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Juicio A Los Brujos De Chiloé
Juicio A Los Brujos De Chiloé
Juicio A Los Brujos De Chiloé
Libro electrónico305 páginas3 horas

Juicio A Los Brujos De Chiloé

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IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 dic 2017
ISBN9789563790375
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    Juicio A Los Brujos De Chiloé - Mauricio Marino y Ciprano Osorio

    juicioalosbrujos_PORTADA.jpg

    Juicio a los brujos

    de Chiloé

    Mauricio Marino y Cipriano Osorio

    edicionestacitas_logo1

    Mauricio Marino, Cipriano Osorio / Juicio a los brujos de Chiloé

    Santiago de Chile: Ediciones Tácitas, 2014, 1ª edición, p. 290, 14,5x21,5 cm.

    Dewey: 398.4

    Cutter: M339

    Materias: Brujería. Chile. Isla de Chiloé.

    Chiloé (Chile). Vida social y costumbres.

    Folclore. Chiloé.

    ISBN: 978-956-8268-71-8

    Juicio a los brujos de Chiloé

    Mauricio Marino y Cipriano Osorio

    Primera edición: Imprenta Cóndor, 1983

    Segunda edición: Ediciones Tácitas, agosto de 2014

    © Ediciones Tácitas, 2014

    Inscripción Registro de Propiedad Intelectual N° 63.453

    ISBN 978-956-379-037-5

    Ediciones Tácitas Limitada

    Macul 5748-B, depto. 14

    Santiago de Chile

    edicionestacitas@gmail.com

    Edición: Matías Galleguillos Muñoz

    Diagramación: Miguel Naranjo Ríos

    Foto de portada: Rodrigo Muñoz

    A Doña Mila y el abuelo Carmelo;

    Lucha y Leonidas Barría y

    Mario Uribe y Florinda Andrade.

    Presentación

    ¹

    La aparición de Chiloé, cultura de la madera: El proceso de los brujos de Mauricio Marino Martinic y Cipriano Osorio Araneda viene a llenar un vacío en la bibliografía especializada de Chiloé, con el agregado de que lo hace en forma amena, de relativa fácil comprensión merced al hábil manejo y trato de una temática que, siendo apasionante, suele ser un tanto árida, si se cae en el exceso del tecnicismo.

    Mucho se ha escrito en torno a la cultura mítica de Chiloé, pero –como lo analizan Marino y Osorio– con raras excepciones lo publicado no ha abarcado el tema con la seriedad y el profesionalismo que lo requiere.

    Presentar una publicación especializada, de corte científico-literario, no es fácil hacerlo; negarse al honor de intentarlo, sería una irreverencia si nos encontramos frente a dos estudiosos en la materia, que después de más de cinco años de permanencia en la isla, nos entusiasman con esta edición en torno a un tema de por sí apasionante... y vigente, aunque sea en la clandestinidad o el anonamiento (sic).

    También lo hacemos con agrado porque somos testigos de su trabajo: Marino llegó a Chiloé cuando recién egresaba de la Universidad de Chile, para elaborar su tesis de titulación. Desde entonces y hasta hoy, se quedó en el archipiélago atrapado por el encanto misterioso de este, nuestro pueblo, que él aprendió a querer, a admirar y a respetar. Vivió en la montaña, compartiendo techo y amistad con los isleños en la intimidad de su hábitat. Osorio vino de Aysén: está emparentado con el territorio de la ínsula por cercanía geográfica e influencia cultural… y se sumergió a bucear el pasado histórico y mágico de sus habitantes, convirtiéndose en un experto autodidacto.

    Esto, más sus conocimientos científicos y un permanente afán de investigar le han dado la autoridad, que hoy aplaudimos, para publicar una obra que, a no dudarlo, será muy solicitada por estudiosos y que no podrá faltar en ninguna biblioteca o colección que incluya textos de Chiloé.

    Pretenden –¡y vaya que lo consiguen!– vincular la importancia de la madera con el quehacer socio-económico y mítico de los isleños. Bien sabemos que la madera se hace presente en todas las manifestaciones y actividades del hombre chilote –nuestro hombre, nosotros mismos– conformando un contexto cultural del cual no puede desligarse (madera-hombre-madera). A partir de esa interacción, proyectan la cultura del hombre por los caminos de la realidad concreta y abstracta; práctica y mítica que da origen a su cultura: la cultura chilota o cultura de la madera en su más amplio concepto. Han sido capaces –y no es fácil– de entender y comprender al hombre insular y su entorno, más allá de lo meramente palpable y objetivo. Y entonces, con su análisis y observación; con sus conocimientos y vivencias han ido descubriendo y redescubriendo valores del pueblo nuestro, que tradicionalmente se han omitido o ignorado, para llegar a afirmar que en cada mito chilote se puede apreciar que la historia contada no se configura con un principio y fin determinados, para más adelante señalar que: lo mitológico es una forma de pensamiento que el isleño elabora a partir de su realidad socioeconómica y cultural. Si el hombre de Chiloé vive entre lo objetivo y subjetivo es también comprensible que su pensamiento mitológico vaya aparejado a la magia, como lo explican los autores.

    En la segunda parte del libro,² el lector podrá conocer los elementos necesarios para comprender el estudio de la magia en Chiloé, que constituye el núcleo central del presente texto, tratado con seriedad y respeto, en un análisis que vuelve a evitar la desintegración ideológica y cosmovisión propios de Chiloé. No menos importante, por lo serio de la crítica, con la que concordamos plenamente, es la revisión que hace de la literatura publicada en torno a la mitología de Chiloé. Compartimos sus apreciaciones en el sentido de que gran parte de ella no pasa de ser un estudio superficial y muchas veces muy poco serio y hasta comercial sobre la materia, como también son destacables los méritos que atribuyen a quienes han sabido profundizarla.

    Un libro para leer y releer ...y para tomar conciencia de nuestra responsabilidad frente a la dignificación de la cultura del pueblo isleño.

    Hay que agradecer a Mauricio Marino y Cipriano Osorio este esfuerzo. Con su libro se han ganado –a priori– un lugar en el inventario histórico-cultural de Chiloé.

    Mario Uribe

    Castro, 1983.

    Prólogo a la primera edición

    Chiloé, cultura insular con un devenir histórico de más de cuatro siglos desarrollándose a partir de grupos étnicos tales como chonos y huilliche. En el siglo XVI, ingresa al escenario insular el conquistador español.

    Del contacto producido entre indígenas y conquistadores se conforma una nueva cultura que genera y desarrolla un pensamiento ideológico manifestado en las siguientes estructuras: la mitología y la magia. Ambas manifestaciones en interrelación se insertan dentro del sistema mayor que hemos denominado: la cultura de la madera.³ Cultura que posee una característica particular: su interacción con la madera. Elemento que expresa la síntesis de la relación entre la naturaleza y la cultura. Sin embargo, en esta relación la madera no solo se constituye en un medio para obtener un fin material, sino que además el isleño por medio de esta relación define un modo de aprehender su medio natural.

    Desde la producción hasta las creencias, desde los juegos hasta la organización social, la madera interactúa con el isleño, representando a la naturaleza. Por lo tanto, no se trata de un dominio de la cultura sobre la naturaleza. La relación entre ambas es de orden estructural. Por consiguiente, cuando nos referimos a una cultura de la madera, no nos remitimos exclusivamente a la presencia directa de este elemento en las acciones culturales del isleño, sino más bien mostrar que dicho elemento actúa como denotación y connotación de la relación isleño-naturaleza, es decir, de la interacción entre cultura y naturaleza.

    Chiloé insular pertenece política y administrativamente al territorio chileno. Sin embargo, las condiciones históricas de evolución cultural de los isleños llevó a constituirlos en un grupo cultural con caracteres propios pero que, hoy en día, recibe aceleradamente el impacto cultural desde el continente con marcado acento predatorio para el modo de vida insular.

    A pesar de este impacto externo, el sistema ideológico y de creencias ha subsistido en el seno de la cultura, pero de un modo latente antes que manifiesto.

    Esta vigencia del sistema de creencias a través de la mitología y la magia es consecuencia de su validez dentro del contexto insular que depende en primer orden de su contenido, aunque el continente no sea uniforme respecto de la cultura occidental. Es así como la mitología y la magia se sustentan a partir de una lógica de pensamiento que sigue siendo una respuesta paralela a la posición racionalista de los grupos más avanzados tecnológicamente.

    Investigadores, folkloristas y autodidactas del tema chilote han recopilado un cúmulo de información bastante amplia respecto de la cultura chilota. Empero, toda esta información unida no logra conformar un cuadro exacto del desarrollo histórico de Chiloé y menos de la condición actual de este grupo cultural. En este sentido debemos manifestar que las obras escritas sobre los chilotes, por lo general, son trabajos de recopilación de datos no siempre en relación. La carencia de un marco teórico y metodológico ha conducido a interpretaciones muy particulares de los autores sin una rigurosidad científica. Pero lo que realmente es grave –a nuestro entender– es la absoluta validez que se ha otorgado a estas obras como verdades únicas e inapelables siendo difundidas, dentro y fuera del país, lo cual ha conducido únicamente a una distorsión de la realidad chilota, mistificando el modo de vida insular como un ente exótico literario.

    El presente libro está dividido en tres partes. La primera trata de la mitología como una de las formas ideológicas del pensamiento insular. La segunda, es un acercamiento al estudio de la magia en Chiloé y el proceso judicial seguido a los brujos de la isla a fines del siglo XIX. La tercera y última parte trata de la revisión crítica de diversos autores que han escrito sobre el tema.

    Los autores

    Prólogo a la nueva edición revisada

    Cuando se lanzó la primera edición de este libro y tras su relectura en el transcurso del tiempo, ya entendíamos que faltaba una mayor comprensión nuestra para entender la cultura y sociedad de Chiloé. Y comprendimos también que así debía ser. Muchas preguntas surgieron. Pero, tal vez, una pregunta fue haciéndose cada vez más notoria, más fuerte, más angustiante, aunque nuestras intenciones de escribir este texto fueran honestas y transparentes. Aunque no estuvieran condicionadas por intereses de ningún orden particular, sino por la convicción, tal vez errónea, de mostrar y demostrar que mitología y magia en Chiloé son formas vigentes y válidas de sentir, pensar y actuar de una sociedad que sigue estando dominada, explotada y oprimida en lo económico, social y cultural. Sociedad que, sin embargo, ha sabido desarrollar estrategias de sobrevivencia y resistencia que le han permitido existir y seguir buscando su propia utopía. Y la interrogante que nos ha seguido durante estos años es la siguiente: ¿la gente común de Chiloé y sus comunidades anónimas, han podido relacionarse con este texto? ¿Dónde y cómo dialogar con el hombre y mujer de Chiloé para debatir lo expuesto aquí? En principio, estamos convencidos de que la respuesta es negativa. Y cada vez que reforzábamos este convencimiento nos dimos cuenta de que la responsabilidad era nuestra. En algo nos habíamos equivocado al decidir abordar estos temas y difundirlos.

    Paralelamente, mientras nos respondíamos a la distancia dicha inquietud, con el transcurrir de los años nos fuimos informando que este escrito iba comunicándose de boca en boca, de mano en mano y hasta había traspasado otras áreas de quehacer cultural, como el teatro. Se editaron de manera ilegal (pero no ilegítima) varias versiones completas y recortadas a través de los años, aunque no teníamos conocimiento en ese momento de ello. No importa, era válido y lo aceptamos sin ningún tipo de reparos, más allá de los intereses que movilizaron tales ediciones. Lo válido es parte de la cultura de cualquier pueblo, aunque formalmente no estuviesen autorizadas. Posteriormente, nuestro amigo Víctor Naguil tenía el derecho a reproducir el escrito las veces que quisiera porque es nuestra deuda permanente hacia él, como editor e impresor de las primeras ediciones (1983-1985). Y nos volvimos a repreguntar si nuestra decisión inicial de hablar de los mitos y la magia de Chiloé había favorecido a la comprensión de la cultura popular del archipiélago o a la cultura dominante que usufructúa y reacomoda las realidades para justificar su propia dominación.

    Han transcurrido treinta años y el pueblo de Chiloé también transita por caminos confusos y contradictorios. Nuestras interrogantes siguen en pie, aunque el contexto sociohistórico haya cambiado y, por tanto, varias de nuestras viejas contradicciones se mantengan y surjan otras. Sin embargo, de algo seguimos estando seguros: en las tres últimas décadas, las condiciones económico-sociales y culturales de Chiloé expresan una mayor dependencia económica, discriminación e inequidad social y fragmentación cultural, a manos de la globalización. Por consiguiente, desde nuestra ética científica y social que mantenemos, se nos hace imperioso revisar, profundizar, complementar y explicitar en esta edición revisada, nuestros planteamientos y convicciones expresadas hacia 1983, en la primera edición del Juicio a los brujos de Chiloé.

    Hubo un componente movilizador para repensar este texto: convocatoria e invitación a un nuevo Encuentro de las culturas del Sur del Mundo. Este ámbito de reflexión de la macro región patagónica del sur de Chile y Argentina nos demanda hoy más que nunca despojar a la sociedad chilota de los exotismos folclorizantes y la expropiación cultural que de ella se hace. Nuestra responsabilidad la seguimos asumiendo, pero también debemos señalar enfáticamente que existen instancias públicas y privadas con igual o mayor responsabilidad por el devenir de la cultura del archipiélago.

    Mantenemos la esperanza de ampliar nuestro diálogo con la gente de Chiloé, aunque sospechamos una vez más que todo lo referido a la cuestión cultural sigue estando reducido a sectores llamados trabajadores de la cultura, los cuales valoramos y respetamos, pero que no incluyen al pequeño productor de Auquilda, al artesano de Queilen, al pescador de Quinchao o Quemchi, al chofer de micro de Ancud o Castro, al niño de la escuela rural de Puqueldón o simplemente a doña Mila de Piruquina. Sobre esta realidad volvemos a repensar y reescribir: Juicio a los brujos de Chiloé.

    Mauricio Marino Martinic

    Trelew, Patagonia. 2013

    primera parte

    El pensamiento mágico

    en la cultura de Chiloé

    El pensamiento mágico de Chiloé

    La evolución sociohistórica de la cultura de Chiloé, desde su etapa precolombina y hasta la actualidad ha construido un sistema de pensamiento, de prácticas y rituales junto a una institucionalidad político-social que ha intervenido en los aspectos económico-sociales, político-jurídicos e ideológicos del modo de vida isleño con distintos grados de relevancia, según las condiciones históricas y materiales en las cuales se ha desarrollado. Este sistema o mundo es la llamada brujería de Chiloé. Su presencia ha tenido tres etapas sucesivas: la primera, caracterizada por una fusión de los sistemas mágicos provenientes de los pueblos pre-colombinos (chonos y huilliche) del archipiélago y aquellos introducidos por los conquistadores españoles. Etapa en la cual –como se verá más adelante– se recrea y potencia la brujería. Una segunda etapa (siglo XIX), en la cual se fortalece y consolida dicho sistema con un fuerte nivel de intervención político-social que altera seriamente el orden político-institucional establecido principalmente desde el Estado republicano. Es la etapa en la cual la brujería chilota adquiere un carácter público sin precedentes y con insospechadas consecuencias. Por último, tras un enfrentamiento sociopolítico con el poder político oficial (proceso judicial a la brujería), se origina una nueva etapa (y estrategia) caracterizada por la clandestinidad en el funcionamiento de este sistema, aunque manteniendo su presencia en el pensamiento y la acción de la población isleña.

    Desde una dimensión social e ideológica la brujería en Chiloé incluye: a) un conjunto de principios, supuestos y conceptualizaciones que son de conocimiento de sus integrantes y de reconocimiento por parte de la comunidad en general; b) un cuerpo de métodos y técnicas que son de exclusivo conocimiento y manejo de quienes practican estas artes a través de un permanente aprendizaje y enseñanza; c) una multiplicidad de resultados que expresan y ratifican la validez y eficacia de la misma; d) un grupo de personas que representan y operan con este sistema y; e) una comunidad que reconoce y valida esta realidad. De tal suerte que la brujería está muy lejos de ser reducida a un cúmulo de creencias ilusorias o bien a una desviación o anomalía de las normas instituidas y de las ideas morales y religiosas que la sociedad chilota ha desarrollado durante siglos.

    De manera similar a la mitología, el conocimiento científico en general y las ciencias sociales en particular (sociología, antropología, folclore, psicología y lingüística, entre otras) han interpretado y fundamentado sus explicaciones de la brujería generalmente sobre la base de sus propios principios, teorías y métodos llegando a conclusiones a priori condicionadas. En este sentido podemos agrupar dichas interpretaciones y argumentaciones en dos tipos: a) aquellas que interpretan la brujería de Chiloé como parte de las costumbres, tradiciones y el folclore, las cuales deben respetarse, pero que no tienen validez ni sustento real como lo tiene la ciencia o la lógica racional cartesiana. Este grupo de planteamientos es lo que llamamos enfoques culturalistas y; b) interpretaciones que ubican el mundo de la magia en un estadio histórico correspondiente a las etapas iniciales del ser humano. Es decir, la brujería no es sino una respuesta del hombre primitivo que aún no había evolucionado lo suficiente en su lógica y racionalidad. En esta categoría de primitivo se incluyen a las sociedades y culturas contemporáneas de las llamadas minorías étnicas indígenas e incluso a sectores sociales en condiciones tecnológicas diferenciadas del avance técnico-científico de punta y que se los caracteriza comúnmente como incultos y/o atrasados. A este grupo de explicaciones las llamamos pseudo-psicológicas-evolucionistas.

    Ahora bien, en cualquiera de los dos grupos o enfoques de interpretación encontramos un componente cultural que los atraviesa: el etnocentrismo expansionista que discrimina en forma explícita o velada. Y junto a esa discriminación económica, social, étnico-cultural e ideológica emerge y se desarrolla una visión dominante y hegemónica del pensar, sentir y actuar en y con el mundo. Cosmovisión que a pasos agigantados intenta homogeneizar las conciencias humanas, sus modos de vida y sus proyectos de sociedad. Etnocentrismo que tiene como herramienta final de resolución a la ciencia y tecnología (autodefinida como objetiva y neutra) para explicar la verdad de la realidad. La mayoría del mundo occidental piensa, cree y exclama: ¡¡Aahh!! lo que afirma la ciencia no se pone en duda. La máxima del conocimiento humano es el conocimiento científico.

    En oposición a estos enfoques e interpretaciones (sino especulaciones), sostenemos la necesidad urgente de profundizar el debate a partir del reconocimiento de otras realidades y otras lógicas de pensamiento que no responden y trascienden los parámetros y directrices propios de nuestra construcción cultural. Hay consenso en que no existe un único tipo de conocimiento que dé respuesta a las realidades humanas. Ni siquiera el conocimiento científico puede arrogarse tal cualidad, aunque la comunidad científica lo crea y persuade a las sociedades de ello. Lo cierto es que hacemos de la ciencia un fetiche, como si ella fuera un ente independiente del ser humano, que tiene vida propia capaz de decidir y gobernar nuestro cosmos y determinar la forma y el contexto de todas las sociedades y culturas pasadas, presentes y futuras. Esta falacia que se instala en el imaginario colectivo oculta una realidad más profunda y relativa. Si queremos estudiar la magia de

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