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Nora
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Libro electrónico47 páginas41 minutos

Nora

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«Nora» (1921) es una novela corta de José María Vargas Vila. Nora es una novicia que coincide con Froilán Pradilla y su hijo en el barco que los lleva de regreso a América. El autor retoma así uno de los personajes más conocidos y representativos de su producción literaria, el agitador político Froilán Pradilla, protagonista de la trilogía iniciada con la novela «El minotauro».-
IdiomaEspañol
EditorialSAGA Egmont
Fecha de lanzamiento26 nov 2021
ISBN9788726680379
Nora

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    Nora - José María Vargas Vilas

    Nora

    Copyright © 1921, 2021 SAGA Egmont

    All rights reserved

    ISBN: 9788726680379

    1st ebook edition

    Format: EPUB 3.0

    No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

    This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

    www.sagaegmont.com

    Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

    NORA

    El lago de un verde color de Esperanza;

    el cielo azul-blanco, color de Ilusión;

    las landas enormes de arbustos endebles fingiendo parajes de Desolación;

    en el mordorado de las arboledas silencio altanero, como un gran trofeo de la Soledad;

    el aire calmado, sutil, trasparente, permite la vista de las lontananzas hechas de unas diafanidades de cristal;

    y en el fondo de esa calma austera y grave, destacando sus contornos el Castillo Señorial;

    hecho negro por los siglos, sus torreones semejan fantasmas evocados de la noche medioeval proyectando sus siluetas en los parques solitarios donde audacias insensatas de los viejos caballeros parecen revivir al conjuro de la sombra en el paisaje espectral;

    verde tierno en los parterres;

    los estanques opalecen en su calma virginal;

    las siluetas monacales se deslizan sobre ellos como en lenta procesión; llevan un ambiguo movimiento abacial;

    los álamos temblorosos se reflejan en el agua; sus difusas cabelleras tienen vagas suavidades de cabellos de mujer;

    los nínfeos de la orilla, en su gracia adolescente hacen sombra a los ánades;

    bosques de abetos, de verdor sombrío, se extienden hasta los pantanos marescentes llenos de una calma soñadora, de desierto;

    los jardines hacen marco al palacio secular, un gran marco de magnolias y de pálidos rosales de donde emerge negro y fantasmal, puro en sus líneas, como un gigantesco «intaglio» de lava contornado de gemas pálidas, y de ópalos verde-cerúleos;

    una alma verdaderamente trágica parece habitar el palacio austero y vivir en sus jardines solitarios y extenderse sobre los estanques dormidos y los lagos quietos, hasta los pantanos somnolientos, más allá de los pinares pensativos;

    se diría que la gran morada lleva el luto de todas las generaciones muertas entre sus muros y llora recientes, irreemplazables desapariciones;

    los cielos del Norte diáfanos y blancos hacen resaltar más las negruras argentadas de la siniestra mansión, cuyos torreones semejan en la lividez de los crepúsculos inmensas atalayas de donde pendiesen cadáveres de ahorcados;

    capas superpuestas de silencios parecen sepultar la gran morada bajo una aglomeración de atmósferas milenarias;

    lejos de todo camino frecuentado, enclavado en el corazón de las rocas el Castillo es como un centinela de la Soledad guardando la inviolabilidad taciturna de aquelles paraies de insólita quietud:

    Las novela «Iné Atas» que publica esta Ravista, son pagadas como INEDIYAS y consideradas como tales bajo la exclusiva responsabilidad de sus autoras.

    los barones de Steinck, que lo fundaron allí desde principios del siglo X, parecían no haber buscado sino un lugar de resistencia, donde alzar una for taleza para vivir en ella;

    raza de guerreros, ruda y tenaz, había tenido en ese Castillo su «rempart» durante los siglos bárbaros y se contaban horribles leyendas de ese nido de aguiluchos salvajes, que fueron unos como antecesores de los«hobereaux»tudescos, que hicieron después el monopolio del crimen señorial;

    había leyendas de asesinatos, de pillajes, de

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