Historia de los lombardos: Una guía fascinante sobre un grupo de pueblos germánicos que invadieron Italia y gobernaron amplias zonas de la península itálica

Por Captivating History

¿Por qué una región del norte de Italia se llama Lombardía?

Debe su nombre a los bárbaros germánicos conocidos como lombardos. Como uno de los varios grupos étnicos fundadores, dejaron su huella en la península. Establecieron ducados que encaminaron al país hacia la formación de muchas ciudades-estado independientes durante la Baja Edad Media.

Los lombardos, que antes eran un pueblo nómada que, según la leyenda, procedía de Escandinavia, se asentaron primero en el norte de Italia o en lo que hoy se llama Lombardía y más tarde ampliaron su reino hasta abarcar la mayor parte de Italia, desde los Alpes hasta el Mezzogiorno, o el sur de Italia.

Los lombardos, haciendo honor a su denominación de bárbaros por parte de los romanos, eran un pueblo guerrero. La crónica de su historia está llena de batallas contra otras tribus bárbaras, los romanos, los bizantinos, los musulmanes y el papa junto a su ejército. Finalmente, los lombardos fueron desalojados del poder por las abrumadoras fuerzas de Carlomagno en el norte de Italia y de los normandos en el sur.

De vez en cuando, los lombardos lucharon contra enemigos en todos los frentes. Pero sus luchas más intrigantes fueron entre ellos. Los aspirantes al trono y los duques regionales se disputaban continuamente el poder. Siempre eran tramposos en las negociaciones y buscaban aliados dondequiera que pudieran encontrarlos. Los ducados lombardos fueron conquistados uno tras otro por invasores extranjeros, y su cultura y su lengua fueron desapareciendo, siendo absorbidas por la matriz de culturas que posteriormente llegó a dominar Italia.

Con este libro aprenderá:

• La ruta que siguieron los nómadas lombardos en su migración desde el norte de Alemania hasta Italia.
• Cómo los lombardos acabaron volviéndose contra los romanos, los cuales les invitaron a establecerse en Italia.
• Cómo el primer rey lombardo de Italia fue asesinado en el año 572 por su esposa como venganza por el asesinato de su padre.
• Por qué los lombardos reinstauraron su realeza tras diez años de gestión sin rey.
• Los entresijos de las alianzas estratégicas lombardas que les permitieron expandir su reino desde el norte de Italia hasta el extremo sur de la península italiana.
• Por qué los lombardos abandonaron gradualmente una secta cristiana herética y adoptaron el catolicismo ortodoxo.
• El papel desempeñado por un monje irlandés itinerante que estableció monasterios en Lombardía.
• Cómo el cronista de los lombardos, Pablo el Diácono, llegó a escribir la historia de su pueblo.
• Qué nos dicen las leyes lombardas sobre la cultura del pueblo.
• Cómo se derrumbó el dominio lombardo en el norte de Italia ante el ejército de Carlomagno y el éxito de los normandos para acabar con el dominio lombardo en el sur de Italia.

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• Idioma: Español
• Editorial: Captivating History
• Fecha de lanzamiento: 22 dic 2021
• ISBN: 9798201164195

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Introducción

Los lombardos o langobardos, que se traduce literalmente como barbas largas, eran una tribu germánica que emigró desde la provincia romana de Panonia (actual Hungría y partes de Austria) a Italia. Se convirtieron en importantes aliados de los romanos en sus luchas contra diversas tribus bárbaras de la región. Con el tiempo, a partir de finales del siglo VI d. C., los lombardos llegaron a controlar gran parte de la península italiana. Mantuvieron el dominio de este territorio hasta el año 774, cuando fueron conquistados por el emperador carolingio Carlomagno.

Incluso después de la caída del norte de Italia ante los invasores francos, los lombardos siguieron ejerciendo cierta independencia política. En el sur de Italia o el Mezzogiorno, los lombardos fueron fundamentales en la evolución de la historia de la región, liderando y participando en batallas contra los romanos, los bizantinos y los sarracenos. Solo a mediados del siglo XI el ducado lombardo de Benevento se derrumbó definitivamente, destruido por los poderosos invasores normandos.

Las fuentes textuales primarias de la intrigante historia de los lombardos son escasas, y las existen, suelen ser en forma de mitos y leyendas. Estas se difundieron primero de forma oral, y la historia que cuentan no siempre puede confirmarse con pruebas externas.

Los restos arqueológicos de los lombardos antes de su migración a Italia se limitan a los lugares de enterramiento, y no confirman ni desmienten científicamente los movimientos de los lombardos descritos en los textos de los antiguos historiadores romanos y de los pocos escritores lombardos que escribieron mucho después de la aparición de los lombardos en Italia. La relativa ausencia de conocimientos sobre la cultura material premigratoria de los lombardos se corresponde con la escasez de pruebas de arte y arquitectura lombardos en Italia.

Por tanto, reconstruir la historia de los lombardos es muy difícil. Lo que sabemos de su cultura material y de la secuencia de su dominio en Italia es a menudo incompleto y depende de restos físicos y textos dispersos y poco concluyentes. Por un lado, los documentos que se conservan sobre los lombardos incluyen detalles sobre la secuencia de los monarcas reinantes. Por otro lado, los textos pueden ser frustrantemente vagos en cuanto a su organización, administración y condiciones sociales.

A partir de la incursión de los hunos asiáticos en Europa en el año 375 d. C., las regiones de Europa Central, más allá de las fronteras del decadente Imperio romano, fueron testigos de una creciente inquietud entre las tribus y culturas nómadas. Estos grupos se volvieron cada vez más intranquilos a medida que aumentaba la fricción, con culturas vecinas que se disputaban el control de las tierras agrícolas.

Naturalmente, estos grupos de bárbaros comenzaron a empujar hacia las fronteras del otrora poderoso Imperio romano. Las fortificaciones a lo largo de las fronteras, que antes eran eficaces para evitar las incursiones de los bárbaros del norte y del este, empezaron a desmoronarse. El poderío militar del Imperio romano declinó junto con las recurrentes crisis financieras de la capital. Las fortalezas fronterizas cayeron en desgracia. Los romanos, o los hombres procedentes de Italia, eran cada vez menos dominantes entre los soldados que protegían las fronteras. Los defensores del imperio, especialmente en los confines de Europa, a menudo eran reclutados o contratados voluntariamente entre los habitantes locales, muchos de los cuales procedían de tribus bárbaras. Estos nuevos soldados tenían, en el mejor de los casos, una frágil lealtad a la cultura y los objetivos romanos. Los legionarios, tanto los ciudadanos romanos como los reclutas o mercenarios contratados localmente, estaban mal pagados o no cobraban. Además, carecían de una formación militar rigurosa y de suministros adecuados. Sufrían un liderazgo central indeciso y desorganizado, que procedía de la propia Roma.

Con unas defensas ineficaces y repartidas a lo largo de inmensas distancias, el ejército imperial romano se derrumbaba con frecuencia ante las tribus merodeadoras en busca de botín y con la intención de arrebatar territorios al otrora próspero Imperio romano. Muchas de las tribus invasoras se asentaron en los vestigios del imperio. Se adaptaron al sistema de gobierno romano. Abandonaron sus tradiciones nómadas y a menudo prosperaron como culturas agrícolas permanentes o asentadas. Con barreras poco fiables a lo largo de las fronteras, los romanos formaban periódicamente alianzas con las tribus nómadas bárbaras para asegurar la paz y la prosperidad, o para permitir que los ejércitos imperiales romanos pasaran sin ser molestados de una zona del imperio a otra.

Las tribus bárbaras que migraban se disputaban las tierras de pastoreo y buscaban ventajas económicas mediante el pillaje. A menudo luchaban entre ellos y periódicamente entraban en guerra con los romanos. La agitación no terminó hasta el siglo VI de nuestra era. Fue en este periodo cuando los bárbaros lombardos se adentraron en Italia, haciéndolo en el año 568 de la era cristiana.

La llegada de los lombardos a Italia fue una bendición para los romanos, ya que les sirvió de aliados. Los romanos en Italia luchaban constantemente contra los forasteros, tanto los bárbaros como los griegos bizantinos, que pretendían el otrora poderoso centro del poder romano y, posteriormente, el centro político y religioso de la Iglesia católica romana. El asentamiento italiano de los lombardos no condujo a la reinstitución de un estado monolítico centrado en Roma, que era lo que querían el papa y el cada vez más ineficaz Senado romano. Más bien, con la llegada de los lombardos, Italia inició su transición de una civilización clásica a una cultura protomedieval de ciudades-estado independientes.

Capítulo 1 - La historia temprana de los lombardos

La historia más extensa de los lombardos fue escrita entre 787 y 796 por un hombre conocido como Pablo el Diácono. Antes de él, hay menciones tentadoras de los lombardos en textos antiguos. Según los escritores romanos y griegos, los lombardos vivían en la parte baja del río Elba, en la actual Baja Sajonia, junto a Schleswig-Holstein, en la frontera con la actual Dinamarca.

El geógrafo griego Estrabón (c. 64 a. C. - 24 d. C.) escribió que los lombardos fueron «expulsados de su país a la tierra del otro lado del río [Elba]». Y añadió: «Una característica común de todos estos pueblos en esta parte del mundo [al norte del Rin] es que emigran con facilidad». Esto se debe, según Estrabón, «a la escasez de sus medios de vida y a que no cultivan la tierra ni almacenan alimentos, sino que viven en pequeñas cabañas que no son más que estructuras temporales». Según Estrabón, los lombardos «viven en su mayor parte de sus rebaños como los nómadas»

El historiador romano Tácito (c. 56 - 120 d. C.) señaló que los lombardos, aunque pequeños en número, eran feroces luchadores. En aquella época, se llamaban a sí mismos Winnili. En sus movimientos nómadas, se enfrentaron a los vándalos, a los que derrotaron en Scoringia. Los vándalos eran, como los lombardos, un pueblo germánico. Parece que se asentaron primero en el sur de Polonia y, hacia el año 400 de la era cristiana, se desplazaron hacia el oeste, cruzando el Rin y entrando en la Galia romana (Francia). La migración vándala fue el resultado de la presión de otra tribu bárbara, los hunos.

Se desconoce la ubicación de Scoringia, donde se dice que los lombardos derrotaron a los vándalos, pero algunos estudiosos creen que pudo ser la isla alemana de Rügen, en el mar Báltico, o, si no es así, algún lugar de la orilla izquierda del Bajo Elba, al sureste de Hamburgo, en la región de Bardengau.

En la época del emperador Tiberio (42 a. C. - 37 d. C.), se dice que los lombardos se encontraban en la región entre el Weser y el Bajo Elba. El historiador romano Veleyo Patérculo (c. 19 a. C. - 31 d. C.) los caracterizó como poseedores de una poderosa caballería y «más feroces que los salvajes alemanes ordinarios». Los winnili o lombardos eran casi con toda seguridad aliados de las tribus bárbaras de los hermunduri y los semnones.