Nadie sabe de dónde viene el mal. La mitología, la teología, la filosofía, la psicología y las ciencias sociales han dado múltiples explicaciones. Ninguna es contundente. Lo que, en cambio, puede decirse es que su presencia tiene una profunda capacidad difusiva y de contagio que se expresa como violencia y tragedia.
México es un claro ejemplo de ello. En 15 años la violencia se apoderó de él hasta convertirlo en su rehén: cientos de miles de asesinatos y desapariciones, grandes franjas del territorio tomadas por bandas criminales, colusiones de las autoridades con ellas, corrupción, inseguridad, impunidad, linchamientos