Además de tardía, la estrategia de política industrial impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la iniciativa privada nace sin la claridad en los incentivos para un sector desatendido durante décadas, con escaso valor agregado y que pasó de ser un motor a ser el eslabón débil de la economía mexicana.
Los bocetos de la nueva política industrial ya están sobre la mesa, pero son insuficientes.
“Claro que hay mucho camino por avanzar. Estamos definiendo los qué. Ahora tenemos que trabajar de manera muy específica y muy detallada en los cómo, los quiénes y sobre todo los con qué. Es decir, ya definir las líneas de acción muy específica de cómo se va a lograr cada uno de los objetivos generales que se han planteado: ¿quiénes son los actores relevantes y qué le corresponde a cada quién?”, advierte José Antonio Centeno Reyes, presidente nacio nal de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Para el líder industrial, una política de tal magnitud también requiere de recursos financieros, los cuales no se incluyen en el Paquete Económico 2023 propuesto