos anteriores (García & Quevedo, 2005; Márquez, 2006), la ley de Thirwall tiene validez en Colombia, tanto en el largo plazo (1960-2016), como en períodos más cortos. El comercio internacional tiene un claro impacto en la economía doméstica. La apertura es positiva si las exportaciones aumentan a un ritmo mayor que las importaciones. Además, es necesario considerar la estructura de las exportaciones. Si sus efectos multiplicadores son bajos, como los de petróleo y minería, la incidencia sobre la actividad económica no es significativa. Incluso puede ser negativa cuando se presenta la enfermedad holandesa. En lugar de mejorar la productividad, el mal uso de las bonanzas se ha reflejado en un crecimiento de las importaciones y en pérdidas de competitividad. Dicho de otra manera, las exportaciones no han tenido el impacto deseado.

    En el estudio se diferenciaron dos períodos. Uno, que va desde 1960 hasta 1990, y el otro, que va desde 1991 hasta 2016. Entre estos dos períodos existe un claro contraste. Entre 1960-1990 la dinámica del producto, con una tasa de crecimiento anual de 4,48 %, fue superior a la del segundo período (1991-2016), o de apertura, cuando el producto apenas creció 3,35 %. En el primer período, la tasa de crecimiento de las exportaciones (4,65 %) fue mayor que la de las importaciones (3,77 %). En el segundo, la tendencia se revirtió y las importaciones tuvieron una dinámica (4,68 %) considerablemente mayor que las exportaciones (1,6 %). No hay duda de que la apertura posterior a los años noventa fue hacia dentro. Además, en el primer período, las exportaciones tuvieron una composición industrial mayor que en el segundo período. Las exportaciones del primer período fueron relativamente mayores y de mejor calidad. Estas dos características se reflejan en un ritmo de crecimiento del producto mayor que el del segundo.

    En 1965, cuando apenas comenzaba el modelo de sustitución de importaciones, el 73,4 % de las exportaciones eran alimentos (café, flores, banano, etc.), y la participación de petróleo y minerales era del 17,7 %. La industria, que apenas representaba el 4,2 %, llegó a su punto más alto en 1990, con 16,4 %. Esta evolución de la manufactura fue el resultado positivo de la aceptación en el país de las políticas diseñadas por la Cepal, de estímulo a la industria y de sustitución de importaciones. Con razón se le dio prioridad a la intervención del Estado en la economía y se creyó en la capacidad de liderazgo de la inversión pública. El panorama ha cambiado de manera sustantiva. Recientemente, en 2016, en la estructura de las exportaciones, el peso de la industria se redujo al 6,2 %, y el del petróleo y los hidrocarburos subió al 66,3 %. Este rubro, más el de alimentos, suman 82,3 % (Center for International Development at Harvard University, 2017). Dichos porcentajes no dejan duda sobre la evidente reprimarización de las exportaciones del país.

    La situación actual se aleja de los sueños cepalinos de los años cincuenta y sesenta. A pesar del aumento considerable del valor de las exportaciones de petróleo e hidrocarburos, el déficit en la cuenta comercial se ha mantenido y el considerable peso de las importaciones ha impedido que la demanda externa sea un motor de crecimiento del producto. En lugar de aprovechar la bonanza para mejorar la competitividad de la industria y de la agricultura locales, la abundancia de las importaciones ha ido en contra de la producción nacional. Es inaceptable que en los últimos 10 años la importación de alimentos básicos haya pasado de 1 millón a 14 millones de toneladas año.

    Colombia no puede continuar manteniendo déficits externos. Como bien lo describe Thirlwall (2011):

    los desequilibrios en la balanza de pagos son malos para la salud de la economía. Dan lugar a flujos de capital enormes, volátiles y especulativos; contribuyen a la inestabilidad de la moneda y la necesidad de que los países mantengan grandes reservas de divisas para intervenir en los mercados de divisas cuando sea necesario, y conducen a una reasignación arbitraria de recursos entre países con superávit y con déficit, a menudo de países pobres a países ricos [...] los desequilibrios globales pueden causar graves dificultades para las personas y países, particularmente para aquellos en déficit, y además ejercen un sesgo deflacionario en toda la economía mundial. Hay un límite hasta el cual los países deficitarios

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